Friday Favorites: Aumentar la función anticáncer de las células NK con los baños de bosque

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Ir al bosque puede aumentar significativamente tanto el número como la actividad de los linfocitos citolíticos naturales, que son una de nuestras maneras de luchar contra el cáncer. ¿Es posible que los aceites esenciales con aroma de madera puedan replicar los efectos potenciadores del sistema inmunitario que proporciona un paseo por el bosque?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

Introducción: El término “baños de naturaleza” fue acuñado en Japón en los años 80. Desde entonces hemos aprendido sus beneficios, más allá del simple ejercicio. En este video analizo algunos de ellos y si es necesario estar en contacto con la naturaleza para experimentarlos.

En otras ocasiones hemos visto cómo el contacto con la naturaleza reporta beneficios psicológicos desde un punto de vista subjetivo pero hasta ahora había pocos datos objetivos sobre estos beneficios; así que me alegró ver un trabajo sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva de individuos que se dan “baños de naturaleza”, lo que significa simplemente visitar un bosque y rodearse de árboles.

Se considera que el nivel de cortisol en la saliva es un indicador del nivel de estrés y tras caminar por el bosque, comparado con caminar por la ciudad, o incluso al pasar tiempo en un bosque comparado con una ciudad, el nivel de cortisol en la saliva desciende considerablemente. Pero eso no es todo: el mismo efecto se podía apreciar antes de ir al bosque. ¡¿Cómo?! Pues sí, los baños de naturaleza se asocian con un nivel considerablemente menor de cortisol en la saliva tanto antes como después de la visita, comparado con visitas a zonas urbanas. 

Así que, parece ser que solo pensar en ir a pasar el día en el bosque alivia el estrés. Por tanto, cuando comparamos los efectos de baños de naturaleza con visitas a ciudades, el efecto placebo anticipatorio puede ser aún más importante para modificar los niveles de estrés que la experiencia misma de estar en el bosque. Así que, ya estaba yo a punto de descartar todo esto como un nebuloso efecto psicológico hasta que leí lo siguiente: estudios sobre los efectos de los baños de naturaleza en la función inmunológica demuestran que las visitas al bosque pueden inducir un aumento significativo en el número y actividad de células asesinas naturales, una de las formas en las que nuestro cuerpo lucha contra el cáncer. Eso sí que me llamó la atención.

Todo comenzó con un estudio en el que doce hombres caminaron por unos bosques un fin de semana y la mayoría de ellos (11 de los 12) mostraron tener un aumento de células asesinas naturales tras esta excursión, y no solo un poco, sino un aumento de aproximadamente un 50 por ciento. Se sabe que el ejercicio por sí solo puede afectar la función inmunitaria, pero estas personas no caminaban más de lo normal, simplemente caminaban lo mismo pero en el bosque. Ah, pero también había el hecho de que habían ido de excursión, lo cual introduce otras variables. ¿No convendría aleatorizarlos para que unos fueran de excursión a una ciudad y otros fueran de excursión a un bosque? Y si el bosque tiene el mencionado efecto en la salud , ¿cuánto dura este efecto? ¿Es preciso caminar por el bosque cada día? Antes de contestar a esas preguntas, veamos primero si las mujeres reciben el mismo beneficio.

Este otro estudio es muy parecido y tiene los mismos resultados: un aumento importante en la actividad de células asesinas naturales tras caminar por el bosque. Y esta vez volvieron a hacer las pruebas una semana después y comprobaron que seguían elevadas, aunque después de un mes habían vuelto a bajar. Pero bueno, una vez a la semana no está mal, aunque esta fue una excursión de varios días. ¿Quién tiene tiempo para pasear por el bosque todos los fines de semana? ¿Y si fuera una excursión más breve, de un solo día? El título lo dice todo: ¡El mismo resultado! El mismo claro aumento medido el día después de la excursión comparando las medidas iniciales y con la misma durabilidad. La actividad de células asesinas naturales seguía elevada una semana después. Esto nos indica que si hacemos una visita a un bosque de las afueras de un solo día cada semana, podremos mantener este aumento de inmunidad contra el cáncer.

