¿Combatir el desánimo con vegetales?

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Los inhibidores naturales de la enzima monoamina oxidasa en frutas y verduras pueden ayudar a explicar la mejora en el estado de ánimo asociado con el cambio a una dieta basada en plantas.

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¿Por qué el consumo frecuente de verduras parece reducir más de la mitad las probabilidades de depresión? Y, por consumo frecuente, no se refieren a 3 o más veces al día, sino sólo 3 o más veces a la semana. Pero incluso eso parecía disminuir las probabilidades de desarrollar depresión en un 60%, después de controlar una larga lista de variables.

En el estudio de 2012 que encontró que eliminar productos de origen animal mejoraba el estado de ánimo en tan solo 2 semanas, los investigadores culparon el ácido araquidónico, encontrado principalmente en la carne de pollo y los huevos, el cual puede afectar negativamente a la salud mental a través de una cascada de inflamación en el cerebro. Pero el mejor estado de ánimo en dietas basadas en vegetales podría también deberse a las sustancias buenas que encontramos en las plantas, como un tipo de fitonutrientes que atraviesa la barrera entre la sangre y el cerebro en nuestras cabezas. Esta revisión reciente en la revista Nutritional Neuroscience (Neurociencia Nutricional) sugiere que el consumo de una gran cantidad de frutas y verduras puede presentar “un método terapéutico no invasivo, natural, y barato para ayudar a un cerebro sano.” Sí, ¿pero cómo?

Pues bien, para comprender lo último, tenemos que comprender la biología subyacente, la llamada teoría de depresión de la monoamina, la idea de que la depresión puede surgir a través de un desequilibrio químico en el cerebro. Aquí está la versión simplificada al máximo: una de las formas en que los billones de nervios en nuestro cerebro se comunican los unos con los otros es a través de señales químicas llamadas neurotransmisores. Aquí está el final de un nervio, y el comienzo de otro.

Así es como en realidad se ve en el microscopio. Fíjate que las dos células nerviosas en realidad no se tocan; hay un hueco físico entre ellas. Para cruzar ese hueco, cuando un nervio quiere ponerse en contacto con el otro, libera sustancias químicas en el hueco, incluyendo tres monoaminas: serotonina, dopamina y norepinefrina. Estos neurotransmisores entonces flotan hasta el otro nervio, para llamar su atención. El primer nervio entonces reabsorbe estos químicos para ser reutilizados la próxima vez que quiera comunicarse. Pero también está constantemente fabricando más, y una enzima -monoamina oxidasa- está constantemente devorándolos para mantener la cantidad justa.

La forma en la que la cocaína parece funcionar es actuando como un inhibidor de la recaptación de monoamina. Bloquea al primer nervio para que no pueda reabsorber esos tres productos químicos y, por lo tanto, hay una llamada de atención constante, una constante señalización al nervio siguiente. Las anfetaminas funcionan de la misma manera, pero también aumentan la liberación de monoaminas. El éxtasis funciona como el speed, pero causa comparativamente más liberación de serotonina.

Después de un tiempo, el nervio siguiente puede decir “¡basta ya!”, y disminuye sus receptores para bajar el volumen. Se pone tapones para los oídos. Por lo que necesitas cada vez más y más de la droga para obtener el mismo efecto. Y, cuando no estás tomando la droga, puedes sentir mal, ya que la transmisión a un volumen normal simplemente no es capaz de crear una buena comunicación como antes.

Se cree que los antidepresivos trabajan con mecanismos similares. Las personas que están deprimidas parecen tener niveles elevados de monoamino oxidasa en sus cerebros. Esa es la enzima que se deshace de los neurotransmisores. De modo que, si tienes demasiado de esa enzima en zonas críticas de tu cerebro: los círculos negros son los niveles de esta enzima en el cerebro de los individuos deprimidos, y los círculos blancos son los de los individuos sanos. Si los niveles de tu enzima comedora de neurotransmisores son elevados, entonces tus niveles de neurotransmisores se desploman, y te deprimes, o eso dice la teoría.

Así que se han desarrollado una serie de diferentes tipos de fármacos. Los antidepresivos tricíclicos, llamados así porque tienen tres anillos como un triciclo, parecen bloquear la reabsorción de norepinefrina y dopamina. Y así, a pesar de que tus enzimas pueden estar comiéndoselas a un ritmo acelerado, lo que se libera permanece más tiempo. Entonces llegaron los ISRS, como el Prozac: los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina. Ahora sabes lo que eso significa: simplemente bloquean la recaptación de serotonina.

