A pesar de lo extendida que está esta creencia, la evidencia para incluso los beneficios más justificados de la meditación “mindfulness” no es realmente concluyente.
Los riesgos y beneficios del mindfulness para la pérdida de peso
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.
La “atención plena” o mindfulness es ahora una industria de miles de millones de dólares y hasta una de cada cinco empresas del Fortune 500 implementan algún tipo de programa de atención plena en el lugar de trabajo. Se le conoce de varias formas, desde “tonterías a lo hippy” hasta “entrenamiento mental”, que se dice que así “se vende mejor”. Estas formas reduccionistas y mercantilizadas han sido ridiculizadas como “McMindfulness”, pero a quién le importa cómo lo llamen si funciona. ¿Pero es verdad que funciona?
La investigación sobre la atención plena se ha complicado por el hecho de que el término puede significar cualquier cosa, desde prácticas informales, desde prestar atención mientras comemos, hasta programas de meditación estructurados que implican la designación de momentos específicos para sentarse en una postura específica y prestar atención a la respiración, por ejemplo. Esto ha hecho que la comprensión de su eficacia sea difícil de verificar. Sin embargo, no hay nada que perder, ¿verdad?
Bueno, se han hecho más de 20 estudios observacionales o informes que documentan casos de efectos adversos, como la psicosis inducida por la meditación, la manía, la ansiedad y el pánico. En un estudio prospectivo de un retiro intensivo de meditación, un 60 por ciento experimentó al menos un efecto adverso, incluido un individuo que fue hospitalizado por un brote psicótico. Incluso fuera de un entorno de retiro inmersivo, hasta el 12 por ciento de los meditadores recuerdan haber padecido efectos secundarios negativos graves en los diez días posteriores al inicio de la práctica.
Se considera verosímil que los efectos adversos ocurran a tasas cercanas a las de la psicoterapia, en la que aproximadamente 1 de cada 20 reportan efectos negativos duraderos del tratamiento psicológico. Al haber alrededor de 18 millones de estadounidenses que practican la meditación y hasta un millón de nuevos meditadores al año, incluso una tasa de eventos adversos del 5 por ciento podría significar cientos de miles de efectos secundarios negativos al año. Sin embargo, como con cualquier intervención médica, lo que hay que hacer es comparar los riesgos con los beneficios. Desafortunadamente, muchos de los beneficios parecen haber sido exagerados.
Este comentario en el Journal of the American Psychological Association señala que incluso los libros sobre atención plena escritos por científicos están “llenos de promesas milagrosas de paz, felicidad y bienestar”. Al contrario de lo que se suele pensar, la evidencia sobre incluso los beneficios mejor fundados no es del todo decisiva. Este no es un problema que afecte únicamente a la meditación, por supuesto. Hay una “crisis de replicación” en todo el campo de la psicología experimental, donde muchos de los hallazgos históricos en las ciencias sociales publicados incluso en las revistas más prestigiosas no parecen ser reproducibles.
Las compañías farmacéuticas no son las únicas que suprimen la publicación de estudios que no salen como les habría gustado. La mayoría de los ensayos basados en la atención plena aparentemente nunca ven la luz del día, lo que plantea el espectro de un sesgo de publicación similar. Es de suponer que si los estudios mostraran resultados prometedores, estos habrían sido publicados en lugar de ser archivados. Incluso muchos de los que sí llegan al registro científico son decepcionantes. La estadounidense Agencia Federal para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica publicó una revisión sistemática de los datos disponibles y concluyó que la meditación de atención plena funcionaba mejor para mejorar la ansiedad, la depresión y el dolor, pero incluso entonces, la calidad de la evidencia era solo “moderada”. ¿Y qué hay en cuanto a la pérdida de peso?
