El consumo de la carne y el desarrollo de la diabetes tipo 1

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Comer carne durante la lactancia se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 1, una consecuencia quizás de las glicotoxinas de la carne o de bacterias de paratuberculosis que pueden pasar a través de la leche materna.

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Mycobacterium paratuberculosis no es sólo un problema serio para la industria ganadera mundial, sino que puede ser un desencadenante de la diabetes tipo 1, dado que se han encontrado bacterias paraTB en el torrente sanguíneo de la mayoría de los diabéticos tipo 1 examinados, presumiblemente expuestos a través de la venta de leche al por menor, ya que puede sobrevivir a la pasteurización.

Pero, ¿qué pasa con la producción de carne? Se ha encontrado Mycobacterium paratuberculosis en carne de res, cerdo y pollo. Se trata de un microbio intestinal y, por desgracia, “la contaminación fecal de los cadáveres” en la planta de mataderos es simplemente inevitable. Y luego, a menos que esté bien cocinada, “podría albergar” bacterias vivas de Mycobacterium avium paratuberculosis.

En cuanto a la carne, “la carne de vaca picada puede representar el mayor riesgo potencial de albergar” estas bacterias paratuberculosis, ya que “una proporción significativa proviene de vacas lecheras a las que se mata”, quizás precisamente porque tienen paratuberculosis, y van directamente a la cadena alimentaria humana. También hay una mayor prevalencia de “contaminación fecal” y “ganglios linfáticos” en la carne molida, y la molienda puede forzar a las bacterias a estar dentro de la hamburguesa. “Dado el peso de la evidencia y de la gravedad y magnitud de los posibles problemas de salud humana, el principio de precaución sugiere que es el momento de tomar medidas para limitar la exposición humana a este patógeno”. Al menos, deberíamos dejar de mandar al suministro de alimentos a los animales que se sabe que están infectados.

Sabemos que la exposición a la leche está asociada con la diabetes tipo 1, pero, ¿qué pasa con la carne? Se intentó descubrir los factores nutricionales que podrían contribuir a explicar la variación de 350 veces en las tasas de diabetes tipo 1 en todo el mundo. ¿Por qué algunas partes del mundo tienen cientos de veces tasas más altas  que otras?

Sí, cuanto más lácteos  consumían las poblaciones, más altas eran sus tasas de diabetes tipo 1. Pero, lo mismo se encontró para la carne, otorgando “credibilidad a la especulación de que el aumento de la oferta de proteínas de origen animal después de la Segunda Guerra Mundial puede haber contribuido a la creciente incidencia de diabetes tipo 1”. Y hubo una correlación negativa, que significa una correlación protectora entre la ingesta de granos y la diabetes tipo 1, que puede encajar en el contexto más general de “una menor prevalencia de enfermedades crónicas” entre los que comen más a base de plantas. Y “el aumento en el consumo de carne a lo largo del tiempo” pareció ser paralelo a la creciente incidencia de la enfermedad.

Ahora, siempre hay que ser muy cautos sobre la interpretación de estas comparaciones país por país, ya que sólo porque un país come de una manera en particular no significa que las personas que adquieren la enfermedad comieran de esa manera. Por ejemplo, un estudio similar dedicado específicamente a las dietas de niños y adolescentes entre diferentes países apoyó la “investigación previa sobre la importancia de la leche de vaca y los productos de origen animal en la causa de la diabetes tipo 1.”

Pero, también encontraron que en los países donde tienden a comer más azúcar, los niños tienden a tener tasas más bajas de la enfermedad. Ahora bien, esto no alcanzó importancia estadística, ya que había muy pocos países, pero incluso si lo hubiera hecho, e incluso si hubiera otros estudios para respaldarlo, hay un millón de factores que podrían estar incidiendo, ¿verdad? Tal vez, los países que comieron menos azúcar comieron el jarabe de maíz más alto en fructosa, o algo así. Siempre tienes que ponerlo a prueba. Si se analizan las dietas que comió la gente que en realidad tiene la enfermedad, el aumento del riesgo de diabetes tipo 1 se ha asociado con la leche, el azúcar, el pan, la soda, el huevo y la ingesta de carne.

En Cerdeña, donde se estableció el vínculo original entre el paraTB y la diabetes tipo 1, se encontró una “relación estadísticamente significativa dosis-respuesta”, lo que significa más carne, más riesgo, especialmente durante los dos primeros años de vida del niño. Por lo tanto, “el consumo de carne parece ser un importante cofactor temprano en la vida para el desarrollo de la diabetes tipo 1”, aunque necesitamos más datos.

El último estudio de este tipo, siguiendo miles de “pares madre-hijo”, encontró que comer carne durante la lactancia se asoció con un mayor riesgo de diabetes tanto preclínica como en estados avanzados de la diabetes tipo 1 cuando el niño alcanzó la edad de 8 años. Pensaron que podrían ser las glicotoxinas, las AGEs que se encuentran en la carne cocinada, que pueden ser transferidas a través de la lactancia materna.

Pero, lo que también se puede transferir a través de la leche materna humana son las bacterias de la paratuberculosis, que han estado creciendo a partir de la leche materna de las mujeres con la enfermedad de Crohn, otra enfermedad autoinmune vinculada a la exposición a las bacterias de la paratuberculosis.

Esto es una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Nicolás Aguilera y Adrián Bravo López.

Por favor considera ser voluntario para ayudar en la página web.

Crédito de la imagen: Alden Chadwick a través de flickr. La Imagen ha sido modificada.

Mycobacterium paratuberculosis no es sólo un problema serio para la industria ganadera mundial, sino que puede ser un desencadenante de la diabetes tipo 1, dado que se han encontrado bacterias paraTB en el torrente sanguíneo de la mayoría de los diabéticos tipo 1 examinados, presumiblemente expuestos a través de la venta de leche al por menor, ya que puede sobrevivir a la pasteurización.

