Flashback Friday: Aceite de coco y grasa abdominal

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Un repaso a las investigaciones sobre los efectos del aceite de coco en la pérdida de peso y la grasa abdominal.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Viviana García voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Me sorprendió ver en esta representación gráfica que había claramente evidencia prometedora de que el aceite de coco podía ayudar en casos de obesidad. Bien, si rellenas los estómagos de ratas con ácidos grasos de cadena media purificados, uno de los componentes del aceite de coco, estas terminan comiendo menos; pero no sabes si tiene relevancia en los humanos hasta que lo pones a prueba.

Unos investigadores compararon desayunos con la misma cantidad de grasa láctea, grasa de aceite de coco y sebo (grasa bovina) y “no hubo efecto… sobre el hambre, la sensación de llenura, la satisfacción” o sobre cuánto comieron durante el almuerzo. Entonces, ¿de dónde vino esta idea de que la grasa de coco era de alguna manera diferente? Veamos. Hace seis años se publicó “un estudio piloto abierto”. Les pidieron a 20 mujeres y hombres que tomaran dos cucharadas de aceite de coco al día durante un mes y los hombres parecieron perder aproximadamente 2,5 cm de cintura. Ahora bien, “abierto” significa que los participantes sabían lo que estaban comiendo, no había nada como un grupo placebo de control. De hecho, no había grupo de control en absoluto, así que no sabes si los efectos hubieran ocurrido, de todos modos, sin el aceite de coco. Hay un efecto bien conocido en los estudios dietéticos por el cual el solo hecho de participar en uno de estos estudios, bajo observación, suele conducir a una reducción en la ingesta calórica, porque sabes que te van a pesar y te estarán observando muy de cerca. Pero nunca había habido un estudio controlado sobre el aceite de coco y las medidas de la cintura en hombres y mujeres hasta el año 2015.

A casi cien hombres y mujeres se les dio una cucharada de aceite de coco al día durante tres meses y perdieron casi 2,5 cm de cintura al final de ese periodo en comparación con el grupo de control. ¿Qué se le dio al grupo de control en vez de eso? Nada. No hubo placebo, de modo que estaban comparando hacer algo con no hacer nada y cuando uno hace eso suele haber un efecto placebo independientemente de la eficacia real del tratamiento. Y también le sugirieron al grupo del aceite de coco que podrían querer tomar su dosis con fruta. Si terminaron comiendo más fruta, eso en sí mismo pudo ayudar ya que, a pesar de su contenido de azúcar, el consumo de fruta tiende a asociarse a “efectos contra la obesidad”.

Si el aceite de coco tiene algún efecto especial, lo que necesitamos ver es si al darle a la gente una cucharada de aceite de coco y compararlo con algún otro aceite, se observa alguna diferencia. Cuando lo haces, con dos cucharadas de aceite de coco al día en comparación con dos cucharadas de aceite de soja al día, no hubo diferencia significativa en las medidas de la cintura. Lo que sí hubo fue un aumento significativo en la resistencia a la insulina en el grupo del aceite de coco, que es lo que eventualmente puede causar diabetes tipo 2. Esto a pesar de que se les dijo que aumentaran el consumo de frutas y verduras, que redujeran los azúcares y las grasas de origen animal y de un programa de ejercicio con caminatas diarias de 50 minutos, cuatro días a la semana.

El único otro estudio de control con placebo sobre el aceite de coco y las medidas de la cintura fue publicado en 2017 y no hubo cambios significativos en el peso ni en las medidas de la cintura o la cadera, la grasa total, la grasa abdominal, ni la grasa en los glúteos. No hay beneficio demostrado en el aceite de coco para la obesidad en comparación con un placebo en ningún estudio hasta la fecha.

Así que, ¿cómo pueden los defensores del aceite de coco salirse con la suya al decir lo contrario? Bien, les gusta hablar de estudios como este, mostrando que habitantes de las islas del pacífico que consumían más comidas tradicionales a base de coco eran más delgados que aquellos con dietas más modernas con menos productos de coco. Pero ¿adivina qué estaban comiendo en su lugar? “El patrón alimentario modernizado estaba caracterizado principalmente por un alto consumo de salchichas, huevos y alimentos procesados”.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: greekfood-tamystika vía Pixabay. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Viviana García voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Me sorprendió ver en esta representación gráfica que había claramente evidencia prometedora de que el aceite de coco podía ayudar en casos de obesidad. Bien, si rellenas los estómagos de ratas con ácidos grasos de cadena media purificados, uno de los componentes del aceite de coco, estas terminan comiendo menos; pero no sabes si tiene relevancia en los humanos hasta que lo pones a prueba.

