La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor. Edición de Ángela Graña Varela.
La diabetes de tipo 1, que generalmente afecta a niños y adultos jóvenes, es una enfermedad autoinmune en la que nuestro propio sistema inmunitario ataca y destruye las células productoras de insulina del páncreas. Sin tratamiento es mortal, pero incluso con un reemplazo de insulina bien administrado, puede acortar la esperanza de vida una década. “El diagnóstico de diabetes de tipo 1 en un niño es una noticia devastadora para toda la familia. Por lo tanto, uno de los mayores objetivos de la medicina moderna” es comprender qué es lo que causa que el cuerpo se ataque a sí mismo, con la esperanza de poder curar o prevenir la enfermedad. Si bien la susceptibilidad genética desempeña un papel importante, la “concordancia para la diabetes de tipo 1 es solo del 50% entre gemelos idénticos”. Por lo tanto, incluso si alguien con nuestro mismo ADN contrae la enfermedad, solo tenemos un 50% de posibilidades de adquirirla, lo que significa que también existen factores externos.
Las tasas de incidencia para la diabetes de tipo 1 varían mucho entre países. Por ejemplo, Japón tiene tasas 18 veces más bajas que los Estados Unidos. Sin embargo, esta disparidad no se debe solo a la genética. Cuando los niños migran tienden a adquirir el riesgo de su nuevo hogar, lo que sugiere que la incidencia también se relaciona con el medio ambiente, la dieta o el estilo de vida. Las tasas varían más de 350 veces en todo el mundo y además continúan en aumento. Unos investigadores estudiaron 37 poblaciones en diferentes partes del mundo y descubrieron que en todos los casos la incidencia incrementa alrededor de un 3% al año. De hecho, no pudieron encontrar ninguna cuya tasa haya disminuido.
Durante el final de la Segunda Guerra Mundial ocurrió algo que modificó los patrones de incidencia de la enfermedad. “La mejor evidencia disponible sugiere que la diabetes infantil [también conocida como diabetes de tipo 1] mostró una incidencia estable y relativamente baja durante la primera mitad del siglo XX, seguida de un claro aumento que comenzó alrededor de la mitad del siglo”. ¿Por qué se produjo este aumento? Se han postulado varias hipótesis, entre ellas la deficiencia de vitamina D, ciertas infecciones o la exposición a la leche de vaca.
Hace varias décadas, se publicó una comparación entre países que mostró una clara correlación entre el consumo de leche y la incidencia de diabetes de tipo 1. El “análisis mostró que el 94% de la variación geográfica en la incidencia podría explicarse por las diferencias en el consumo de leche”. Unos investigadores de Finlandia dirigieron gran parte de la investigación en esta área, ya que el país se caracteriza por tener las tasas más altas de diabetes de tipo 1 y de consumo de leche de vaca.
Todo comenzó con estudios como el que muestro en mi video ¿Es la caseína de la leche un factor desencadenante de la diabetes tipo 1?. El estudio muestra que cuanto menos se amamanta a los bebés, mayores son las tasas, lo que lleva a la conclusión obvia de que “la leche materna protege al recién nacido”. Por otro lado, si los bebés no reciben leche materna, se los alimenta con fórmula, que en general contiene proteínas de leche de vaca. En los primeros meses de vida, nuestro intestino es especialmente permeable a las proteínas. ¿Es posible que a medida que nuestro sistema inmunitario ataca a las proteínas de vaca desconocidas, nuestro páncreas acabe también en primera línea de fuego? Para encontrar la respuesta se realizaron experimentos en animales. Se les administró una dieta que incluía caseína, la proteína de la leche, a ratones y a ratas. En los primeros esto causó diabetes, pero no sucedió lo mismo con las ratas. Ahora bien, ¿somos más parecidos a los ratones o las ratas?
Unos investigadores extrajeron sangre de niños con diabetes de tipo 1 para ver si tenían niveles elevados de los anticuerpos que atacan a las proteínas bovinas. ¿Su hallazgo? Todos los niños con diabetes tipo 1 tenían los anticuerpos elevados en comparación con niveles mucho menores del grupo de control. Eso parece bastante convincente, pero ¿qué pasa con Islandia? Allí se bebe más leche que en Finlandia, pero los islandeses tienen menos de la mitad de la incidencia de diabetes de tipo 1. Hablo sobre esta paradoja en el video ¿Es la exposición a la insulina bovina de la leche un factor desencadenante de la diabetes tipo 1?.
La mayoría de personas lo que tienen es diabetes de tipo 2, por eso tengo muchos videos sobre ella:
- Las dietas a base de plantas y la diabetes
- ¿Se puede revertir la retinopatía diabética?
- ¿Qué causa la resistencia a la insulina?
- La diabetes como enfermedad de toxicidad por grasa
- ¿Qué causa diabetes?
- Revertir la diabetes con la alimentación
- Revertir la diabetes: ¿son las calorías o la comida?
- Cómo no morir de diabetes
Pero me encanta poder hablar también de la diabetes de tipo 1. Si quieres más información, puedes ver estos otros videos:
- El consumo de la carne y el desarrollo de la diabetes tipo 1
- ¿Es posible que la tuberculosis por comer carne pueda desencadenar diabetes de tipo 1?
- ¿Qué causa la resistencia a la insulina?
Un saludo,
Michael Greger
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- 2012: Arrancar de raíz las principales causas de muerte
- 2013: Más de una manzana al día para prevenir nuestras enfermedades más comunes
- 2014: De la mesa a estar capacitado: combatir enfermedades discapacitantes con los alimentos
- 2015: Alimentos como medicina: prevención y tratamiento de las enfermedades más temidas con alimentación
- 2016: Comer para no morir: el rol de la alimentación en prevenir, detener y revertir nuestros 15 principales asesinos