La parabiosis confirma los factores del envejecimiento de transmisión hemática

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Los experimentos macabros en los que se une quirúrgicamente a animales mayores con animales jóvenes muestran que podría haber algo en la sangre que causa envejecimiento.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Viviana García voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Uno de los mayores rasgos de envejecimiento es el deterioro de la capacidad regenerativa de nuestros tejidos. Hay células madre, por ejemplo, en nuestros músculos que pueden intervenir a la primera señal de lesión para reparar todo daño. ¿Es el declive de las capacidades de renovación de tejidos debido a alguna propiedad intrínseca de las células madre que envejecen o una consecuencia de estar atrapadas en un cuerpo que envejece? Para descubrirlo, investigadores injertaron músculos de ratas viejas en ratas jóvenes y viceversa. En la rata joven, hasta los músculos atrofiados débiles de ratas extremadamente viejas al final de sus vidas recuperaron su fuerza, volumen y capacidad de regeneración. Volvieron a ser jóvenes así que esa capacidad siempre existió. Y los músculos jóvenes en ratas viejas perdieron capacidad de regeneración, así que parece ser algo relacionado con el entorno que las rodea en lugar de los defectos inherentes de la edad.

Para ver si los elementos críticos circulaban en el torrente sanguíneo, se cultivaron células madre de músculos viejos en sangre de animales jóvenes. Solo esto tuvo un efecto rejuvenecedor, el cual sugiere que debe haber un tipo de factores revitalizantes en la juventud que perdemos al envejecer o, inversamente, un componente represor de la reparación que se acumula). En todo caso, estas pueden ser buenas noticias, porque si podemos descubrir cuáles son estos factores, podemos ser capaces de ralentizar el envejecimiento o hasta revertirlo.

¿Se puede recuperar más que solo músculo? ¿Qué sucede con el cerebro y demás órganos? Para ver el alcance en que factores circulantes pueden desempeñar un rol al afectar el envejecimiento, los investigadores recurrieron a un procedimiento macabro llamado parabiosis, del griego para, que significa “próximo a” y bios “vida”. Fue el intento de recrear el fenómeno de los siameses en un laboratorio al coser animales entre ellos para estudiar los efectos de factores transmisibles.

A menudo se les llama “siameses” por la notoriedad de dos hermanos siameses estadounidenses del siglo XIX unidos por el torso. Las hermanas Blažek son las únicas siamesas de las que se tenga noticia que hayan dado a luz. Josepha y Rosa Blažek estaban unidas literalmente por la cadera. Cuando Rosa quedó embarazada, las mamas de ambas se desarrollaron y empezaron a lactar, confirmando la teoría que hoy conocemos como cierta de que la lactancia es regulada por las hormonas circulantes en sangre. Y, ¿qué sucede con los factores de envejecimiento circulantes en sangre?

Los investigadores pueden conectar quirúrgicamente piel, circulación, paredes musculares, cavidades corporales y articulaciones de la escápula de dos animales. Los intentos tempranos de injerto en diferentes especies fallaron, por ejemplo, mamíferos a pájaros o gato a rata, pero en 1862, un científico pionero francés pudo unir exitosamente dos ratas jóvenes.

La primera unión heterocrónica (hetero “diferente”, khronos “tiempo”) se creó en 1955 para responder a: ¿qué sucedería si sumerges los tejidos de un animal viejo en la sangre de uno joven? El título del estudio fue: “Prolongación experimental de la esperanza de vida”. Ratas viejas unidas a ratas jóvenes vivieron aproximadamente un 20 % más que ratas viejas unidas entre sí. Experimentos posteriores mostraron que ratones viejos unidos a jóvenes se volvieron más sanos, más fuertes y más listos. Se rejuvenecieron tejidos envejecidos en varios órganos, incluidos el cerebro, el corazón, el páncreas, el esqueleto y los músculos.

