Efectos a largo plazo de la infección cerebral por toxoplasma

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Los efectos de los parásitos cerebrales de toxoplasma pueden ocasionar alteraciones de la personalidad.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.

De todas las enfermedades transmitidas por los alimentos, un parásito cerebral llamado toxoplasma está clasificado como la cuarta causa de hospitalización y la segunda causa de muerte en los Estados Unidos. Casi una cuarta parte de nosotros ha sido infectado; uno de cada tres antes de los cincuenta años. Si bien este parásito puede quedarse en el cerebro de por vida, nuestro sistema inmunológico es tan bueno para mantenerlo a raya que nunca es capaz de manifestarse en la mayoría de las personas sanas, o al menos abiertamente. “Estudios han revelado asociaciones entre la infección por toxoplasma y la presencia de diversos trastornos psiquiátricos en humanos”: esquizofrenia, trastorno bipolar, suicidio, autolesión y deterioro de la memoria al envejecer. ¿Cómo puede un pequeño parásito alterar nuestro comportamiento?

Mencioné anteriormente que la rabia se concentra en la saliva y que ataca específicamente al centro emocional del cerebro para controlar el comportamiento de los animales, volviéndolos agresivos para que transmitan el virus a otros efectivamente por medio de una mordida. También está el famoso hongo que puede infectar el cerebro de las hormigas y tomar el control de sus acciones por completo. Estos son ejemplos de manipulación parasitaria, en la que el parásito manipula al huésped “alterando su comportamiento para incrementar la transmisividad de la infección”. Y el toxoplasma es tal vez uno de los ejemplos más convincentes de un parásito que puede manipular a nuestra especie.

Dado que el parásito puede desarrollarse bien en los gatos, los roedores infectados crónicamente dejan de responder con miedo a su olor, de hecho, su respuesta física se invierte en atracción: se sienten atraídos por el olor de los gatos, sirviendo al parásito en una bandeja de plata. El parásito manipula el cerebro de los roedores para convertir su aversión innata a los gatos en una “atracción felina suicida”. Los ratones se sienten atraídos por la orina del gato y esa atracción felina suicida parece ser específica hacia los gatos, pues no parecen sentirse atraídos a la orina en general. Permanecen indiferentes ante la orina de conejo y continúan siendo ahuyentados por la orina de otros depredadores. Entonces, por un lado, la manipulación parasitaria parece increíblemente específica, pero el parásito no solo quiere que el ratón busque al gato, sino que también se lo coma. Así, los roedores también presentan estos efectos generales: función motora dañada, tiempos de respuesta más lentos, memoria y coordinación. Cuando un gato ataca al roedor, el parásito intenta asegurarse de que el ratón no se escape. Algo similar ocurre con las nutrias marinas de California que se contagian de toxoplasma: es más probable que se las coman los tiburones. Y no es que el parásito quiera infectar a los tiburones, puede ser simplemente un subproducto del tipo de déficit cognitivo general que es tan útil para el parásito en otros contextos.

También es como cuando los humanos se contagian de toxoplasma: comienza a gustarnos más el olor a orina de gato. ¿No es raro? El parásito sabe exactamente lo que hace. Pero son los efectos más generales los que nos preocupan. No tenemos que preocuparnos de que nuestra nueva apreciación por la orina de tigre diente de sable haga que nos coman, pero alterar nuestros tiempos de reacción, eso podría ser un problema. Podría ser la razón por la que varios estudios han demostrado más accidentes de tráfico y en el lugar de trabajo entre los infectados crónicamente. Pero puede que no solo se trate de tener un tiempo de reacción más lento. El parásito también parece afectar las alteraciones más sutiles del comportamiento, como las alteraciones de la personalidad que nos hacen más propensos a asumir riesgos. Eso es bueno para el parásito en el juego del gato y el ratón, pero no tanto cuando se trata de conducir un automóvil o cuando decidimos tomarnos una copa más. Tal vez una de las razones por las que las personas con este parásito cerebral sufren tantos accidentes automovilísticos es que el toxoplasma puede hacer que las personas tengan comportamientos más riesgosos, como el consumo excesivo de alcohol.

