Prevenir el cancer de hígado con café

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Sobre la base de estudios que relacionan el consumo de café con un menor riesgo de cáncer de hígado, el café se pone a prueba para comprobar si puede ayudar a reducir el daño hepático en personas con hepatitis C.

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Hace décadas, un grupo de investigadores en Noruega dio con un hallazgo inesperado. El consumo de alcohol estaba asociado con la inflamación del hígado; no es de extrañar, pero se observó que el consumo de café se asocia con una fuerte protección.

Estos hallazgos fueron reproducidos en los Estados Unidos y en todo el mundo. Aquellos con riesgo de enfermedad hepática, aquellos que bebían mucho alcohol o que tenían sobrepeso y, por lo tanto, tenían riesgo de esteatosis hepática (enfermedad del hígado graso), parecían reducir su riesgo a la mitad si bebían más de dos tazas de café al día.

El cáncer de hígado es una de las complicaciones más temidas de la inflamación hepática. El carcinoma hepatocelular es la tercera causa principal de muerte por cáncer. Además, tiene una incidencia en rápido aumento en los Estados Unidos y Europa, en gran parte impulsada por la carga de la infección de hepatitis C y la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, mirando todos los mejores estudios realizados hasta la fecha, los que bebían más café tenían la mitad del riesgo de cáncer de hígado en comparación con lo que bebían la menor cantidad. Desde que se publicó el meta-análisis, un nuevo estudio encontró que los fumadores varones podrían reducir el riesgo de cáncer de hígado en más del 90% bebiendo cuatro o más tazas de café al día. Por supuesto, también podrían haber dejado de fumar.

Es como si observamos a quienes beben grandes cantidades de alcohol; beber más café puede disminuir la inflamación hepática, pero no tanto como beber menos alcohol.

El cáncer de hígado está entre los cánceres más evitables, a través de la vacunación contra la hepatitis B, el control de la transmisión de la hepatitis C, y la reducción del consumo de alcohol. Estas tres medidas podrían, en principio, eliminar el 90% de los cánceres de hígado en todo el mundo. Todavía no está claro si el consumo de café tiene un papel adicional tras aplicar esas medidas pero, en cualquier caso, ese papel sería limitado en comparación con la prevención del daño hepático en primer lugar. Pero, qué sucede si ya tienes hepatitis C o estás entre el 30% de los estadounidenses con enfermedad del hígado graso de origen no alcohólico debido a la obesidad, que puede cuadruplicar el riesgo de morir de cáncer de hígado.

Bueno, el café parece ayudar con la hepatitis C, reduciendo el daño hepático, la actividad de la enfermedad, y la mortalidad. Parece ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Sólo la falta de ensayos aleatorios, de estudios de intervención sobre el tema, impide considerar como completamente comprobado el efecto protector del café. Pero no teníamos ese tipo de ensayos, hasta ahora; un ensayo aleatorio controlado sobre los efectos del consumo de café en la hepatitis C crónica. Cuarenta pacientes con hepatitis C crónica fueron asignados al azar a dos grupos: el primero consumió cuatro tazas de café al día durante 30 días, mientras que el segundo permaneció en “abstinencia” de café. Y después, en el segundo mes, los grupos se intercambiaron. Ahora bien, dos meses es demasiado pronto para detectar cambios en las tasas de cáncer, pero fueron capaces de demostrar que el consumo de café reduce el daño oxidativo al ADN, aumenta la muerte de las células infectadas por el virus, estabiliza los cromosomas, y reduce la fibrosis, todo lo cual podría explicar el papel que el café parece jugar en la reducción del riesgo de progresión de la enfermedad y de la evolución del cáncer.

Así pues, ¿es hora de prescribir café para quienes están en riesgo de enfermedad hepática? Hay quien dice que no. Aunque los resultados son prometedores, se necesita trabajo adicional para identificar qué compuesto específico del café es el factor que contribuye a reducir la enfermedad hepática y la mortalidad relacionada. Hay más de 1000 compuestos que podrían ser responsables de sus efectos beneficiosos. Esa es una visión tan farmacológica del mundo. ¿Por qué tenemos que saber exactamente qué es lo que contiene el grano de café antes de que podamos empezar a usarlo para ayudar a la gente? Sí, se necesitan más estudios pero, mientras tanto, la ingesta diaria y moderada de café sin azúcar (o edulcorantes perjudiciales) es un complemento razonable a la terapia para las personas con alto riesgo, como aquellas con enfermedad del hígado graso.

Sí, el consumo diario de bebidas con cafeína puede conducir a la dependencia física. Los síntomas de abstinencia de cafeína pueden incluir días con dolor de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarse, y alteraciones del estado de ánimo. Pero esta dependencia podría ser algo bueno. La tendencia del café para fomentar su consumo diario habitual puede al final volverse ventajosa si se confirman sus múltiples beneficios potenciales para la salud.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Patricia Susial Martín y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes gracias a PublicDomainPictures vía Pixabay.