Está bien, pero sigo sin estar convencido. ¿Cómo se le puede atribuir el beneficio al bosque cuando solo tenemos los datos de antes y después de estar allí? Para argumentar que la naturaleza es la causante del beneficio, haría falta un grupo de control que hiciera una excursión similar pero que fuera a un lugar diferente. Y… aquí está. Resulta que el visitar un bosque, pero no una ciudad, aumenta la actividad de células asesinas naturales. He aquí los datos del bosque, iguales a los de antes, pero nada en una excursión en la que se camina por la ciudad. Al terminar la excursión por el bosque, un 80% de los sujetos experimentaron el aumento, comparado con solo uno de cada 10 de los que caminaron por la ciudad.

Ambas excursiones comparadas tenían la misma actividad física, alcohol, horas de sueño y otras variables que afectan la función inmunológica. Así que ahí está. Tenemos confirmación de un aumento de inmunidad, pero solo en la excursión por el bosque, “lo que indica que los baños de naturaleza sí que incrementan la actividad [de células asesinas naturales]”. Lo que es más, se halló que este aumento de actividad dura hasta 30 días después de la excursión. ¡Ahí lo tienes! Igual de alto hasta una semana después y todavía un poco alto un mes después. “Esto sugiere que si se visita un bosque una vez al mes, se puede mantener el aumento de actividad [de células asesinas naturales]”.

Bien, pues, ahora que sabemos que el efecto es real, la siguiente pregunta es ¿por qué? ¿Qué tienen los bosques que producen este aumento? Y (las farmacéuticas estarán pensando: ¿se podría hacer una pastilla con eso? Enseguida lo averiguaremos.

Estudios sobre los efectos de los “baños de naturaleza”, una práctica tradicional en Japón, cuando se visita un bosque y se respira su aire, hallaron que “pueden inducir… aumentos significativos en el número y actividad de las células asesinas naturales” que pueden durar hasta un mes. Y como esas células asesinas naturales son una forma en que tu cuerpo ataca el cáncer, al matar células tumorales, los hallazgos sugieren que las visitas a los bosques “pueden tener un efecto preventivo sobre la generación y progresión del cáncer”. Bien, pero ¿cómo? “¿Por qué el ambiente del bosque aumenta… la actividad de la célula asesina natural?” ¿Qué sucede con el ambiente del bosque?

Una creencia es que, el estímulo puede relacionarse con una reducción del estrés. Si mides la cantidad de adrenalina en los organismos de la gente, ¿andar por el bosque, pero no en ciudad, disminuye los niveles de adrenalina? Sí, así que eso se cumple, pero gotea adrenalina en células sanguíneas humanas en una placa de Petri y ahí no parece tener ningún efecto. Por otro lado, la hormona del estrés, el cortisol, inhibe radicalmente la actividad de la célula asesina natural. Así que tal vez el bosque conlleva a menos estrés, menos cortisol, que liberó a las células asesinas bajo su presión ¿y obtienes ese gran estímulo?

Sabemos que rodearse de naturaleza puede reducir los niveles de cortisol en la saliva, y ¿nuestro torrente sanguíneo? Una reducción significativa en un solo día de ir al bosque. Pero en una semana el cortisol se estaba normalizando y los efectos del bosque algunas veces parecieron durar todo un mes. ¿Hay algo más que pueda causar un cambio a largo plazo del sistema inmune?

Tal vez nos hemos perdido a algunos de nuestros “viejos amigos”. Si examinas el aire externo, se detecta una abundancia de microorganismos flotando alrededor del suelo o el agua, ausentes del aire en el interior (dominado por organismos en nosotros o que tratan de atacarnos). Así que tal vez día a día, en términos de tener en alerta a nuestro sistema inmune, tal vez no sea suficiente exponerse solo a microbios predispuestos del ambiente interior sintético moderno al que le faltan algunos de nuestros viejos amigos y posiblemente se asemejan muy poco a los microbios con los que evolucionamos para vivir millones de años.

