“En los Estados Unidos, aproximadamente uno de cada tres adultos de 65 años o más tienen enfermedades renales crónicas”, como comento en mi video Tratar la insuficiencia renal crónica con la alimentación pero la “mayoría de ellos no llega a estados avanzados de la enfermedad porque la muerte precede a su progresión hacia la etapa final”. Al hacer un seguimiento de mil personas de 65 años o más con insuficiencia renal crónica durante una década, solo algunos llegaron a estar en diálisis, porque la mayoría fallecieron antes. El miedo más grande de los pacientes con problemas renales es la diálisis, pero tienen una probabilidad 13 veces más grande de morir antes de llegar a eso. Las enfermedades cardiacas matan a casi todos los otros casos (sin diálisis) juntos, así que tener problemas renales puede ponerte en riesgo de ataques al corazón, apoplejías y muerte.
Por eso es crítico que cualquier dieta que escojamos para ayudar a nuestros riñones ayude también a nuestro corazón. Una dieta basada en plantas funcionaría, ya que proporciona protección contra el cáncer de riñón, cálculos renales, inflamación renal y acidosis, además de protección contra enfermedades cardiacas. Es decir, “el control de la presión arterial podría verse favorecido por la reducción del consumo de sodio y por la naturaleza vegetariana de la dieta, lo que es muy importante también para reducir el colesterol en el suero sanguíneo”; esto no sólo ayudaría al corazón, sino también a los propios riñones.
En 1858, Rudolf Virchow, el fundador de la patología moderna, fue el primero en describir la degeneración adiposa de los riñones. En 1982, esta idea de la nefrotoxicidad lípida fue formalizada: la posibilidad de que la grasa y el colesterol del torrente sanguíneo pudieran ser directamente tóxicos para los riñones, basado en estudios de autopsias de riñones con tapones de grasa literalmente obstruyendo su función.
Desde que se presentó la noción, ha ganado impulso. Parece que el colesterol alto y la grasa en el torrente sanguíneo podrían acelerar el progreso de la insuficiencia renal crónica a través de efectos tóxicos en las propias células renales. Dada la conexión entre el colesterol y el deterioro de los riñones, se ha recomendado el uso de medicamentos para el colesterol para retrasar el avance de la enfermedad renal. Por supuesto, “hay que tener en cuenta los posibles serios efectos adversos en los músculos y el hígado”. Por eso las dietas basadas en plantas pueden ofrecer lo mejor de ambos mundos, al proteger el corazón y los riñones sin los efectos adversos de los medicamentos.
Los dos inconvenientes potenciales son el fósforo y el potasio de los alimentos vegetales, porque los riñones enfermos pueden tener problemas para procesarlos, pero resulta que el fósforo en la carne se absorbe el doble de rápido, sin mencionar los aditivos de fosfato que le inyectan. Así que, una dieta a base de plantas puede disminuir significativamente los niveles de fósforo en sangre. La preocupación en cuanto al potasio es en gran parte teórica, dado que los efectos alcalinos de los alimentos vegetales ayudan a excretar el potasio, pero no es tan teórica para aquellos en diálisis o en las etapas finales de la enfermedad, quienes deben ser supervisados por un dietista especializado en problemas de riñones.
Se han usado dietas veganas con restricción de proteínas para retrasar o detener el avance de la insuficiencia renal. Un estudio mostró la función renal en declive de 8 diabéticos durante de uno a dos años antes de cambiar a una dieta basada en plantas, que pareció frenar el inexorable declive en la mayoría de los pacientes. Esto hizo que los investigadores lo proclamaran como el mejor tratamiento para la insuficiencia renal.
Una alimentación solamente a base de plantas puede ayudar a retrasar la diálisis de uno a dos años, además de mejorar la supervivencia del riñón y del propio paciente tras un transplante. sin embargo, la mayoría de los estudios son solo estudios piloto, y no importa si es efectivo si no podemos hacer que la gente continúe el tratamiento. Mientras esperamos por estudios más definitivos, ya tenemos información que apoya este tipo de dietas basadas en plantas como una opción para los pacientes con enfermedades renales crónicas o avanzadas.
“Aunque los efectos de una dieta basada en plantas para la progresión de la enfermedad renal aún sean debatibles, los efectos favorables son incuestionables en algunas de las enfermedades cardiovasculares más perjudiciales y desórdenes metabólicos normalmente asociados con la insuficiencia renal”, como la hipertensión y la diabetes, ” y esto supone una razón importante para recomendar una predominancia de proteínas vegetales” en la dieta de pacientes con insuficiencia renal.
Aun así, es un tratamiento que se usa poco, en parte porque para algunas personas es difícil cambiar de dieta. Sin embargo, sabemos que los alimentos altos en proteína animal pueden generar acidosis metabólica. Nuestras dietas “producen demasiado ácido porque son deficientes en frutas y verduras y contienen grandes cantidades de productos animales”. ¿Qué hacen los médicos? Le dan a la gente bicarbonato de sodio. En lugar de tratar la causa (la cantidad de ácido proveniente de la ingesta de demasiados productos animales y muy pocas verduras y frutas), tratan la consecuencia diciendo: “Oh, ¿demasiado ácido? Te daremos algo alcalino, bicarbonato de sodio”. Y ell caso es que funciona. La neutralización del ácido de la dieta con bicarbonato de sodio reduce el daño renal y retrasa el declive de la función renal, pero el bicarbonato de sodio tiene sodio; así que los médicos están añadiendo otro problema.
Si los pacientes no van a reducir el consumo de productos animales, como mínimo deberían aumentar la cantidad de frutas y verduras. Cuando lo hacen, funciona, y sin elevar demasiado el potasio en sangre. Podría incluso funcionar mejor, ya que las frutas y verduras tienen la ventaja adicional de ayudar a reducir la presión arterial. Estudios así estudio son importantes porque muestran que hay una forma segura y simple de tratar la acidosis metabólica: con frutas y verduras. Así que, la clave para detener la progresión de la enfermedad renal crónica podría estar en la sección de frutas y verduras, no en la farmacia.
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Un saludo,
Michael Greger
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