¿Qué sucede con los TCM del coco, de la leche de coco y del aceite de coco?

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¿Los triglicéridos de cadena media del aceite de coco y la fibra del coco en escamas contrarrestan los efectos negativos que tiene sobre el colesterol y la función arterial?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Los que venden aceite de coco “citan con frecuencia” los estudios de poblaciones que consumen gran cantidad de cocos “como evidencia de que el aceite no tiene efectos negativos sobre la salud cardiovascular”. Por ejemplo, suelen recurrir a la ausencia de accidentes cerebrovasculares y de enfermedades cardíacas en la isla de Kativa en Papua Nueva Guinea. ¿Cuál es su alimentación? Sus dietas se centran en tubérculos como batatas, frutas, verduras, frutos secos, maíz y frijoles. Aunque comen pescado unas cuantas veces a la semana, tienen una dieta en la que predominan las plantas integrales. No sorprende entonces, que las tasas de enfermedad arterial sean bajas. Uno de estos alimentos integrales es el coco, pero no su aceite.

Ahora bien, si vas a Pukapuka, verás que allí se comen aún más cocos. De hecho, incluso hay una isla donde los cocos constituyen la mayor parte de la dieta de sus habitantes, y allí sí tienen los niveles de colesterol elevados. ¿Cómo puede una población que consume un 87% de productos vegetales, sin lácteos y con un consumo poco frecuente de carne roja, pollo y huevos, tener niveles de colesterol superiores a 200? Bueno, será su gran consumo de cocos diarios. Pero, ¿cuáles son sus tasas de enfermedad? No se sabe. No existen encuestas clínicas, ni datos epidemiológicos de defunción, ni autopsias. Se realizaron algunos ECG, que en ciertos casos evidenciaron posibles ataques cardíacos pasados, pero pocas anomalías. Sin embargo, la muestra fue demasiado pequeña para considerarse un estudio definitivo. Incluso si las tasas de enfermedad fueran bajas, no se podría correlacionar con el consumo de aceite ya que el coco lo consumían en su totalidad.

Los defensores del aceite de coco que señalan estos estudios son como el lobby del jarabe de maíz de alta fructosa que cita estudios de poblaciones saludables que comen maíz en mazorca o la industria azucarera que argumenta con estudios sobre el consumo de frutas para decir que se puede comer todo el azúcar refinado que desee. Pero la fruta tiene fibra y los cocos también. Así como agregar fibra de psyllium (Metamucil) al aceite de coco puede ayudar a mitigar los efectos adversos sobre el colesterol, la fibra derivada del coco desgrasado podría reducir los niveles de colesterol tanto como el salvado de avena. Es más, la proteína vegetal en los cocos, que tampoco está en el aceite, puede ayudar a explicar por qué los cocos enteros no tienen los mismos efectos sobre el colesterol. Aunque la grasa de coco en forma de leche de coco en polvo puede no tener los mismos efectos sobre el colesterol que el aceite de coco, el consumo frecuente, definido como 3 o más veces por semana, se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad vascular, accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca. No sorprende entonces que la leche de coco pueda afectar la función de las arterias de forma tan grave como un McMuffin con salchicha y huevo.

Los investigadores analizaron 3 comidas diferentes, incluida una comida occidental con alto contenido de grasa que “consistía en 1 McMuffin con huevo®, 1 McMuffin con salchicha®, 2 croquetas de papa y una bebida sin cafeína (McDonald’s )”, una comida local con alto contenido de grasa y una “comida isocalórica baja en grasas”. El estudio se realizó en Singapur, por lo que la comida local rica en grasas más tradicional era el arroz cocido en leche de coco y servido con anchoas y un huevo. Estas 2 comidas diferentes con alto contenido de grasa se compararon con la misma cantidad de calorías de una comida poco saludable y baja en grasa de Frosted Flakes, leche descremada y jugo. En el minuto 3:21 en mi video, se puede ver la función de la arteria, es decir, su capacidad para relajarse, antes y después de comer cada una de las 3 comidas. Los investigadores encontraron que la función de las arterias se deteriora de forma significativa a las pocas horas de consumir las 2 comidas altas en grasas. Entonces, sin importar el origen, tanto la grasa de la carne y aceite como la de la leche de coco provocaron un comportamiento similar en las arterias, mientras que ese desayuno asqueroso azucarado no tuvo ningún efecto negativo en su función. ¿Por qué? Porque a pesar de lo terrible que era la comida de Frosted Flakes, no contenía grasas saturadas. (Tampoco contenía huevos, por lo que eso también podría haber marcado la diferencia.)