Sin embargo, no significa necesariamente ralentizar el envejecimiento sino un tipo de factor regenerador de transmisión hemática, tal vez los más viejos solo tomaron ventaja de la reserva de capacidad de los órganos en animales jóvenes como tener un par extra de riñones jóvenes. Para ver si hay algún elemento transmisible de envejecimiento o antienvejecimiento, en lugar de compartir órganos y todo un sistema circulatorio ¿cómo sería solo una transfusión de sangre joven? Después de todo, como concluyó una reseña de la revista American Aging Association: “el uso de parabiosis en humanos no se realiza actualmente debido a complicaciones quirúrgicas y el resultante estilo de vida no deseable”. ¿Lo crees? Pero una transfusión de sangre joven sería fácil. ¿Sirve? Lo sabremos a continuación.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Viviana García voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Uno de los mayores rasgos de envejecimiento es el deterioro de la capacidad regenerativa de nuestros tejidos. Hay células madre, por ejemplo, en nuestros músculos que pueden intervenir a la primera señal de lesión para reparar todo daño. ¿Es el declive de las capacidades de renovación de tejidos debido a alguna propiedad intrínseca de las células madre que envejecen o una consecuencia de estar atrapadas en un cuerpo que envejece? Para descubrirlo, investigadores injertaron músculos de ratas viejas en ratas jóvenes y viceversa. En la rata joven, hasta los músculos atrofiados débiles de ratas extremadamente viejas al final de sus vidas recuperaron su fuerza, volumen y capacidad de regeneración. Volvieron a ser jóvenes así que esa capacidad siempre existió. Y los músculos jóvenes en ratas viejas perdieron capacidad de regeneración, así que parece ser algo relacionado con el entorno que las rodea en lugar de los defectos inherentes de la edad.

Para ver si los elementos críticos circulaban en el torrente sanguíneo, se cultivaron células madre de músculos viejos en sangre de animales jóvenes. Solo esto tuvo un efecto rejuvenecedor, el cual sugiere que debe haber un tipo de factores revitalizantes en la juventud que perdemos al envejecer o, inversamente, un componente represor de la reparación que se acumula). En todo caso, estas pueden ser buenas noticias, porque si podemos descubrir cuáles son estos factores, podemos ser capaces de ralentizar el envejecimiento o hasta revertirlo.

¿Se puede recuperar más que solo músculo? ¿Qué sucede con el cerebro y demás órganos? Para ver el alcance en que factores circulantes pueden desempeñar un rol al afectar el envejecimiento, los investigadores recurrieron a un procedimiento macabro llamado parabiosis, del griego para, que significa “próximo a” y bios “vida”. Fue el intento de recrear el fenómeno de los siameses en un laboratorio al coser animales entre ellos para estudiar los efectos de factores transmisibles.

A menudo se les llama “siameses” por la notoriedad de dos hermanos siameses estadounidenses del siglo XIX unidos por el torso. Las hermanas Blažek son las únicas siamesas de las que se tenga noticia que hayan dado a luz. Josepha y Rosa Blažek estaban unidas literalmente por la cadera. Cuando Rosa quedó embarazada, las mamas de ambas se desarrollaron y empezaron a lactar, confirmando la teoría que hoy conocemos como cierta de que la lactancia es regulada por las hormonas circulantes en sangre. Y, ¿qué sucede con los factores de envejecimiento circulantes en sangre?

Los investigadores pueden conectar quirúrgicamente piel, circulación, paredes musculares, cavidades corporales y articulaciones de la escápula de dos animales. Los intentos tempranos de injerto en diferentes especies fallaron, por ejemplo, mamíferos a pájaros o gato a rata, pero en 1862, un científico pionero francés pudo unir exitosamente dos ratas jóvenes.

La primera unión heterocrónica (hetero “diferente”, khronos “tiempo”) se creó en 1955 para responder a: ¿qué sucedería si sumerges los tejidos de un animal viejo en la sangre de uno joven? El título del estudio fue: “Prolongación experimental de la esperanza de vida”. Ratas viejas unidas a ratas jóvenes vivieron aproximadamente un 20 % más que ratas viejas unidas entre sí. Experimentos posteriores mostraron que ratones viejos unidos a jóvenes se volvieron más sanos, más fuertes y más listos. Se rejuvenecieron tejidos envejecidos en varios órganos, incluidos el cerebro, el corazón, el páncreas, el esqueleto y los músculos.

Sin embargo, no significa necesariamente ralentizar el envejecimiento sino un tipo de factor regenerador de transmisión hemática, tal vez los más viejos solo tomaron ventaja de la reserva de capacidad de los órganos en animales jóvenes como tener un par extra de riñones jóvenes. Para ver si hay algún elemento transmisible de envejecimiento o antienvejecimiento, en lugar de compartir órganos y todo un sistema circulatorio ¿cómo sería solo una transfusión de sangre joven? Después de todo, como concluyó una reseña de la revista American Aging Association: “el uso de parabiosis en humanos no se realiza actualmente debido a complicaciones quirúrgicas y el resultante estilo de vida no deseable”. ¿Lo crees? Pero una transfusión de sangre joven sería fácil. ¿Sirve? Lo sabremos a continuación.

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

Entonces, ¿Se puede ralentizar el envejecimiento con transfusiones de sangre joven?. Ese es el próximo video.

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