¿Qué estudios tenemos sobre la marihuana?

Image Credit: Pixabay. Esta imagen ha sido modificada

¿Qué conclusiones podemos encontrar en el informe de 468 páginas sobre el cannabis emitido por las National Academies of Sciences

Cuando algunas personas, no muy bien informadas, supieron que se inauguraba un nuevo centro médico basado en plantas, pensaron en una planta en particular. A lo largo de los años he recibido muchas preguntas sobre el cannabis y creo que ya es hora de aclarar la situación. No quería hacerlo a medias, quedar como un burro y que todo acabase en humo. Este es un asunto candente sobre una industria en crecimiento. Con tantos rumores y juegos de humo y espejos, la ciencia puede salir mal parada. ¿Existen efectos graves crónicos? ¿Quizá un traumatismo contundente por conducir bajo la influencia? Quería ser enrollado y documentarme sin sombra de duda. Y ha sido todo un viaje. De hecho, se han publicado 420 artículos ¡en tan solo unos meses! 

Mi video Informe del Instituto de Medicina sobre los efectos de la marihuana para la salud profundiza en el análisis que todo el mundo estaba esperando: “el estado actual de la evidencia” del 2017 del Instituto de Medicina estadounidense, que se “encargó de un análisis exhaustivo sobre… los efectos en la salud del consumo de cannabis y productos derivados.” Los autores empezaron con 24 000 fuentes, que se quedaron en unas 10 000, con las que acabaron produciendo un documento de 468 páginas. ¿Y qué descubrieron? 

Creo que se podría resumir en que encontraron que los supuestos beneficios son mucho más pequeños y débiles de lo que se suele indicar, pero también lo son los supuestos riesgos. Eso supone buenas noticias para aquellos que se limitan a un consumo recreativo, la mayoría de los cuales solo están preocupados por no tener cáncer, pero malas noticias para el paciente que quiere que realmente le ayude con el cáncer que padece. Sí encontraron “pruebas sustanciales” de algunos beneficios, pero eran solo tres: el tratamiento de dolor crónico en adultos y de náuseas y vómitos producidos por la quimioterapia y el alivio de rigidez muscular autodiagnosticada en pacientes con esclerosis múltiple. Ni siquiera indicaciones terapéuticas típicas de la marihuana, como el glaucoma, cumplían las expectativas. 

“A pesar de la creencia popular, investigaciones extensas, a lo largo de décadas, han documentado que la marihuana no es efectiva en el tratamiento del glaucoma clínico,” a una enfermedad en la que se experimenta una mayor presión en el globo ocular. La marihuana reduce la presión, pero solo por una hora, más o menos, así que tendrías que fumar unos doce porros al día. E incluso si fumases esos miles de porros al año, el cuerpo se acostumbra, por lo que el pequeño beneficio que existe desaparece en unos meses en la mayoría de los pacientes. 

Por otro lado, es notorio que en esta lista de efectos secundarios adversos a largo plazo en grandes consumidores de marihuana (que puedes ver en el punto temporal 2:42 de mi video), falta una mención a enfermedades pulmonares obstructivas crónicas como el enfisema, que puede derivarse de fumar tabaco. Igualmente, no parece que fumar marihuana aumente el riesgo de cánceres del sistema respiratorio, como el cáncer de pulmón o de cabeza y cuello, aunque el cannabis podría aumentar el riesgo de padecer cáncer testicular. Hasta la fecha se han realizado tres estudios sobre el consumo de marihuana y el cáncer de testículos. Como se puede ver en el punto 3:10 de mi video, es posible que la marihuana aumente el riesgo de padecerlo en un 50 %, pero parece que solo para aquellos que fuman una vez a la semana o más o durante diez o más años. 

En general, ¿cuáles son las conclusiones que el Instituto de Medicina expone en su informe de 468 páginas? ¿Los autores estaban a favor o en contra de la legalización? Básicamente concluyeron que no hay suficiente investigación, y que “los pacientes, sanitarios y legisladores no disponen de las pruebas que necesitan para tomar decisiones acertadas sobre el consumo de cannabis y cannabinoides” en uno u otro sentido. Indican incluso que “esta falta de información basada en pruebas… supone un peligro para la salud pública.” 