Los defensores del aceite de coco también argumentan que el mismo contiene triglicéridos de cadena media(MCT por sus siglas en inglés), que son grasas saturadas de cadena más corta y que no son tan malas como las largas que contienen la carne y los lácteos. Sin embargo, no es posible aplicar la investigación de MCT al aceite de coco. ¿Por qué no? Bueno, el aceite MCT está compuesto por alrededor del 50% de ácido caprílico y el otro 50% de ácido cáprico, ambos triglicéridos de cadena media. Estos MCT representan solo alrededor del 10% del aceite de coco. La mayor parte del aceite de coco son grasas saturadas láuricas y mirísticas, las cuales tienen potentes efectos de elevación del colesterol LDL, el malo. “Es inexacto considerar que el aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media o triglicéridos de cadena media en mayor proporción. Por lo tanto, la evidencia sobre los triglicéridos de cadena media no se puede extrapolar al aceite de coco”.

De hecho, es “un error común” pensar que la grasa saturada del aceite de coco se compone principalmente de MCT. “Por lo tanto, no se debe recomendar el aceite de coco a las personas que deben o desean reducir su riesgo de cardiopatía coronaria”, la enfermedad coronaria que constituye la principal causa de muerte en Estados Unidos en hombres y mujeres. A la industria de la carne de res, por ejemplo, le encanta argumentar que la grasa de la carne contiene ácido esteárico, un tipo de grasa saturada que no aumenta el colesterol. Sí, pero también tiene ácidos palmítico y mirístico que, como el láurico, sí elevan el colesterol, como se puede ver en el minuto 5:12 en mi video.

Si comparamos los efectos de diferentes grasas saturadas, como muestro en el minuto 5:29 en mi video, se puede ver que el ácido esteárico tiene un efecto neutral sobre el LDL, pero los ácidos palmítico, mirístico y láurico lo elevan y la realidad es que, en comparación con el control, el MCT también lo aumenta, en un 15%. ¿Conclusión? La “creencia popular”, difundida por la industria del aceite de coco, que “sostiene que es saludable, no está respaldada por datos científicos”.

Entonces, “el aceite de coco no debe verse de manera diferente” a las fuentes animales de grasas saturadas. Una revisión reciente publicada en el Journal of the American College of Cardiology lo expresó de manera aún más simple en sus recomendaciones para los pacientes. Cuando se trate de aceite de coco, “evítalo”.

La traducción de este contenido ha sido realizada por Tamara Amor.

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Iconos creados por Marianna Nardella y Creative Stall del The Noun Project

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Los que venden aceite de coco “citan con frecuencia” los estudios de poblaciones que consumen gran cantidad de cocos “como evidencia de que el aceite no tiene efectos negativos sobre la salud cardiovascular”. Por ejemplo, suelen recurrir a la ausencia de accidentes cerebrovasculares y de enfermedades cardíacas en la isla de Kativa en Papua Nueva Guinea. ¿Cuál es su alimentación? Sus dietas se centran en tubérculos como batatas, frutas, verduras, frutos secos, maíz y frijoles. Aunque comen pescado unas cuantas veces a la semana, tienen una dieta en la que predominan las plantas integrales. No sorprende entonces, que las tasas de enfermedad arterial sean bajas. Uno de estos alimentos integrales es el coco, pero no su aceite.

Ahora bien, si vas a Pukapuka, verás que allí se comen aún más cocos. De hecho, incluso hay una isla donde los cocos constituyen la mayor parte de la dieta de sus habitantes, y allí sí tienen los niveles de colesterol elevados. ¿Cómo puede una población que consume un 87% de productos vegetales, sin lácteos y con un consumo poco frecuente de carne roja, pollo y huevos, tener niveles de colesterol superiores a 200? Bueno, será su gran consumo de cocos diarios. Pero, ¿cuáles son sus tasas de enfermedad? No se sabe. No existen encuestas clínicas, ni datos epidemiológicos de defunción, ni autopsias. Se realizaron algunos ECG, que en ciertos casos evidenciaron posibles ataques cardíacos pasados, pero pocas anomalías. Sin embargo, la muestra fue demasiado pequeña para considerarse un estudio definitivo. Incluso si las tasas de enfermedad fueran bajas, no se podría correlacionar con el consumo de aceite ya que el coco lo consumían en su totalidad.

