¿Cómo es posible que la soja tenga efectos proestrogénicos en algunos órganos para proteger los huesos y reducir los sofocos, pero también efectos antiestrogénicos en otros órganos para proteger contra el cáncer de mama y el de endometrio?
Flashback Friday: ¿Quién debería evitar la soja?
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jesús Melcón voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Cuando un estudio de Women’s Health Initiative mostró que el uso de terapias de sustitución hormonal durante la menopausia conllevaba un aumento del riesgo de cáncer de mama y de enfermedad cardiovascular, se hizo un llamado para considerar alternativas más seguras. El estudio observó que los estrógenos tienen efectos positivos, como la reducción de los síntomas menopáusicos, la mejora de la salud ósea y la reducción del riesgo de fracturas de cadera. No obstante, también reveló que estas hormonas pueden traer consecuencias negativas, como cáncer de mama y el aumento del número de coágulos en el corazón, el cerebro y los pulmones.
Para garantizar los beneficios y evitar las consecuencias negativas, necesitaríamos unos fármacos denominados “moduladores selectivos de los receptores de estrógeno” que pudieran generar efectos proestrogénicos en algunos tejidos (como el óseo) y antiestrogénicos en otros (como el tejido mamario). Los laboratorios farmacéuticos pretenden comercializar estos moduladores selectivos, pero los fitoestrógenos presentes de forma natural en las plantas parecen cumplir la misma función. Un ejemplo sería la genisteína, presente en la soja, que estructuralmente es similar al estrógeno. Ahora bien, ¿cómo es posible que una sustancia similar al estrógeno pueda tener efectos antiestrogénicos?
La teoría original postula que el fitoestrógeno de la soja detiene la evolución del cáncer de mama porque compite con nuestro propio estrógeno por unirse a los receptores de esta hormona. De hecho, si en una placa de Petri añadimos más y más fitoestrógenos a un cultivo de células cancerosas, observaremos que cada vez se unen a ellas menos estrógenos. Es decir, los compuestos de la soja poseen un efecto antiestrogénico porque impiden la unión del estrógeno con su receptor. No obstante, ¿cómo podemos explicar sus efectos proestrogénicos en otros tejidos como el óseo? ¿Cómo es posible que la soja tenga un efecto y su contrario?
Este misterio quedó resuelto cuando se descubrió que en nuestro organismo existen dos tipos diferentes de receptores de estrógeno y que la respuesta de una célula afectada por esta hormona depende del tipo de receptor que presente. El descubrimiento de un nuevo receptor, denominado “receptor de estrógeno beta […] para distinguirlo del receptor de estrógeno alfa anterior”, podría ser “la clave para comprender por qué el fitoestrógeno de la soja protege nuestra salud”. Esta hormona vegetal, al contrario que el estrógeno producido por nuestro propio organismo, se une de manera preferente a los receptores beta.
De hecho, al cabo de unas ocho horas después de tomar 200 gramos de soja integral cocinada, la concentración en sangre de genisteína sube hasta los 20 o 50 nanomoles. Esta es la concentración total que circula por nuestro cuerpo y llega a las células. No obstante, tan solo la mitad se une a las proteínas sanguíneas, de modo que la concentración real es de entre 10 y 25 nanomoles. ¿Y esto qué implica para la activación de los receptores de estrógeno?
En el video, puedes ver un gráfico que explica los misteriosos efectos positivos de la soja y sus derivados. Con la concentración real de fitoestrógeno que obtenemos al tomar unos 200 gramos de soja se produce muy poca activación alfa y mucha activación beta. ¿Qué descubrimos al analizar en qué parte del organismo se sitúa cada tipo de receptor? Que los suplementos de estrógeno aumentan el riesgo de coágulos mortales al hacer que el hígado secrete más factores de coagulación. La clave es la siguiente: el hígado solo contiene receptores de estrógeno alfa. Es decir, tomar 6 kilos diarios de soja podría suponer un problema, pero seamos realistas: dada la concentración real de fitoestrógeno que obtenemos de nuestra dieta, lo que de verdad causa problemas son los fármacos estrogénicos.
