Cómo prevenir el cáncer de piel con la alimentación

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Un ensayo aleatorizado descubrió que una dieta baja en grasas puede disminuir en diez veces el índice de cáncer de piel.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

Cada año se diagnostican millones de cánceres de piel, el cáncer más común en los Estados Unidos. Ya hablé de lo más importante que podemos hacer: protegernos contra la exposición a la radiación UV. Acabo de hacer un video sobre un suplemento que podría funcionar. ¿Podemos protegernos mediante la dieta?

El primer estudio que arrojó luz sobre el efecto de la dieta en los tumores inducidos por rayos UV descubrió que las dietas ricas en grasas aceleraban la formación de tumores en ratones. Durante los seis meses posteriores a la radiación UV, el 50 % de ratones alimentados con alto contenido de grasa desarrollaron tumores en comparación con solo 16 % en el grupo con alimentación controlada. Es emocionante comprobar que cambiar a los ratones a una dieta baja en grasas tras la exposición pudo anular el tumor y contrarrestar los efectos cancerígenos de la grasa.

En personas, un patrón dietético caracterizado por el consumo de carne y grasa se asoció con casi cuatro veces mayor riesgo de carcinoma de células escamosas, el segundo tipo más común de cáncer de piel, mientras que un patrón de verduras y frutas se asoció con una reducción a la mitad del riesgo (al parecer impulsado en gran medida por la ingesta de verduras de hoja). Lo único que nos hacía falta era aleatorizar a personas a dietas bajas en grasa y ver si el cáncer también se podía prevenir en humanos. Gracias a la financiación del Instituto Nacional del Cáncer y a un equipo de investigación de veteranos, los sorprendentes resultados se publicaron en el New England Journal of Medicine.

Setenta y seis pacientes con antecedentes de cáncer de piel (y, por lo tanto, con alto riesgo de desarrollar más) fueron aleatorizados para continuar con sus dietas habituales o cambiar a una dieta “baja en grasas” con un 20 % de calorías provenientes de grasas. Entrecomillo “bajo en grasas” porque en realidad es una dieta alta en grasas en comparación con lo que es normal para nuestra especie. Durante millones de años, nuestros antepasados pueden haber evolucionado obteniendo aproximadamente el 10 % de nuestras calorías de la grasa. Durante millones de años, alrededor del 99,8 % de nuestro tiempo sobre la Tierra, era prácticamente imposible para nosotros consumir regularmente más del 10-15 % de calorías en forma de grasa. Por eso es la cantidad normal de grasas para la especie humana. Una dieta baja en grasas sería menos que eso. Aunque el 20 % es desde luego relativamente bajo en grasa en comparación con la media actual del 37 % entre adultos en los Estados Unidos. ¿Un descenso a 20 marcaría la diferencia?

Los investigadores rastrearon la aparición de queratosis actínicas (parches escamosos ásperos que son lesiones premalignas que se convierten en cáncer de piel) durante los siguientes dos años. El paciente medio en el grupo control desarrolló 10 nuevas lesiones en esos dos años, en comparación con solo tres en el grupo bajo en grasa. Vale, ¿y los cánceres de piel reales? Los resultados fueron tan emocionantes que el mismo equipo de investigadores asignó al azar a cientos de pacientes con cáncer de piel a las mismas dos dietas. Al final del estudio, la tasa de cáncer de piel era 10 veces menor en el grupo bajo en grasa.

Pero la solución no es comer galletas bajas en grasa. Aunque la grasa parece ser el doble de mala, también se encontró una asociación significativa entre el consumo de carbohidratos ultrarrefinados y las arrugas y atrofia de la piel en una muestra representativa a nivel nacional de mujeres de mediana edad. Quienes constantemente tienen niveles de azúcar en sangre en ayunas más altos de lo normal parecen casi medio año mayores de su edad por cada 18 puntos más de azúcar en sangre de media. Quienes tienen un nivel de azúcar en sangre en ayunas prediabético de aproximadamente 120 mg/dl parecen un año mayores que quienes suelen tener un nivel normal de azúcar en sangre en ayunas de aproximadamente 75.

Ahora, la iniciativa Women’s Health aleatorizó a casi 50 000 mujeres posmenopáusicas una recomendación de comer la misma dieta baja en grasas, pero no hubo cambios en la incidencia de cáncer de piel. Esto no es sorprendente dada la escasa adherencia. Solo el 31 % de las mujeres del grupo de intervención cumplieron con la recomendación dietética. Parece ser que las dietas saludables solo funcionansi realmente las comes.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

Cada año se diagnostican millones de cánceres de piel, el cáncer más común en los Estados Unidos. Ya hablé de lo más importante que podemos hacer: protegernos contra la exposición a la radiación UV. Acabo de hacer un video sobre un suplemento que podría funcionar. ¿Podemos protegernos mediante la dieta?

