La mejor dieta para prevenir el cáncer de colon

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¿Qué pasaría si cambiaras las alimentación estándar de los estadounidenses por una más saludable durante solo dos semanas?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniela Wiegrebe y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.

El cáncer de colon es nuestra segunda causa de muerte por cáncer, pero en algunos lugares, como en el África rural, tienen tasas 10 veces más bajas que nosotros. La razón por la que sabemos que no se trata de algo genético es porque los estudios de migrantes, como los de los japoneses hawaianos, han demostrado que solo se necesita una generación para que la población inmigrante asuma la incidencia de cáncer de colon de la población occidental. Probablemente, el responsable sea el cambio en la alimentación. Sin embargo, las personas experimentan todo tipo de cambios cuando se mueven de una cultura a otra, como las tasas de tabaquismo y diferentes exposiciones a químicos, infecciones y antibióticos. Así que no sabíamos si de verdad se trataba de la alimentación, hasta… que se puso a prueba.

No es común que le dedique un video completo a un solo estudio, pero creo que estarás de acuerdo en que en este caso vale la pena. Este grupo internacional de investigadores intentaba averiguar por qué las tasas de cáncer de colon eran un orden de magnitud más altas en los Estados Unidos (en las poblaciones afroamericanas y caucásicas) que en el África rural. Bueno, pues parece ser que el colon de los estadounidenses del estudio era un desastre: presentaba pólipos y diverticulosis, por no mencionar las hemorroides; mientras que el colon de los africanos parecía notablemente prístino y, lo que es más importante, con tasas 7 veces menores de proliferación epitelial colónica, una característica de las condiciones precancerosas. Los investigadores monitorearon todo lo que los dos grupos comían y concluyeron que el mayor riesgo y las mayores tasas de proliferación de cáncer colorrectal estaban más estrechamente asociadas a un mayor consumo de productos de origen animal. Es posible que estos alimentos pudieran haber favorecido el crecimiento de poblaciones bacterianas productoras de ácidos y sales biliares potencialmente tóxicos en el colon, pero no podíamos saberlo con certeza hasta… que se puso a prueba. Las tasas más altas se asociaron a una mayor ingesta de proteína animal y de grasa animal, y a una menor ingesta de fibra: un mayor cantidad de los ácidos biliares malos, una menor cantidad de los ácidos grasos de cadena corta buenos (como el butirato) y una mayor proliferación de mucosa. Pero, ¿cómo sabemos que es la alimentación la que está arruinando las cosas? No lo sabíamos con certeza hasta… que se realizó un estudio intervencionista.

¿Qué tal si simplemente intercambiamos los estilos de alimentación? Los estadounidenses con una alimentación alta en fibra al estilo africano y los pobres africanos con la alimentación estadounidense estándar (SAD, por sus siglas en inglés). Salchichas y panqueques de harina blanca para el desayuno, una hamburguesa con papas fritas para el almuerzo y algo de pastel de carne y arroz blanco para la cena; esas fueron las comidas del primer día del experimento para los africanos rurales, mientras que los estadounidenses se vieron obligados a comer… frutas, verduras, maíz y legumbres. Para ayudar a los participantes a apegarse a sus dietas, los investigadores incluyeron alimentos más familiares, como salchichas vegetarianas, aunque hay que tener en cuenta que no usaron una dieta vegana, sino una dieta generalmente a base de plantas.

El intercambio de alimentos no duró años, sino solo dos semanas. ¿Se pueden ver cambios tan rápido? Los cambios en la alimentación dieron lugar a notables cambios recíprocos en el revestimiento de los intestinos en términos del riesgo de cáncer y el microbioma. El cambio a una alimentación a base de plantas estimuló la fermentación de la fibra y suprimió la síntesis carcinógena de ácidos biliares. Veamos algunas fotos de antes y después. Los investigadores hicieron biopsias y éste es el revestimiento del colon de un afroamericano visto con un microscopio. Estos puntos marrones marcan las células que se están dividiendo: el revestimiento de su colon estaba saturado, sus células se dividían rápidamente, un signo de premalignidad y un factor de riesgo para el cáncer. Pero, sus intestinos se calmaron con solo seguir una alimentación más saludable por dos semanas. Por otro lado, los africanos comenzaron con cierta proliferación, que empeoró con la dieta estadounidense. 