Los efectos del estrógeno en el útero también se relacionan con la actividad de los receptores alfa, lo que explica por qué el consumo de soja no perjudica a este órgano. Por lo tanto, los fármacos estrogénicos podrían multiplicar por diez el riesgo de cáncer de endometrio, mientras que el fitoestrógeno que obtenemos de la dieta se relaciona con una disminución de los casos de cáncer. De hecho, se piensa que la soja podría proteger al organismo contra diversos tipos de cáncer ginecológico: en las mujeres que más soja consumen se observa un 30 % menos de casos de cáncer de endometrio y una reducción del riesgo de cáncer ovárico de casi un 50 %. Además, los fitoestrógenos de la soja no parecen afectar al revestimiento del útero y pueden mitigar notablemente los 11 síntomas menopáusicos más comunes descritos por el índice de Kupperman.
En cuanto a la salud ósea, los osteocitos humanos contienen receptores de estrógenos beta, por lo que podemos presuponer un efecto protector por parte de los fitoestrógenos. De hecho, estas hormonas parecen estar ligadas a un “aumento significativo de la densidad mineral ósea”, lo cual concuerda con los estudios demográficos que apuntan a que “un consumo alto de productos derivados de la soja se asocia con un aumento de la masa ósea”. La cuestión es, ¿cómo impiden los fitoestrógenos la pérdida de masa ósea?
En un estudio de dos años se comparó la leche de soja con una crema transdérmica de progesterona. El grupo de referencia perdió una cantidad considerable de densidad mineral ósea en la columna vertebral a lo largo de los dos años, mientras que el grupo tratado con progesterona perdió una cantidad mucho menor. Por el contrario, el grupo que bebió dos vasos de leche de soja al día no solo no perdió masa ósea, sino que además ganó.
En otro estudio, uno de los más robustos hasta la fecha, los investigadores compararon un fitoestrógeno de la soja (la genisteína) con un tratamiento basado en la estrogenoterapia sustitutiva tradicional. A lo largo de un año, los integrantes del grupo tratado con placebo perdieron densidad ósea en la columna vertebral y en la cadera. Por otro lado, los voluntarios de los grupos tratados con fitoestrógeno y estrogenoterapia sustitutiva ganaron densidad ósea. El “estudio muestra claramente que la genisteína impide la pérdida de hueso […] y estimula la formación ósea […], lo cual produce un incremento neto de la masa ósea”.
La razón principal para preocuparse por nuestra masa ósea es la prevención de fracturas. En este sentido, ¿existe una relación entre el consumo de soja y sus derivados y la disminución del riesgo de fracturas? La respuesta es sí: consumir una ración de soja al día disminuye considerablemente el riesgo de fracturas óseas. Una ración equivale a 5 o 7 gramos de proteína de soja o 20 o 30 miligramos de fitoestrógenos, que se pueden obtener tomando un vaso de leche de soja o, aún mejor, tomando una ración de soja integral, ya sea en forma de tempeh, de edamame o de habas. No obstante, todavía no existen datos sobre la prevención de las fracturas mediante suplementos de soja. “Si queremos beneficiarnos de los mismos efectos saludables que en teoría obtiene la población asiática del consumo de alimentos derivados de la soja”, quizás deberíamos centrarnos en la materia prima, y no en píldoras o en batidos de proteínas sin beneficios probados.
¿Hay personas que deberían evitar consumir soja? Sí, pero únicamente si son alérgicas (lo cual no es muy común, al fin y al cabo). Según una encuesta nacional, tan solo 1 de cada 2000 personas son alérgicas a la soja, un dato 40 veces inferior al número de personas afectadas por el alérgeno más común (la leche) y 10 veces inferior al número de personas que padecen otras alergias comunes (pescado, huevos, marisco, frutos secos y trigo, por ejemplo).
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- McCarty MF. Isoflavones made simple - genistein's agonist activity for the beta-type estrogen receptor mediates their health benefits. Med Hypotheses. 2006;66(6):1093-114.
- Oseni T, Patel R, Pyle J, Jordan VC. Selective estrogen receptor modulators and phytoestrogens. Planta Med. 2008 Oct;74(13):1656-65.
