Las complicaciones de la cirugía bariátrica para la pérdida de peso

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El riesgo que corres en una cirugía bariátrica podría depender de las capacidades del cirujano.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

Después de la manga gástrica y el bypass gástrico en Y de Roux, el tercer procedimiento bariátrico más común es una revisión para arreglar un procedimiento bariátrico anterior. Hasta un 25 por ciento de los pacientes bariátricos debe regresar a la sala de operaciones por problemas derivados de su primera cirugía bariátrica. Y las reintervenciones conllevan más riesgo, con una tasa de mortalidad unas 10 veces superior, sin garantía de éxito. Las complicaciones incluyen fugas, fístulas, úlceras, estenosis, erosiones, obstrucciones y reflujo severo.

El nivel de riesgo puede depender de la habilidad del cirujano. En un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, un grupo de cirujanos bariátricos se ofreció voluntario para enviar a un panel de sus compañeros videos de sí mismos operando para su evaluación. La destreza técnica presentó amplias variaciones y tuvo correlación con las tasas de complicaciones, reingresos hospitalarios, reintervenciones y muerte. Los pacientes operados por los cirujanos menos competentes sufrieron casi tres veces más complicaciones y se expusieron a un riesgo de muerte cinco veces mayor.

Al igual que ocurre con atletas y músicos, puede que simplemente algunos cirujanos tengan más talento que otros, pero también la práctica hace al maestro. La derivación gástrica (bypass gástrico) es un procedimiento tan complicado que la curva de aprendizaje puede requerir 500 casos para que un cirujano lo domine. Las complicaciones de riesgo se estabilizan después de unos 500 casos, y el menor riesgo se encuentra entre los cirujanos que han realizado más de 600 intervenciones. El riesgo de no salir con vida puede ser el doble bajo el bisturí de aquellos que han hecho menos de 75 operaciones frente a quienes han hecho más de 450. Por lo tanto, si decides someterte a una operación de este tipo, te recomiendo preguntarle al cirujano cuántos procedimientos ha realizado, así como elegir un “Centro de Excelencia” bariátrico acreditado, donde la mortalidad quirúrgica figure como dos o tres veces inferior a las instituciones no acreditadas.

Pero no siempre es culpa del cirujano. En un informe titulado “Los peligros del brócoli”, un cirujano describió un caso en el que una mujer fue a un bufé libre tres meses después de una operación de derivación gástrica. Ella escogió alimentos saludables de verdad (¡bien hecho!). Pero claro, se olvidó de masticar. Sus grapas se reventaron y acabó primero en urgencias y luego en el quirófano. La abrieron y encontraron “trozos completos de brócoli, alubias enteras y otras verduras de hoja verde” dentro de su cavidad abdominal. Es un cuento con moraleja, desde luego, pero tal vez no se trate tanto de masticar mejor los alimentos después de la cirugía como de masticar mejores alimentos antes de la cirugía para mantener así todos tus órganos internos intactos.

Incluso si el procedimiento quirúrgico sale a la perfección, se hace necesario un reemplazo nutricional y una supervisión de por vida para evitar déficits de vitaminas y minerales. Esto incluye, además de pequeñas anemias, osteoporosis o pérdida de cabello, casos completos de deficiencias potencialmente mortales, como beriberi, pelagra, kwashiorkor y daño nervioso, que pueden manifestarse con una pérdida de visión años o incluso décadas después de la cirugía en el caso de la deficiencia de cobre. En los casos más trágicos, con deficiencia severa de una vitamina B llamada tiamina, casi uno de cada tres pacientes desarrolló un daño cerebral permanente antes de detectarse la situación.

La mala absorción de nutrientes es intencional en procedimientos como la derivación gástrica. Al extraer segmentos de los intestinos se puede deteriorar con éxito la absorción de calorías, pero a expensas de perjudicar la absorción de los nutrientes necesarios. Incluso las personas que se someten a procedimientos restrictivos como el grapado de estómago pueden estar en riesgo de deficiencias de nutrientes que pongan en peligro su vida debido a los vómitos persistentes. De hecho, hasta un 60 por ciento de los pacientes manifiesta haber sufrido vómitos después de una cirugía bariátrica debido a comportamientos alimenticios “inapropiados” (en otras palabras, cuando tratan de comer de manera normal). El vómito ayuda a perder peso de una manera similar a la forma en que actúa un medicamento para alcohólicos llamado Antabuse, que les pone tan violentamente enfermos después de cada trago que acaban aprendiendo la lección.

El “síndrome de vaciamiento” puede funcionar de la misma manera. Un gran porcentaje de pacientes con derivación gástrica puede padecer dolor abdominal, diarrea, náuseas, distensión abdominal, fatiga o palpitaciones tras la ingesta de alimentos muy calóricos, ya que la derivación elude el estómago y los deposita directamente en los intestinos. Los cirujanos lo describen como una característica, no un error: “El síndrome de vaciamiento es una parte esperada y buscada de la modificación del comportamiento causada por la cirugía de derivación gástrica; puede disuadir a los pacientes de consumir alimentos densos en energía”.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción Glass Entertainment

Gráficos Avo Media

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

Después de la manga gástrica y el bypass gástrico en Y de Roux, el tercer procedimiento bariátrico más común es una revisión para arreglar un procedimiento bariátrico anterior. Hasta un 25 por ciento de los pacientes bariátricos debe regresar a la sala de operaciones por problemas derivados de su primera cirugía bariátrica. Y las reintervenciones conllevan más riesgo, con una tasa de mortalidad unas 10 veces superior, sin garantía de éxito. Las complicaciones incluyen fugas, fístulas, úlceras, estenosis, erosiones, obstrucciones y reflujo severo.