Unos investigadores compararon desayunos con la misma cantidad de grasa láctea, grasa de aceite de coco y sebo (grasa bovina) y “no hubo efecto… sobre el hambre, la sensación de llenura, la satisfacción” o sobre cuánto comieron durante el almuerzo. Entonces, ¿de dónde vino esta idea de que la grasa de coco era de alguna manera diferente? Veamos. Hace seis años se publicó “un estudio piloto abierto”. Les pidieron a 20 mujeres y hombres que tomaran dos cucharadas de aceite de coco al día durante un mes y los hombres parecieron perder aproximadamente 2,5 cm de cintura. Ahora bien, “abierto” significa que los participantes sabían lo que estaban comiendo, no había nada como un grupo placebo de control. De hecho, no había grupo de control en absoluto, así que no sabes si los efectos hubieran ocurrido, de todos modos, sin el aceite de coco. Hay un efecto bien conocido en los estudios dietéticos por el cual el solo hecho de participar en uno de estos estudios, bajo observación, suele conducir a una reducción en la ingesta calórica, porque sabes que te van a pesar y te estarán observando muy de cerca. Pero nunca había habido un estudio controlado sobre el aceite de coco y las medidas de la cintura en hombres y mujeres hasta el año 2015.

A casi cien hombres y mujeres se les dio una cucharada de aceite de coco al día durante tres meses y perdieron casi 2,5 cm de cintura al final de ese periodo en comparación con el grupo de control. ¿Qué se le dio al grupo de control en vez de eso? Nada. No hubo placebo, de modo que estaban comparando hacer algo con no hacer nada y cuando uno hace eso suele haber un efecto placebo independientemente de la eficacia real del tratamiento. Y también le sugirieron al grupo del aceite de coco que podrían querer tomar su dosis con fruta. Si terminaron comiendo más fruta, eso en sí mismo pudo ayudar ya que, a pesar de su contenido de azúcar, el consumo de fruta tiende a asociarse a “efectos contra la obesidad”.

Si el aceite de coco tiene algún efecto especial, lo que necesitamos ver es si al darle a la gente una cucharada de aceite de coco y compararlo con algún otro aceite, se observa alguna diferencia. Cuando lo haces, con dos cucharadas de aceite de coco al día en comparación con dos cucharadas de aceite de soja al día, no hubo diferencia significativa en las medidas de la cintura. Lo que sí hubo fue un aumento significativo en la resistencia a la insulina en el grupo del aceite de coco, que es lo que eventualmente puede causar diabetes tipo 2. Esto a pesar de que se les dijo que aumentaran el consumo de frutas y verduras, que redujeran los azúcares y las grasas de origen animal y de un programa de ejercicio con caminatas diarias de 50 minutos, cuatro días a la semana.

El único otro estudio de control con placebo sobre el aceite de coco y las medidas de la cintura fue publicado en 2017 y no hubo cambios significativos en el peso ni en las medidas de la cintura o la cadera, la grasa total, la grasa abdominal, ni la grasa en los glúteos. No hay beneficio demostrado en el aceite de coco para la obesidad en comparación con un placebo en ningún estudio hasta la fecha.

Así que, ¿cómo pueden los defensores del aceite de coco salirse con la suya al decir lo contrario? Bien, les gusta hablar de estudios como este, mostrando que habitantes de las islas del pacífico que consumían más comidas tradicionales a base de coco eran más delgados que aquellos con dietas más modernas con menos productos de coco. Pero ¿adivina qué estaban comiendo en su lugar? “El patrón alimentario modernizado estaba caracterizado principalmente por un alto consumo de salchichas, huevos y alimentos procesados”.

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Créditos de la imagen: greekfood-tamystika vía Pixabay. La imagen ha sido modificada.

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