O tal vez son las mismas plantas. Tal vez sea el aroma del bosque. Los árboles producen compuestos aromáticos volátiles o fitoncidas como pineno, el cual respiras y llega a tus pulmones en el bosque. Pero ¿llegan estos compuestos a tu torrente sanguíneo? Una hora en el bosque y hay un aumento como de 6 veces de los niveles circulantes de pineno por todo tu organismo. Bien, pero para la conexión completa, las fitoncidas como el pineno, estos aceites esenciales de árbol tendrían entonces que inducir la actividad de las células asesinas naturales humanas. Y… ¿adivina qué? Las fitoncidas inducen la actividad de las células asesinas naturales humanas. Si depositas células asesinas naturales en una placa de Petri, con algunas desprevenidas células de leucemia, tus asesinas pueden eliminar algunas de las cancerosas, pero añade olor a ciprés, cedro blanco, eucalipto o pino y las células cancerosas no pueden sobrevivir. 

Una combinación de aromas a madera mejora la recuperación de las ratas que sufren bajo experimentación, pero este es el estudio que buscaba. Si queremos saber si el ingrediente mágico es la fragancia del bosque, veamos si podemos tener el mismo estímulo de actividad de las células asesinas con solo vaporizar un poco de aceite esencial de uno de los árboles toda una noche en un cuarto de hotel. ¡Y funcionó! Un aumento significativo de actividad de células asesinas naturales, aunque solo su actividad y no su número y estar en el bosque real puede aumentar ambas. Así ¿tal vez sea combinación de la fragancia de árboles y los niveles de cortisol actuando juntos?

Irónico que los compuestos de fitoncidas sean parte del sistema inmune de los árboles que podemos nosotros mismos aprovechar. Los investigadores especulan que estos pueden desempeñar un rol en regiones como Japón con áreas forestales más extensas, que parecen tener tasas de mortalidad más bajas por cáncer de mama y de próstata. Se halló que estar en la naturaleza es una “estrategia importante de adaptación en pacientes con cáncer”. Resulta ser que esto puede potencialmente ayudar más que con solo la adaptación gracias a la fragancia de los árboles.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

Introducción: El término “baños de naturaleza” fue acuñado en Japón en los años 80. Desde entonces hemos aprendido sus beneficios, más allá del simple ejercicio. En este video analizo algunos de ellos y si es necesario estar en contacto con la naturaleza para experimentarlos.

En otras ocasiones hemos visto cómo el contacto con la naturaleza reporta beneficios psicológicos desde un punto de vista subjetivo pero hasta ahora había pocos datos objetivos sobre estos beneficios; así que me alegró ver un trabajo sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva de individuos que se dan “baños de naturaleza”, lo que significa simplemente visitar un bosque y rodearse de árboles.

Se considera que el nivel de cortisol en la saliva es un indicador del nivel de estrés y tras caminar por el bosque, comparado con caminar por la ciudad, o incluso al pasar tiempo en un bosque comparado con una ciudad, el nivel de cortisol en la saliva desciende considerablemente. Pero eso no es todo: el mismo efecto se podía apreciar antes de ir al bosque. ¡¿Cómo?! Pues sí, los baños de naturaleza se asocian con un nivel considerablemente menor de cortisol en la saliva tanto antes como después de la visita, comparado con visitas a zonas urbanas. 

Así que, parece ser que solo pensar en ir a pasar el día en el bosque alivia el estrés. Por tanto, cuando comparamos los efectos de baños de naturaleza con visitas a ciudades, el efecto placebo anticipatorio puede ser aún más importante para modificar los niveles de estrés que la experiencia misma de estar en el bosque. Así que, ya estaba yo a punto de descartar todo esto como un nebuloso efecto psicológico hasta que leí lo siguiente: estudios sobre los efectos de los baños de naturaleza en la función inmunológica demuestran que las visitas al bosque pueden inducir un aumento significativo en el número y actividad de células asesinas naturales, una de las formas en las que nuestro cuerpo lucha contra el cáncer. Eso sí que me llamó la atención.

