Flashback Friday: El café y la mortalidad

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¿Qué efecto tiene el consumo de café y de té en la longevidad, el riesgo de cáncer, el reflujo gastroesofágico (ERGE), la fractura de huesos, el glaucoma, la calidad del sueño y la fibrilación auricular (arritmia cardíaca)?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Madrigal y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

¿Quienes beben café viven más que quienes no lo beben? ¿Es “despertar con aroma a café” o “no despertar en lo absoluto”? El mayor estudio realizado hasta ahora sobre la alimentación y la salud ha puesto el tema sobre la mesa al examinar la relación que existe entre beber café y la consiguiente tasa de mortalidad en cientos de miles de ancianos y ancianas en Estados Unidos. Quienes bebían café ganaron, aunque el efecto fue modesto. El riesgo de muerte es de un 10 a un 15 % más bajo entre quienes beben seis tazas de café o más al día, en especial, porque tienen menos riesgo de morir de enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias, derrames cerebrales, heridas y accidentes, diabetes e infecciones.

Sin embargo, se descubrió que esa misma cantidad de café aumenta la tasa de mortalidad de la gente joven (menores de 55 años). Por lo tanto, en base a este estudio, lo apropiado sería recomendar que no se beban más de cuatro tazas al día. Sin embargo, si juntamos todos los estudios, la conclusión sería que el consumo de café no se asocia con ningún cambio (o con uno muy pequeño) en la mortalidad a partir de una taza o dos tazas al día, tanto en hombres como en mujeres.

En lo que respecta a las tazas, el riesgo de muerte era un 3 % menor por cada taza de café al día, lo que genera consuelo con respecto a la preocupación de que el consumo de café podría afectar negativamente a la salud.

Bueno, al menos, a la longevidad. En cuanto a salud, un estudio reciente sobre la población no descubrió ninguna relación entre el consumo de café y los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, como acidez y regurgitación. De hecho, si metes un tubo en las gargantas de la gente y mides el pH, el café provoca un reflujo ácido importante, sin embargo el té no. ¿Es solo porque el té contiene menos cafeína? No. Si reduces la cafeína que se encuentra en el café por debajo de la que encontramos en el té, sigue causando más cantidad de reflujo ácido. Aunque el café descafeinado causa menos, por lo tanto, los afectados por la ERGE deberían escoger tomarlo así, o aún mejor, beber té.

El consumo de café también se asocia a la incontinencia urinaria, así que las mujeres o los hombres que la padecen deberían consumir menos café. Unas dos tazas de cafeína por día también pueden empeorar las pérdidas de orina en los hombres.

Un metaanálisis del 2014 sugirió que el consumo diario de café estaba asociado con un ligero incremento del riesgo de fractura de huesos en las mujeres, pero con una reducción del riesgo de fractura en los hombres. Aunque no con respecto a la fractura de cadera. No se encontró ninguna asociación relevante entre el consumo de café y el riesgo de fractura de cadera, aunque el consumo de té puede proteger frente a la fractura de cadera, pero parece no tener ninguna relación con el riesgo de fracturas en general.

Hay ciertas poblaciones que deberían mantenerse alejadas de la cafeína, por ejemplo, quienes tienen glaucoma, y quizá incluso quienes tienen antecedentes de glaucoma en su familia.

No hace falta decir que quienes que tienen dificultades para dormir no deberían beber café. Incluso una sola taza por la noche puede deteriorar mucho la calidad del sueño. También hay casos, por ejemplo, de personas con epilepsia que tienen menos convulsiones al dejar de beber café, por lo que sería bueno intentarlo.

Solíamos creer que la cafeína podía aumentar el riesgo de una arritmia llamada “fibrilación auricular”, pero nos basábamos en casos anecdóticos, como ese en que una mujer joven sufrió fibrilación auricular después de consumir muchísimo chocolate. Pero todos estos casos involucraban una ingesta de grandes cantidades de cafeína. Como resultado, la idea de que el consumo de cafeína puede desencadenar ritmos cardíacos anormales se ha convertido en algo que “se sabe”, y esta asunción derivó en cambios en las prácticas médicas. Más recientemente, sin embargo, el péndulo ha oscilado en la dirección opuesta. ¿Por qué? Porque ahora tenemos datos: la cafeína no aumenta el riesgo de fibrilación auricular. Y una dosis baja de cafeína, que serían menos de cinco tazas de café al día, puede tener incluso un efecto protector. El consumo de té también parece disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente de la que acaba en derrame cerebral. Sin embargo, dada la proliferación de bebidas energéticas que contienen cantidades masivas de cafeína, uno podría moderar cualquier mensaje que sugiera que la cafeína es beneficiosa. Parece un poco condescendiente, pero no es ninguna broma. Doce bebidas energéticas con alto contenido en cafeína en pocas horas podrían ser letales.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes de Anne Worner vía Flickr.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Madrigal y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

