La yerba mate y el cáncer: ¿Los beneficios superan los riesgos?

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La presencia de carcinógenos como el benzopireno en el humo del tabaco, el pollo a la parilla y la yerba mate podría explicar el aumento en las tasas de ciertos tipos de cáncer entre consumidores.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Diana Montejano quien forma parte del equipo de NutritionFacts.org.

Las infusiones de yerba mate han sido consumidas durante siglos por pueblos indígenas de Sudamérica y, hoy en día, en ciertas regiones de América Latina se llegan a beber hasta un litro diario (950 ml). Por eso, entender qué contiene el mate es importante, en especial si se habla de “altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos carcinógenos”, entre ellos el benzopireno, uno de los más potentes, conocido por causar cáncer en humanos y presente en concentraciones altas en el humo del cigarro, en la carne asada a la parrilla y en el propio mate.

Estos compuestos carcinógenos son solubles en grasa, lo que hace que no siempre pasen con facilidad de las hojas de mate al agua. Sin embargo, las tasas de transferencia pueden variar entre 1 % y 50 %, dependiendo del método de preparación. Aun así, los niveles en las hojas son tan elevados que, incluso si solo alrededor del 5 % pasa a la infusión, un consumo alto de mate podría equivaler en benzopireno a fumar unos cuatro cigarrillos. Cada cigarrillo contiene cerca de 10 nanogramos, es decir unos 40 nanogramos en total, lo mismo que se encuentra en una décima parte de una porción de pollo asado. Ahora bien, una comparación directa entre inhalar la sustancia y consumirla por vía oral podría no ser precisa, ya que la absorción es diferente. Tal vez, pero cuando se midieron en orina los niveles de un producto de descomposición de estos químicos en fumadores y en bebedores de mate, quienes consumían más de dos o cuatro tazas diarias (480 o 960 ml) presentaban cantidades similares de carcinógenos en el organismo a las de los fumadores.

Pero, ¿esto se traduce realmente en más cáncer? El mate tiene más poder antioxidante que el té verde, y se ha visto que aumenta de forma significativa la capacidad antioxidante en la sangre de quienes lo consumen. Entonces, ¿podrían sus beneficios compensar los riesgos? Al parecer, no. Quienes beben mate presentan aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de boca, garganta, esófago y laringe.

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Las infusiones de yerba mate han sido consumidas durante siglos por pueblos indígenas de Sudamérica y, hoy en día, en ciertas regiones de América Latina se llegan a beber hasta un litro diario (950 ml). Por eso, entender qué contiene el mate es importante, en especial si se habla de “altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos carcinógenos”, entre ellos el benzopireno, uno de los más potentes, conocido por causar cáncer en humanos y presente en concentraciones altas en el humo del cigarro, en la carne asada a la parrilla y en el propio mate.

Estos compuestos carcinógenos son solubles en grasa, lo que hace que no siempre pasen con facilidad de las hojas de mate al agua. Sin embargo, las tasas de transferencia pueden variar entre 1 % y 50 %, dependiendo del método de preparación. Aun así, los niveles en las hojas son tan elevados que, incluso si solo alrededor del 5 % pasa a la infusión, un consumo alto de mate podría equivaler en benzopireno a fumar unos cuatro cigarrillos. Cada cigarrillo contiene cerca de 10 nanogramos, es decir unos 40 nanogramos en total, lo mismo que se encuentra en una décima parte de una porción de pollo asado. Ahora bien, una comparación directa entre inhalar la sustancia y consumirla por vía oral podría no ser precisa, ya que la absorción es diferente. Tal vez, pero cuando se midieron en orina los niveles de un producto de descomposición de estos químicos en fumadores y en bebedores de mate, quienes consumían más de dos o cuatro tazas diarias (480 o 960 ml) presentaban cantidades similares de carcinógenos en el organismo a las de los fumadores.

Pero, ¿esto se traduce realmente en más cáncer? El mate tiene más poder antioxidante que el té verde, y se ha visto que aumenta de forma significativa la capacidad antioxidante en la sangre de quienes lo consumen. Entonces, ¿podrían sus beneficios compensar los riesgos? Al parecer, no. Quienes beben mate presentan aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de boca, garganta, esófago y laringe.

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