Pero, ¿qué pasa con la producción de carne? Se ha encontrado Mycobacterium paratuberculosis en carne de res, cerdo y pollo. Se trata de un microbio intestinal y, por desgracia, “la contaminación fecal de los cadáveres” en la planta de mataderos es simplemente inevitable. Y luego, a menos que esté bien cocinada, “podría albergar” bacterias vivas de Mycobacterium avium paratuberculosis.

En cuanto a la carne, “la carne de vaca picada puede representar el mayor riesgo potencial de albergar” estas bacterias paratuberculosis, ya que “una proporción significativa proviene de vacas lecheras a las que se mata”, quizás precisamente porque tienen paratuberculosis, y van directamente a la cadena alimentaria humana. También hay una mayor prevalencia de “contaminación fecal” y “ganglios linfáticos” en la carne molida, y la molienda puede forzar a las bacterias a estar dentro de la hamburguesa. “Dado el peso de la evidencia y de la gravedad y magnitud de los posibles problemas de salud humana, el principio de precaución sugiere que es el momento de tomar medidas para limitar la exposición humana a este patógeno”. Al menos, deberíamos dejar de mandar al suministro de alimentos a los animales que se sabe que están infectados.

Sabemos que la exposición a la leche está asociada con la diabetes tipo 1, pero, ¿qué pasa con la carne? Se intentó descubrir los factores nutricionales que podrían contribuir a explicar la variación de 350 veces en las tasas de diabetes tipo 1 en todo el mundo. ¿Por qué algunas partes del mundo tienen cientos de veces tasas más altas  que otras?

Sí, cuanto más lácteos  consumían las poblaciones, más altas eran sus tasas de diabetes tipo 1. Pero, lo mismo se encontró para la carne, otorgando “credibilidad a la especulación de que el aumento de la oferta de proteínas de origen animal después de la Segunda Guerra Mundial puede haber contribuido a la creciente incidencia de diabetes tipo 1”. Y hubo una correlación negativa, que significa una correlación protectora entre la ingesta de granos y la diabetes tipo 1, que puede encajar en el contexto más general de “una menor prevalencia de enfermedades crónicas” entre los que comen más a base de plantas. Y “el aumento en el consumo de carne a lo largo del tiempo” pareció ser paralelo a la creciente incidencia de la enfermedad.

Ahora, siempre hay que ser muy cautos sobre la interpretación de estas comparaciones país por país, ya que sólo porque un país come de una manera en particular no significa que las personas que adquieren la enfermedad comieran de esa manera. Por ejemplo, un estudio similar dedicado específicamente a las dietas de niños y adolescentes entre diferentes países apoyó la “investigación previa sobre la importancia de la leche de vaca y los productos de origen animal en la causa de la diabetes tipo 1.”

Pero, también encontraron que en los países donde tienden a comer más azúcar, los niños tienden a tener tasas más bajas de la enfermedad. Ahora bien, esto no alcanzó importancia estadística, ya que había muy pocos países, pero incluso si lo hubiera hecho, e incluso si hubiera otros estudios para respaldarlo, hay un millón de factores que podrían estar incidiendo, ¿verdad? Tal vez, los países que comieron menos azúcar comieron el jarabe de maíz más alto en fructosa, o algo así. Siempre tienes que ponerlo a prueba. Si se analizan las dietas que comió la gente que en realidad tiene la enfermedad, el aumento del riesgo de diabetes tipo 1 se ha asociado con la leche, el azúcar, el pan, la soda, el huevo y la ingesta de carne.

En Cerdeña, donde se estableció el vínculo original entre el paraTB y la diabetes tipo 1, se encontró una “relación estadísticamente significativa dosis-respuesta”, lo que significa más carne, más riesgo, especialmente durante los dos primeros años de vida del niño. Por lo tanto, “el consumo de carne parece ser un importante cofactor temprano en la vida para el desarrollo de la diabetes tipo 1”, aunque necesitamos más datos.

El último estudio de este tipo, siguiendo miles de “pares madre-hijo”, encontró que comer carne durante la lactancia se asoció con un mayor riesgo de diabetes tanto preclínica como en estados avanzados de la diabetes tipo 1 cuando el niño alcanzó la edad de 8 años. Pensaron que podrían ser las glicotoxinas, las AGEs que se encuentran en la carne cocinada, que pueden ser transferidas a través de la lactancia materna.

Pero, lo que también se puede transferir a través de la leche materna humana son las bacterias de la paratuberculosis, que han estado creciendo a partir de la leche materna de las mujeres con la enfermedad de Crohn, otra enfermedad autoinmune vinculada a la exposición a las bacterias de la paratuberculosis.

Esto es una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Nicolás Aguilera y Adrián Bravo López.

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Crédito de la imagen: Alden Chadwick a través de flickr. La Imagen ha sido modificada.

Nota del Doctor

¿Qué significa esto de que se han encontrado bacterias de paratuberculosis en el torrente sanguíneo de la mayoría de los diabéticos examinados? Debes haberte perdido el último video, ¿Desencadena la paratuberculosis en la leche la diabetes tipo 1? Voy a seguir explorando esta hipótesis en mi siguiente video, ¿Desencadena la paratuberculosis en la carne la diabetes tipo 1?

La gran mayoría de los casos de diabetes en los EE.UU. son de tipo 2, sin embargo. Irónicamente, la carne también puede desempeñar un papel ahí. Ve ¿Por qué la carne es un factor de riesgo para la diabetes? y ¿Cómo Pueden las Plantas Proteger Contra la Diabetes?  Un buen resumen breve se puede encontrar en Cómo no morir de diabetes .

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