Las modalidades basadas en la atención plena pueden ayudar con el manejo del estrés, el autocontrol… y la disminución de la alimentación impulsiva, así como los atracones y la alimentación emocional, todo lo cual podría facilitar el control del peso. Sin embargo, una revisión sistemática de la evidencia publicada hace unos 5 años no logró encontrar evidencia de pérdida de peso significativa o constante. Parte del problema es el cumplimiento.
Como cualquier otra dieta o intervención en el estilo de vida, la atención plena solo funciona si la practicas. Por ejemplo, si seleccionamos al azar a mujeres para que asistan a cuatro talleres de dos horas que enseñan técnicas de atención plena, como la defusión cognitiva, después de seis meses encontramos que no perdieron más peso en promedio que el grupo de control. Sin embargo, si se excluye a aquellos que reconocieron que “nunca” aplicaron los principios del taller en absoluto y solo contamos a aquellos que al menos los usaron parte del tiempo, su pérdida de peso superó al grupo de control en aproximadamente 2 kilos.
Otros estudios han demostrado una falta de aumento de peso en lugar de pérdida. Por ejemplo, este estudio encontró que los sujetos obesos en el grupo de control continuaron aumentando de peso alrededor de una libra por mes, mientras que el peso de los del grupo de intervención de atención plena se mantuvo estable.
Juntando todos los estudios, el resumen más grande y más reciente publicado encontró que las intervenciones basadas en la atención plena pueden conducir a la pérdida de peso comparado con no hacer nada, un promedio de alrededor de 3 kilos durante alrededor de 4 meses. Comparado con otras intervenciones de cambio de estilo de vida la atención plena no las superó, pero lo bueno del manejo del estrés y la atención plena es que se pueden practicar en añadidura a cualquier otra cosa que se esté haciendo.
- Lindahl JR, Fisher NE, Cooper DJ, Rosen RK, Britton WB. The varieties of contemplative experience: A mixed-methods study of meditation-related challenges in Western Buddhists. PLoS One. 2017;12(5):e0176239.
- Wolever RQ, Schwartz ER, Schoenberg PLA. Mindfulness in corporate america: is the trojan horse ethical? J Altern Complement Med. 2018;24(5):403-406.
- Mantzios M, Wilson JC. Mindfulness, eating behaviours, and obesity: a review and reflection on current findings. Curr Obes Rep. 2015;4(1):141-146.
- Hyland T. McDonaldizing spirituality: mindfulness, education, and consumerism. J Transform Educ. 2017;15(4):334-356.
- Van Dam NT, van Vugt MK, Vago DR, et al. Mind the hype: a critical evaluation and prescriptive agenda for research on mindfulness and meditation. Perspect Psychol Sci. 2018;13(1):36-61.
- Shapiro DH. Adverse effects of meditation: a preliminary investigation of long-term meditators. Int J Psychosom. 1992;39(1-4):62-67.
- Van Dam NT, van Vugt MK, Vago DR, et al. Reiterated concerns and further challenges for mindfulness and meditation research: a reply to davidson and dahl. Perspect Psychol Sci. 2018;13(1):66-69.
- Crawford MJ, Thana L, Farquharson L, et al. Patient experience of negative effects of psychological treatment: results of a national survey. Br J Psychiatry. 2016;208(3):260-265.
- Clarke TC, Black LI, Stussman BJ, Barnes PM, Nahin RL. Trends in the use of complementary health approaches among adults: United States, 2002-2012. Natl Health Stat Report. 2015;(79):1-16.
- Barnes PM, Bloom B, Nahin RL. Complementary and alternative medicine use among adults and children: United States, 2007. Natl Health Stat Report. 2008;(12):1-23.
- Farias M, Wikholm C. Has the science of mindfulness lost its mind? BJPsych Bull. 2016;40(6):329-332.
- Lilienfeld SO. Psychology’s replication crisis and the grant culture: righting the ship. Perspect Psychol Sci. 2017;12(4):660-664.
- Camerer CF, Dreber A, Holzmeister F, et al. Evaluating the replicability of social science experiments in Nature and Science between 2010 and 2015. Nat Hum Behav. 2018;2(9):637-644.