Hace décadas, un grupo de investigadores en Noruega dio con un hallazgo inesperado. El consumo de alcohol estaba asociado con la inflamación del hígado; no es de extrañar, pero se observó que el consumo de café se asocia con una fuerte protección.

Estos hallazgos fueron reproducidos en los Estados Unidos y en todo el mundo. Aquellos con riesgo de enfermedad hepática, aquellos que bebían mucho alcohol o que tenían sobrepeso y, por lo tanto, tenían riesgo de esteatosis hepática (enfermedad del hígado graso), parecían reducir su riesgo a la mitad si bebían más de dos tazas de café al día.

El cáncer de hígado es una de las complicaciones más temidas de la inflamación hepática. El carcinoma hepatocelular es la tercera causa principal de muerte por cáncer. Además, tiene una incidencia en rápido aumento en los Estados Unidos y Europa, en gran parte impulsada por la carga de la infección de hepatitis C y la enfermedad del hígado graso. Sin embargo, mirando todos los mejores estudios realizados hasta la fecha, los que bebían más café tenían la mitad del riesgo de cáncer de hígado en comparación con lo que bebían la menor cantidad. Desde que se publicó el meta-análisis, un nuevo estudio encontró que los fumadores varones podrían reducir el riesgo de cáncer de hígado en más del 90% bebiendo cuatro o más tazas de café al día. Por supuesto, también podrían haber dejado de fumar.

Es como si observamos a quienes beben grandes cantidades de alcohol; beber más café puede disminuir la inflamación hepática, pero no tanto como beber menos alcohol.

El cáncer de hígado está entre los cánceres más evitables, a través de la vacunación contra la hepatitis B, el control de la transmisión de la hepatitis C, y la reducción del consumo de alcohol. Estas tres medidas podrían, en principio, eliminar el 90% de los cánceres de hígado en todo el mundo. Todavía no está claro si el consumo de café tiene un papel adicional tras aplicar esas medidas pero, en cualquier caso, ese papel sería limitado en comparación con la prevención del daño hepático en primer lugar. Pero, qué sucede si ya tienes hepatitis C o estás entre el 30% de los estadounidenses con enfermedad del hígado graso de origen no alcohólico debido a la obesidad, que puede cuadruplicar el riesgo de morir de cáncer de hígado.

Bueno, el café parece ayudar con la hepatitis C, reduciendo el daño hepático, la actividad de la enfermedad, y la mortalidad. Parece ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de hígado. Sólo la falta de ensayos aleatorios, de estudios de intervención sobre el tema, impide considerar como completamente comprobado el efecto protector del café. Pero no teníamos ese tipo de ensayos, hasta ahora; un ensayo aleatorio controlado sobre los efectos del consumo de café en la hepatitis C crónica. Cuarenta pacientes con hepatitis C crónica fueron asignados al azar a dos grupos: el primero consumió cuatro tazas de café al día durante 30 días, mientras que el segundo permaneció en “abstinencia” de café. Y después, en el segundo mes, los grupos se intercambiaron. Ahora bien, dos meses es demasiado pronto para detectar cambios en las tasas de cáncer, pero fueron capaces de demostrar que el consumo de café reduce el daño oxidativo al ADN, aumenta la muerte de las células infectadas por el virus, estabiliza los cromosomas, y reduce la fibrosis, todo lo cual podría explicar el papel que el café parece jugar en la reducción del riesgo de progresión de la enfermedad y de la evolución del cáncer.

Así pues, ¿es hora de prescribir café para quienes están en riesgo de enfermedad hepática? Hay quien dice que no. Aunque los resultados son prometedores, se necesita trabajo adicional para identificar qué compuesto específico del café es el factor que contribuye a reducir la enfermedad hepática y la mortalidad relacionada. Hay más de 1000 compuestos que podrían ser responsables de sus efectos beneficiosos. Esa es una visión tan farmacológica del mundo. ¿Por qué tenemos que saber exactamente qué es lo que contiene el grano de café antes de que podamos empezar a usarlo para ayudar a la gente? Sí, se necesitan más estudios pero, mientras tanto, la ingesta diaria y moderada de café sin azúcar (o edulcorantes perjudiciales) es un complemento razonable a la terapia para las personas con alto riesgo, como aquellas con enfermedad del hígado graso.

Sí, el consumo diario de bebidas con cafeína puede conducir a la dependencia física. Los síntomas de abstinencia de cafeína pueden incluir días con dolor de cabeza, fatiga, dificultad para concentrarse, y alteraciones del estado de ánimo. Pero esta dependencia podría ser algo bueno. La tendencia del café para fomentar su consumo diario habitual puede al final volverse ventajosa si se confirman sus múltiples beneficios potenciales para la salud.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Patricia Susial Martín y Adrián Bravo López.

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