Este es un marcador diferente que mide la inflamación. Cada uno de los puntos marrones aquí representa una célula inflamatoria. Se puede ver que al inicio abunda la inflamación, pero que se calma después de solo dos semanas. Mientras que lo contrario sucedió en aquellos que comieron peor.

Sabemos que cuando nuestra flora buena fermenta la fibra, produce compuestos beneficiosos como el butirato, que es antiinflamatorio y anticancerígeno. Sorprendentemente, la “africanización” de la dieta incrementó la producción de butirato al doble, mientras que la “occidentalización” de la dieta la redujo a la mitad. En términos de metabolitos tóxicos, también se observó una disminución significativa en la dieta saludable, mientras que la dieta con alimentos de origen animal aumentó los niveles de estos carcinógenos en 400, en solo dos semanas. Entonces, lo que los investigadores lograron demostrar fue que con solo cambiar la alimentación, se puede cambiar notablemente el riesgo de cáncer. De hecho, así lo expresó el investigador principal: “¡Cambia tu alimentación, cambia tu riesgo de cáncer!” Puede que nunca sea demasiado tarde para comenzar a comer de manera más saludable.

Según este tipo de datos, el adoptar una dieta vegana a base de alimentos integrales (o incluso una dieta casi vegana rica en frutas y verduras) y algunos otros cambios saludables en el estilo de vida podría tener un impacto verdaderamente positivo en el riesgo de cáncer no solo en los afroamericanos, sino en cualquier persona. Si bien, no sería realista esperar cambios rápidos y profundos en el estilo de vida de la población general, al menos tenemos consejos sólidos y efectivos que ofrecer a quienes deciden tomar las medidas necesarias para optimizar su longevidad saludable.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniela Wiegrebe y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.

El cáncer de colon es nuestra segunda causa de muerte por cáncer, pero en algunos lugares, como en el África rural, tienen tasas 10 veces más bajas que nosotros. La razón por la que sabemos que no se trata de algo genético es porque los estudios de migrantes, como los de los japoneses hawaianos, han demostrado que solo se necesita una generación para que la población inmigrante asuma la incidencia de cáncer de colon de la población occidental. Probablemente, el responsable sea el cambio en la alimentación. Sin embargo, las personas experimentan todo tipo de cambios cuando se mueven de una cultura a otra, como las tasas de tabaquismo y diferentes exposiciones a químicos, infecciones y antibióticos. Así que no sabíamos si de verdad se trataba de la alimentación, hasta… que se puso a prueba.

No es común que le dedique un video completo a un solo estudio, pero creo que estarás de acuerdo en que en este caso vale la pena. Este grupo internacional de investigadores intentaba averiguar por qué las tasas de cáncer de colon eran un orden de magnitud más altas en los Estados Unidos (en las poblaciones afroamericanas y caucásicas) que en el África rural. Bueno, pues parece ser que el colon de los estadounidenses del estudio era un desastre: presentaba pólipos y diverticulosis, por no mencionar las hemorroides; mientras que el colon de los africanos parecía notablemente prístino y, lo que es más importante, con tasas 7 veces menores de proliferación epitelial colónica, una característica de las condiciones precancerosas. Los investigadores monitorearon todo lo que los dos grupos comían y concluyeron que el mayor riesgo y las mayores tasas de proliferación de cáncer colorrectal estaban más estrechamente asociadas a un mayor consumo de productos de origen animal. Es posible que estos alimentos pudieran haber favorecido el crecimiento de poblaciones bacterianas productoras de ácidos y sales biliares potencialmente tóxicos en el colon, pero no podíamos saberlo con certeza hasta… que se puso a prueba. Las tasas más altas se asociaron a una mayor ingesta de proteína animal y de grasa animal, y a una menor ingesta de fibra: un mayor cantidad de los ácidos biliares malos, una menor cantidad de los ácidos grasos de cadena corta buenos (como el butirato) y una mayor proliferación de mucosa. Pero, ¿cómo sabemos que es la alimentación la que está arruinando las cosas? No lo sabíamos con certeza hasta… que se realizó un estudio intervencionista.

