La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
¿Cuáles son los riesgos de contraer el parásito cerebral toxoplasma a través de los excrementos de gato o la carne?
El parásito cerebral toxoplasma “es responsable de una morbilidad y mortalidad considerables”, es decir, de enfermedades y muertes, “en Estados Unidos”. Ocupa el segundo puesto entre las causas de muerte relacionadas con los alimentos en Estados Unidos, después de la Salmonella. Este parásito puede penetrar a través de la placenta, por lo que puede resultar especialmente devastador durante el embarazo, al provocar abortos, ceguera o retraso en el desarrollo del feto. También puede afectar a la función cognitiva en adultos, lo que explica por qué se atribuye un mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico los infectados, por ejemplo. “Múltiples líneas de evidencia indican que las infecciones crónicas causadas por el T. gondii [toxoplasma] están probablemente asociadas con ciertos trastornos psiquiátricos en los seres humanos”. Incluso puede aumentar el riesgo de desarrollar leucemia. ¡Eso no es poca cosa! Entonces, ¿cómo lo prevenimos?
El parásito puede introducirse en los músculos, por lo que podemos contraerlo a través del consumo de carne. También podemos infectarnos por el contacto con heces de animales como los gatos. Afortunadamente, en los gatos, el “peligro de infección solo existe cuando el animal está excretando activamente ooquistes”, los quistes tisulares formados por el parásito. Los gatos se contagian al comer roedores infectados, por lo que “los que se quedan en interiores, no cazan ni se alimentan con carne cruda no suelen contraer la infección por T. gondiiy, por tanto, suponen un riesgo bajo para los humanos”. Sin embargo, si los gatos del vecindario o los callejeros convierten los jardines o los areneros del parque infantil del barrio en su caja de arena particular, eso podría ser un problema. Hasta un 6 % de los gatos callejeros o con acceso al exterior pueden estar activamente infectados en un momento dado. No obstante, solo excretan el parásito durante unas semanas, por lo que si adoptas un gato de un refugio, no debería haber peligro, a no ser que no acabe de entrar.
Muchas mujeres han oído hablar de la relación con los gatos, pero quizá sean menos conscientes del riesgo de infección alimentaria. Solo una de cada tres sabe que el toxoplasma “puede encontrarse en la carne cruda o poco hecha. Sin embargo, un alto porcentaje de mujeres indicaron que no comen carne poco hecha durante el embarazo y que practican buenas medidas higiénicas, como lavarse las manos después de manipular carne cruda, trabajar en el jardín [donde los gatos pueden depositar sus excrementos] o cambiar la arena del gato”.
¿Cuál es el tipo de carne con mayor riesgo? “El ganado vacuno no se considera un huésped importante” del parásito; lo son más los cerdos y las aves de corral, así como las ovejas y las cabras. La prevalencia de la infección entre los cerdos criados en granjas industriales varía entre el 0 % y más del 90 %. Irónicamente, “la probabilidad de infección por T. gondii en la carne ecológica… parece ser mayor que en los animales criados de forma convencional” porque los animales criados de forma ecológica tienen acceso al exterior.
Pero, ¿quién deja medio cruda la carne de cerdo y de ave? Sorprendentemente, cuando se trata de alcanzar las temperaturas necesarias para matar patógenos, aproximadamente uno de cada tres estadounidenses puede no cocinar suficientemente la carne en general. Una sola loncha de jamón, por ejemplo, puede contener más de mil parásitos.
“La inspección de la carne que se hace en la actualidad en el matadero no puede detectar la presencia de parásitos T. gondii”. Hay pruebas que se pueden realizar, pero “no hay tests generalizados en la inspección de la carne”. Sin embargo, el riesgo de una sola ración de carne es muy bajo. Se ha calculado que la probabilidad media de infección por ración de cordero, por ejemplo, es de aproximadamente 1 entre 67 000. La razón de que haya 16 veces más casos atribuidos al consumo de carne de cerdo no es que los cerdos se vean más afectados, sino que en Estados Unidos comemos muchas más chuletas de cerdo que de cordero.
¿Hay algo que podamos hacer si formamos parte del 25 % de estadounidenses, aproximadamente, que ya están infectados? Bueno, uno de los problemas de tener estos parásitos en el cerebro es el deterioro cognitivo acelerado a medida que envejecemos. Un estudio evaluó a adultos mayores cada año durante cinco años y descubrió que la función ejecutiva de los que daban positivo en las pruebas de toxoplasma parecía disminuir más rápidamente con el tiempo, al igual que su estado mental general. Esto se puede ver en el punto temporal 3:26 de mi video Cómo prevenir la toxoplasmosis.
La reducción de la disponibilidad de folato también se asocia con el deterioro cognitivo, y en realidad los dos pueden estar relacionados. “Pruebas recientes sugieren que el T. gondii puede cosechar folato de las células neuronales del huésped”… directamente de nuestras células nerviosas. Así que, además de producir dopamina, que es por lo que pensamos que la toxoplasmosis aumenta el riesgo de padecer esquizofrenia, el parásito puede estar succionando folato de nuestro cerebro. ¿Es suficiente como para afectar a nuestro funcionamiento cognitivo?
Tal vez. En el siguiente gráfico y en el punto 4:04 de mi video, se puede ver una tabla que mide la función cognitiva en un rango de concentraciones de folato. Entre los que no están infectados, no parece importar si tienen mucho o poco folato; es evidente que tienen suficiente, de cualquier manera. Pero los infectados obtienen peores resultados a niveles más bajos. Lo mismo ocurre con la vitamina B12, por lo que es importante consumir suficiente B12 y folato. En cuanto a la vitamina B12, la recomendación oficial es que todas las personas de 50 años o más empiecen a tomar un suplemento de vitamina B12 o ingieran alimentos enriquecidos con esta vitamina todos los días. Y, cualquier persona que siga una dieta basada en plantas debería empezar a seguir ese consejo a cualquier edad. El folato se encuentra concentrado en las habas y las verduras, por lo que, si sigues mis recomendaciones de la Docena Diaria, obtendrás más que suficiente. Por ejemplo, con media taza de lentejas cocinadas se llega a la mitad, al igual que con tres cuartos de taza de espinacas cocinadas.
Por supuesto, la toxoplasmosis no es la única razón para asegurarse de consumir suficiente vitamina B12. Échale un vistazo, por ejemplo, a La vitamina B12, necesaria para la salud arterial y mis Recomendaciones para una nutrición óptima.
Esto forma parte de mi serie de cuatro vídeos sobre la toxoplasmosis. Si te has perdido alguno de los otros, puedes ver: