Cómo evitar la COVID-19

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¿Cuánto tiempo puede sobrevivir en superficies como el papel el SARS-CoV-2?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

La mejor forma de sobrevivir a la COVID-19 es no contagiándose en primer lugar. El gobierno tiene sus limitaciones y, aunque desde Japón sugieren que la cancelación de eventos, de celebraciones y de reuniones puede ayudar a ralentizar el contagio del virus hasta un 35%, no ha sido suficiente para frenar el brote. Durante la fase desenfrenada de una pandemia, la mejor opción es hacer cuarentena en casa para evitar al máximo cualquier contacto con el exterior. Es algo que puede hacer cualquiera que no trabaje en un sector de primera necesidad. La revista American Journal of Emergency Medicine lo dice claramente: “Quedarse en casa salva vidas”. Así es como funciona el distanciamiento social. En lugar de estar en una situación como esta… estás frenando la cadena de contagios. Una sola persona que se quede en casa puede tener un efecto enorme. Y no es necesario esperar hasta que aparezcan casos en tu zona. Crecí en el estado de Wyoming, que solo ha tenido unos pocos de cientos de casos confirmados en meses. Sin embargo, en cuanto una persona fallece en tu zona, lo más probable es que ya existan cientos sino miles de casos. Lo que pasa es que no se les ha hecho el test. De modo que, a menos que vivas en una isla remota y desierta (una que tenga buen acceso a internet, porque estás viendo esto), deberías asumir que tienes al virus cerca, vivas donde vivas. 

Los que tenemos que salir de casa porque trabajamos en un sector de primera necesidad, ya sea repartiendo comida o atendiendo a pacientes, deberíamos esforzarnos por mantenernos a una distancia segura y por desinfectarnos las manos cada vez que tocamos una superficie antes de tocarnos las membranas mucosas: los ojos, el interior de la nariz o la boca. Esto es un buen distanciamiento social. Esto, no tanto. Una vez la pandemia esté más controlada, haya suficientes pruebas disponibles y el sistema sanitario no esté saturado, es posible que estas medidas de precaución no sean tan estrictas, por lo menos para la población menos vulnerable.

La buena noticia es que, si no estás infectado, no puedes infectar a otros, y no puedes infectarte a menos que entres en contacto directo con el virus. Se cree que el coronavirus de la COVID-19 se transmite de una persona a otra por vía respiratoria a través de gotitas producidas al toser que se quedan suspendidas en el aire y pueden acabar en la nariz, la boca o incluso hasta en los ojos de otra persona que se encuentre cerca. Como dijo un cartel de 1918: “LA SALIVA MATA”. Otras vías indirectas de contagio podrían ser infectarse a uno mismo al tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas por tocar una superficie contaminada, como si te frotas los ojos o te hurgas la nariz después de darle la mano a alguien, o tocar una superficie como el botón del ascensor, una barandilla, la manguera de gasolina o el botón del inodoro. 

La cantidad de virus que se encuentra en los mocos de pacientes de COVID-19 puede llegar al millón por cada gotita, lo que explicaría por qué es tan sencillo para el virus contaminar todo lo que le rodea. Se ha encontrado presencia del coronavirus de la COVID-19 en muestras de heces hasta dos semanas después de infectarse. De hecho, es posible que un cultivo faríngeo salga negativo pero uno de heces salga positivo, lo que sugiere que existe otra forma en la que los inodoros podrían transmitir infecciones. Quizá recuerdes del video en el que hablaba de por qué hay que desinfectar el cepillo de dientes con vinagre que, cada vez que tiras de la cadena, el inodoro salpica hasta 145 000 gotitas que se pueden quedar en el aire hasta 30 minutos. Puede ser una de las vías de transmisión del virus de la poliomielitis. Por eso, baja la tapa. Bájala antes de descargar y, luego, obviamente, lávate bien las manos.

La presencia del virus en las heces también es el motivo por el que las autoridades sanitarias del estado de Oregón recomendaron a la población que dejaran a un lado el emoji del melocotón y el New York Post preguntó si el virus podía transmitirse a través de las flatulencias, ya que podrían actuar como aerosol. Me sorprendió que lo pusieran a prueba. “Todo empezó con la pregunta de una enfermera” que quería saber si estaba contaminando la sala de operaciones que habían desinfectado. Los investigadores se propusieron averiguarlo y le pidieron a un compañero que soltara un gas en dos placas de Petri, con y sin pantalones. Solo encontraron bacterias en la muestra sin pantalones, lo que sugiere que la ropa actuó como filtro. Los pantalones serían como una mascarilla para el trasero y frenarían tanto las bacterias intestinales, como el anillo de bacterias dérmicas que podrían venir de los glúteos. ¿Cuál es la conclusión? No hay que soltar gases estando desnudos cerca de comida o, por lo menos, mejor alejarse medio metro. En el artículo del New York Post aconsejaron algo similar y recomendaron a sus lectores que tuviesen cuidado con las… ventosidades. La expresión de “silencioso, pero mortal” ha adquirido un nuevo significado. 

Cuando uno tose, sin embargo, los virus pueden llegar a más de medio metro, por eso es más seguro que te envíen la compra a casa que ir al supermercado en persona. Durante el brote de SARS, no solo encontraron trazas de virus en objetos que habían tocado pacientes (como el mando para el televisor) y superficies que habían tocado quienes habían interactuado con los pacientes (como la puerta del refrigerador de la sala del personal sanitario), sino también en muestras de aire de la habitación de un paciente infectado. Esto sugiere que existen vías de transmisión aérea más serias que de las gotitas. En un estudio similar realizado en la habitación de un paciente de COVID-19, encontraron trazas del virus en la mayoría de superficies de las que tomaron muestras, aunque las de aire dieron negativo. Ahora, tenemos aún más información. En estudios llevados a cabo en la unidad de biocontención de Nebraska (Nebraska Biocontainment Unit) y en la unidad de cuarentena nacional (National Quarantine Unit) descubrieron que la mayoría de muestras de aire dieron positivo en el virus, incluso aquellas tomadas en los pasillos fuera de las habitaciones de los enfermos. Sin embargo, los investigadores fueron incapaces de confirmar que dicho virus pudiese contagiar a alguien, ya que la concentración era tan reducida que podía haber menos de 100 réplicas por 0,5 m3 de aire. Aun así, sabemos que el virus puede mantenerse activo durante horas aunque esté en el aire, así que el personal sanitario debería tomar medidas de seguridad especiales en procedimientos que generen aerosoles.

¿Cuánto tiempo permanece vivo el virus en superficies contaminadas? Puede que hayas escuchado que los coronavirus, como los virus de la gripe, son virus encapsulados. ¿Qué es ese envoltorio? Cuando los virus, de color amarillo, salen de las células infectadas, de color azul, se recubren con la membrana de nuestras propias células. Esa capa de grasa les ayuda a eludir a nuestro sistema inmune porque parecen células normales, pero también los hace más susceptibles a ser desinfectados o desactivados. Los virus no encapsulados, como el de la poliomielitis, pueden sobrevivir durante semanas fuera del cuerpo, mientras que los encapsulados solo sobreviven unos días. Aunque de los encapsulados los coronavirus suelen ser los más resistentes. 

Por ejemplo, hay un coronavirus que afecta a los cerdos y puede durar un mes en superficies no porosas como el metal, el plástico o el vidrio, pero los que afectan a humanos duran como una semana. Puede que en el cobre y el latón solo lleguen a sobrevivir unos minutos si el grado de contaminación es bajo o unas horas si es más alto. No todos los coronavirus tienen la misma estabilidad ambiental. El del SARS permanecía en el plástico durante más de seis días, mientras que uno de los coronavirus del resfriado común no llegó a los tres días. El virus del SARS dura hasta cuatro días en el agua o en la tierra, pero solo solo unos minutos en papel poco contaminado o hasta un día cuando está más contaminado y menos de una hora en la tela de algodón. ¿Qué hay del SARS 2, el coronavirus que causa la COVID-19? Parece que el virus de la COVID-19 es más estable en papel que el del SARS y se desactiva después de 24 horas con la misma carga viral con la que el del SARS se volvía inactivo en 8 horas. El promedio de vida de coronavirus de la COVID-19 en acero o en plástico es de unas 6 horas, por lo que el 99% desaparece a las 48 horas, pero podría tardar hasta 96 horas en desaparecer por completo. Puede que en la ropa solo dure un día, pero podría durar hasta una semana entera en la capa exterior de las mascarillas quirúrgicas. Por otro lado, en papel de impresora parece que solo sobrevive menos de tres horas.

El virus solo puede infectarte si entra en tu cuerpo. Por ejemplo, el hecho de tener los dedos contaminados solo supondría un problema si te los llevas a los ojos, a la nariz o a la boca. Me hace gracia cuando hacen experimentos para saber si el resfriado común se contagia más a través del aire o el tacto, porque inmovilizan los brazos de los participantes con una especie de cabestrillos para asegurarse de que no se tocan la cara.

El hecho de tener los dedos contaminados solo supondría un problema si te inoculas al tocarte los ojos, la nariz o la boca. No es la cara en general, así que tocarte la frente, la mejilla o la barbilla no supondría un peligro mayor que, por ejemplo, el codo. El virus no puede atravesar la piel, ya que solo puede crear copias en las células vivas y la capa exterior de la epidermis está recubierta por un manto protector con células muertas. Para llegar a los pulmones, el virus debe acceder a las membranas mucosas, como la superficie húmeda de los ojos, las fosas nasales o la boca. Por eso la nariz se humedece cuando lloramos, porque las lágrimas drenan a través de pequeños conductos que atraviesan el tabique nasal y llegan hasta las fosas nasales, así que el virus podría hacer exactamente el mismo recorrido hasta llegar a los pulmones.

¿Si no nos tocamos la cara, qué más da que las superficies estén contaminadas? Pues es que sí nos la tocamos. La estadística típica que dice que nos tocamos la cara una media de 23 veces cada hora es una exageración, ya que, de todas las veces que los participantes del estudio se tocaron, la mayoría eran únicamente en la piel de la cara, pero 10 eran en las fosas nasales, los ojos o la boca. También se filmó a adultos en la oficina y fue peor, ya que todos se tocaron las fosas nasales, los ojos o los labios una media de 16 veces por hora. 

¿Qué hay de los médicos? Observaron a profesionales de la medicina durante una conferencia en un hospital y 1 de cada 3 se hurgó la nariz por lo menos una vez. En las clínicas de medicina familiar, el personal sanitario se tocó los ojos, la nariz o la boca una media de 19 veces en dos horas (en un rango de 0 a 100 veces). Lo más preocupante para la seguridad de los pacientes fue descubrir que los doctores solo se lavan las manos un 30% de las veces que deberían, incluso en las unidades de cuidados intensivos. Además, cuando sí que se las lavaban, lo hacían durante menos de nueve segundos.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Gráficos de AvoMedia

Crédito de la imagen: Staff Sgt. Corey Hook de U.S. Air Force photo. La imagen ha sido modificada.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

La mejor forma de sobrevivir a la COVID-19 es no contagiándose en primer lugar. El gobierno tiene sus limitaciones y, aunque desde Japón sugieren que la cancelación de eventos, de celebraciones y de reuniones puede ayudar a ralentizar el contagio del virus hasta un 35%, no ha sido suficiente para frenar el brote. Durante la fase desenfrenada de una pandemia, la mejor opción es hacer cuarentena en casa para evitar al máximo cualquier contacto con el exterior. Es algo que puede hacer cualquiera que no trabaje en un sector de primera necesidad. La revista American Journal of Emergency Medicine lo dice claramente: “Quedarse en casa salva vidas”. Así es como funciona el distanciamiento social. En lugar de estar en una situación como esta… estás frenando la cadena de contagios. Una sola persona que se quede en casa puede tener un efecto enorme. Y no es necesario esperar hasta que aparezcan casos en tu zona. Crecí en el estado de Wyoming, que solo ha tenido unos pocos de cientos de casos confirmados en meses. Sin embargo, en cuanto una persona fallece en tu zona, lo más probable es que ya existan cientos sino miles de casos. Lo que pasa es que no se les ha hecho el test. De modo que, a menos que vivas en una isla remota y desierta (una que tenga buen acceso a internet, porque estás viendo esto), deberías asumir que tienes al virus cerca, vivas donde vivas. 

Los que tenemos que salir de casa porque trabajamos en un sector de primera necesidad, ya sea repartiendo comida o atendiendo a pacientes, deberíamos esforzarnos por mantenernos a una distancia segura y por desinfectarnos las manos cada vez que tocamos una superficie antes de tocarnos las membranas mucosas: los ojos, el interior de la nariz o la boca. Esto es un buen distanciamiento social. Esto, no tanto. Una vez la pandemia esté más controlada, haya suficientes pruebas disponibles y el sistema sanitario no esté saturado, es posible que estas medidas de precaución no sean tan estrictas, por lo menos para la población menos vulnerable.