Todo comenzó con un estudio en el que doce hombres caminaron por unos bosques un fin de semana y la mayoría de ellos (11 de los 12) mostraron tener un aumento de células asesinas naturales tras esta excursión, y no solo un poco, sino un aumento de aproximadamente un 50 por ciento. Se sabe que el ejercicio por sí solo puede afectar la función inmunitaria, pero estas personas no caminaban más de lo normal, simplemente caminaban lo mismo pero en el bosque. Ah, pero también había el hecho de que habían ido de excursión, lo cual introduce otras variables. ¿No convendría aleatorizarlos para que unos fueran de excursión a una ciudad y otros fueran de excursión a un bosque? Y si el bosque tiene el mencionado efecto en la salud , ¿cuánto dura este efecto? ¿Es preciso caminar por el bosque cada día? Antes de contestar a esas preguntas, veamos primero si las mujeres reciben el mismo beneficio.

Este otro estudio es muy parecido y tiene los mismos resultados: un aumento importante en la actividad de células asesinas naturales tras caminar por el bosque. Y esta vez volvieron a hacer las pruebas una semana después y comprobaron que seguían elevadas, aunque después de un mes habían vuelto a bajar. Pero bueno, una vez a la semana no está mal, aunque esta fue una excursión de varios días. ¿Quién tiene tiempo para pasear por el bosque todos los fines de semana? ¿Y si fuera una excursión más breve, de un solo día? El título lo dice todo: ¡El mismo resultado! El mismo claro aumento medido el día después de la excursión comparando las medidas iniciales y con la misma durabilidad. La actividad de células asesinas naturales seguía elevada una semana después. Esto nos indica que si hacemos una visita a un bosque de las afueras de un solo día cada semana, podremos mantener este aumento de inmunidad contra el cáncer.

Está bien, pero sigo sin estar convencido. ¿Cómo se le puede atribuir el beneficio al bosque cuando solo tenemos los datos de antes y después de estar allí? Para argumentar que la naturaleza es la causante del beneficio, haría falta un grupo de control que hiciera una excursión similar pero que fuera a un lugar diferente. Y… aquí está. Resulta que el visitar un bosque, pero no una ciudad, aumenta la actividad de células asesinas naturales. He aquí los datos del bosque, iguales a los de antes, pero nada en una excursión en la que se camina por la ciudad. Al terminar la excursión por el bosque, un 80% de los sujetos experimentaron el aumento, comparado con solo uno de cada 10 de los que caminaron por la ciudad.

Ambas excursiones comparadas tenían la misma actividad física, alcohol, horas de sueño y otras variables que afectan la función inmunológica. Así que ahí está. Tenemos confirmación de un aumento de inmunidad, pero solo en la excursión por el bosque, “lo que indica que los baños de naturaleza sí que incrementan la actividad [de células asesinas naturales]”. Lo que es más, se halló que este aumento de actividad dura hasta 30 días después de la excursión. ¡Ahí lo tienes! Igual de alto hasta una semana después y todavía un poco alto un mes después. “Esto sugiere que si se visita un bosque una vez al mes, se puede mantener el aumento de actividad [de células asesinas naturales]”.

Bien, pues, ahora que sabemos que el efecto es real, la siguiente pregunta es ¿por qué? ¿Qué tienen los bosques que producen este aumento? Y (las farmacéuticas estarán pensando: ¿se podría hacer una pastilla con eso? Enseguida lo averiguaremos.

Estudios sobre los efectos de los “baños de naturaleza”, una práctica tradicional en Japón, cuando se visita un bosque y se respira su aire, hallaron que “pueden inducir… aumentos significativos en el número y actividad de las células asesinas naturales” que pueden durar hasta un mes. Y como esas células asesinas naturales son una forma en que tu cuerpo ataca el cáncer, al matar células tumorales, los hallazgos sugieren que las visitas a los bosques “pueden tener un efecto preventivo sobre la generación y progresión del cáncer”. Bien, pero ¿cómo? “¿Por qué el ambiente del bosque aumenta… la actividad de la célula asesina natural?” ¿Qué sucede con el ambiente del bosque?

