¿Cuál es la mejor dieta para prevenir el cáncer de colon?

¿Qué pasaría si cambiaras las alimentación estándar de los estadounidenses por una más saludable durante solo dos semanas?

El cáncer de colon es la segunda causa de muerte por cáncer en Estados Unidos, pero, en algunos lugares, como en el África rural, tienen tasas 10 veces más bajas. La razón por la que sabemos que no se trata de algo genético es porque los estudios de migrantes, como los de los japoneses hawaianos, han demostrado que solo se necesita una generación para que la población inmigrante asuma la incidencia de cáncer de colon de la población occidental. Probablemente, el responsable sea el cambio en la alimentación. Sin embargo, las personas experimentan todo tipo de cambios cuando se mueven de una cultura a otra, como las tasas de tabaquismo y diferentes exposiciones a químicos, infecciones y antibióticos. Así que no sabíamos si de verdad se trataba de la alimentación, hasta que se puso a prueba.

No es común que le dedique un video completo a un solo estudio, pero creo que estarás de acuerdo en que en este caso, con el video La mejor dieta para prevenir el cáncer de colon, vale la pena. Este grupo internacional de investigadores intentaba averiguar por qué las tasas de cáncer de colon eran un orden de magnitud más altas en los Estados Unidos (en las poblaciones afroamericanas y caucásicas) que en Sudáfrica rural. Como puedes ver en el minuto 1:09 de mi video, parece ser que el colon de los estadounidenses del estudio era un desastre, y presentaba pólipos y diverticulosis, por no mencionar las hemorroides; mientras que el colon de los africanos parecía notablemente prístino y, lo que es más importante, con tasas 7 veces menores de proliferación epitelial colónica, una característica de las condiciones precancerosas. Los investigadores monitorearon todo lo que los dos grupos comían y concluyeron que el mayor riesgo y las mayores tasas de proliferación de cáncer colorrectal estaban más estrechamente asociadas a un mayor consumo de productos de origen animal. Es posible que estos alimentos pudieran haber favorecido el crecimiento de poblaciones bacterianas productoras de ácidos y sales biliares potencialmente tóxicos en el colon, pero no podíamos saberlo con certeza hasta que se puso a prueba.

Las tasas más altas se asociaron a una mayor ingesta de proteína animal y de grasa animal, y a una menor ingesta de fibra, una mayor cantidad de los ácidos biliares malos, una menor cantidad de los ácidos grasos de cadena corta buenos (como el butirato) y una mayor proliferación de mucosa. Pero ¿cómo sabemos que es la alimentación la que está arruinando las cosas? No lo sabíamos con certeza hasta que se realizó un estudio de intervención.

¿Qué tal si simplemente intercambiamos los estilos de alimentación? Los estadounidenses con una alimentación alta en fibra se pasan al estilo africano, y los africanos con la triste alimentación estadounidense estándar (SAD, por sus siglas en inglés). Salchichas y panqueques de harina blanca para el desayuno, una hamburguesa con papas fritas para el almuerzo y algo de pastel de carne y arroz blanco para la cena; esas fueron las comidas del primer día del experimento para los africanos rurales, mientras que los estadounidenses se vieron obligados a comer… frutas, verduras, maíz y legumbres. Para ayudar a los participantes a apegarse a sus dietas, los investigadores incluyeron alimentos más familiares, como salchichas vegetarianas, aunque hay que tener en cuenta que no usaron una dieta vegana, sino una dieta generalmente a base de plantas. Puedes ver el menú aquí abajo y en el minuto 2:31 del video. 

El intercambio de alimentos no duró años, sino solo dos semanas. ¿Se pueden apreciar cambios tan rápido? Los cambios en la alimentación dieron lugar a “notables cambios recíprocos” en el revestimiento de los intestinos en términos del riesgo de cáncer y el microbioma. El cambio a una alimentación vegetal estimuló la fermentación de la fibra y suprimió la síntesis carcinógena de ácidos biliares. Los investigadores hicieron biopsias para ver el revestimiento del colon de un afroamericano bajo microscopio. Antes del cambio de dieta, el revestimiento de su colon estaba saturado y las células se dividían rápidamente, un signo de premalignidad y un factor de riesgo para el cáncer. Pero, tras tan solo dos semanas con la nueva dieta, sus intestinos se calmaron. Puedes ver algunas imágenes del antes y el después más abajo o en el minuto 3:07 del video. Por otro lado, los africanos comenzaron con cierta proliferación, que empeoró con la dieta estadounidense. 