- Mueller SO, Simon S, Chae K, Metzler M, Korach KS. Phytoestrogens and their human metabolites show distinct agonistic and antagonistic properties on estrogen receptor alpha (ERalpha) and ERbeta in human cells. Toxicol Sci. 2004 Jul;80(1):14-25.
- Kuiper GG, Gustafsson JA. The novel estrogen receptor-beta subtype: potential role in the cell- and promoter-specific actions of estrogens and anti-estrogens. FEBS Lett. 1997 Jun 23;410(1):87-90.
- Lapcík O, Hampl R, Hill M, Wähälä K, Maharik NA, Adlercreutz H. Radioimmunoassay of free genistein in human serum. J Steroid Biochem Mol Biol. 1998 Mar;64(5-6):261-8.
- Taylor AH, Al-Azzawi F. Immunolocalisation of oestrogen receptor beta in human tissues. J Mol Endocrinol. 2000 Feb;24(1):145-55.
- Rossouw JE, Anderson GL, Prentice RL, LaCroix AZ, Kooperberg C, Stefanick ML, Jackson RD, Beresford SA, Howard BV, Johnson KC, Kotchen JM, Ockene J; Writing Group for the Women's Health Initiative Investigators. Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women: principal results From the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA. 2002 Jul 17;288(3):321-33.
- Fugh-Berman A, Pearson C. The overselling of hormone replacement therapy. Pharmacotherapy. 2002 Sep;22(9):1205-8.
- Fioravanti L, Cappelletti V, Miodini P, Ronchi E, Brivio M, Di Fronzo G. Genistein in the control of breast cancer cell growth: insights into the mechanism of action in vitro. Cancer Lett. 1998 Aug 14;130(1-2):143-52.
- So FV, Guthrie N, Chambers AF, Carroll KK. Inhibition of proliferation of estrogen receptor-positive MCF-7 human breast cancer cells by flavonoids in the presence and absence of excess estrogen. Cancer Lett. 1997 Jan 30;112(2):127-33.
- Nagel SC, vom Saal FS, Welshons WV. The effective free fraction of estradiol and xenoestrogens in human serum measured by whole cell uptake assays: physiology of delivery modifies estrogenic activity. Proc Soc Exp Biol Med. 1998 Mar;217(3):300-9.
- Grady D, Gebretsadik T, Kerlikowske K, Ernster V, Petitti D. Hormone replacement therapy and endometrial cancer risk: a meta-analysis. Obstet Gynecol. 1995 Feb;85(2):304-13.
- Sammartino A, Di Carlo C, Mandato VD, Bifulco G, Di Stefano M, Nappi C. Effects of genistein on the endometrium: ultrasonographic evaluation. Gynecol Endocrinol. 2003 Feb;17(1):45-9.
- Ollberding NJ, Lim U, Wilkens LR, Setiawan VW, Shvetsov YB, Henderson BE, Kolonel LN, Goodman MT. Legume, soy, tofu, and isoflavone intake and endometrial cancer risk in postmenopausal women in the multiethnic cohort study. J Natl Cancer Inst. 2012 Jan 4;104(1):67-76.
- Myung SK, Ju W, Choi HJ, Kim SC; Korean Meta-Analysis (KORMA) Study Group. Soy intake and risk of endocrine-related gynaecological cancer: a meta-analysis. BJOG. 2009 Dec;116(13):1697-705.
- Somekawa Y, Chiguchi M, Ishibashi T, Aso T. Soy intake related to menopausal symptoms, serum lipids, and bone mineral density in postmenopausal Japanese women. Obstet Gynecol. 2001 Jan;97(1):109-15.
- Wei P, Liu M, Chen Y, Chen DC. Systematic review of soy isoflavone supplements on osteoporosis in women. Asian Pac J Trop Med. 2012 Mar;5(3):243-8.
- Lydeking-Olsen E, Beck-Jensen JE, Setchell KD, Holm-Jensen T. Soymilk or progesterone for prevention of bone loss--a 2 year randomized, placebo-controlled trial. Eur J Nutr. 2004 Aug;43(4):246-57.
