Los síntomas de la COVID-19 frente a la gripe, el resfriado y las alergias

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¿Cuál es la evolución clínica de la COVID-19 para los que sobreviven y los que no?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Priscilla Yang voluntaria activa en NutritionFacts.org.

¿Cómo es la evolución clínica de la COVID-19? Suele empezar con fiebre y tos, pero, antes de eso, parece que el período promedio de incubación (el tiempo que transcurre desde la exposición al virus hasta mostrar los síntomas) dura unos 5 días. Así que podrías estar infectado (y estar contagiando) casi una semana antes de darte cuenta. Casi un 98% de los pacientes que muestran síntomas lo hacen al duodécimo día y por eso se suele exigir una cuarentena de 2 semanas después de la posible exposición. El virus podría liberar viriones más de un mes después del contagio (veinte días es el período promedio), pero no se sabe qué tan contagiosos son los supervivientes (si es que lo son) durante ese lapso de tiempo.

Según un análisis con más de 50 000 pacientes de COVID-19, los síntomas más comunes son la fiebre y la tos y se manifiestan respectivamente en casi un 90 y un 70% de los casos. En cuanto a los síntomas menos comunes, solo unos 4 de cada 10 pacientes experimentan fatiga, 3 de cada 10 tos con flema y 2 de cada 10 dolor muscular. Sobre 1 de cada 10 sufre de síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea, o síntomas parecidos a los de un resfriado, como el goteo y el bloqueo nasal y el dolor de cabeza o garganta. Esto es consecuente con la concentración regional de ACE2, los receptores a los que se engancha el virus, en los pulmones y no en la nariz o la garganta (aunque en el caso de los pangolines los receptores ACE2 sí se encuentran en sus lenguas cazahormigas).

En el video muestro un gráfico que te puede ayudar a diferenciar entre la COVID-19, el resfriado común, la gripe y las alergias estacionales. La dificultad para respirar fue el único síntoma de la COVID-19 que se considera predictivo de una evolución grave. Con él, tienes 6 veces más posibilidades de ingresar en la UCI. Por eso resulta imprescindible detectarlo pronto y pedir asistencia médica. Si aparece, la falta de aliento suele llegar una semana después del comienzo de los síntomas.

La idea de que el 80% de los casos son “leves” viene de una investigación de los CDC chinos que se basó en casi 45 000 casos confirmados. Está claro que hay casos leves e incluso asintomáticos, pero hay que entender a lo que los CDC chinos se refieren con “leve”. En su definición, también se incluyen los casos de neumonía errante, es decir, no eran lo suficientemente graves para requerir oxígeno suplementario u hospitalización. Seguían siendo neumonía, ya que no eran igual que un simple resfriado, pero al menos eran lo suficientemente leves como para que las personas se pudieran tratar en casa.

El 20% restante de los casos confirmados se clasificaron como graves (un 15 %) cuando tenían dificultades para conseguir suficiente oxígeno o como críticos (un 5%) cuando había insuficiencia respiratoria, choque séptico o disfunción multiorgánica. Sobre la mitad de los casos críticos fallecieron. Así que son sobre un 80% de casos leves, un 15% de graves y un 5% de críticos, aunque eso no incluye los casos asintomáticos que no se detectaron ni se llegaron a confirmar.

Ya que hasta 4/5 de los casos son asintomáticos, la probabilidad de morir tras contagiarse puede ir de 1 de cada 1000 a 1 de cada 300, pero en el caso de experimentar síntomas el riesgo sube a 1 de cada 150 casos.

Según las autopsias, la superficie respiratoria del pulmón bajo el microscopio se ve obliterada por tejido cicatrizal. La fibrosis pulmonar (la cicatrización en los pulmones) se prevé como una de las posibles complicaciones a largo plazo para los supervivientes de una evolución grave de la COVID-19. Un seguimiento de 6 meses de supervivientes al SARS reveló que 1 de cada 3 radiografías mostraba cicatrización y hasta 1 de cada 6 pacientes tenía una deficiencia pulmonar notable. 

Las muertes por COVID-19 se producen por la “consolidación” progresiva del pulmón. En otras palabras, tus pulmones se llenan de algo que no es aire. En una neumonía normal se llenan de pus, pero, en los casos provocados por la COVID-19, las autopsias revelan que se ahogaron porque sus pulmones estaban “llenos de una gelatina líquida y transparente”.

Aunque hay buenas noticias, ya que existen factores de riesgo modificables para la muerte y la discapacidad de la COVID-19, o sea, factores que puedes controlar. Los veremos próximamente.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Gráficos de AvoMedia

Créditos de la imagen: annaj vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Priscilla Yang voluntaria activa en NutritionFacts.org.