- Coronado-Montoya S, Levis AW, Kwakkenbos L, Steele RJ, Turner EH, Thombs BD. Reporting of positive results in randomized controlled trials of mindfulness-based mental health interventions. PLoS One. 2016;11(4):e0153220.
- Goyal M, Singh S, Sibinga EMS, et al. Meditation programs for psychological stress and well-being: a systematic review and meta-analysis. JAMA Intern Med. 2014;174(3):357-368.
- Sharma M, Rush SE. Mindfulness-based stress reduction as a stress management intervention for healthy individuals: a systematic review. J Evid Based Complementary Altern Med. 2014;19(4):271-286.
- Jenkins KT, Tapper K. Resisting chocolate temptation using a brief mindfulness strategy. Br J Health Psychol. 2014;19(3):509-522.
- Ruffault A, Czernichow S, Hagger MS, et al. The effects of mindfulness training on weight-loss and health-related behaviours in adults with overweight and obesity: A systematic review and meta-analysis. Obes Res Clin Pract. 2017;11(5 Suppl 1):90-111.
- Katterman SN, Kleinman BM, Hood MM, Nackers LM, Corsica JA. Mindfulness meditation as an intervention for binge eating, emotional eating, and weight loss: a systematic review. Eat Behav. 2014;15(2):197-204.
- Tapper K, Shaw C, Ilsley J, Hill AJ, Bond FW, Moore L. Exploratory randomised controlled trial of a mindfulness-based weight loss intervention for women. Appetite. 2009;52(2):396-404.
- Daubenmier J, Kristeller J, Hecht FM, et al. Mindfulness intervention for stress eating to reduce cortisol and abdominal fat among overweight and obese women: an exploratory randomized controlled study. J Obes. 2011;2011:651936.
- Carrière K, Khoury B, Günak MM, Knäuper B. Mindfulness-based interventions for weight loss: a systematic review and meta-analysis. Obes Rev. 2018;19(2):164-177.
Gráficos de Avo Media
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.
La “atención plena” o mindfulness es ahora una industria de miles de millones de dólares y hasta una de cada cinco empresas del Fortune 500 implementan algún tipo de programa de atención plena en el lugar de trabajo. Se le conoce de varias formas, desde “tonterías a lo hippy” hasta “entrenamiento mental”, que se dice que así “se vende mejor”. Estas formas reduccionistas y mercantilizadas han sido ridiculizadas como “McMindfulness”, pero a quién le importa cómo lo llamen si funciona. ¿Pero es verdad que funciona?
La investigación sobre la atención plena se ha complicado por el hecho de que el término puede significar cualquier cosa, desde prácticas informales, desde prestar atención mientras comemos, hasta programas de meditación estructurados que implican la designación de momentos específicos para sentarse en una postura específica y prestar atención a la respiración, por ejemplo. Esto ha hecho que la comprensión de su eficacia sea difícil de verificar. Sin embargo, no hay nada que perder, ¿verdad?
Bueno, se han hecho más de 20 estudios observacionales o informes que documentan casos de efectos adversos, como la psicosis inducida por la meditación, la manía, la ansiedad y el pánico. En un estudio prospectivo de un retiro intensivo de meditación, un 60 por ciento experimentó al menos un efecto adverso, incluido un individuo que fue hospitalizado por un brote psicótico. Incluso fuera de un entorno de retiro inmersivo, hasta el 12 por ciento de los meditadores recuerdan haber padecido efectos secundarios negativos graves en los diez días posteriores al inicio de la práctica.