Normalmente pensamos que la malaria es el parásito más letal para la humanidad. Sin embargo, cuando tomamos en cuenta los cientos de miles de muertes que se producen debido a un aumento en la probabilidad de sufrir accidentes de tránsito, accidentes de trabajo, suicidios y posiblemente también otros efectos secundarios de la toxoplasmosis, tal vez esta infección latente, supuestamente “asintomática”, que ha infectado a uno de cada cuatro estadounidenses, podría sobrepasar a la malaria fácilmente. Antes de discutir cómo prevenirla y tratarla, veamos cuáles podrían ser estos efectos secundarios.

Exactamente, ¿cómo manipula el comportamiento el toxoplasma? Bueno, una pista que obtuvimos hace décadas es el aumento de los niveles de dopamina en el cerebro. Puede demostrarse directamente en una placa de petri con tejido cerebral infectado. Resulta que estos parásitos en realidad tienen una enzima que produce dopamina y la libera en el tejido cerebral circundante. ¿Cuál es la relevancia de este mecanismo? La dopamina elevada es una característica de la esquizofrenia. De hecho, casi todos los fármacos antipsicóticos modernos intentan reducir los niveles de dopamina, ya sea inhibiendo los receptores de dopamina o disminuyendo el nivel de dopamina en el cerebro.

Entonces, ¿es posible que la mayor acumulación y liberación de dopamina observada durante la infección por toxoplasma pueda aumentar el riesgo de sufrir esquizofrenia? Bueno, eso debe ser fácil de averiguar. ¿Será que las personas con esquizofrenia tienen una mayor prevalencia de infección? Sí, una mayor prevalencia de toxoplasmosis en personas con esquizofrenia ha sido demostrada en al menos 50 estudios.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: CDC/Dr. L.L. Moore, Jr. vía publicdomainfiles. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.

De todas las enfermedades transmitidas por los alimentos, un parásito cerebral llamado toxoplasma está clasificado como la cuarta causa de hospitalización y la segunda causa de muerte en los Estados Unidos. Casi una cuarta parte de nosotros ha sido infectado; uno de cada tres antes de los cincuenta años. Si bien este parásito puede quedarse en el cerebro de por vida, nuestro sistema inmunológico es tan bueno para mantenerlo a raya que nunca es capaz de manifestarse en la mayoría de las personas sanas, o al menos abiertamente. “Estudios han revelado asociaciones entre la infección por toxoplasma y la presencia de diversos trastornos psiquiátricos en humanos”: esquizofrenia, trastorno bipolar, suicidio, autolesión y deterioro de la memoria al envejecer. ¿Cómo puede un pequeño parásito alterar nuestro comportamiento?

Mencioné anteriormente que la rabia se concentra en la saliva y que ataca específicamente al centro emocional del cerebro para controlar el comportamiento de los animales, volviéndolos agresivos para que transmitan el virus a otros efectivamente por medio de una mordida. También está el famoso hongo que puede infectar el cerebro de las hormigas y tomar el control de sus acciones por completo. Estos son ejemplos de manipulación parasitaria, en la que el parásito manipula al huésped “alterando su comportamiento para incrementar la transmisividad de la infección”. Y el toxoplasma es tal vez uno de los ejemplos más convincentes de un parásito que puede manipular a nuestra especie.

Dado que el parásito puede desarrollarse bien en los gatos, los roedores infectados crónicamente dejan de responder con miedo a su olor, de hecho, su respuesta física se invierte en atracción: se sienten atraídos por el olor de los gatos, sirviendo al parásito en una bandeja de plata. El parásito manipula el cerebro de los roedores para convertir su aversión innata a los gatos en una “atracción felina suicida”. Los ratones se sienten atraídos por la orina del gato y esa atracción felina suicida parece ser específica hacia los gatos, pues no parecen sentirse atraídos a la orina en general. Permanecen indiferentes ante la orina de conejo y continúan siendo ahuyentados por la orina de otros depredadores. Entonces, por un lado, la manipulación parasitaria parece increíblemente específica, pero el parásito no solo quiere que el ratón busque al gato, sino que también se lo coma. Así, los roedores también presentan estos efectos generales: función motora dañada, tiempos de respuesta más lentos, memoria y coordinación. Cuando un gato ataca al roedor, el parásito intenta asegurarse de que el ratón no se escape. Algo similar ocurre con las nutrias marinas de California que se contagian de toxoplasma: es más probable que se las coman los tiburones. Y no es que el parásito quiera infectar a los tiburones, puede ser simplemente un subproducto del tipo de déficit cognitivo general que es tan útil para el parásito en otros contextos.

