Flashback Friday: El problema del argumento de la dieta paleo

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El periodo paleolítico solo son los últimos dos millones de años de la evolución humana. ¿Con qué comida evolucionamos durante el otro 90% de nuestra existencia en la Tierra?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Adrián Bravo López y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Nuestras epidemias de enfermedades causadas por la dieta han dado lugar a una gran cantidad de investigaciones sobre qué se supone que deben comer los humanos para tener una salud óptima. En 1985, se publicó un artículo influyente que proponía que nuestras enfermedades crónicas se deben a una falta de conexión entre lo que nuestros cuerpos evolucionaron comiendo durante la edad de piedra a lo largo de los últimos 2 millones de años, y lo que comemos hoy en día, abogando por un retorno hacia el tipo de dieta de los cazadores-recolectores: carne con poca grasa, frutas, verduras y frutos secos.

Aunque podría ser razonable suponer que nuestros requerimientos nutricionales fueron establecidos en el pasado prehistórico, debemos preguntarnos en qué pasado prehistórico. ¿Por qué solo en los últimos 2 millones de años? Hemos estado evolucionando por 25 millones de años desde el gran simio, nuestro ancestro común, tiempo en el que se establecieron nuestros requerimientos nutricionales y nuestra fisiología digestiva, que probablemente se vieron poco afectados por nuestros días de cazadores-recolectores al final de esa trayectoria. Entonces, ¿qué comimos durante el primer 90% de nuestra evolución? Lo que el resto de los grandes simios terminaron comiendo: más de un 95% de plantas.

Esto podría explicar por qué somos tan susceptibles a las enfermedades del corazón. Durante la mayor parte de la evolución humana, el colesterol puede haber estado prácticamente ausente en la dieta. Sin panceta, mantequilla, grasas trans, y con grandes cantidades de fibra, que elimina el colesterol del cuerpo. Ahora bien, esto podría haber sido un problema, ya que nuestro cuerpo necesita una cierta cantidad de colesterol, por lo que nuestros cuerpos no solo evolucionaron para fabricar colesterol, sino para preservarlo y reciclarlo. Nuestros cuerpos evolucionaron para mantener el colesterol. Entonces, si se piensa en el cuerpo humano como una máquina para conservar colesterol y la colocamos en el mundo moderno con tocino/huevos/queso/pollo/cerdo/pastelería, entonces claro, no es de extrañar que la enfermedad del corazón por obstrucción de las arterias sea nuestra principal causa de muerte. Lo que solía ser tan buena adaptación durante el 90% de nuestra evolución, aferrarse al colesterol a toda costa puesto que no estábamos recibiendo mucho en nuestra dieta, hoy es una mala adaptación, un problema que conduce a la obstrucción de las arterias. Nuestros cuerpos simplemente no pueden soportarlo.

Como señaló el editor en jefe del American Journal of Cardiology hace 25 años, no importa cuánta grasa y colesterol coman los carnívoros, nunca desarrollan aterosclerosis. Le puedes dar a un perro el colesterol equivalente a 500 huevos y una barra de mantequilla, y simplemente moverá la cola. Sus cuerpos evolucionaron de los lobos, y están acostumbrados a comer colesterol y a deshacerse del exceso, mientras que, en cuestión de meses, una fracción de ese colesterol puede empezar a obstruir las arterias de los animales adaptados a comer una dieta más basada en plantas.

Aún cuando nuestros cuerpos fueron diseñados a través de la selección natural para alimentarse principalmente de frutas, verduras y semillas durante el 90% de nuestra evolución, ¿por qué no nos adaptamos mejor al consumo de carne en el último 10%, durante el Paleolítico? Hemos tenido casi 2 millones de años para acostumbrarnos a toda esa grasa saturada y colesterol adicionales. Si una vida de comer así obstruye las arterias de casi todo el mundo, ¿por qué no se extinguieron los genes de aquellos que tuvieron ataques al corazón y fueron reemplazados por los que podían vivir hasta una edad avanzada con las arterias limpias, independientemente de lo que comieran?