El primer estudio que arrojó luz sobre el efecto de la dieta en los tumores inducidos por rayos UV descubrió que las dietas ricas en grasas aceleraban la formación de tumores en ratones. Durante los seis meses posteriores a la radiación UV, el 50 % de ratones alimentados con alto contenido de grasa desarrollaron tumores en comparación con solo 16 % en el grupo con alimentación controlada. Es emocionante comprobar que cambiar a los ratones a una dieta baja en grasas tras la exposición pudo anular el tumor y contrarrestar los efectos cancerígenos de la grasa.

En personas, un patrón dietético caracterizado por el consumo de carne y grasa se asoció con casi cuatro veces mayor riesgo de carcinoma de células escamosas, el segundo tipo más común de cáncer de piel, mientras que un patrón de verduras y frutas se asoció con una reducción a la mitad del riesgo (al parecer impulsado en gran medida por la ingesta de verduras de hoja). Lo único que nos hacía falta era aleatorizar a personas a dietas bajas en grasa y ver si el cáncer también se podía prevenir en humanos. Gracias a la financiación del Instituto Nacional del Cáncer y a un equipo de investigación de veteranos, los sorprendentes resultados se publicaron en el New England Journal of Medicine.

Setenta y seis pacientes con antecedentes de cáncer de piel (y, por lo tanto, con alto riesgo de desarrollar más) fueron aleatorizados para continuar con sus dietas habituales o cambiar a una dieta “baja en grasas” con un 20 % de calorías provenientes de grasas. Entrecomillo “bajo en grasas” porque en realidad es una dieta alta en grasas en comparación con lo que es normal para nuestra especie. Durante millones de años, nuestros antepasados pueden haber evolucionado obteniendo aproximadamente el 10 % de nuestras calorías de la grasa. Durante millones de años, alrededor del 99,8 % de nuestro tiempo sobre la Tierra, era prácticamente imposible para nosotros consumir regularmente más del 10-15 % de calorías en forma de grasa. Por eso es la cantidad normal de grasas para la especie humana. Una dieta baja en grasas sería menos que eso. Aunque el 20 % es desde luego relativamente bajo en grasa en comparación con la media actual del 37 % entre adultos en los Estados Unidos. ¿Un descenso a 20 marcaría la diferencia?

Los investigadores rastrearon la aparición de queratosis actínicas (parches escamosos ásperos que son lesiones premalignas que se convierten en cáncer de piel) durante los siguientes dos años. El paciente medio en el grupo control desarrolló 10 nuevas lesiones en esos dos años, en comparación con solo tres en el grupo bajo en grasa. Vale, ¿y los cánceres de piel reales? Los resultados fueron tan emocionantes que el mismo equipo de investigadores asignó al azar a cientos de pacientes con cáncer de piel a las mismas dos dietas. Al final del estudio, la tasa de cáncer de piel era 10 veces menor en el grupo bajo en grasa.

Pero la solución no es comer galletas bajas en grasa. Aunque la grasa parece ser el doble de mala, también se encontró una asociación significativa entre el consumo de carbohidratos ultrarrefinados y las arrugas y atrofia de la piel en una muestra representativa a nivel nacional de mujeres de mediana edad. Quienes constantemente tienen niveles de azúcar en sangre en ayunas más altos de lo normal parecen casi medio año mayores de su edad por cada 18 puntos más de azúcar en sangre de media. Quienes tienen un nivel de azúcar en sangre en ayunas prediabético de aproximadamente 120 mg/dl parecen un año mayores que quienes suelen tener un nivel normal de azúcar en sangre en ayunas de aproximadamente 75.

Ahora, la iniciativa Women’s Health aleatorizó a casi 50 000 mujeres posmenopáusicas una recomendación de comer la misma dieta baja en grasas, pero no hubo cambios en la incidencia de cáncer de piel. Esto no es sorprendente dada la escasa adherencia. Solo el 31 % de las mujeres del grupo de intervención cumplieron con la recomendación dietética. Parece ser que las dietas saludables solo funcionansi realmente las comes.

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

Si te perdiste el video anterior ve El mejor suplemento para prevenir el cáncer de piel.

¿El protector solar causa o previene el cáncer de piel? Descúbrelo en mi video.

Tengo un video algo antiguo sobre la alimentación y el cáncer de piel: Prevenir el cáncer de piel desde dentro.

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