- Morabito N, Crisafulli A, Vergara C, Gaudio A, Lasco A, Frisina N, D'Anna R, Corrado F, Pizzoleo MA, Cincotta M, Altavilla D, Ientile R, Squadrito F. Effects of genistein and hormone-replacement therapy on bone loss in early postmenopausal women: a randomized double-blind placebo-controlled study. J Bone Miner Res. 2002 Oct;17(10):1904-12.
- Vidal O, Kindblom LG, Ohlsson C. Expression and localization of estrogen receptor-beta in murine and human bone. J Bone Miner Res. 1999 Jun;14(6):923-9.
- Zhang X, Shu XO, Li H, Yang G, Li Q, Gao YT, Zheng W. Prospective cohort study of soy food consumption and risk of bone fracture among postmenopausal women. Arch Intern Med. 2005 Sep 12;165(16):1890-5.
- Reinwald S, Weaver CM. Soy components vs. whole soy: are we betting our bones on a long shot? J Nutr. 2010 Dec;140(12):2312S-2317S.
- Labrie F. All sex steroids are made intracellularly in peripheral tissues by the mechanisms of intracrinology after menopause. J Steroid Biochem Mol Biol. 2015 Jan;145:133-8.
- Vierk KA, Koehler KM, Fein SB, Street DA. Prevalence of self-reported food allergy in American adults and use of food labels. J Allergy Clin Immunol. 2007 Jun;119(6):1504-10.
Créditos de la imagen: PublicDomainPictures vía Pixabay. La imagen ha sido modificada.
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jesús Melcón voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Cuando un estudio de Women’s Health Initiative mostró que el uso de terapias de sustitución hormonal durante la menopausia conllevaba un aumento del riesgo de cáncer de mama y de enfermedad cardiovascular, se hizo un llamado para considerar alternativas más seguras. El estudio observó que los estrógenos tienen efectos positivos, como la reducción de los síntomas menopáusicos, la mejora de la salud ósea y la reducción del riesgo de fracturas de cadera. No obstante, también reveló que estas hormonas pueden traer consecuencias negativas, como cáncer de mama y el aumento del número de coágulos en el corazón, el cerebro y los pulmones.
Para garantizar los beneficios y evitar las consecuencias negativas, necesitaríamos unos fármacos denominados “moduladores selectivos de los receptores de estrógeno” que pudieran generar efectos proestrogénicos en algunos tejidos (como el óseo) y antiestrogénicos en otros (como el tejido mamario). Los laboratorios farmacéuticos pretenden comercializar estos moduladores selectivos, pero los fitoestrógenos presentes de forma natural en las plantas parecen cumplir la misma función. Un ejemplo sería la genisteína, presente en la soja, que estructuralmente es similar al estrógeno. Ahora bien, ¿cómo es posible que una sustancia similar al estrógeno pueda tener efectos antiestrogénicos?
La teoría original postula que el fitoestrógeno de la soja detiene la evolución del cáncer de mama porque compite con nuestro propio estrógeno por unirse a los receptores de esta hormona. De hecho, si en una placa de Petri añadimos más y más fitoestrógenos a un cultivo de células cancerosas, observaremos que cada vez se unen a ellas menos estrógenos. Es decir, los compuestos de la soja poseen un efecto antiestrogénico porque impiden la unión del estrógeno con su receptor. No obstante, ¿cómo podemos explicar sus efectos proestrogénicos en otros tejidos como el óseo? ¿Cómo es posible que la soja tenga un efecto y su contrario?
Este misterio quedó resuelto cuando se descubrió que en nuestro organismo existen dos tipos diferentes de receptores de estrógeno y que la respuesta de una célula afectada por esta hormona depende del tipo de receptor que presente. El descubrimiento de un nuevo receptor, denominado “receptor de estrógeno beta […] para distinguirlo del receptor de estrógeno alfa anterior”, podría ser “la clave para comprender por qué el fitoestrógeno de la soja protege nuestra salud”. Esta hormona vegetal, al contrario que el estrógeno producido por nuestro propio organismo, se une de manera preferente a los receptores beta.
De hecho, al cabo de unas ocho horas después de tomar 200 gramos de soja integral cocinada, la concentración en sangre de genisteína sube hasta los 20 o 50 nanomoles. Esta es la concentración total que circula por nuestro cuerpo y llega a las células. No obstante, tan solo la mitad se une a las proteínas sanguíneas, de modo que la concentración real es de entre 10 y 25 nanomoles. ¿Y esto qué implica para la activación de los receptores de estrógeno?
