¿Por qué se gana peso en el otoño?

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Una lista de “recomendaciones específicas para la prevención de la obesidad mediante la mejora de la salud del sistema circadiano”.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández y Catalina Walsh voluntarios activos en NutritionFacts.org.

SAD no solo son las siglas en inglés de la dieta estadounidense estándar (standard American diet), existe una condición conocida como el trastorno afectivo estacional (seasonal affective disorder) que se caracteriza por un aumento en el apetito y los antojos, junto con un aumento en la somnolencia y el letargo que comienza en el otoño, cuando nuestra exposición a la luz comienza a disminuir. Actualmente, esto parece solo representar el extremo remoto de un espectro normal del comportamiento humano. Todos comemos más a medida que los días se acortan. Existe un “ritmo estacional marcado” de consumo calórico que se refleja en porciones más grandes, más frecuentes, con un mayor apetito y un consumo general de calorías durante el otoño.

En preparación para el invierno, algunos animales hibernan, duplicando sus reservas de grasa con la abundancia del otoño para hacer frente a la subsiguiente escasez del invierno. En los humanos, se han identificado genes similares a los de la hibernación, lo que podría ayudar a explicar por qué exhibimos algunos de los mismos comportamientos. El efecto del otoño no es sutil. Investigadores calcularon una diferencia de consumo de 222 calorías entre el otoño y la primavera. Y esto no es solo porque hace más frío, ya que consumimos más en el otoño que en el invierno. Al parecer, estamos programados genéticamente para prepararnos a una privación invernal que ya no existe.

Es asombroso que en esta época moderna de iluminación y calefacción, nuestros cuerpos aún capten las señales ambientales del cambio de estación lo suficiente como para influir, de una forma tan importante, nuestros patrones alimenticios. No es de extrañar que la terapia de luz brillante se utilice para tratar el trastorno afectivo estacional, casi triplicando la probabilidad de remisión en comparación con un placebo. Aunque nunca se ha probado directamente, no es mala idea sacar al perro a pasear más durante las mañanas de otoño para quizás así ayudar a esquivar un poco nuestro aumento de peso durante la próxima temporada festiva.

Es curioso que la gente culpa a las fiestas por comer en exceso, pero es posible que en vez de que las fiestas sean la razón por la que comemos más, el mayor consumo alimenticio que viene con el otoño haya llevado a programar las fiestas justo en estas fechas. 

De todas formas … estas son otras “recomendaciones específicas para la prevención de la obesidad mediante una mejora en la salud del sistema circadiano” basadas en diversos grados de evidencia que incluyen dormir durante la noche y estar activo durante el día. Duerme lo suficiente, al menos 7 u 8 horas por noche. Acuéstate temprano y levántate temprano. Las siestas cortas están bien. Contrariamente a la creencia popular, una siesta durante el día no parece tener un impacto adverso en el sueño nocturno. Cuando sea posible, evita la exposición a luz brillante por la noche y duerme en oscuridad total. Haz del desayuno o el almuerzo tu comida más importante del día, no comas ni hagas ejercicio justo antes de acostarte y evita comer por completo durante la noche.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: Chris Lawton vía unsplash. La imagen ha sido modificada.

Video producción de Glass Entertainment.

Gráficos de Avocado Video.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández y Catalina Walsh voluntarios activos en NutritionFacts.org.

SAD no solo son las siglas en inglés de la dieta estadounidense estándar (standard American diet), existe una condición conocida como el trastorno afectivo estacional (seasonal affective disorder) que se caracteriza por un aumento en el apetito y los antojos, junto con un aumento en la somnolencia y el letargo que comienza en el otoño, cuando nuestra exposición a la luz comienza a disminuir. Actualmente, esto parece solo representar el extremo remoto de un espectro normal del comportamiento humano. Todos comemos más a medida que los días se acortan. Existe un “ritmo estacional marcado” de consumo calórico que se refleja en porciones más grandes, más frecuentes, con un mayor apetito y un consumo general de calorías durante el otoño.

En preparación para el invierno, algunos animales hibernan, duplicando sus reservas de grasa con la abundancia del otoño para hacer frente a la subsiguiente escasez del invierno. En los humanos, se han identificado genes similares a los de la hibernación, lo que podría ayudar a explicar por qué exhibimos algunos de los mismos comportamientos. El efecto del otoño no es sutil. Investigadores calcularon una diferencia de consumo de 222 calorías entre el otoño y la primavera. Y esto no es solo porque hace más frío, ya que consumimos más en el otoño que en el invierno. Al parecer, estamos programados genéticamente para prepararnos a una privación invernal que ya no existe.

Es asombroso que en esta época moderna de iluminación y calefacción, nuestros cuerpos aún capten las señales ambientales del cambio de estación lo suficiente como para influir, de una forma tan importante, nuestros patrones alimenticios. No es de extrañar que la terapia de luz brillante se utilice para tratar el trastorno afectivo estacional, casi triplicando la probabilidad de remisión en comparación con un placebo. Aunque nunca se ha probado directamente, no es mala idea sacar al perro a pasear más durante las mañanas de otoño para quizás así ayudar a esquivar un poco nuestro aumento de peso durante la próxima temporada festiva.

Es curioso que la gente culpa a las fiestas por comer en exceso, pero es posible que en vez de que las fiestas sean la razón por la que comemos más, el mayor consumo alimenticio que viene con el otoño haya llevado a programar las fiestas justo en estas fechas. 

De todas formas … estas son otras “recomendaciones específicas para la prevención de la obesidad mediante una mejora en la salud del sistema circadiano” basadas en diversos grados de evidencia que incluyen dormir durante la noche y estar activo durante el día. Duerme lo suficiente, al menos 7 u 8 horas por noche. Acuéstate temprano y levántate temprano. Las siestas cortas están bien. Contrariamente a la creencia popular, una siesta durante el día no parece tener un impacto adverso en el sueño nocturno. Cuando sea posible, evita la exposición a luz brillante por la noche y duerme en oscuridad total. Haz del desayuno o el almuerzo tu comida más importante del día, no comas ni hagas ejercicio justo antes de acostarte y evita comer por completo durante la noche.

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Créditos de la imagen: Chris Lawton vía unsplash. La imagen ha sido modificada.

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