El ayuno para tratar la depresión

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La restricción calórica puede aumentar los niveles del factor neurótrofo derivado del cerebro, que podría desempeñar un papel clave en los trastornos del estado de ánimo.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Desde hace más de un siglo, se considera el ayuno como un tratamiento que podría ser de “gran utilidad en la preservación de la salud”, especialmente para rejuvenecer el cuerpo, pero sobre todo para la mente. Sin embargo, cuando alguien ayuna, aunque sea solo durante 18 horas, se vuelve irritable. Uno o dos días después, el estado de ánimo positivo disminuye y el negativo aumenta. A las 72 horas, puede sentirse triste, culpable y perder la libido, pero justo ahí es cuando ocurre lo más extraño. Después de unos días, se experimenta una “mejora del estado de ánimo inducida por el ayuno… disminución de la ansiedad, depresión y fatiga, y mejora de la líbido”, que es lo que los estudios suelen mostrar en todos los ámbitos. Una vez superada la fase inicial, es frecuente que quienes ayunan sientan “una mejora en la concentración y… en el estado de ánimo, una sensación subjetiva de bienestar y, a veces, [incluso] euforia”. Y no es de extrañar, ya que para entonces los niveles de endorfinas pueden dispararse casi un 50 %.

Esta mejora del estado de ánimo, el estado de alerta y la calma tienen un cierto sentido evolutivo. Sí, tu cuerpo quiere que te sientas mal al principio, así que continúas comiendo día tras día cuando hay comida disponible. Pero si pasas un par de días sin comer, tu cuerpo se da cuenta de que no puede dejarte en la cueva desfallecido y que necesitas motivación para salir y encontrar comida.

Entonces, ¿se puede usar el ayuno para trastornos del estado de ánimo como la depresión? Sí, poder hacer que las personas se sientan mejor después de unos días de ayuno es genial, pero la pregunta fundamental gira en torno a “la persistencia de la mejora del estado de ánimo” cuando vuelven a comer. No lo sabremos, hasta que lo probemos. Curiosamente, la poca evidencia publicada que tenemos proviene de Japón y la antigua Unión Soviética, y hay partes que son absurdas. Como este estudio, en el que se incluyó a mujeres con una variedad de síntomas, de los cuales los investigadores culparon principalmente al conflicto matrimonial. Oh, ¿tu pareja no te trata bien? ¿Qué tal una pequeña terapia de electroshock? No pareció ayudar demasiado, así que, ¿y si probamos con la terapia del hambre? Por supuesto, el ayuno les abrió el apetito, pero para eso estaba Thorazine. Sigue recetando antipsicóticos para calmarlas y listo, pan comido.

¿Y qué es lo que pasó? ¿A quién le importa lo que pasó? ¿De qué nos sirven esos resultados? En este otro estudio se saltaron el Thorazine. Ayunaron durante diez días y también los mantuvieron todo el día en cama y completamente aislados, sin contacto con el mundo exterior. Por lo tanto, si los sujetos mejoraban o empeoraban, sería imposible determinar los efectos del componente del ayuno. Al parecer, sí que mejoraron, con una eficacia supuestamente demostrada en 31 de los 36 pacientes que padecían depresión. Concluyeron que la terapia de ayuno podía proporcionar una alternativa al uso de fármacos antidepresivos y la consideraron “una especie de terapia de choque”. La gente se sentía tan aliviada de volver a comer, de salir del confinamiento e incluso de levantarse de la cama, que afirmaba sentirse mejor. Eso fue en el momento del alta, ¿pero cómo se sintieron al día siguiente, a la semana siguiente o al mes siguiente? El ayuno es, por definición, insostenible, y lo que nos gustaría ver es algún tipo de efecto duradero.

Así que, los investigadores hicieron un seguimiento de unos pocos cientos de pacientes, no solo unos meses después, sino unos años después. De los 69 que sufrían depresión, el 90 % documentó sentirse bien o incluso genial a los 10 días de ayuno y, sorprendentemente, el 87 % de los 62 que respondieron afirmaron que, años después, seguían sintiéndose bien. Como no había un grupo de control, no sabemos si les habría ido tan bien o incluso mejor sin el ayuno. Además, eran autoinformes, por lo que tal vez hubo un sesgo de respuesta en el que intentaban complacer a los investigadores, o quizá temían que los enviaran de vuelta al agujero. No lo sabemos, lo que sí sabemos son los beneficios a corto plazo en el estado de ánimo. La pregunta es por qué.

Además del aumento de serotonina, la llamada hormona de la felicidad,  y de endorfinas cuando ayunas, hay un aumento en el FNDC (factor neurotrófico derivado del cerebro), que se considera que juega un papel crucial en los trastornos del estado de ánimo. Y no es solo porque con él se puede animar a los ratones. Las personas con depresión tienen niveles más bajos de FNDC en sangre. Las autopsias realizadas en personas que se han suicidado muestran cerca de la mitad del FNDC en ciertas regiones clave del cerebro en comparación con los controles, lo que sugiere que puede desempeñar un papel importante en la conducta suicida.