¿Qué tal si simplemente intercambiamos los estilos de alimentación? Los estadounidenses con una alimentación alta en fibra al estilo africano y los pobres africanos con la alimentación estadounidense estándar (SAD, por sus siglas en inglés). Salchichas y panqueques de harina blanca para el desayuno, una hamburguesa con papas fritas para el almuerzo y algo de pastel de carne y arroz blanco para la cena; esas fueron las comidas del primer día del experimento para los africanos rurales, mientras que los estadounidenses se vieron obligados a comer… frutas, verduras, maíz y legumbres. Para ayudar a los participantes a apegarse a sus dietas, los investigadores incluyeron alimentos más familiares, como salchichas vegetarianas, aunque hay que tener en cuenta que no usaron una dieta vegana, sino una dieta generalmente a base de plantas.

El intercambio de alimentos no duró años, sino solo dos semanas. ¿Se pueden ver cambios tan rápido? Los cambios en la alimentación dieron lugar a notables cambios recíprocos en el revestimiento de los intestinos en términos del riesgo de cáncer y el microbioma. El cambio a una alimentación a base de plantas estimuló la fermentación de la fibra y suprimió la síntesis carcinógena de ácidos biliares. Veamos algunas fotos de antes y después. Los investigadores hicieron biopsias y éste es el revestimiento del colon de un afroamericano visto con un microscopio. Estos puntos marrones marcan las células que se están dividiendo: el revestimiento de su colon estaba saturado, sus células se dividían rápidamente, un signo de premalignidad y un factor de riesgo para el cáncer. Pero, sus intestinos se calmaron con solo seguir una alimentación más saludable por dos semanas. Por otro lado, los africanos comenzaron con cierta proliferación, que empeoró con la dieta estadounidense. 

Este es un marcador diferente que mide la inflamación. Cada uno de los puntos marrones aquí representa una célula inflamatoria. Se puede ver que al inicio abunda la inflamación, pero que se calma después de solo dos semanas. Mientras que lo contrario sucedió en aquellos que comieron peor.

Sabemos que cuando nuestra flora buena fermenta la fibra, produce compuestos beneficiosos como el butirato, que es antiinflamatorio y anticancerígeno. Sorprendentemente, la “africanización” de la dieta incrementó la producción de butirato al doble, mientras que la “occidentalización” de la dieta la redujo a la mitad. En términos de metabolitos tóxicos, también se observó una disminución significativa en la dieta saludable, mientras que la dieta con alimentos de origen animal aumentó los niveles de estos carcinógenos en 400, en solo dos semanas. Entonces, lo que los investigadores lograron demostrar fue que con solo cambiar la alimentación, se puede cambiar notablemente el riesgo de cáncer. De hecho, así lo expresó el investigador principal: “¡Cambia tu alimentación, cambia tu riesgo de cáncer!” Puede que nunca sea demasiado tarde para comenzar a comer de manera más saludable.

Según este tipo de datos, el adoptar una dieta vegana a base de alimentos integrales (o incluso una dieta casi vegana rica en frutas y verduras) y algunos otros cambios saludables en el estilo de vida podría tener un impacto verdaderamente positivo en el riesgo de cáncer no solo en los afroamericanos, sino en cualquier persona. Si bien, no sería realista esperar cambios rápidos y profundos en el estilo de vida de la población general, al menos tenemos consejos sólidos y efectivos que ofrecer a quienes deciden tomar las medidas necesarias para optimizar su longevidad saludable.

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Créditos de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

Nota del Doctor

Esta es la continuación de Los mejores alimentos para la prevención del cáncer de colon.

Como menciono en el video, no es común que le dedique un video completo a un solo estudio, ¡pero espero que estés de acuerdo en que en este caso vale la pena!

Para más información sobre cómo mantener saludables a nuestros amigos colónicos, mira:

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