¿Quienes beben café viven más que quienes no lo beben? ¿Es “despertar con aroma a café” o “no despertar en lo absoluto”? El mayor estudio realizado hasta ahora sobre la alimentación y la salud ha puesto el tema sobre la mesa al examinar la relación que existe entre beber café y la consiguiente tasa de mortalidad en cientos de miles de ancianos y ancianas en Estados Unidos. Quienes bebían café ganaron, aunque el efecto fue modesto. El riesgo de muerte es de un 10 a un 15 % más bajo entre quienes beben seis tazas de café o más al día, en especial, porque tienen menos riesgo de morir de enfermedades cardíacas, enfermedades respiratorias, derrames cerebrales, heridas y accidentes, diabetes e infecciones.

Sin embargo, se descubrió que esa misma cantidad de café aumenta la tasa de mortalidad de la gente joven (menores de 55 años). Por lo tanto, en base a este estudio, lo apropiado sería recomendar que no se beban más de cuatro tazas al día. Sin embargo, si juntamos todos los estudios, la conclusión sería que el consumo de café no se asocia con ningún cambio (o con uno muy pequeño) en la mortalidad a partir de una taza o dos tazas al día, tanto en hombres como en mujeres.

En lo que respecta a las tazas, el riesgo de muerte era un 3 % menor por cada taza de café al día, lo que genera consuelo con respecto a la preocupación de que el consumo de café podría afectar negativamente a la salud.

Bueno, al menos, a la longevidad. En cuanto a salud, un estudio reciente sobre la población no descubrió ninguna relación entre el consumo de café y los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, como acidez y regurgitación. De hecho, si metes un tubo en las gargantas de la gente y mides el pH, el café provoca un reflujo ácido importante, sin embargo el té no. ¿Es solo porque el té contiene menos cafeína? No. Si reduces la cafeína que se encuentra en el café por debajo de la que encontramos en el té, sigue causando más cantidad de reflujo ácido. Aunque el café descafeinado causa menos, por lo tanto, los afectados por la ERGE deberían escoger tomarlo así, o aún mejor, beber té.

El consumo de café también se asocia a la incontinencia urinaria, así que las mujeres o los hombres que la padecen deberían consumir menos café. Unas dos tazas de cafeína por día también pueden empeorar las pérdidas de orina en los hombres.

Un metaanálisis del 2014 sugirió que el consumo diario de café estaba asociado con un ligero incremento del riesgo de fractura de huesos en las mujeres, pero con una reducción del riesgo de fractura en los hombres. Aunque no con respecto a la fractura de cadera. No se encontró ninguna asociación relevante entre el consumo de café y el riesgo de fractura de cadera, aunque el consumo de té puede proteger frente a la fractura de cadera, pero parece no tener ninguna relación con el riesgo de fracturas en general.

Hay ciertas poblaciones que deberían mantenerse alejadas de la cafeína, por ejemplo, quienes tienen glaucoma, y quizá incluso quienes tienen antecedentes de glaucoma en su familia.

No hace falta decir que quienes que tienen dificultades para dormir no deberían beber café. Incluso una sola taza por la noche puede deteriorar mucho la calidad del sueño. También hay casos, por ejemplo, de personas con epilepsia que tienen menos convulsiones al dejar de beber café, por lo que sería bueno intentarlo.

Solíamos creer que la cafeína podía aumentar el riesgo de una arritmia llamada “fibrilación auricular”, pero nos basábamos en casos anecdóticos, como ese en que una mujer joven sufrió fibrilación auricular después de consumir muchísimo chocolate. Pero todos estos casos involucraban una ingesta de grandes cantidades de cafeína. Como resultado, la idea de que el consumo de cafeína puede desencadenar ritmos cardíacos anormales se ha convertido en algo que “se sabe”, y esta asunción derivó en cambios en las prácticas médicas. Más recientemente, sin embargo, el péndulo ha oscilado en la dirección opuesta. ¿Por qué? Porque ahora tenemos datos: la cafeína no aumenta el riesgo de fibrilación auricular. Y una dosis baja de cafeína, que serían menos de cinco tazas de café al día, puede tener incluso un efecto protector. El consumo de té también parece disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente de la que acaba en derrame cerebral. Sin embargo, dada la proliferación de bebidas energéticas que contienen cantidades masivas de cafeína, uno podría moderar cualquier mensaje que sugiera que la cafeína es beneficiosa. Parece un poco condescendiente, pero no es ninguna broma. Doce bebidas energéticas con alto contenido en cafeína en pocas horas podrían ser letales.

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Imágenes de Anne Worner vía Flickr.

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