Flashback Friday: Dieta antiinflamatoria para la depresión

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Si la depresión puede ser inducida con proinflamatorios, ¿quizás una dieta antiinflamatoria sea eficaz en la prevención y el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Luis Bonifaz y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La depresión afecta a más de 150 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en una de las principales causas de pérdida de años de vida saludable como consecuencia de la discapacidad. De hecho, para el año 2020, la depresión podría ser la segunda causa de vida sana perdida, seguida solamente por la enfermedad del corazón. ¿Por qué es tan común la depresión? Bueno, se dice que “nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución”. Pero ¿por qué de evolucionaríamos para deprimirnos?

La depresión plantea un rompecabezas evolutivo desconcertante. Tiene muchos efectos negativos, pero sigue siendo muy común y hereditaria, lo que significa que una gran parte del riesgo se transmite a través de nuestros genes. Por lo tanto, debe haber algún tipo de ventaja adaptativa. De lo contrario, presumiblemente, habría sido seleccionada naturalmente en contra. Quizás, la depresión sea una estrategia evolutiva como defensa contra infecciones.

Las infecciones han sido la principal causa de mortalidad a lo largo de la historia humana. El promedio de vida era de 25 años, y no era raro que la mitad de los niños murieran. Con tales capacidades, las infecciones han sido una fuerza motriz crucial y poderosa de la selección natural.

Cuando nos infectamos, aumenta la inflamación mientras el cuerpo prepara un contraataque, y ¿qué sucede luego? Nos sentimos fatal. Nos sentimos enfermos. Nos ponemos débiles, cansados, lentos y soñolientos. No vemos a nadie; no queremos hacer nada; todo lo que queremos hacer es dormir. Es como que estamos deprimidos, y eso es ideal para combatir infecciones. No solo nos ayuda a ahorrar energía para defendernos, también reduce el contacto social. No estamos dando vueltas e infectando a todos.

Es la misma razón por la que evolucionamos pensando que el excremento o la carne en descomposición no huelen bien. Eso nos mantiene a salvo de infecciones. De hecho, vemos este fenómeno con otros animales sociales, como las abejas y las ratas topo, que se sienten impulsadas a arrastrarse y morir solas cuando se enferman, lo que reduce el riesgo para el resto de la comunidad.

La relación entre salud mental e inflamación se observó por primera vez en 1887, por lo cual el único psiquiatra que ha ganado el premio obtuvo un premio Nobel. Pero ¿qué evidencia hemos acumulado de que la inflamación causa la depresión en el siglo transcurrido? Bueno, las personas que están deprimidas han elevado los marcadores de inflamación, como la proteína C-reactiva, y las enfermedades inflamatorias se asocian con tasas más altas de depresión severa. De hecho, eso es lo que se encuentra en una variedad de enfermedades inflamatorias, incluyendo algunas más benignas, como el asma y las alergias. Y eso es importante, porque sugiere que los síntomas del estado de ánimo no son simplemente “sentirse mal por tener una enfermedad terrible”, sino que puede estar ligados directamente a la inflamación. Lo que es aún más potente, uno puede inducir depresión al inducir inflamación, como cuando damos el interferón para ciertos cánceres o infecciones crónicas, hasta un 50 % van a sufrir depresión severa. Incluso una sola vacuna puede causar inflamación suficiente para desencadenar los síntomas depresivos. Tomados en conjunto, estos estudios sugieren que la inflamación es un factor causal de los síntomas del estado de ánimo.

Por lo tanto, ¿puede una dieta anti-inflamatoria ayudar a prevenir la depresión? No lo sabíamos, hasta que aproximadamente 43.000 mujeres sin depresión fueron seguidas, junto con su dieta, por unos doce años, para ver quién se deprimía, y fueron las que comieron una dieta con un patrón inflamatorio, caracterizado por más refrescos, granos refinados y carnes, lo que sugiere que la inflamación crónica puede tener como base la asociación entre la dieta y la depresión. Normalmente, pensamos en los omega-3 como antiinflamatorios, pero se descubrió que el pescado es proinflamatorio, asociado con el aumento de los niveles de proteína C reactiva consistente con los hallazgos recientes de que los omega-3 no parecen ayudar con la depresión ni la inflamación. La dieta más anti-inflamatoria es una dieta basada en plantas, la cual puede reducir los niveles de proteína C reactiva en un 30 % en dos semanas, quizás debido a las propiedades antiinflamatorias de los antioxidantes.