Algo en lo que todos, en ambos bandos, “pueden estar de acuerdo es la necesidad de una investigación clínica definitiva sobre la marihuana” porque, si no, nos quedamos con “anécdotas, blogs de internet y anuncios [que] no proporcionan una base sólida para evaluar la seguridad y la eficacia de agentes farmacológicos.”  

“Como el cannabis es una planta natural y no se puede patentar”, la industria farmacéutica está desaparecida. Lo que necesitamos son ensayos clínicos a gran escala. Hasta entonces, “vamos a seguir rascándonos la cabeza” pero ¿de dónde vendrá la financiación? “Las compañías farmacéuticas tienen un interés escaso en la planta” porque ¿dónde está el negocio? 

Sin embargo, las grandes farmacéuticas están interesadas en un “enfoque razonado”. El profesor de farmacología Harold Kalant Indicó que “el desarrollo de nuevos moduladores endocannabinoides” (en forma de una lucrativa píldora) “convertirá el consumo de la hierba de cannabis en algo del pasado.” 

¿Por qué hay tanta “escasez de investigación rigurosa sobre los efectos de la marihuana”? El primer estudio importante no se publicó hasta 2007. “¿Por qué llevó tanto tiempo que apareciese literatura científica revisada por pares? ¿Por qué la industria farmacéutica no ha mostrado ningún interés en este compuesto tan prometedor? Algunos igual prefieren una respuesta simple: como la marihuana es un botánico natural” (como es una simple planta) “no se puede patentar, y esto elimina cualquier incentivo para invertir… fondos empresariales…”. Sí, pero es más complicado que eso, como comento en mi video Investigación sobre los efectos de la marihuana para la salud

De hecho, hay financiación disponible para la investigación “111 millones de dólares… solo en 2015”, por ejemplo, pero a lo largo de la historia “el dinero generalmente ha  estado disponible solo para investigar los efectos negativos del cannabis”. En los Estados Unidos, este todavía entra oficialmente dentro de la misma categoría que la heroína, en la lista Schedule I, lo que significa que, por definición, el gobierno la clasifica como compuesto sin ningún valor medicinal. “Como consecuencia de esta designación la investigación científica prácticamente se ha detenido”, especialmente porque la única forma en la que los investigadores podrían obtener cannabis sin arriesgarse a ir a la cárcel es de la única fuente autorizada a escala federal, una cepa que se cultiva en Misisipi y está controlada por el National Institute on Drug Abuse (NIDA), el Instituto nacional sobre abuso de drogas estadounidense. Lo que es más, a lo largo de la historia, el NIDA solo le ha dado luz verde a la investigación cuyo objetivo era demostrar “efectos nocivos”. 

“Residentes de 23 estados pueden comprar marihuana con fines médicos… pero los científicos estadounidenses tienen que navegar entre un complejo papeleo para conseguir estudiar la droga”. E incluso cuando lo logran, puede que no sea la droga correcta. El cannabis de esa única plantación de Misisipi autorizada a escala federal “‘puede presentar diferencias considerables’ con respecto a lo que la gente compra en el mundo real para su consumo”, es decir, que puede que esto no sea lo que la gente consume hoy en día. Como resultado, los estudios que se publican pueden estar analizando la hierba de tu abuela, por ejemplo, “con una potencia de entre 3,5 y 7,0 % THC”, mientras que la marihuana disponible estos días puede ser diez veces más potente.  

Así que tenemos esta situación ilógica en la que “el cannabis que se debería estudiar… es ilegal y el cannabis que se puede estudiar legalmente (la cepa de Misisipi, de hace décadas) básicamente queda fuera del alcance”. Por esta razón, “médicos poco informados solo pueden recurrir a testimonios de anécdotas e informes de casos (las pruebas menos rigurosas) para guiarse cuando emiten una receta”. Basar un tratamiento en historias de internet no es buena medicina. 

“Mientras la investigación clínica sobre el cannabis esté controlada por reguladores que de forma explícita están en contra” de la droga, podemos estar perdiéndonos beneficios potenciales, pero eso no es una excusa. Solo porque haya barreras políticas para la investigación no  deberíamos bajar el listón de nuestra exigencia de pruebas. “Los enfermos siguen necesitando tratamientos médicos fiables”. 