También es como cuando los humanos se contagian de toxoplasma: comienza a gustarnos más el olor a orina de gato. ¿No es raro? El parásito sabe exactamente lo que hace. Pero son los efectos más generales los que nos preocupan. No tenemos que preocuparnos de que nuestra nueva apreciación por la orina de tigre diente de sable haga que nos coman, pero alterar nuestros tiempos de reacción, eso podría ser un problema. Podría ser la razón por la que varios estudios han demostrado más accidentes de tráfico y en el lugar de trabajo entre los infectados crónicamente. Pero puede que no solo se trate de tener un tiempo de reacción más lento. El parásito también parece afectar las alteraciones más sutiles del comportamiento, como las alteraciones de la personalidad que nos hacen más propensos a asumir riesgos. Eso es bueno para el parásito en el juego del gato y el ratón, pero no tanto cuando se trata de conducir un automóvil o cuando decidimos tomarnos una copa más. Tal vez una de las razones por las que las personas con este parásito cerebral sufren tantos accidentes automovilísticos es que el toxoplasma puede hacer que las personas tengan comportamientos más riesgosos, como el consumo excesivo de alcohol.

Normalmente pensamos que la malaria es el parásito más letal para la humanidad. Sin embargo, cuando tomamos en cuenta los cientos de miles de muertes que se producen debido a un aumento en la probabilidad de sufrir accidentes de tránsito, accidentes de trabajo, suicidios y posiblemente también otros efectos secundarios de la toxoplasmosis, tal vez esta infección latente, supuestamente “asintomática”, que ha infectado a uno de cada cuatro estadounidenses, podría sobrepasar a la malaria fácilmente. Antes de discutir cómo prevenirla y tratarla, veamos cuáles podrían ser estos efectos secundarios.

Exactamente, ¿cómo manipula el comportamiento el toxoplasma? Bueno, una pista que obtuvimos hace décadas es el aumento de los niveles de dopamina en el cerebro. Puede demostrarse directamente en una placa de petri con tejido cerebral infectado. Resulta que estos parásitos en realidad tienen una enzima que produce dopamina y la libera en el tejido cerebral circundante. ¿Cuál es la relevancia de este mecanismo? La dopamina elevada es una característica de la esquizofrenia. De hecho, casi todos los fármacos antipsicóticos modernos intentan reducir los niveles de dopamina, ya sea inhibiendo los receptores de dopamina o disminuyendo el nivel de dopamina en el cerebro.

Entonces, ¿es posible que la mayor acumulación y liberación de dopamina observada durante la infección por toxoplasma pueda aumentar el riesgo de sufrir esquizofrenia? Bueno, eso debe ser fácil de averiguar. ¿Será que las personas con esquizofrenia tienen una mayor prevalencia de infección? Sí, una mayor prevalencia de toxoplasmosis en personas con esquizofrenia ha sido demostrada en al menos 50 estudios.

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Créditos de la imagen: CDC/Dr. L.L. Moore, Jr. vía publicdomainfiles. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

Nota del Doctor

Recuerda que las infecciones crónicas no son raras, cerca de uno de cada cuatro estadounidenses adolescentes y adultos ya se encuentran infectados. Si eso te sorprende seguramente te perdiste mi primer video de esta serie de cuatro partes, pero te lo tengo aquí para que lo veas: El toxoplasma es un parásito cerebral manipulador de transmisión alimentaria y no te pierdas los siguientes ¿Causa esquizofrenia el toxoplasma? y Cómo prevenir la toxoplasmosis.

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