Los niveles de FNDC se pueden aumentar con antidepresivos y electrochoques, o con restricción calórica: al reducir la ingesta de calorías un 25 % durante tres meses, los niveles aumentaron un 70 %. ¿Pero hay algo que podamos añadir a la dieta para aumentar los niveles de FNDC y obtener los beneficios sin pasar hambre? Lo averiguaremos a continuación.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avo Media

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Desde hace más de un siglo, se considera el ayuno como un tratamiento que podría ser de “gran utilidad en la preservación de la salud”, especialmente para rejuvenecer el cuerpo, pero sobre todo para la mente. Sin embargo, cuando alguien ayuna, aunque sea solo durante 18 horas, se vuelve irritable. Uno o dos días después, el estado de ánimo positivo disminuye y el negativo aumenta. A las 72 horas, puede sentirse triste, culpable y perder la libido, pero justo ahí es cuando ocurre lo más extraño. Después de unos días, se experimenta una “mejora del estado de ánimo inducida por el ayuno… disminución de la ansiedad, depresión y fatiga, y mejora de la líbido”, que es lo que los estudios suelen mostrar en todos los ámbitos. Una vez superada la fase inicial, es frecuente que quienes ayunan sientan “una mejora en la concentración y… en el estado de ánimo, una sensación subjetiva de bienestar y, a veces, [incluso] euforia”. Y no es de extrañar, ya que para entonces los niveles de endorfinas pueden dispararse casi un 50 %.

Esta mejora del estado de ánimo, el estado de alerta y la calma tienen un cierto sentido evolutivo. Sí, tu cuerpo quiere que te sientas mal al principio, así que continúas comiendo día tras día cuando hay comida disponible. Pero si pasas un par de días sin comer, tu cuerpo se da cuenta de que no puede dejarte en la cueva desfallecido y que necesitas motivación para salir y encontrar comida.

Entonces, ¿se puede usar el ayuno para trastornos del estado de ánimo como la depresión? Sí, poder hacer que las personas se sientan mejor después de unos días de ayuno es genial, pero la pregunta fundamental gira en torno a “la persistencia de la mejora del estado de ánimo” cuando vuelven a comer. No lo sabremos, hasta que lo probemos. Curiosamente, la poca evidencia publicada que tenemos proviene de Japón y la antigua Unión Soviética, y hay partes que son absurdas. Como este estudio, en el que se incluyó a mujeres con una variedad de síntomas, de los cuales los investigadores culparon principalmente al conflicto matrimonial. Oh, ¿tu pareja no te trata bien? ¿Qué tal una pequeña terapia de electroshock? No pareció ayudar demasiado, así que, ¿y si probamos con la terapia del hambre? Por supuesto, el ayuno les abrió el apetito, pero para eso estaba Thorazine. Sigue recetando antipsicóticos para calmarlas y listo, pan comido.

¿Y qué es lo que pasó? ¿A quién le importa lo que pasó? ¿De qué nos sirven esos resultados? En este otro estudio se saltaron el Thorazine. Ayunaron durante diez días y también los mantuvieron todo el día en cama y completamente aislados, sin contacto con el mundo exterior. Por lo tanto, si los sujetos mejoraban o empeoraban, sería imposible determinar los efectos del componente del ayuno. Al parecer, sí que mejoraron, con una eficacia supuestamente demostrada en 31 de los 36 pacientes que padecían depresión. Concluyeron que la terapia de ayuno podía proporcionar una alternativa al uso de fármacos antidepresivos y la consideraron “una especie de terapia de choque”. La gente se sentía tan aliviada de volver a comer, de salir del confinamiento e incluso de levantarse de la cama, que afirmaba sentirse mejor. Eso fue en el momento del alta, ¿pero cómo se sintieron al día siguiente, a la semana siguiente o al mes siguiente? El ayuno es, por definición, insostenible, y lo que nos gustaría ver es algún tipo de efecto duradero.

Así que, los investigadores hicieron un seguimiento de unos pocos cientos de pacientes, no solo unos meses después, sino unos años después. De los 69 que sufrían depresión, el 90 % documentó sentirse bien o incluso genial a los 10 días de ayuno y, sorprendentemente, el 87 % de los 62 que respondieron afirmaron que, años después, seguían sintiéndose bien. Como no había un grupo de control, no sabemos si les habría ido tan bien o incluso mejor sin el ayuno. Además, eran autoinformes, por lo que tal vez hubo un sesgo de respuesta en el que intentaban complacer a los investigadores, o quizá temían que los enviaran de vuelta al agujero. No lo sabemos, lo que sí sabemos son los beneficios a corto plazo en el estado de ánimo. La pregunta es por qué.

Además del aumento de serotonina, la llamada hormona de la felicidad,  y de endorfinas cuando ayunas, hay un aumento en el FNDC (factor neurotrófico derivado del cerebro), que se considera que juega un papel crucial en los trastornos del estado de ánimo. Y no es solo porque con él se puede animar a los ratones. Las personas con depresión tienen niveles más bajos de FNDC en sangre. Las autopsias realizadas en personas que se han suicidado muestran cerca de la mitad del FNDC en ciertas regiones clave del cerebro en comparación con los controles, lo que sugiere que puede desempeñar un papel importante en la conducta suicida.

Los niveles de FNDC se pueden aumentar con antidepresivos y electrochoques, o con restricción calórica: al reducir la ingesta de calorías un 25 % durante tres meses, los niveles aumentaron un 70 %. ¿Pero hay algo que podamos añadir a la dieta para aumentar los niveles de FNDC y obtener los beneficios sin pasar hambre? Lo averiguaremos a continuación.

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