Luego están los fármacos que bloquean solo la recaptación de norepinefrina. O de más dopamina. O lo contrario. Pero, si el problema son los niveles demasiado altos de monoamina oxidasa, ¿por qué no bloquear la enzima simplemente? Crea un inhibidor de monoamino oxidasa. Y, por supuesto, lo hicieron. Pero son considerados fármacos de último recurso debido a sus efectos secundarios graves, no siendo el menor de ellos el temido “efecto queso”: cuando el consumo de ciertos alimentos (como ciertos quesos) mientras se usa el fármaco puede tener consecuencias potencialmente fatales. Si existiera una manera de aplacar la actividad de esta enzima sin todo ese sangrado cerebral, y sin morir.

Pues bien, ahora por fin podemos hablar de la teoría más reciente sobre por qué las frutas y las verduras pueden mejorar nuestro estado de ánimo. Hay inhibidores de esa enzima asociada a la depresión en varias plantas. Hay fitonutrientes en especias, como el clavo, el orégano, la canela, la nuez moscada. Pero la gente no come suficientes especias como para que suficiente cantidad llegue al cerebro. Esta hoja verde oscuro tiene una gran cantidad, pero su nombre es tabaco, que puede ser una de las razones por la que los cigarrillos hacen que los fumadores se sientan bien.

De acuerdo, pero, ¿qué pasa si no quieres hemorragias cerebrales o cáncer de pulmón? Bueno, hay un fitonutriente que se encuentra en las manzanas, bayas, y uvas, y el kale, las cebollas, y el té verde que puede de hecho afectar a nuestra biología cerebral lo suficiente como para mejorar nuestro estado de ánimo.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Veronica Nunez Romero y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes gracias a practicalowl y gloom a través de Flicker, y a Mouagip, Nrets, Dake, ThePallanz, y Savant-fou a través de Wikimedia Commons. Gracias a Ellen Reid, Maxim Fetissenko, PhD, y Laurie-Marie Pisciotta por su ayuda con el inicio.

¿Por qué el consumo frecuente de verduras parece reducir más de la mitad las probabilidades de depresión? Y, por consumo frecuente, no se refieren a 3 o más veces al día, sino sólo 3 o más veces a la semana. Pero incluso eso parecía disminuir las probabilidades de desarrollar depresión en un 60%, después de controlar una larga lista de variables.

En el estudio de 2012 que encontró que eliminar productos de origen animal mejoraba el estado de ánimo en tan solo 2 semanas, los investigadores culparon el ácido araquidónico, encontrado principalmente en la carne de pollo y los huevos, el cual puede afectar negativamente a la salud mental a través de una cascada de inflamación en el cerebro. Pero el mejor estado de ánimo en dietas basadas en vegetales podría también deberse a las sustancias buenas que encontramos en las plantas, como un tipo de fitonutrientes que atraviesa la barrera entre la sangre y el cerebro en nuestras cabezas. Esta revisión reciente en la revista Nutritional Neuroscience (Neurociencia Nutricional) sugiere que el consumo de una gran cantidad de frutas y verduras puede presentar “un método terapéutico no invasivo, natural, y barato para ayudar a un cerebro sano.” Sí, ¿pero cómo?

Pues bien, para comprender lo último, tenemos que comprender la biología subyacente, la llamada teoría de depresión de la monoamina, la idea de que la depresión puede surgir a través de un desequilibrio químico en el cerebro. Aquí está la versión simplificada al máximo: una de las formas en que los billones de nervios en nuestro cerebro se comunican los unos con los otros es a través de señales químicas llamadas neurotransmisores. Aquí está el final de un nervio, y el comienzo de otro.

Así es como en realidad se ve en el microscopio. Fíjate que las dos células nerviosas en realidad no se tocan; hay un hueco físico entre ellas. Para cruzar ese hueco, cuando un nervio quiere ponerse en contacto con el otro, libera sustancias químicas en el hueco, incluyendo tres monoaminas: serotonina, dopamina y norepinefrina. Estos neurotransmisores entonces flotan hasta el otro nervio, para llamar su atención. El primer nervio entonces reabsorbe estos químicos para ser reutilizados la próxima vez que quiera comunicarse. Pero también está constantemente fabricando más, y una enzima -monoamina oxidasa- está constantemente devorándolos para mantener la cantidad justa.

La forma en la que la cocaína parece funcionar es actuando como un inhibidor de la recaptación de monoamina. Bloquea al primer nervio para que no pueda reabsorber esos tres productos químicos y, por lo tanto, hay una llamada de atención constante, una constante señalización al nervio siguiente. Las anfetaminas funcionan de la misma manera, pero también aumentan la liberación de monoaminas. El éxtasis funciona como el speed, pero causa comparativamente más liberación de serotonina.

