Los efectos de la proteína animal en los riñones

Image Credit: Pixabay. Esta imagen ha sido modificada.

Entre 1990 y 2010, algunas de las principales causas de muerte y discapacidad eran las mismas. Las enfermedades cardiacas eran la primera causa de muerte y pérdida de salud, y continúan siéndolo hoy. Algunas cosas mejoraron, como el sida, pero otras empeoraron, como la enfermedad renal crónica. Las miles de muertes y cientos de miles de personas con fallo renal con necesidad de un transplante o una diálisis se multiplicaron. 

Alrededor de 1 de cada 8 personas tiene una enfermedad renal crónica ahora, y la mayoría no lo saben. Unos tres cuartos de los millones de personas afectadas no saben que sus riñones empiezan a fallar. Esto es “especialmente preocupantes ya que una detección temprana nos da la oportunidad de frenar la progresión y alterar el transcurso de la enfermedad”. Entonces, ¿qué podemos hacer sobre esto?

En mi video ¿Qué tipo de proteína es mejor para nuestros riñones?, hablo de cómo una dieta al estilo occidental supone un factor de riesgo enorme en el daño a la función renal y la enfermedad renal crónica. También llamada la “dieta dulce cárnica o la dieta estándar estadounidense”, esta forma de comer causa daños en el flujo sanguíneo a los riñones, inflamación, pérdida de proteína por la orina, y una reducción rápida en la función renal. El azúcar de mesa y el sirope de maíz alto de fructosa se asocian con mayor presión arterial y niveles de ácido úrico, y ambas cosas dañan los riñones. Las grasas saturadas, trans y el colesterol de la grasa animal y la comida basura también tienen un impacto negativo en la función renal.

El consumo de grasa animal puede alterar la estructura de los riñones, y la proteína animal puede provocar una carga de ácido en los riñones, aumentar la producción de amoniaco y dañar las sensibles células renales. Es por esto que la restricción en la ingesta de proteína está recomendada en la prevención del declive en la función renal, aunque podría ser la proteína animal el verdadero problema, y no la proteína en genera. La fuente de la proteína, vegetal o animal, podría ser más importante que la cantidad con respecto a sus consecuencias para la salud.

La ingesta de proteína animal afecta profundamente a la función normal de los riñones, provocando la llamada hiperfiltración, la cual aumenta el trabajo de los riñones. Esto podría ayudar a explicar por qué fallan tan a menudo. “La ingesta ilimitada de alimentos ricos en proteína, algo visto como normal hoy en día, podría ser responsable de las diferencias tan dramáticas en la función renal de las personas modernas y sus antecesores, que cazabas y eran carroñeros”. Sin duda, las reservas renales son continuamente usadas debido a nuestra ingesta continuada, en lugar de intermitente, de proteína. Esto causa un estrés constante en nuestros riñones, el cual puede predisponer incluso a personas sanas a la cicatrización renal progresiva y el deterioro de la función renal. En cambio, la ingesta de la misma cantidad de proteína pero en forma vegetal no parece tener el mismo efecto. 

Vimos en un estudio que comer carne aumenta la carga de trabajo de los riñones pocas horas después de su consumo pero, aparentemente, procesar la proteína vegetal es muy fácil. Ese estudio fue hecho con ternera, pero cualquier proteína animal haría lo mismo. Si comes algo con atún, la presión de los riñones sube en horas. Los investigadores vieron que si cambias el sandwich de atún por uno de tofu (con la misma cantidad de proteína) no hay efectos adversos. 

Lo mismo ocurre con la proteína de los huevos y los lácteos, tanto en personas ya enfermas como en personas sanas.

Estudios a corto plazo han indicado que “la sustitución de la proteína animal por proteína de soja se asocia con menos hiperfiltración y pérdida de proteína… frenando por lo tanto el deterioro de la función renal”. Sin embargo, no se había estudio el efecto a largo plazo, hasta el 2014. Un estudio de 6 meses aleatorizado con grupo de control comparó los efectos de la proteína de soja y la proteína láctea en la función renal, y concluyó que “el consumo de soja integral tiende a preservar la función renal en comparación con el placebo de leche en personas con baja función renal”. Se obtienen resultados similares con diabéticos. Incluso la proteína aislada de soja parece ayudar, mientras que la de la leche empeora la situación. 

Una vez tus riñones se han deteriorado hasta el punto de que te hacen perder proteína por la orina, una alimentación a base de plantas podría ayudarte. Se comparó la pérdida de proteína en una dieta estándar baja en sal y una dieta vegana especial suplementada. Los investigadores mostraron cómo, simplemente mediante la alimentación, la disfunción renal puede “apagarse” y “encenderse” como con un interruptor de la luz, dependiendo de qué te llevas a la boca. Puedes ver esa extraordinaria gráfica en mi video

¿Qué ocurre? ¿Por qué causa la proteína animal esta reacción de sobretrabajo, pero la vegetal no? La reacción renal parece ser una respuesta inflamatoria desencadenada por la proteína animal. Lo sabemos porque la administración de un potente medicamento antiinflamatorio suprimió la hiperfiltración. El estrés de los riñones aumenta cuando se come carne, pero ese estrés se mantiene bajo cuando esa comida es suplementada con medicamentos antiinflamatorios. Esto confirma el papel de la inflamación en el impacto de la proteína animal sobre los riñones. 


Esta es una parte de una serie de videos sobre la salud renal: 

He comparado a la proteína animal con la vegetal varias veces. Puedes ver: Restricción de metionina como estrategia para extender la vidaSupervivencia al cáncer de próstata: la relación A/VLa restricción calórica vs. la restricción de proteína animal.

Quizá la demostración más dramática fue el estudio que aparece en mi charla anual del 2015: Alimentos como medicina: prevención y tratamiento de las enfermedades más temidas con alimentación.

Un saludo,

Michael Greger

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