Porque la mayoría no sobrevivieron hasta una edad avanzada; no vivieron lo suficiente para tener ataques al corazón. Cuando la esperanza media de vida es de 25 años, los genes que van pasando son aquellos que simplemente nos permiten llegar hasta la edad reproductiva a cualquier precio, y eso significa no morir de hambre. Así que, cuanta más concentración de calorías en los los alimentos, mejor. Por lo que comer una gran cantidad de tuétano y cerebros, humanos y de otro tipo, habría tenido una ventaja selectiva, como lo habría tenido descubrir una máquina del tiempo con reservas de pastelitos de crema. Si solo tenemos que vivir el tiempo suficiente para hacer que nuestros hijos lleguen a la pubertad para pasar nuestros genes, no necesitamos desarrollar ninguna protección contra los estragos de las enfermedades crónicas.

Para encontrar una población casi libre de enfermedades crónicas en la vejez, no tenemos que retroceder un millón de años. En el siglo 20, las redes de hospitales misioneros en el África rural descubrieron que allí la enfermedad de la arteria coronaria prácticamente no existe. Y no solo la enfermedad del corazón, sino la presión arterial alta, los derrames cerebrales, la diabetes y el cáncer común, entre otras.

En cierto sentido, estas poblaciones en zonas rurales de China y África estaban comiendo el tipo de dieta que hemos estado comiendo el 90% de nuestros últimos 20 millones de años: una dieta casi exclusiva de alimentos de origen vegetal. ¿Cómo sabemos que fue su dieta lo que los protegía y no otra cosa?

En la actualización de 25 años de su artículo original sobre la dieta paleo, los autores intentaron aclarar que ni entonces, ni ahora, proponen que la gente adopte una dieta en concreto únicamente basada en lo que comían nuestros antepasados. Las recomendaciones sobre la dieta deben ser puestas a prueba. Esa es la razón por la que la investigación pionera de Pritikin, Ornish y Esselstyn es tan importante, porque demuestra que las dietas basadas en vegetales no solo pueden detener las enfermedad cardíacas, sino que se ha probado que las revierten en la mayoría de los pacientes. De hecho, es la única dieta en la historia que lo ha logrado, tal vez porque eso fue lo que comimos durante la mayor parte de nuestra evolución.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes de ToM vía Flickr.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Adrián Bravo López y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Nuestras epidemias de enfermedades causadas por la dieta han dado lugar a una gran cantidad de investigaciones sobre qué se supone que deben comer los humanos para tener una salud óptima. En 1985, se publicó un artículo influyente que proponía que nuestras enfermedades crónicas se deben a una falta de conexión entre lo que nuestros cuerpos evolucionaron comiendo durante la edad de piedra a lo largo de los últimos 2 millones de años, y lo que comemos hoy en día, abogando por un retorno hacia el tipo de dieta de los cazadores-recolectores: carne con poca grasa, frutas, verduras y frutos secos.

Aunque podría ser razonable suponer que nuestros requerimientos nutricionales fueron establecidos en el pasado prehistórico, debemos preguntarnos en qué pasado prehistórico. ¿Por qué solo en los últimos 2 millones de años? Hemos estado evolucionando por 25 millones de años desde el gran simio, nuestro ancestro común, tiempo en el que se establecieron nuestros requerimientos nutricionales y nuestra fisiología digestiva, que probablemente se vieron poco afectados por nuestros días de cazadores-recolectores al final de esa trayectoria. Entonces, ¿qué comimos durante el primer 90% de nuestra evolución? Lo que el resto de los grandes simios terminaron comiendo: más de un 95% de plantas.

Esto podría explicar por qué somos tan susceptibles a las enfermedades del corazón. Durante la mayor parte de la evolución humana, el colesterol puede haber estado prácticamente ausente en la dieta. Sin panceta, mantequilla, grasas trans, y con grandes cantidades de fibra, que elimina el colesterol del cuerpo. Ahora bien, esto podría haber sido un problema, ya que nuestro cuerpo necesita una cierta cantidad de colesterol, por lo que nuestros cuerpos no solo evolucionaron para fabricar colesterol, sino para preservarlo y reciclarlo. Nuestros cuerpos evolucionaron para mantener el colesterol. Entonces, si se piensa en el cuerpo humano como una máquina para conservar colesterol y la colocamos en el mundo moderno con tocino/huevos/queso/pollo/cerdo/pastelería, entonces claro, no es de extrañar que la enfermedad del corazón por obstrucción de las arterias sea nuestra principal causa de muerte. Lo que solía ser tan buena adaptación durante el 90% de nuestra evolución, aferrarse al colesterol a toda costa puesto que no estábamos recibiendo mucho en nuestra dieta, hoy es una mala adaptación, un problema que conduce a la obstrucción de las arterias. Nuestros cuerpos simplemente no pueden soportarlo.