Después de un tiempo, el nervio siguiente puede decir “¡basta ya!”, y disminuye sus receptores para bajar el volumen. Se pone tapones para los oídos. Por lo que necesitas cada vez más y más de la droga para obtener el mismo efecto. Y, cuando no estás tomando la droga, puedes sentir mal, ya que la transmisión a un volumen normal simplemente no es capaz de crear una buena comunicación como antes.

Se cree que los antidepresivos trabajan con mecanismos similares. Las personas que están deprimidas parecen tener niveles elevados de monoamino oxidasa en sus cerebros. Esa es la enzima que se deshace de los neurotransmisores. De modo que, si tienes demasiado de esa enzima en zonas críticas de tu cerebro: los círculos negros son los niveles de esta enzima en el cerebro de los individuos deprimidos, y los círculos blancos son los de los individuos sanos. Si los niveles de tu enzima comedora de neurotransmisores son elevados, entonces tus niveles de neurotransmisores se desploman, y te deprimes, o eso dice la teoría.

Así que se han desarrollado una serie de diferentes tipos de fármacos. Los antidepresivos tricíclicos, llamados así porque tienen tres anillos como un triciclo, parecen bloquear la reabsorción de norepinefrina y dopamina. Y así, a pesar de que tus enzimas pueden estar comiéndoselas a un ritmo acelerado, lo que se libera permanece más tiempo. Entonces llegaron los ISRS, como el Prozac: los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina. Ahora sabes lo que eso significa: simplemente bloquean la recaptación de serotonina.

Luego están los fármacos que bloquean solo la recaptación de norepinefrina. O de más dopamina. O lo contrario. Pero, si el problema son los niveles demasiado altos de monoamina oxidasa, ¿por qué no bloquear la enzima simplemente? Crea un inhibidor de monoamino oxidasa. Y, por supuesto, lo hicieron. Pero son considerados fármacos de último recurso debido a sus efectos secundarios graves, no siendo el menor de ellos el temido “efecto queso”: cuando el consumo de ciertos alimentos (como ciertos quesos) mientras se usa el fármaco puede tener consecuencias potencialmente fatales. Si existiera una manera de aplacar la actividad de esta enzima sin todo ese sangrado cerebral, y sin morir.

Pues bien, ahora por fin podemos hablar de la teoría más reciente sobre por qué las frutas y las verduras pueden mejorar nuestro estado de ánimo. Hay inhibidores de esa enzima asociada a la depresión en varias plantas. Hay fitonutrientes en especias, como el clavo, el orégano, la canela, la nuez moscada. Pero la gente no come suficientes especias como para que suficiente cantidad llegue al cerebro. Esta hoja verde oscuro tiene una gran cantidad, pero su nombre es tabaco, que puede ser una de las razones por la que los cigarrillos hacen que los fumadores se sientan bien.

De acuerdo, pero, ¿qué pasa si no quieres hemorragias cerebrales o cáncer de pulmón? Bueno, hay un fitonutriente que se encuentra en las manzanas, bayas, y uvas, y el kale, las cebollas, y el té verde que puede de hecho afectar a nuestra biología cerebral lo suficiente como para mejorar nuestro estado de ánimo.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Veronica Nunez Romero y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes gracias a practicalowl y gloom a través de Flicker, y a Mouagip, Nrets, Dake, ThePallanz, y Savant-fou a través de Wikimedia Commons. Gracias a Ellen Reid, Maxim Fetissenko, PhD, y Laurie-Marie Pisciotta por su ayuda con el inicio.

Nota del Doctor

Para más información sobre el inflamatorio ácido omega-6 araquidónico en la carne de pollo y los huevos, que puede impactar nuestra salud mental a través de una cascada de inflamación cerebral, ver:

Para otros tratamientos naturales para enfermedades mentales, échale un vistazo a:

Recibí algunos comentarios de quienes vieron este vídeo en DVD diciendo que mi explicación sobre la inhibición de la MAO era demasiado complicada. Creo que hay diferentes tipos de espectadores en NutritionFacts.org. Algunos sólo quieren saber la conclusión, y otros están fascinados por los mecanismos subyacentes, y están ansiosos por aprender la biología subyacente (el “por qué”, no sólo el “qué” y “cómo”). Estaría interesado en la reacción de todos. ¿Estas explicaciones más detalladas agregan o restan valor educativo?

Para un contexto más amplio, echa un vistazo a mi blog asociado: ¿Podemos combatir el bajo estado de ánimo con los vegetales?

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