¿Cómo es la evolución clínica de la COVID-19? Suele empezar con fiebre y tos, pero, antes de eso, parece que el período promedio de incubación (el tiempo que transcurre desde la exposición al virus hasta mostrar los síntomas) dura unos 5 días. Así que podrías estar infectado (y estar contagiando) casi una semana antes de darte cuenta. Casi un 98% de los pacientes que muestran síntomas lo hacen al duodécimo día y por eso se suele exigir una cuarentena de 2 semanas después de la posible exposición. El virus podría liberar viriones más de un mes después del contagio (veinte días es el período promedio), pero no se sabe qué tan contagiosos son los supervivientes (si es que lo son) durante ese lapso de tiempo.

Según un análisis con más de 50 000 pacientes de COVID-19, los síntomas más comunes son la fiebre y la tos y se manifiestan respectivamente en casi un 90 y un 70% de los casos. En cuanto a los síntomas menos comunes, solo unos 4 de cada 10 pacientes experimentan fatiga, 3 de cada 10 tos con flema y 2 de cada 10 dolor muscular. Sobre 1 de cada 10 sufre de síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea, o síntomas parecidos a los de un resfriado, como el goteo y el bloqueo nasal y el dolor de cabeza o garganta. Esto es consecuente con la concentración regional de ACE2, los receptores a los que se engancha el virus, en los pulmones y no en la nariz o la garganta (aunque en el caso de los pangolines los receptores ACE2 sí se encuentran en sus lenguas cazahormigas).

En el video muestro un gráfico que te puede ayudar a diferenciar entre la COVID-19, el resfriado común, la gripe y las alergias estacionales. La dificultad para respirar fue el único síntoma de la COVID-19 que se considera predictivo de una evolución grave. Con él, tienes 6 veces más posibilidades de ingresar en la UCI. Por eso resulta imprescindible detectarlo pronto y pedir asistencia médica. Si aparece, la falta de aliento suele llegar una semana después del comienzo de los síntomas.

La idea de que el 80% de los casos son “leves” viene de una investigación de los CDC chinos que se basó en casi 45 000 casos confirmados. Está claro que hay casos leves e incluso asintomáticos, pero hay que entender a lo que los CDC chinos se refieren con “leve”. En su definición, también se incluyen los casos de neumonía errante, es decir, no eran lo suficientemente graves para requerir oxígeno suplementario u hospitalización. Seguían siendo neumonía, ya que no eran igual que un simple resfriado, pero al menos eran lo suficientemente leves como para que las personas se pudieran tratar en casa.

El 20% restante de los casos confirmados se clasificaron como graves (un 15 %) cuando tenían dificultades para conseguir suficiente oxígeno o como críticos (un 5%) cuando había insuficiencia respiratoria, choque séptico o disfunción multiorgánica. Sobre la mitad de los casos críticos fallecieron. Así que son sobre un 80% de casos leves, un 15% de graves y un 5% de críticos, aunque eso no incluye los casos asintomáticos que no se detectaron ni se llegaron a confirmar.

Ya que hasta 4/5 de los casos son asintomáticos, la probabilidad de morir tras contagiarse puede ir de 1 de cada 1000 a 1 de cada 300, pero en el caso de experimentar síntomas el riesgo sube a 1 de cada 150 casos.

Según las autopsias, la superficie respiratoria del pulmón bajo el microscopio se ve obliterada por tejido cicatrizal. La fibrosis pulmonar (la cicatrización en los pulmones) se prevé como una de las posibles complicaciones a largo plazo para los supervivientes de una evolución grave de la COVID-19. Un seguimiento de 6 meses de supervivientes al SARS reveló que 1 de cada 3 radiografías mostraba cicatrización y hasta 1 de cada 6 pacientes tenía una deficiencia pulmonar notable. 

Las muertes por COVID-19 se producen por la “consolidación” progresiva del pulmón. En otras palabras, tus pulmones se llenan de algo que no es aire. En una neumonía normal se llenan de pus, pero, en los casos provocados por la COVID-19, las autopsias revelan que se ahogaron porque sus pulmones estaban “llenos de una gelatina líquida y transparente”.

Aunque hay buenas noticias, ya que existen factores de riesgo modificables para la muerte y la discapacidad de la COVID-19, o sea, factores que puedes controlar. Los veremos próximamente.

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Créditos de la imagen: annaj vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

Nota del Doctor

Este es el séptimo video de mi serie sobre pandemias y COVID-19. Aquí tienes los primeros seis en caso de que te los hayas perdido:

Estos son los que publicaremos próximamente:

Tengo la serie completa (en inglés) disponible para descargarla gratuitamente en DrGreger.org y puedes ahondar un poco más en mi nuevo libro (disponible solo en inglés) How to Survive a Pandemic, en caso de que no lo sepas, todas las ganancias de las ventas de este libro son donadas a instituciones para la prevención de pandemias.

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