En el video, puedes ver un gráfico que explica los misteriosos efectos positivos de la soja y sus derivados. Con la concentración real de fitoestrógeno que obtenemos al tomar unos 200 gramos de soja se produce muy poca activación alfa y mucha activación beta. ¿Qué descubrimos al analizar en qué parte del organismo se sitúa cada tipo de receptor? Que los suplementos de estrógeno aumentan el riesgo de coágulos mortales al hacer que el hígado secrete más factores de coagulación. La clave es la siguiente: el hígado solo contiene receptores de estrógeno alfa. Es decir, tomar 6 kilos diarios de soja podría suponer un problema, pero seamos realistas: dada la concentración real de fitoestrógeno que obtenemos de nuestra dieta, lo que de verdad causa problemas son los fármacos estrogénicos.
Los efectos del estrógeno en el útero también se relacionan con la actividad de los receptores alfa, lo que explica por qué el consumo de soja no perjudica a este órgano. Por lo tanto, los fármacos estrogénicos podrían multiplicar por diez el riesgo de cáncer de endometrio, mientras que el fitoestrógeno que obtenemos de la dieta se relaciona con una disminución de los casos de cáncer. De hecho, se piensa que la soja podría proteger al organismo contra diversos tipos de cáncer ginecológico: en las mujeres que más soja consumen se observa un 30 % menos de casos de cáncer de endometrio y una reducción del riesgo de cáncer ovárico de casi un 50 %. Además, los fitoestrógenos de la soja no parecen afectar al revestimiento del útero y pueden mitigar notablemente los 11 síntomas menopáusicos más comunes descritos por el índice de Kupperman.
En cuanto a la salud ósea, los osteocitos humanos contienen receptores de estrógenos beta, por lo que podemos presuponer un efecto protector por parte de los fitoestrógenos. De hecho, estas hormonas parecen estar ligadas a un “aumento significativo de la densidad mineral ósea”, lo cual concuerda con los estudios demográficos que apuntan a que “un consumo alto de productos derivados de la soja se asocia con un aumento de la masa ósea”. La cuestión es, ¿cómo impiden los fitoestrógenos la pérdida de masa ósea?
En un estudio de dos años se comparó la leche de soja con una crema transdérmica de progesterona. El grupo de referencia perdió una cantidad considerable de densidad mineral ósea en la columna vertebral a lo largo de los dos años, mientras que el grupo tratado con progesterona perdió una cantidad mucho menor. Por el contrario, el grupo que bebió dos vasos de leche de soja al día no solo no perdió masa ósea, sino que además ganó.
En otro estudio, uno de los más robustos hasta la fecha, los investigadores compararon un fitoestrógeno de la soja (la genisteína) con un tratamiento basado en la estrogenoterapia sustitutiva tradicional. A lo largo de un año, los integrantes del grupo tratado con placebo perdieron densidad ósea en la columna vertebral y en la cadera. Por otro lado, los voluntarios de los grupos tratados con fitoestrógeno y estrogenoterapia sustitutiva ganaron densidad ósea. El “estudio muestra claramente que la genisteína impide la pérdida de hueso […] y estimula la formación ósea […], lo cual produce un incremento neto de la masa ósea”.
La razón principal para preocuparse por nuestra masa ósea es la prevención de fracturas. En este sentido, ¿existe una relación entre el consumo de soja y sus derivados y la disminución del riesgo de fracturas? La respuesta es sí: consumir una ración de soja al día disminuye considerablemente el riesgo de fracturas óseas. Una ración equivale a 5 o 7 gramos de proteína de soja o 20 o 30 miligramos de fitoestrógenos, que se pueden obtener tomando un vaso de leche de soja o, aún mejor, tomando una ración de soja integral, ya sea en forma de tempeh, de edamame o de habas. No obstante, todavía no existen datos sobre la prevención de las fracturas mediante suplementos de soja. “Si queremos beneficiarnos de los mismos efectos saludables que en teoría obtiene la población asiática del consumo de alimentos derivados de la soja”, quizás deberíamos centrarnos en la materia prima, y no en píldoras o en batidos de proteínas sin beneficios probados.