El nivel de riesgo puede depender de la habilidad del cirujano. En un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, un grupo de cirujanos bariátricos se ofreció voluntario para enviar a un panel de sus compañeros videos de sí mismos operando para su evaluación. La destreza técnica presentó amplias variaciones y tuvo correlación con las tasas de complicaciones, reingresos hospitalarios, reintervenciones y muerte. Los pacientes operados por los cirujanos menos competentes sufrieron casi tres veces más complicaciones y se expusieron a un riesgo de muerte cinco veces mayor.

Al igual que ocurre con atletas y músicos, puede que simplemente algunos cirujanos tengan más talento que otros, pero también la práctica hace al maestro. La derivación gástrica (bypass gástrico) es un procedimiento tan complicado que la curva de aprendizaje puede requerir 500 casos para que un cirujano lo domine. Las complicaciones de riesgo se estabilizan después de unos 500 casos, y el menor riesgo se encuentra entre los cirujanos que han realizado más de 600 intervenciones. El riesgo de no salir con vida puede ser el doble bajo el bisturí de aquellos que han hecho menos de 75 operaciones frente a quienes han hecho más de 450. Por lo tanto, si decides someterte a una operación de este tipo, te recomiendo preguntarle al cirujano cuántos procedimientos ha realizado, así como elegir un “Centro de Excelencia” bariátrico acreditado, donde la mortalidad quirúrgica figure como dos o tres veces inferior a las instituciones no acreditadas.

Pero no siempre es culpa del cirujano. En un informe titulado “Los peligros del brócoli”, un cirujano describió un caso en el que una mujer fue a un bufé libre tres meses después de una operación de derivación gástrica. Ella escogió alimentos saludables de verdad (¡bien hecho!). Pero claro, se olvidó de masticar. Sus grapas se reventaron y acabó primero en urgencias y luego en el quirófano. La abrieron y encontraron “trozos completos de brócoli, alubias enteras y otras verduras de hoja verde” dentro de su cavidad abdominal. Es un cuento con moraleja, desde luego, pero tal vez no se trate tanto de masticar mejor los alimentos después de la cirugía como de masticar mejores alimentos antes de la cirugía para mantener así todos tus órganos internos intactos.

Incluso si el procedimiento quirúrgico sale a la perfección, se hace necesario un reemplazo nutricional y una supervisión de por vida para evitar déficits de vitaminas y minerales. Esto incluye, además de pequeñas anemias, osteoporosis o pérdida de cabello, casos completos de deficiencias potencialmente mortales, como beriberi, pelagra, kwashiorkor y daño nervioso, que pueden manifestarse con una pérdida de visión años o incluso décadas después de la cirugía en el caso de la deficiencia de cobre. En los casos más trágicos, con deficiencia severa de una vitamina B llamada tiamina, casi uno de cada tres pacientes desarrolló un daño cerebral permanente antes de detectarse la situación.

La mala absorción de nutrientes es intencional en procedimientos como la derivación gástrica. Al extraer segmentos de los intestinos se puede deteriorar con éxito la absorción de calorías, pero a expensas de perjudicar la absorción de los nutrientes necesarios. Incluso las personas que se someten a procedimientos restrictivos como el grapado de estómago pueden estar en riesgo de deficiencias de nutrientes que pongan en peligro su vida debido a los vómitos persistentes. De hecho, hasta un 60 por ciento de los pacientes manifiesta haber sufrido vómitos después de una cirugía bariátrica debido a comportamientos alimenticios “inapropiados” (en otras palabras, cuando tratan de comer de manera normal). El vómito ayuda a perder peso de una manera similar a la forma en que actúa un medicamento para alcohólicos llamado Antabuse, que les pone tan violentamente enfermos después de cada trago que acaban aprendiendo la lección.

El “síndrome de vaciamiento” puede funcionar de la misma manera. Un gran porcentaje de pacientes con derivación gástrica puede padecer dolor abdominal, diarrea, náuseas, distensión abdominal, fatiga o palpitaciones tras la ingesta de alimentos muy calóricos, ya que la derivación elude el estómago y los deposita directamente en los intestinos. Los cirujanos lo describen como una característica, no un error: “El síndrome de vaciamiento es una parte esperada y buscada de la modificación del comportamiento causada por la cirugía de derivación gástrica; puede disuadir a los pacientes de consumir alimentos densos en energía”.

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Nota del Doctor

Este es el segundo video de una serie de cuatro partes sobre cirugía bariátrica. Si aún no has visto el primero, consulta La tasa de mortalidad de la cirugía bariátrica para la reducción de peso.

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