Los defensores del aceite de coco que señalan estos estudios son como el lobby del jarabe de maíz de alta fructosa que cita estudios de poblaciones saludables que comen maíz en mazorca o la industria azucarera que argumenta con estudios sobre el consumo de frutas para decir que se puede comer todo el azúcar refinado que desee. Pero la fruta tiene fibra y los cocos también. Así como agregar fibra de psyllium (Metamucil) al aceite de coco puede ayudar a mitigar los efectos adversos sobre el colesterol, la fibra derivada del coco desgrasado podría reducir los niveles de colesterol tanto como el salvado de avena. Es más, la proteína vegetal en los cocos, que tampoco está en el aceite, puede ayudar a explicar por qué los cocos enteros no tienen los mismos efectos sobre el colesterol. Aunque la grasa de coco en forma de leche de coco en polvo puede no tener los mismos efectos sobre el colesterol que el aceite de coco, el consumo frecuente, definido como 3 o más veces por semana, se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad vascular, accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca. No sorprende entonces que la leche de coco pueda afectar la función de las arterias de forma tan grave como un McMuffin con salchicha y huevo.

Los investigadores analizaron 3 comidas diferentes, incluida una comida occidental con alto contenido de grasa que “consistía en 1 McMuffin con huevo®, 1 McMuffin con salchicha®, 2 croquetas de papa y una bebida sin cafeína (McDonald’s )”, una comida local con alto contenido de grasa y una “comida isocalórica baja en grasas”. El estudio se realizó en Singapur, por lo que la comida local rica en grasas más tradicional era el arroz cocido en leche de coco y servido con anchoas y un huevo. Estas 2 comidas diferentes con alto contenido de grasa se compararon con la misma cantidad de calorías de una comida poco saludable y baja en grasa de Frosted Flakes, leche descremada y jugo. En el minuto 3:21 en mi video, se puede ver la función de la arteria, es decir, su capacidad para relajarse, antes y después de comer cada una de las 3 comidas. Los investigadores encontraron que la función de las arterias se deteriora de forma significativa a las pocas horas de consumir las 2 comidas altas en grasas. Entonces, sin importar el origen, tanto la grasa de la carne y aceite como la de la leche de coco provocaron un comportamiento similar en las arterias, mientras que ese desayuno asqueroso azucarado no tuvo ningún efecto negativo en su función. ¿Por qué? Porque a pesar de lo terrible que era la comida de Frosted Flakes, no contenía grasas saturadas. (Tampoco contenía huevos, por lo que eso también podría haber marcado la diferencia.)

Los defensores del aceite de coco también argumentan que el mismo contiene triglicéridos de cadena media(MCT por sus siglas en inglés), que son grasas saturadas de cadena más corta y que no son tan malas como las largas que contienen la carne y los lácteos. Sin embargo, no es posible aplicar la investigación de MCT al aceite de coco. ¿Por qué no? Bueno, el aceite MCT está compuesto por alrededor del 50% de ácido caprílico y el otro 50% de ácido cáprico, ambos triglicéridos de cadena media. Estos MCT representan solo alrededor del 10% del aceite de coco. La mayor parte del aceite de coco son grasas saturadas láuricas y mirísticas, las cuales tienen potentes efectos de elevación del colesterol LDL, el malo. “Es inexacto considerar que el aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media o triglicéridos de cadena media en mayor proporción. Por lo tanto, la evidencia sobre los triglicéridos de cadena media no se puede extrapolar al aceite de coco”.

De hecho, es “un error común” pensar que la grasa saturada del aceite de coco se compone principalmente de MCT. “Por lo tanto, no se debe recomendar el aceite de coco a las personas que deben o desean reducir su riesgo de cardiopatía coronaria”, la enfermedad coronaria que constituye la principal causa de muerte en Estados Unidos en hombres y mujeres. A la industria de la carne de res, por ejemplo, le encanta argumentar que la grasa de la carne contiene ácido esteárico, un tipo de grasa saturada que no aumenta el colesterol. Sí, pero también tiene ácidos palmítico y mirístico que, como el láurico, sí elevan el colesterol, como se puede ver en el minuto 5:12 en mi video.

Si comparamos los efectos de diferentes grasas saturadas, como muestro en el minuto 5:29 en mi video, se puede ver que el ácido esteárico tiene un efecto neutral sobre el LDL, pero los ácidos palmítico, mirístico y láurico lo elevan y la realidad es que, en comparación con el control, el MCT también lo aumenta, en un 15%. ¿Conclusión? La “creencia popular”, difundida por la industria del aceite de coco, que “sostiene que es saludable, no está respaldada por datos científicos”.

Entonces, “el aceite de coco no debe verse de manera diferente” a las fuentes animales de grasas saturadas. Una revisión reciente publicada en el Journal of the American College of Cardiology lo expresó de manera aún más simple en sus recomendaciones para los pacientes. Cuando se trate de aceite de coco, “evítalo”.

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Nota del Doctor

Pero, ¿el aceite de coco no aumenta también el HDL, el llamado colesterol bueno? Encuentra la respuesta a esta pregunta en mi video El aceite de coco y el aumento del colesterol “bueno” HDL.

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