¿Hay personas que deberían evitar consumir soja? Sí, pero únicamente si son alérgicas (lo cual no es muy común, al fin y al cabo). Según una encuesta nacional, tan solo 1 de cada 2000 personas son alérgicas a la soja, un dato 40 veces inferior al número de personas afectadas por el alérgeno más común (la leche) y 10 veces inferior al número de personas que padecen otras alergias comunes (pescado, huevos, marisco, frutos secos y trigo, por ejemplo).
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- McCarty MF. Isoflavones made simple - genistein's agonist activity for the beta-type estrogen receptor mediates their health benefits. Med Hypotheses. 2006;66(6):1093-114.
- Oseni T, Patel R, Pyle J, Jordan VC. Selective estrogen receptor modulators and phytoestrogens. Planta Med. 2008 Oct;74(13):1656-65.
- Mueller SO, Simon S, Chae K, Metzler M, Korach KS. Phytoestrogens and their human metabolites show distinct agonistic and antagonistic properties on estrogen receptor alpha (ERalpha) and ERbeta in human cells. Toxicol Sci. 2004 Jul;80(1):14-25.
- Kuiper GG, Gustafsson JA. The novel estrogen receptor-beta subtype: potential role in the cell- and promoter-specific actions of estrogens and anti-estrogens. FEBS Lett. 1997 Jun 23;410(1):87-90.
- Lapcík O, Hampl R, Hill M, Wähälä K, Maharik NA, Adlercreutz H. Radioimmunoassay of free genistein in human serum. J Steroid Biochem Mol Biol. 1998 Mar;64(5-6):261-8.
- Taylor AH, Al-Azzawi F. Immunolocalisation of oestrogen receptor beta in human tissues. J Mol Endocrinol. 2000 Feb;24(1):145-55.
- Rossouw JE, Anderson GL, Prentice RL, LaCroix AZ, Kooperberg C, Stefanick ML, Jackson RD, Beresford SA, Howard BV, Johnson KC, Kotchen JM, Ockene J; Writing Group for the Women's Health Initiative Investigators. Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women: principal results From the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA. 2002 Jul 17;288(3):321-33.
- Fugh-Berman A, Pearson C. The overselling of hormone replacement therapy. Pharmacotherapy. 2002 Sep;22(9):1205-8.
- Fioravanti L, Cappelletti V, Miodini P, Ronchi E, Brivio M, Di Fronzo G. Genistein in the control of breast cancer cell growth: insights into the mechanism of action in vitro. Cancer Lett. 1998 Aug 14;130(1-2):143-52.
- So FV, Guthrie N, Chambers AF, Carroll KK. Inhibition of proliferation of estrogen receptor-positive MCF-7 human breast cancer cells by flavonoids in the presence and absence of excess estrogen. Cancer Lett. 1997 Jan 30;112(2):127-33.
- Nagel SC, vom Saal FS, Welshons WV. The effective free fraction of estradiol and xenoestrogens in human serum measured by whole cell uptake assays: physiology of delivery modifies estrogenic activity. Proc Soc Exp Biol Med. 1998 Mar;217(3):300-9.
- Grady D, Gebretsadik T, Kerlikowske K, Ernster V, Petitti D. Hormone replacement therapy and endometrial cancer risk: a meta-analysis. Obstet Gynecol. 1995 Feb;85(2):304-13.
- Sammartino A, Di Carlo C, Mandato VD, Bifulco G, Di Stefano M, Nappi C. Effects of genistein on the endometrium: ultrasonographic evaluation. Gynecol Endocrinol. 2003 Feb;17(1):45-9.
- Ollberding NJ, Lim U, Wilkens LR, Setiawan VW, Shvetsov YB, Henderson BE, Kolonel LN, Goodman MT. Legume, soy, tofu, and isoflavone intake and endometrial cancer risk in postmenopausal women in the multiethnic cohort study. J Natl Cancer Inst. 2012 Jan 4;104(1):67-76.
- Myung SK, Ju W, Choi HJ, Kim SC; Korean Meta-Analysis (KORMA) Study Group. Soy intake and risk of endocrine-related gynaecological cancer: a meta-analysis. BJOG. 2009 Dec;116(13):1697-705.