Se considera verosímil que los efectos adversos ocurran a tasas cercanas a las de la psicoterapia, en la que aproximadamente 1 de cada 20 reportan efectos negativos duraderos del tratamiento psicológico. Al haber alrededor de 18 millones de estadounidenses que practican la meditación y hasta un millón de nuevos meditadores al año, incluso una tasa de eventos adversos del 5 por ciento podría significar cientos de miles de efectos secundarios negativos al año. Sin embargo, como con cualquier intervención médica, lo que hay que hacer es comparar los riesgos con los beneficios. Desafortunadamente, muchos de los beneficios parecen haber sido exagerados.
Este comentario en el Journal of the American Psychological Association señala que incluso los libros sobre atención plena escritos por científicos están “llenos de promesas milagrosas de paz, felicidad y bienestar”. Al contrario de lo que se suele pensar, la evidencia sobre incluso los beneficios mejor fundados no es del todo decisiva. Este no es un problema que afecte únicamente a la meditación, por supuesto. Hay una “crisis de replicación” en todo el campo de la psicología experimental, donde muchos de los hallazgos históricos en las ciencias sociales publicados incluso en las revistas más prestigiosas no parecen ser reproducibles.
Las compañías farmacéuticas no son las únicas que suprimen la publicación de estudios que no salen como les habría gustado. La mayoría de los ensayos basados en la atención plena aparentemente nunca ven la luz del día, lo que plantea el espectro de un sesgo de publicación similar. Es de suponer que si los estudios mostraran resultados prometedores, estos habrían sido publicados en lugar de ser archivados. Incluso muchos de los que sí llegan al registro científico son decepcionantes. La estadounidense Agencia Federal para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica publicó una revisión sistemática de los datos disponibles y concluyó que la meditación de atención plena funcionaba mejor para mejorar la ansiedad, la depresión y el dolor, pero incluso entonces, la calidad de la evidencia era solo “moderada”. ¿Y qué hay en cuanto a la pérdida de peso?
Las modalidades basadas en la atención plena pueden ayudar con el manejo del estrés, el autocontrol… y la disminución de la alimentación impulsiva, así como los atracones y la alimentación emocional, todo lo cual podría facilitar el control del peso. Sin embargo, una revisión sistemática de la evidencia publicada hace unos 5 años no logró encontrar evidencia de pérdida de peso significativa o constante. Parte del problema es el cumplimiento.
Como cualquier otra dieta o intervención en el estilo de vida, la atención plena solo funciona si la practicas. Por ejemplo, si seleccionamos al azar a mujeres para que asistan a cuatro talleres de dos horas que enseñan técnicas de atención plena, como la defusión cognitiva, después de seis meses encontramos que no perdieron más peso en promedio que el grupo de control. Sin embargo, si se excluye a aquellos que reconocieron que “nunca” aplicaron los principios del taller en absoluto y solo contamos a aquellos que al menos los usaron parte del tiempo, su pérdida de peso superó al grupo de control en aproximadamente 2 kilos.
Otros estudios han demostrado una falta de aumento de peso en lugar de pérdida. Por ejemplo, este estudio encontró que los sujetos obesos en el grupo de control continuaron aumentando de peso alrededor de una libra por mes, mientras que el peso de los del grupo de intervención de atención plena se mantuvo estable.
Juntando todos los estudios, el resumen más grande y más reciente publicado encontró que las intervenciones basadas en la atención plena pueden conducir a la pérdida de peso comparado con no hacer nada, un promedio de alrededor de 3 kilos durante alrededor de 4 meses. Comparado con otras intervenciones de cambio de estilo de vida la atención plena no las superó, pero lo bueno del manejo del estrés y la atención plena es que se pueden practicar en añadidura a cualquier otra cosa que se esté haciendo.
- Lindahl JR, Fisher NE, Cooper DJ, Rosen RK, Britton WB. The varieties of contemplative experience: A mixed-methods study of meditation-related challenges in Western Buddhists. PLoS One. 2017;12(5):e0176239.
- Wolever RQ, Schwartz ER, Schoenberg PLA. Mindfulness in corporate america: is the trojan horse ethical? J Altern Complement Med. 2018;24(5):403-406.