Como señaló el editor en jefe del American Journal of Cardiology hace 25 años, no importa cuánta grasa y colesterol coman los carnívoros, nunca desarrollan aterosclerosis. Le puedes dar a un perro el colesterol equivalente a 500 huevos y una barra de mantequilla, y simplemente moverá la cola. Sus cuerpos evolucionaron de los lobos, y están acostumbrados a comer colesterol y a deshacerse del exceso, mientras que, en cuestión de meses, una fracción de ese colesterol puede empezar a obstruir las arterias de los animales adaptados a comer una dieta más basada en plantas.

Aún cuando nuestros cuerpos fueron diseñados a través de la selección natural para alimentarse principalmente de frutas, verduras y semillas durante el 90% de nuestra evolución, ¿por qué no nos adaptamos mejor al consumo de carne en el último 10%, durante el Paleolítico? Hemos tenido casi 2 millones de años para acostumbrarnos a toda esa grasa saturada y colesterol adicionales. Si una vida de comer así obstruye las arterias de casi todo el mundo, ¿por qué no se extinguieron los genes de aquellos que tuvieron ataques al corazón y fueron reemplazados por los que podían vivir hasta una edad avanzada con las arterias limpias, independientemente de lo que comieran?

Porque la mayoría no sobrevivieron hasta una edad avanzada; no vivieron lo suficiente para tener ataques al corazón. Cuando la esperanza media de vida es de 25 años, los genes que van pasando son aquellos que simplemente nos permiten llegar hasta la edad reproductiva a cualquier precio, y eso significa no morir de hambre. Así que, cuanta más concentración de calorías en los los alimentos, mejor. Por lo que comer una gran cantidad de tuétano y cerebros, humanos y de otro tipo, habría tenido una ventaja selectiva, como lo habría tenido descubrir una máquina del tiempo con reservas de pastelitos de crema. Si solo tenemos que vivir el tiempo suficiente para hacer que nuestros hijos lleguen a la pubertad para pasar nuestros genes, no necesitamos desarrollar ninguna protección contra los estragos de las enfermedades crónicas.

Para encontrar una población casi libre de enfermedades crónicas en la vejez, no tenemos que retroceder un millón de años. En el siglo 20, las redes de hospitales misioneros en el África rural descubrieron que allí la enfermedad de la arteria coronaria prácticamente no existe. Y no solo la enfermedad del corazón, sino la presión arterial alta, los derrames cerebrales, la diabetes y el cáncer común, entre otras.

En cierto sentido, estas poblaciones en zonas rurales de China y África estaban comiendo el tipo de dieta que hemos estado comiendo el 90% de nuestros últimos 20 millones de años: una dieta casi exclusiva de alimentos de origen vegetal. ¿Cómo sabemos que fue su dieta lo que los protegía y no otra cosa?

En la actualización de 25 años de su artículo original sobre la dieta paleo, los autores intentaron aclarar que ni entonces, ni ahora, proponen que la gente adopte una dieta en concreto únicamente basada en lo que comían nuestros antepasados. Las recomendaciones sobre la dieta deben ser puestas a prueba. Esa es la razón por la que la investigación pionera de Pritikin, Ornish y Esselstyn es tan importante, porque demuestra que las dietas basadas en vegetales no solo pueden detener las enfermedad cardíacas, sino que se ha probado que las revierten en la mayoría de los pacientes. De hecho, es la única dieta en la historia que lo ha logrado, tal vez porque eso fue lo que comimos durante la mayor parte de nuestra evolución.

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Imágenes de ToM vía Flickr.

Nota del Doctor

Para más información sobre la ausencia de enfermedades occidentales en poblaciones rurales con dietas basadas en vegetales, ver por ejemplo:

Ya he hablado antes sobre las dietas “paleo” (¡y hay más por venir!):

¿Qué hay de la dieta cetogénica? Recientemente hice una serie de 7 videos sobre el tema, puedes verlos aquí.

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