La dieta paleo muestra beneficios

Hay alrededor de media docena de estudios publicados sobre dietas de tipo paleo, comenzando hace unos 20 años. En lo que suena como un reality show, pusieron a diez aborígenes australianos diabéticos en un lugar remoto para que se buscaran las castañas ellos solos, cazando y recolectando lo que pudieran para comer, como higos y cocodrilos.

En mi video sobre la carne de animales salvajes, mostré que la carne de canguro causa un pico significativamente menor en la inflamación, en comparación con la carne de mercado. Por supuesto, idealmente, comeríamos alimentos antiinflamatorios, pero la carne de animales salvajes no es tan mala—tan baja en grasa, que puedes diseñar una dieta basada en carne de animales salvajes con menos del 7% de calorías procedentes de grasa. La pechuga de pollo sin piel tiene 14 veces más grasa que la carne de canguro. Por lo tanto, puedes comer curry de canguro con melón, y bajar el colesterol casi tanto como comer vegetariano.

De acuerdo, ¿cómo les fue a los australianos del programa? Bueno, casi cualquier cosa habría sido preferible a la dieta que estaban comiendo antes—centrada evidentemente en carbohidratos refinados, refrescos, cerveza, leche, y carne barata llena de grasa. Pero, les fue bastante bien; respuesta de azúcar en la sangre significativamente mejor, gracias a una pérdida de peso enorme. Pero es porque estaban muriéndose de hambre. Evidentemente, no pudieron atrapar bastantes canguros, y así, aunque estuvieran corriendo en el desierto durante siete semanas en su dieta original de 1200 calorías de comida basura, podrían haber tenido el mismo resultado. Pero nunca lo sabremos, porque no había grupo de control.

El mismo problema con algunos de los otros estudios de la dieta paleo: de poca duración, con pocas personas, sin grupo de control. Sin embargo, se reportaron resultados favorables. No es una sorpresa, dado que redujeron su ingesta de grasas saturadas a la mitad—probablemente porque dejaron de tomar tanto queso, salchichas, o helados. Lo mismo con este estudio. Nueve personas cambian a una dieta paleo durante diez días. Redujeron su ingesta de grasa saturada y de sal a la mitad, y su colesterol y presión arterial cayeron en picado, como uno podría esperar.

El estudio paleo más largo fue de sólo tres meses, hasta que se hizo este otro, de 15 meses—pero estudiando cerdos. Fue un estudio del cerdo paleo. Pero los cerdos mejoraron, porque ganaron menos peso en la dieta paleo. ¿Por qué? Porque alimentaron al grupo paleo con un 20% menos de calorías. La mejora de la sensibilidad a la insulina en los cerdos, sin embargo, no se reprodujo en las personas—aunque hubo beneficios, como la mejora de la tolerancia a la glucosa, gracias a estos cambios en la dieta. El grupo paleo comió menos productos lácteos, cereales, aceite, y margarina, y más frutas y frutos secos, sin cambios significativos en el consumo de carne.

Un estudio de seguimiento tampoco logró encontrar una mejora en la tolerancia a la glucosa en comparación con el grupo de control, pero sí mostró otros beneficios en el factor de riesgo—y no es de extrañar. Cualquier dieta que deje de lado los lácteos y los donuts, el aceite, el azúcar, los dulces, los refrescos, la cerveza, y la sal es probable que haga que la gente se vuelva más sana y se sienta mejor. Compara estas representaciones de un día de comida en una dieta paleo con la dieta americana estándar (o lo que es hoy la dieta occidental estándar). Aunque parezca que hay un tomate asomándose detrás de los Cheerios garapiñados, la dieta paleo tiene bastantes alimentos que crecieron de la tierra. Por lo tanto, este tipo de dieta paleo sería mucho mejor.
¿Pero no le hará daño a la gente decirles que dejen de comer alubias? Casi nadie come alubias. Más del 96% de los estadounidenses ni siquiera alcanzan la mísera cantidad mínima recomendada—solo alrededor de 1 de cada 200 mujeres americanas de mediana edad. Por lo tanto, decirle a la gente que deje de comerlas no va a cambiar su dieta demasiado.

Estoy completamente a favor de condenar los carbohidratos refinados de la dieta americana, la “leche de mamífero no-humano”, y la comida basura, pero proscribir legumbres es un error. Como he dado constancia con anterioridad, las alubias, los guisantes, los garbanzos, y las lentejas pueden ser el predictor dietético más importante de la supervivencia. Las legumbres y los cereales integrales son las piedras angulares de la dieta de las poblaciones que viven más del planeta. Las dietas basadas en plantas en general, y las legumbres en particular, son un denominador común entre las zonas azules de longevidad en todo el mundo.

La conclusión puede ser que una porción de canguro puede ser mejor que un pastel de hojaldre—pero buscar una manzana podría ser la opción más terapéutica de todas.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Paul Pommier y Adrián Bravo López.

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Imágenes gracias a hbieser vía Pixabay

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