- Mantzios M, Wilson JC. Mindfulness, eating behaviours, and obesity: a review and reflection on current findings. Curr Obes Rep. 2015;4(1):141-146.
- Hyland T. McDonaldizing spirituality: mindfulness, education, and consumerism. J Transform Educ. 2017;15(4):334-356.
- Van Dam NT, van Vugt MK, Vago DR, et al. Mind the hype: a critical evaluation and prescriptive agenda for research on mindfulness and meditation. Perspect Psychol Sci. 2018;13(1):36-61.
- Shapiro DH. Adverse effects of meditation: a preliminary investigation of long-term meditators. Int J Psychosom. 1992;39(1-4):62-67.
- Van Dam NT, van Vugt MK, Vago DR, et al. Reiterated concerns and further challenges for mindfulness and meditation research: a reply to davidson and dahl. Perspect Psychol Sci. 2018;13(1):66-69.
- Crawford MJ, Thana L, Farquharson L, et al. Patient experience of negative effects of psychological treatment: results of a national survey. Br J Psychiatry. 2016;208(3):260-265.
- Clarke TC, Black LI, Stussman BJ, Barnes PM, Nahin RL. Trends in the use of complementary health approaches among adults: United States, 2002-2012. Natl Health Stat Report. 2015;(79):1-16.
- Barnes PM, Bloom B, Nahin RL. Complementary and alternative medicine use among adults and children: United States, 2007. Natl Health Stat Report. 2008;(12):1-23.
- Farias M, Wikholm C. Has the science of mindfulness lost its mind? BJPsych Bull. 2016;40(6):329-332.
- Lilienfeld SO. Psychology’s replication crisis and the grant culture: righting the ship. Perspect Psychol Sci. 2017;12(4):660-664.
- Camerer CF, Dreber A, Holzmeister F, et al. Evaluating the replicability of social science experiments in Nature and Science between 2010 and 2015. Nat Hum Behav. 2018;2(9):637-644.
- Coronado-Montoya S, Levis AW, Kwakkenbos L, Steele RJ, Turner EH, Thombs BD. Reporting of positive results in randomized controlled trials of mindfulness-based mental health interventions. PLoS One. 2016;11(4):e0153220.
- Goyal M, Singh S, Sibinga EMS, et al. Meditation programs for psychological stress and well-being: a systematic review and meta-analysis. JAMA Intern Med. 2014;174(3):357-368.
- Sharma M, Rush SE. Mindfulness-based stress reduction as a stress management intervention for healthy individuals: a systematic review. J Evid Based Complementary Altern Med. 2014;19(4):271-286.
- Jenkins KT, Tapper K. Resisting chocolate temptation using a brief mindfulness strategy. Br J Health Psychol. 2014;19(3):509-522.
- Ruffault A, Czernichow S, Hagger MS, et al. The effects of mindfulness training on weight-loss and health-related behaviours in adults with overweight and obesity: A systematic review and meta-analysis. Obes Res Clin Pract. 2017;11(5 Suppl 1):90-111.
- Katterman SN, Kleinman BM, Hood MM, Nackers LM, Corsica JA. Mindfulness meditation as an intervention for binge eating, emotional eating, and weight loss: a systematic review. Eat Behav. 2014;15(2):197-204.
- Tapper K, Shaw C, Ilsley J, Hill AJ, Bond FW, Moore L. Exploratory randomised controlled trial of a mindfulness-based weight loss intervention for women. Appetite. 2009;52(2):396-404.
- Daubenmier J, Kristeller J, Hecht FM, et al. Mindfulness intervention for stress eating to reduce cortisol and abdominal fat among overweight and obese women: an exploratory randomized controlled study. J Obes. 2011;2011:651936.
- Carrière K, Khoury B, Günak MM, Knäuper B. Mindfulness-based interventions for weight loss: a systematic review and meta-analysis. Obes Rev. 2018;19(2):164-177.
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