He hablado sobre esto antes, pero nunca expliqué por qué los antioxidantes son antiinflamatorios. El daño oxidativo causado por los radicales libres puede causar una respuesta autoinmune en el cuerpo cambiando la estructura química de moléculas para generar nuevas estructuras que el cuerpo ataca como extrañas. Por ejemplo, cuando el colesterol LDL se oxida, nuestro cuerpo crea anticuerpos contra él y lo ataca. Y así, la depresión clínica puede estar acompañada por un aumento en el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria autoinmune que ocasiona.

¿De dónde más proviene la inflamación en nuestra dieta? Las endotoxinas. Vale la pena examinar cómo las endotoxinas en los productos de origen animal pueden causar una explosión de inflamación a tan solo algunas horas de su consumo. ¿Qué hace eso con nuestro estado de ánimo? Si se inyecta la endotoxina en personas, en pocas horas, la inflamación se dispara, así como los sentimientos de depresión y de desconexión social.

Aunque investigaciones anteriores han demostrado que la actividad inflamatoria contribuye a síntomas depresivos, no ha habido investigación en seres humanos que haya examinado el efecto de la inflamación inducida experimentalmente en la anhedonia, clave en el diagnóstico de la depresión. Al igual que la falta de anhedonia, la falta de reacción a los estímulos placenteros es un síntoma muy importante de depresión. No se ha hecho ningún trabajo…  hasta ahora. A unas horas de que la endotoxina golpeara su torrente sanguíneo, estos sujetos experimentales no solo comenzaron a sentirse deprimidos, sino que tuvieron reducciones significativas en la actividad del centro de recompensa del cerebro. En el estudio estaban menos entusiasmados por ganar dinero jugando juegos de video, por ejemplo.

Pero al eliminar los productos de origen animal y consumir dietas ricas en antioxidantes, podríamos ser capaces de prevenir o tratar la depresión.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes de Ars Electronica vía Flickr.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Luis Bonifaz y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La depresión afecta a más de 150 millones de personas en todo el mundo, lo que la convierte en una de las principales causas de pérdida de años de vida saludable como consecuencia de la discapacidad. De hecho, para el año 2020, la depresión podría ser la segunda causa de vida sana perdida, seguida solamente por la enfermedad del corazón. ¿Por qué es tan común la depresión? Bueno, se dice que “nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución”. Pero ¿por qué de evolucionaríamos para deprimirnos?

La depresión plantea un rompecabezas evolutivo desconcertante. Tiene muchos efectos negativos, pero sigue siendo muy común y hereditaria, lo que significa que una gran parte del riesgo se transmite a través de nuestros genes. Por lo tanto, debe haber algún tipo de ventaja adaptativa. De lo contrario, presumiblemente, habría sido seleccionada naturalmente en contra. Quizás, la depresión sea una estrategia evolutiva como defensa contra infecciones.

Las infecciones han sido la principal causa de mortalidad a lo largo de la historia humana. El promedio de vida era de 25 años, y no era raro que la mitad de los niños murieran. Con tales capacidades, las infecciones han sido una fuerza motriz crucial y poderosa de la selección natural.

Cuando nos infectamos, aumenta la inflamación mientras el cuerpo prepara un contraataque, y ¿qué sucede luego? Nos sentimos fatal. Nos sentimos enfermos. Nos ponemos débiles, cansados, lentos y soñolientos. No vemos a nadie; no queremos hacer nada; todo lo que queremos hacer es dormir. Es como que estamos deprimidos, y eso es ideal para combatir infecciones. No solo nos ayuda a ahorrar energía para defendernos, también reduce el contacto social. No estamos dando vueltas e infectando a todos.

Es la misma razón por la que evolucionamos pensando que el excremento o la carne en descomposición no huelen bien. Eso nos mantiene a salvo de infecciones. De hecho, vemos este fenómeno con otros animales sociales, como las abejas y las ratas topo, que se sienten impulsadas a arrastrarse y morir solas cuando se enferman, lo que reduce el riesgo para el resto de la comunidad.

