Cómo la industria de la pintura con plomo se salió con la suya

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Los 69 años de demora en la prohibición del plomo en la pintura en los E.E.U.U. ha sido atribuida al tremendo esfuerzo de presión y mercadotecnia de la industria que se beneficia con este veneno.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Hace miles de años que sabemos que el plomo puede ser tóxico y más de un siglo que sabemos que los niños se pueden intoxicar con la pintura con plomo. Desde esos primeros casos, la “industria del plomo se ha movilizado contra los avances de la ciencia”, tal como discuto en mi video Cómo la industria de la pintura con plomo se salió con la suya.

Para 1926, la intoxicación por plomo ya “ocurría con relativa frecuencia en niños”; sin embargo, “en Estados Unidos, se permitió el uso de pintura a base de plomo hasta 1978”. Por el contrario, en Europa, muchos países dijeron: “Ehh, ¿niños intoxicados? No, gracias”, y “prohibieron el uso de pintura a base de plomo allá por 1909”. 

“La demora en prohibir la pintura a base de plomo en Estados Unidos se debió, en gran parte, a las campañas de marketing y a los grupos de presión de la industria del plomo”, que obtenían ganancias a partir del veneno. Sabían que no lo podían posponer para siempre, pero la industria se jactaba de sus “triunfos en cuanto al aplazamiento en la implementación de (…) normas”.

Y ahora, “la pintura descascarada se transforma en un polvo venenoso”. Adivina dónde termina. Como dijo un decano de Mount Sinai y profesor de Neurología de Harvard: “El plomo es un veneno devastador. Daña el cerebro de los niños, deteriora la inteligencia, disminuye la creatividad…”, el buen juicio y el lenguaje. Sin embargo, a pesar de la evidencia acumulada, la industria del plomo no solo no le advirtió al público, sino que “se embarcó en una promoción enérgica de la pintura con plomo”. Depués de todo, una lata de pintura al albayalde pura tenía cantidades inmensas de plomo, lo que significaba más ganancias para la industria.

Pero, como puedes ver en una vieja publicidad que muestro en el minuto 1:55 de mi video, si tu hijo pequeño toca pintura a base de plomo, “no hay razón para preocuparse”, porque las marcas que deja con las manos o la suciedad” se pueden sacar “fácilmente sin dañar la pintura”. No querrías dañar la pintura. Después de todo, “las paredes pintadas son higiénicas…”.

El director de la Lead Industry Association (Asociación de Industrias del Plomo) culpó a las víctimas: “La intoxicación infantil por plomo es, básicamente, un problema de las viviendas de barrios pobres y de padres relativamente ignorantes”.

“Parecía que no había cantidad suficiente de evidencia, de estadísticas sobre la salud o de indignación popular que pudiera hacer que la industria se preocupara por el hecho de que la pintura a base de plomo que producían estuviera matando y envenenando niños”; pero, ¿cuán indignado estaba el público, en realidad?

“Está de más aclarar que el plomo es un veneno dañino y devastador”, y que “literalmente, millones de niños han sido diagnosticados con niveles elevados de plomo en la sangre…”. Comparemos eso con la polio, por ejemplo. “En los años 50, hubo menos de sesenta mil casos nuevos de polio por año, pero eso provocó un estado casi de pánico entre los padres estadounidenses y una movilización a nivel nacional que condujo a campañas de vacunación que prácticamente erradicaron la enfermedad en menos de una década”. Por el contrario, a pesar de que “las vidas de millones de niños se vieron perjudicadas por la exposición al plomo…, en los últimos cien años, no ha habido una movilización similar a nivel nacional a raíz del plomo”. Hoy en día, después de un siglo —literalmente—, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que aún hay más de quinientos mil niños con “niveles elevados de plomo en la sangre”.

La buena noticia es que los niveles de plomo en sangre están disminuyendo, lo que constituye uno de nuestros mayores logros en materia de salud pública. Pero, dado lo que sabíamos y el tiempo durante el cual lo hemos sabido, “es impertinente afirmar que la disminución en la intoxicación infantil por plomo es una victoria de la salud pública”. En efecto, “aun si lo fuera… sería una victoria minimizada por nuestro fracaso en aprender de la epidemia y tomar medidas para reducir de forma dramática la exposición a otras sustancias que se sospecha o se sabe que son tóxicas para el medioambiente, y a sustancias químicas cuya toxicidad es incierta”.

Esa es una de las razones por las que quería hacer esta serie sobre el plomo. Debemos aprender de nuestra historia para que la próxima vez que una industria le quiera vender algo a nuestros hijos, nos atengamos a la ciencia. Y, por supuesto, los niveles de plomo no están disminuyendo para todos.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosana Battagliotti.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Crédito de la imagen: Jason Rogers vía Flickr. La imagen ha sido modificada.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Hace miles de años que sabemos que el plomo puede ser tóxico y más de un siglo que sabemos que los niños se pueden intoxicar con la pintura con plomo. Desde esos primeros casos, la “industria del plomo se ha movilizado contra los avances de la ciencia”, tal como discuto en mi video Cómo la industria de la pintura con plomo se salió con la suya.