Una creencia es que, el estímulo puede relacionarse con una reducción del estrés. Si mides la cantidad de adrenalina en los organismos de la gente, ¿andar por el bosque, pero no en ciudad, disminuye los niveles de adrenalina? Sí, así que eso se cumple, pero gotea adrenalina en células sanguíneas humanas en una placa de Petri y ahí no parece tener ningún efecto. Por otro lado, la hormona del estrés, el cortisol, inhibe radicalmente la actividad de la célula asesina natural. Así que tal vez el bosque conlleva a menos estrés, menos cortisol, que liberó a las células asesinas bajo su presión ¿y obtienes ese gran estímulo?

Sabemos que rodearse de naturaleza puede reducir los niveles de cortisol en la saliva, y ¿nuestro torrente sanguíneo? Una reducción significativa en un solo día de ir al bosque. Pero en una semana el cortisol se estaba normalizando y los efectos del bosque algunas veces parecieron durar todo un mes. ¿Hay algo más que pueda causar un cambio a largo plazo del sistema inmune?

Tal vez nos hemos perdido a algunos de nuestros “viejos amigos”. Si examinas el aire externo, se detecta una abundancia de microorganismos flotando alrededor del suelo o el agua, ausentes del aire en el interior (dominado por organismos en nosotros o que tratan de atacarnos). Así que tal vez día a día, en términos de tener en alerta a nuestro sistema inmune, tal vez no sea suficiente exponerse solo a microbios predispuestos del ambiente interior sintético moderno al que le faltan algunos de nuestros viejos amigos y posiblemente se asemejan muy poco a los microbios con los que evolucionamos para vivir millones de años.

O tal vez son las mismas plantas. Tal vez sea el aroma del bosque. Los árboles producen compuestos aromáticos volátiles o fitoncidas como pineno, el cual respiras y llega a tus pulmones en el bosque. Pero ¿llegan estos compuestos a tu torrente sanguíneo? Una hora en el bosque y hay un aumento como de 6 veces de los niveles circulantes de pineno por todo tu organismo. Bien, pero para la conexión completa, las fitoncidas como el pineno, estos aceites esenciales de árbol tendrían entonces que inducir la actividad de las células asesinas naturales humanas. Y… ¿adivina qué? Las fitoncidas inducen la actividad de las células asesinas naturales humanas. Si depositas células asesinas naturales en una placa de Petri, con algunas desprevenidas células de leucemia, tus asesinas pueden eliminar algunas de las cancerosas, pero añade olor a ciprés, cedro blanco, eucalipto o pino y las células cancerosas no pueden sobrevivir. 

Una combinación de aromas a madera mejora la recuperación de las ratas que sufren bajo experimentación, pero este es el estudio que buscaba. Si queremos saber si el ingrediente mágico es la fragancia del bosque, veamos si podemos tener el mismo estímulo de actividad de las células asesinas con solo vaporizar un poco de aceite esencial de uno de los árboles toda una noche en un cuarto de hotel. ¡Y funcionó! Un aumento significativo de actividad de células asesinas naturales, aunque solo su actividad y no su número y estar en el bosque real puede aumentar ambas. Así ¿tal vez sea combinación de la fragancia de árboles y los niveles de cortisol actuando juntos?

Irónico que los compuestos de fitoncidas sean parte del sistema inmune de los árboles que podemos nosotros mismos aprovechar. Los investigadores especulan que estos pueden desempeñar un rol en regiones como Japón con áreas forestales más extensas, que parecen tener tasas de mortalidad más bajas por cáncer de mama y de próstata. Se halló que estar en la naturaleza es una “estrategia importante de adaptación en pacientes con cáncer”. Resulta ser que esto puede potencialmente ayudar más que con solo la adaptación gracias a la fragancia de los árboles.

Producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

Nota del Doctor

El video del que hablo es ¿Es bueno para la salud el pasar tiempo en la naturaleza?

Mantente atento para el siguiente video: ¿Por qué pasar tiempo en la naturaleza potencia la función de los linfocitos citolíticos naturales?

Para mejorar la función inmunitaria de otras formas puedes ver:

Para saber más sobre aromaterapia, ve:

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Los videos fueron publicados originalmente el 13 y 18 de enero de 2021.

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