La relación entre salud mental e inflamación se observó por primera vez en 1887, por lo cual el único psiquiatra que ha ganado el premio obtuvo un premio Nobel. Pero ¿qué evidencia hemos acumulado de que la inflamación causa la depresión en el siglo transcurrido? Bueno, las personas que están deprimidas han elevado los marcadores de inflamación, como la proteína C-reactiva, y las enfermedades inflamatorias se asocian con tasas más altas de depresión severa. De hecho, eso es lo que se encuentra en una variedad de enfermedades inflamatorias, incluyendo algunas más benignas, como el asma y las alergias. Y eso es importante, porque sugiere que los síntomas del estado de ánimo no son simplemente “sentirse mal por tener una enfermedad terrible”, sino que puede estar ligados directamente a la inflamación. Lo que es aún más potente, uno puede inducir depresión al inducir inflamación, como cuando damos el interferón para ciertos cánceres o infecciones crónicas, hasta un 50 % van a sufrir depresión severa. Incluso una sola vacuna puede causar inflamación suficiente para desencadenar los síntomas depresivos. Tomados en conjunto, estos estudios sugieren que la inflamación es un factor causal de los síntomas del estado de ánimo.

Por lo tanto, ¿puede una dieta anti-inflamatoria ayudar a prevenir la depresión? No lo sabíamos, hasta que aproximadamente 43.000 mujeres sin depresión fueron seguidas, junto con su dieta, por unos doce años, para ver quién se deprimía, y fueron las que comieron una dieta con un patrón inflamatorio, caracterizado por más refrescos, granos refinados y carnes, lo que sugiere que la inflamación crónica puede tener como base la asociación entre la dieta y la depresión. Normalmente, pensamos en los omega-3 como antiinflamatorios, pero se descubrió que el pescado es proinflamatorio, asociado con el aumento de los niveles de proteína C reactiva consistente con los hallazgos recientes de que los omega-3 no parecen ayudar con la depresión ni la inflamación. La dieta más anti-inflamatoria es una dieta basada en plantas, la cual puede reducir los niveles de proteína C reactiva en un 30 % en dos semanas, quizás debido a las propiedades antiinflamatorias de los antioxidantes.

He hablado sobre esto antes, pero nunca expliqué por qué los antioxidantes son antiinflamatorios. El daño oxidativo causado por los radicales libres puede causar una respuesta autoinmune en el cuerpo cambiando la estructura química de moléculas para generar nuevas estructuras que el cuerpo ataca como extrañas. Por ejemplo, cuando el colesterol LDL se oxida, nuestro cuerpo crea anticuerpos contra él y lo ataca. Y así, la depresión clínica puede estar acompañada por un aumento en el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria autoinmune que ocasiona.

¿De dónde más proviene la inflamación en nuestra dieta? Las endotoxinas. Vale la pena examinar cómo las endotoxinas en los productos de origen animal pueden causar una explosión de inflamación a tan solo algunas horas de su consumo. ¿Qué hace eso con nuestro estado de ánimo? Si se inyecta la endotoxina en personas, en pocas horas, la inflamación se dispara, así como los sentimientos de depresión y de desconexión social.

Aunque investigaciones anteriores han demostrado que la actividad inflamatoria contribuye a síntomas depresivos, no ha habido investigación en seres humanos que haya examinado el efecto de la inflamación inducida experimentalmente en la anhedonia, clave en el diagnóstico de la depresión. Al igual que la falta de anhedonia, la falta de reacción a los estímulos placenteros es un síntoma muy importante de depresión. No se ha hecho ningún trabajo…  hasta ahora. A unas horas de que la endotoxina golpeara su torrente sanguíneo, estos sujetos experimentales no solo comenzaron a sentirse deprimidos, sino que tuvieron reducciones significativas en la actividad del centro de recompensa del cerebro. En el estudio estaban menos entusiasmados por ganar dinero jugando juegos de video, por ejemplo.

Pero al eliminar los productos de origen animal y consumir dietas ricas en antioxidantes, podríamos ser capaces de prevenir o tratar la depresión.

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Imágenes de Ars Electronica vía Flickr.

Nota del Doctor

¡Wow! Muchas cosas en un solo video, si te gusta la teoría de la biología evolutiva tanto como a mi seguro disfrutarás estos videos:

Tengo muchísimos videos sobre inflamación, incluyendo:

El estudio que demuestra el dramático descenso en la inflamación luego de unas semanas de adoptar una dieta a base de plantas es la que menciono en El ayuno de Daniel de la Biblia es puesto a prueba.

Finalmente, para más sobre los efectos de la dieta sobre la salud mental:

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