Más abajo y en el minuto 3:44 del video puedes ver un marcador diferente que mide la inflamación. Cada uno de los puntos marrones aquí representa una célula inflamatoria. Se puede ver que al inicio, en los afroamericanos, abunda la inflamación, pero que se calma después de solo dos semanas con la dieta sana. Mientras que lo contrario sucedió en los africanos rurales que pasaron a comer la dieta estadounidense.

Sabemos que cuando nuestra flora buena fermenta la fibra, esta produce compuestos beneficiosos como el butirato, que es antiinflamatorio y anticancerígeno. Sorprendentemente, la “africanización” de la dieta duplicó la producción de butirato, mientras que la “occidentalización” de la dieta la redujo a la mitad. En términos de metabolitos tóxicos, también se observó una disminución significativa en la dieta saludable, mientras que la dieta con alimentos de origen animal aumentó los niveles de estos carcinógenos un 400%, en solo dos semanas. Entonces, lo que los investigadores lograron demostrar fue que, con solo cambiar la alimentación, se puede cambiar notablemente el riesgo de cáncer. De hecho, así lo expresó el investigador principal: “¡Cambia tu alimentación y podrás cambiar tu riesgo de cáncer!”. Puede que nunca sea demasiado tarde para comenzar a comer de manera más saludable.

Según este tipo de datos, el adoptar una dieta vegana o casi vegana rica en frutas y verduras, hacer ejercicio y evitar el tabaco podría tener un impacto verdaderamente positivo en el riesgo de cáncer, no solo en los afroamericanos, sino en cualquier persona. Si bien no sería realista esperar cambios rápidos y grandes en el estilo de vida de la población general, al menos tenemos consejos sólidos y efectivos para ofrecer a quienes deciden tomar las medidas necesarias para optimizar su longevidad saludable.

Esta es la continuación de Los mejores alimentos para la prevención del cáncer de colon. Como decía, es raro que haga un video entero sobre un estudio solo, pero espero que te haya gustado y que mereciera la pena. Para saber más sobre cómo mantener felices a nuestros colegas intestinales, no te pierdas los videos relacionados más abajo. 

Key Takeaways

    • En los Estados Unidos, el cáncer de colon es la segunda causa de muerte por cáncer, mientras que las regiones rurales de África tienen diez veces menos tasas de este cáncer.
    • Sabemos que no es genético, porque al estudiar las poblaciones inmigrantes se ve que asumen la incidencia de cáncer de colon de la población occidental en tan solo una generación, y los cambios en la dieta son el motivo más probable.
    • Un grupo de investigadores internacionales investigaron por qué las tasas de cáncer de colon eran tanto más altas en los afroamericanos y los caucásicos de los Estados Unidos en comparación con los sudafricanos rurales. Descubrieron que el colon de los estadounidenses tenía pólipos, diverticulosis y hemorroides, mientras que los africanos estaban “increíblemente inmaculados” y los africanos tenían siete veces menos tasas de proliferación colónica epitelial, una característica de las condiciones precancerosas.
    • Los investigadores descubrieron que las tasas altas de cáncer de colon estaban asociadas a una ingesta mayor de proteína y grasa animal, menor consumo de fibra, más ácido bílico dañino, menos ácidos grasos de cadena corta beneficiosos como el butirato y más proliferación mucosal.
    • En un estudio de intervención, los participantes se intercambiaron las dietas, por lo que los afroamericanos siguieron una dieta alta en fibra al estilo africano, vegetal en general pero no vegana (con frutas, verduras, maíz, legumbres y hot dogs vegetales) y los africanos rurales siguieron una dieta estadounidense estándar (salchichas y pancakes, hamburguesa con papas y pastel de carne con arroz blanco).
    • En tan solo dos semanas, los cambios dietéticos “provocaron cambios recíprocos increíbles” en el recubrimiento del colon, con respecto al riesgo de cáncer y del microbioma.
    • Cuando la flora intestinal buena fermenta la fibra, se producen compuestos beneficiosos como el butirato, que es antiinflamatorio y anticáncer. Al “africanizar” su dieta, se duplicó la producción de butirato, y al “occidentalizarla” se dividió por la mitad. La dieta sana resultó en una disminución significativa en los metabolitos tóxicos, mientras que la estadounidense aumentó los niveles de carcinógenos un 400% en solo dos semanas.
    • Adoptar una alimentación vegana integral o casi vegana rica en frutas y verduras, hacer ejercicio y evitar el tabaco podría tener un impacto muy positivo en el riesgo de cáncer, y no solo en estadounidenses negros, sino en cualquier persona.

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