La buena noticia es que, si no estás infectado, no puedes infectar a otros, y no puedes infectarte a menos que entres en contacto directo con el virus. Se cree que el coronavirus de la COVID-19 se transmite de una persona a otra por vía respiratoria a través de gotitas producidas al toser que se quedan suspendidas en el aire y pueden acabar en la nariz, la boca o incluso hasta en los ojos de otra persona que se encuentre cerca. Como dijo un cartel de 1918: “LA SALIVA MATA”. Otras vías indirectas de contagio podrían ser infectarse a uno mismo al tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas por tocar una superficie contaminada, como si te frotas los ojos o te hurgas la nariz después de darle la mano a alguien, o tocar una superficie como el botón del ascensor, una barandilla, la manguera de gasolina o el botón del inodoro. 

La cantidad de virus que se encuentra en los mocos de pacientes de COVID-19 puede llegar al millón por cada gotita, lo que explicaría por qué es tan sencillo para el virus contaminar todo lo que le rodea. Se ha encontrado presencia del coronavirus de la COVID-19 en muestras de heces hasta dos semanas después de infectarse. De hecho, es posible que un cultivo faríngeo salga negativo pero uno de heces salga positivo, lo que sugiere que existe otra forma en la que los inodoros podrían transmitir infecciones. Quizá recuerdes del video en el que hablaba de por qué hay que desinfectar el cepillo de dientes con vinagre que, cada vez que tiras de la cadena, el inodoro salpica hasta 145 000 gotitas que se pueden quedar en el aire hasta 30 minutos. Puede ser una de las vías de transmisión del virus de la poliomielitis. Por eso, baja la tapa. Bájala antes de descargar y, luego, obviamente, lávate bien las manos.

La presencia del virus en las heces también es el motivo por el que las autoridades sanitarias del estado de Oregón recomendaron a la población que dejaran a un lado el emoji del melocotón y el New York Post preguntó si el virus podía transmitirse a través de las flatulencias, ya que podrían actuar como aerosol. Me sorprendió que lo pusieran a prueba. “Todo empezó con la pregunta de una enfermera” que quería saber si estaba contaminando la sala de operaciones que habían desinfectado. Los investigadores se propusieron averiguarlo y le pidieron a un compañero que soltara un gas en dos placas de Petri, con y sin pantalones. Solo encontraron bacterias en la muestra sin pantalones, lo que sugiere que la ropa actuó como filtro. Los pantalones serían como una mascarilla para el trasero y frenarían tanto las bacterias intestinales, como el anillo de bacterias dérmicas que podrían venir de los glúteos. ¿Cuál es la conclusión? No hay que soltar gases estando desnudos cerca de comida o, por lo menos, mejor alejarse medio metro. En el artículo del New York Post aconsejaron algo similar y recomendaron a sus lectores que tuviesen cuidado con las… ventosidades. La expresión de “silencioso, pero mortal” ha adquirido un nuevo significado. 

Cuando uno tose, sin embargo, los virus pueden llegar a más de medio metro, por eso es más seguro que te envíen la compra a casa que ir al supermercado en persona. Durante el brote de SARS, no solo encontraron trazas de virus en objetos que habían tocado pacientes (como el mando para el televisor) y superficies que habían tocado quienes habían interactuado con los pacientes (como la puerta del refrigerador de la sala del personal sanitario), sino también en muestras de aire de la habitación de un paciente infectado. Esto sugiere que existen vías de transmisión aérea más serias que de las gotitas. En un estudio similar realizado en la habitación de un paciente de COVID-19, encontraron trazas del virus en la mayoría de superficies de las que tomaron muestras, aunque las de aire dieron negativo. Ahora, tenemos aún más información. En estudios llevados a cabo en la unidad de biocontención de Nebraska (Nebraska Biocontainment Unit) y en la unidad de cuarentena nacional (National Quarantine Unit) descubrieron que la mayoría de muestras de aire dieron positivo en el virus, incluso aquellas tomadas en los pasillos fuera de las habitaciones de los enfermos. Sin embargo, los investigadores fueron incapaces de confirmar que dicho virus pudiese contagiar a alguien, ya que la concentración era tan reducida que podía haber menos de 100 réplicas por 0,5 m3 de aire. Aun así, sabemos que el virus puede mantenerse activo durante horas aunque esté en el aire, así que el personal sanitario debería tomar medidas de seguridad especiales en procedimientos que generen aerosoles.

¿Cuánto tiempo permanece vivo el virus en superficies contaminadas? Puede que hayas escuchado que los coronavirus, como los virus de la gripe, son virus encapsulados. ¿Qué es ese envoltorio? Cuando los virus, de color amarillo, salen de las células infectadas, de color azul, se recubren con la membrana de nuestras propias células. Esa capa de grasa les ayuda a eludir a nuestro sistema inmune porque parecen células normales, pero también los hace más susceptibles a ser desinfectados o desactivados. Los virus no encapsulados, como el de la poliomielitis, pueden sobrevivir durante semanas fuera del cuerpo, mientras que los encapsulados solo sobreviven unos días. Aunque de los encapsulados los coronavirus suelen ser los más resistentes. 