- Somekawa Y, Chiguchi M, Ishibashi T, Aso T. Soy intake related to menopausal symptoms, serum lipids, and bone mineral density in postmenopausal Japanese women. Obstet Gynecol. 2001 Jan;97(1):109-15.
- Wei P, Liu M, Chen Y, Chen DC. Systematic review of soy isoflavone supplements on osteoporosis in women. Asian Pac J Trop Med. 2012 Mar;5(3):243-8.
- Lydeking-Olsen E, Beck-Jensen JE, Setchell KD, Holm-Jensen T. Soymilk or progesterone for prevention of bone loss--a 2 year randomized, placebo-controlled trial. Eur J Nutr. 2004 Aug;43(4):246-57.
- Morabito N, Crisafulli A, Vergara C, Gaudio A, Lasco A, Frisina N, D'Anna R, Corrado F, Pizzoleo MA, Cincotta M, Altavilla D, Ientile R, Squadrito F. Effects of genistein and hormone-replacement therapy on bone loss in early postmenopausal women: a randomized double-blind placebo-controlled study. J Bone Miner Res. 2002 Oct;17(10):1904-12.
- Vidal O, Kindblom LG, Ohlsson C. Expression and localization of estrogen receptor-beta in murine and human bone. J Bone Miner Res. 1999 Jun;14(6):923-9.
- Zhang X, Shu XO, Li H, Yang G, Li Q, Gao YT, Zheng W. Prospective cohort study of soy food consumption and risk of bone fracture among postmenopausal women. Arch Intern Med. 2005 Sep 12;165(16):1890-5.
- Reinwald S, Weaver CM. Soy components vs. whole soy: are we betting our bones on a long shot? J Nutr. 2010 Dec;140(12):2312S-2317S.
- Labrie F. All sex steroids are made intracellularly in peripheral tissues by the mechanisms of intracrinology after menopause. J Steroid Biochem Mol Biol. 2015 Jan;145:133-8.
- Vierk KA, Koehler KM, Fein SB, Street DA. Prevalence of self-reported food allergy in American adults and use of food labels. J Allergy Clin Immunol. 2007 Jun;119(6):1504-10.
Créditos de la imagen: PublicDomainPictures vía Pixabay. La imagen ha sido modificada.
Comparte "Flashback Friday: ¿Quién debería evitar la soja?"
Puedes compartir este material en la red o impreso bajo nuestra licencia Creative Commons. Deberás atribuir el artículo a NutritionFacts.org y agregar la liga a nuestro sitio en tu publicación
Si se realizan cambios en el texto o video original, se debe indicar, razonablemente, lo que ha cambiado en relación con el artículo o el video.
No se puede usar nuestro contenido para propósitos comerciales.
No puede aplicar términos legales o medidas tecnológicas que restrinjan a otros a hacer cualquier cosa permitida aquí.
Si tienes alguna duda, por favor Contáctanos
Flashback Friday: ¿Quién debería evitar la soja?
LicenciaCreative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
URLNota del Doctor
Pero, ¿qué pasa si tienes un riesgo alto de padecer cáncer de mama? Ve Los genes del cáncer de mama y la soya .
¿Qué sucede si ya tienes cáncer de mama?
- ¿Es saludable la soja para las sobrevivientes de cáncer de mama?
- Cómo bloquear las enzimas productoras de estrógeno del cáncer de mama
¿Tienes fibromas? te puede interesar saber si ¿Deberían de evitar el consumo de soja las mujeres con fibromas?
¿Qué tal los sofocos? Los fitoestrógenos de la soja para los sofocos de la menopausia
¿Y la soja genéticamente modificada? Soja transgénica y cáncer de mama
No todos los fitoestrógenos son beneficiosos, puedes verlo en: ¿Cuáles son los efectos del fitoestrógeno en el lúpulo de la cerveza? y El fitoestrógeno más potente está en la cerveza.
Los estrógenos sintéticos utilizados en la agricultura animal también importan. Para ahondar más ve El uso del zeranol en la carne y el cáncer de mama
Si no lo has hecho todavía, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo clic aquí.