Para 1926, la intoxicación por plomo ya “ocurría con relativa frecuencia en niños”; sin embargo, “en Estados Unidos, se permitió el uso de pintura a base de plomo hasta 1978”. Por el contrario, en Europa, muchos países dijeron: “Ehh, ¿niños intoxicados? No, gracias”, y “prohibieron el uso de pintura a base de plomo allá por 1909”. 

“La demora en prohibir la pintura a base de plomo en Estados Unidos se debió, en gran parte, a las campañas de marketing y a los grupos de presión de la industria del plomo”, que obtenían ganancias a partir del veneno. Sabían que no lo podían posponer para siempre, pero la industria se jactaba de sus “triunfos en cuanto al aplazamiento en la implementación de (…) normas”.

Y ahora, “la pintura descascarada se transforma en un polvo venenoso”. Adivina dónde termina. Como dijo un decano de Mount Sinai y profesor de Neurología de Harvard: “El plomo es un veneno devastador. Daña el cerebro de los niños, deteriora la inteligencia, disminuye la creatividad…”, el buen juicio y el lenguaje. Sin embargo, a pesar de la evidencia acumulada, la industria del plomo no solo no le advirtió al público, sino que “se embarcó en una promoción enérgica de la pintura con plomo”. Depués de todo, una lata de pintura al albayalde pura tenía cantidades inmensas de plomo, lo que significaba más ganancias para la industria.

Pero, como puedes ver en una vieja publicidad que muestro en el minuto 1:55 de mi video, si tu hijo pequeño toca pintura a base de plomo, “no hay razón para preocuparse”, porque las marcas que deja con las manos o la suciedad” se pueden sacar “fácilmente sin dañar la pintura”. No querrías dañar la pintura. Después de todo, “las paredes pintadas son higiénicas…”.

El director de la Lead Industry Association (Asociación de Industrias del Plomo) culpó a las víctimas: “La intoxicación infantil por plomo es, básicamente, un problema de las viviendas de barrios pobres y de padres relativamente ignorantes”.

“Parecía que no había cantidad suficiente de evidencia, de estadísticas sobre la salud o de indignación popular que pudiera hacer que la industria se preocupara por el hecho de que la pintura a base de plomo que producían estuviera matando y envenenando niños”; pero, ¿cuán indignado estaba el público, en realidad?

“Está de más aclarar que el plomo es un veneno dañino y devastador”, y que “literalmente, millones de niños han sido diagnosticados con niveles elevados de plomo en la sangre…”. Comparemos eso con la polio, por ejemplo. “En los años 50, hubo menos de sesenta mil casos nuevos de polio por año, pero eso provocó un estado casi de pánico entre los padres estadounidenses y una movilización a nivel nacional que condujo a campañas de vacunación que prácticamente erradicaron la enfermedad en menos de una década”. Por el contrario, a pesar de que “las vidas de millones de niños se vieron perjudicadas por la exposición al plomo…, en los últimos cien años, no ha habido una movilización similar a nivel nacional a raíz del plomo”. Hoy en día, después de un siglo —literalmente—, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que aún hay más de quinientos mil niños con “niveles elevados de plomo en la sangre”.

La buena noticia es que los niveles de plomo en sangre están disminuyendo, lo que constituye uno de nuestros mayores logros en materia de salud pública. Pero, dado lo que sabíamos y el tiempo durante el cual lo hemos sabido, “es impertinente afirmar que la disminución en la intoxicación infantil por plomo es una victoria de la salud pública”. En efecto, “aun si lo fuera… sería una victoria minimizada por nuestro fracaso en aprender de la epidemia y tomar medidas para reducir de forma dramática la exposición a otras sustancias que se sospecha o se sabe que son tóxicas para el medioambiente, y a sustancias químicas cuya toxicidad es incierta”.

Esa es una de las razones por las que quería hacer esta serie sobre el plomo. Debemos aprender de nuestra historia para que la próxima vez que una industria le quiera vender algo a nuestros hijos, nos atengamos a la ciencia. Y, por supuesto, los niveles de plomo no están disminuyendo para todos.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosana Battagliotti.

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Crédito de la imagen: Jason Rogers vía Flickr. La imagen ha sido modificada.

Nota del Doctor

Tan pronto me enteré sobre la crisis que se desarrolla en Flint, Michigan, supe que tenía que profundizar aún más en la literatura médica para ver si había algo que estos niños pudieran hacer con su dieta para reducir el volumen en sus cuerpos.

La mayoría de las veces que toco un tema en NutritionFacts.org ya lo he mencionado previamente por lo que, entre medio, tengo que investigar los más recientes estudios publicados. Pero nunca había realmente profundizado sobre el envenenamiento por plomo, así que me enfrenté a más de un siglo de literatura científica respecto a este tema. Y sí, descubrí que hay alimentos que pueden ayudar, pero también aprendí sobre moralejas como esta sobre nuestra vergonzosa historia con la pintura a base de plomo. Comprendiendo esta lección ojalá pongamos más pensamiento crítico en la prevención de futuros desastres que podrían surgir cuando nuestra sociedad permite que el aprovechamiento económico esté por encima de las personas.

Esta es la primera de una serie de 11 partes con respecto al plomo. Estén atentos a:

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