Por ejemplo, hay un coronavirus que afecta a los cerdos y puede durar un mes en superficies no porosas como el metal, el plástico o el vidrio, pero los que afectan a humanos duran como una semana. Puede que en el cobre y el latón solo lleguen a sobrevivir unos minutos si el grado de contaminación es bajo o unas horas si es más alto. No todos los coronavirus tienen la misma estabilidad ambiental. El del SARS permanecía en el plástico durante más de seis días, mientras que uno de los coronavirus del resfriado común no llegó a los tres días. El virus del SARS dura hasta cuatro días en el agua o en la tierra, pero solo solo unos minutos en papel poco contaminado o hasta un día cuando está más contaminado y menos de una hora en la tela de algodón. ¿Qué hay del SARS 2, el coronavirus que causa la COVID-19? Parece que el virus de la COVID-19 es más estable en papel que el del SARS y se desactiva después de 24 horas con la misma carga viral con la que el del SARS se volvía inactivo en 8 horas. El promedio de vida de coronavirus de la COVID-19 en acero o en plástico es de unas 6 horas, por lo que el 99% desaparece a las 48 horas, pero podría tardar hasta 96 horas en desaparecer por completo. Puede que en la ropa solo dure un día, pero podría durar hasta una semana entera en la capa exterior de las mascarillas quirúrgicas. Por otro lado, en papel de impresora parece que solo sobrevive menos de tres horas.

El virus solo puede infectarte si entra en tu cuerpo. Por ejemplo, el hecho de tener los dedos contaminados solo supondría un problema si te los llevas a los ojos, a la nariz o a la boca. Me hace gracia cuando hacen experimentos para saber si el resfriado común se contagia más a través del aire o el tacto, porque inmovilizan los brazos de los participantes con una especie de cabestrillos para asegurarse de que no se tocan la cara.

El hecho de tener los dedos contaminados solo supondría un problema si te inoculas al tocarte los ojos, la nariz o la boca. No es la cara en general, así que tocarte la frente, la mejilla o la barbilla no supondría un peligro mayor que, por ejemplo, el codo. El virus no puede atravesar la piel, ya que solo puede crear copias en las células vivas y la capa exterior de la epidermis está recubierta por un manto protector con células muertas. Para llegar a los pulmones, el virus debe acceder a las membranas mucosas, como la superficie húmeda de los ojos, las fosas nasales o la boca. Por eso la nariz se humedece cuando lloramos, porque las lágrimas drenan a través de pequeños conductos que atraviesan el tabique nasal y llegan hasta las fosas nasales, así que el virus podría hacer exactamente el mismo recorrido hasta llegar a los pulmones.

¿Si no nos tocamos la cara, qué más da que las superficies estén contaminadas? Pues es que sí nos la tocamos. La estadística típica que dice que nos tocamos la cara una media de 23 veces cada hora es una exageración, ya que, de todas las veces que los participantes del estudio se tocaron, la mayoría eran únicamente en la piel de la cara, pero 10 eran en las fosas nasales, los ojos o la boca. También se filmó a adultos en la oficina y fue peor, ya que todos se tocaron las fosas nasales, los ojos o los labios una media de 16 veces por hora. 

¿Qué hay de los médicos? Observaron a profesionales de la medicina durante una conferencia en un hospital y 1 de cada 3 se hurgó la nariz por lo menos una vez. En las clínicas de medicina familiar, el personal sanitario se tocó los ojos, la nariz o la boca una media de 19 veces en dos horas (en un rango de 0 a 100 veces). Lo más preocupante para la seguridad de los pacientes fue descubrir que los doctores solo se lavan las manos un 30% de las veces que deberían, incluso en las unidades de cuidados intensivos. Además, cuando sí que se las lavaban, lo hacían durante menos de nueve segundos.

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Nota del Doctor

Este es el onceavo video de mi serie sobre la COVID-19 y las pandemias, te dejo una lista de los primeros por si te los perdiste:

Los siguientes serán:

Tengo la serie completa (en inglés) disponible para descargarla gratuitamente en DrGreger.org y puedes ahondar un poco más en mi nuevo libro (disponible solo en inglés) How to Survive a Pandemic. En caso de que no lo sepas, todas las ganancias de las ventas de este libro son donadas a instituciones para la prevención de pandemias.

Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.

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