Claro está, ahora viene presión de ambos lados. La industria de la marihuana se ha convertido en un gran negocio y, con sus miles de millones, puede atraer a un ejército. “Los investigadores sobre el cannabis ya cuentan que grupos procannabis los bombardean con mensajes de correo electrónico si hacen algún comentario negativo sobre la droga. ‘La investigación sobre la marihuana es como la del tabaco de los años 60’”, dice un investigador de la Universidad de Colorado. Así que ahora se teme que el señor don Dinero empuje demasiado el péndulo para el otro lado.  

Aunque las barreras van más allá del dinero, la política y los prejuicios. Investigar sobre el cannabis es difícil. ¿Cómo haces un estudio doble-ciego con marihuana? La gente sabe cuándo les estás metiendo un porro de placebo y pueden distinguir brownies normales de los que tienen hierba. Y si sabes que te están dando la droga activa, el efecto placebo puede ser potente, sobre todo cuando estás tratando con resultados subjetivos como el dolor o el estado de ánimo. 

E imagina que estás intentando hacer un estudio poblacional sobre los efectos en la memoria o las habilidades cognitivas y tienes que pedirles a grandes fumadores de hierba que intenten recordar cuánto han fumado a lo largo de su vida. Puedes imaginarte que eso puede ser “ejercer influencia en la precisión de los datos”. 

Deja que te dé un ejemplo de lo enrevesado que esto puede llegar a ser. Los exámenes neurosicológicos de consumidores de cannabis han detectado efectos negativos residuales en resultados un poco más bajos en pruebas de memoria, pero ¿cómo sabemos que eso no fue simplemente por motivación (o falta de motivación), más que un problema cognitivo real? Eso nunca se puso a prueba hasta que unos investigadores les dieron a unos fumadores de marihuana un test de aprendizaje estándar con la instrucción: “Complete la siguiente serie de tareas, que miden diferentes áreas de cognición, como la memoria y la atención”. Con ese discurso estándar, los fumadores de hierba consiguieron resultados significativamente peores que los que no consumían, como se puede ver en el punto 4:35 de mi video. Vale, pero ¿y si los participantes en el estudio recibieran ese discurso y además les dijesen “Es importante que intente hacerlo lo mejor posible en estas tareas, porque esta investigación se usará para apoyar la legislación sobre la marihuana”? Así uno podría pensar que, si los resultados son buenos, ¡la marihuana podría legalizarse, o algo así! Y, bajo esas circunstancias, BUM: los trastornos cognitivos aparentes desaparecen, como se puede ver en el punto 4:57 de mi video.  

Podría argumentarse que la falta de motivación es un problema en sí mismo, pero es mejor que tener daño cerebral a largo plazo. 

CONCLUSIONES PRINCIPALES

  • Después de realizar un análisis exhaustivo de los efectos del cannabis en la salud, el Instituto de Medicina estadounidense emitió un informe de 468 páginas.
  • En resumen, los investigadores descubrieron menos beneficios de los que se suelen alegar, pero también menos riesgos.
  • Se encontraron pruebas sustanciales para los tratamientos de dolor crónico en adultos y náuseas y vómitos producidos por la quimioterapia, así como para el alivio de la rigidez muscular autodiagnosticada en individuos con esclerosis múltiple, pero no para el tratamiento de glaucoma, a pesar de la creencia popular.
  • Fumar marihuana con mucha frecuencia o durante mucho tiempo no parece tener los mismos efectos secundarios adversos que fumar tabaco (enfermedades pulmonares obstructivas crónicas como el enfisema) y fumar cannabis no parece aumentar el riesgo de padecer un cáncer del sistema respiratorio, aunque parece que sí puede aumentar el riesgo de padecer cáncer testicular.
  • En general, el Instituto de Medicina determinó que falta información basada en pruebas, lo cual supone un peligro para la salud pública.
  • Una razón por la que el cannabis no se estudia suficientemente es porque es una planta natural que no puede patentarse, así que las compañías farmacéuticas no tienen mucho interés en invertir en investigaciones sobre sus efectos. Lo que es más, la mayoría de las investigaciones se han centrado en sus efectos negativos.

Si quieres aprender sobre los efectos de la marihuana en la salud, no te pierdas mis videos:

Un saludo,

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