Maestros del artificio: cómo los medios de comunicación informan sobre la medicina

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Incluso aunque los reporteros hagan bien su trabajo, todavía corren el riesgo de engañar a sus lectores, debido a la manera que tienen de presentar las cosas en muchas revistas científicas.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, puedes ver el video más arriba.

En un estudio de los consejos sobre nutrición que suelen dar los periódicos en Reino Unido, se descubrió que “no existía una base científica creíble” para la mayoría de ellos. Porque claro, “está muy extendido el dar consejos nutricionales falsos, y esto podría contribuir a que el público se forme ideas equivocadas sobre la comida y la salud”, aunque puede que no sea solo el público. A los científicos les encanta pensar que no se ven influenciados por los medios de comunicación. Un estudio decidió poner esta creencia a prueba. The New York Times nos informa sobre investigaciones científicas todas las semanas, y los investigadores de este estudio descubrieron que los estudios que salen en el Times se citan mucho más en el New England Journal of Medicine. Así que parece que la prensa popular sí tiene un impacto considerable en la ciencia. Aunque tampoco conviene asumir tanto, ya que solo es una posible explicación. Quizá es más probable que, si un estudio es muy bueno, se hable de él en los medios de comunicación y también se cite más. Es posible que el Times solo estuviera compartiendo los estudios que le parecían importantes sin que eso tuviera ningún efecto sobre la frecuencia con la que se citarían en futuros estudios.

¿Cómo podríamos separar ambos acontecimientos? En 1978 hubo una huelga de tres meses en la que el Times continuó imprimiendo copias pero no podía vendérselas al público. La oportunidad perfecta para hacer un experimento. Los investigadores compararon la cantidad de citas de artículos publicados durante la huelga contra la cantidad de citas fuera del periodo de huelga para “descubrir si la publicidad en los medios populares amplía de verdad la transmisión de los descubrimientos científicos a la comunidad médica”. Si el periódico simplemente compartiese los artículos importantes, la huelga no debería tener ningún efecto en el impacto futuro de los estudios, pero se encontraron con todo lo contrario. En la gráfica del video se puede ver cómo los estudios que salían en el Times durante la huelga, cuando nadie podía leerlos, no parecían tener ningún impacto en la comunidad médica.

La siguiente pregunta sería si los medios están simplemente ampliando el alcance de la información médica a la comunidad científica o si también la distorsionan. “Los estudios sistemáticos sugieren que muchas historias sobre medicinas nuevas suelen exagerar sus beneficios, atenuar los riesgos y el coste, y no suelen revelar importantes vínculos financieros”. Además, “una cobertura mediática demasiado positiva sobre un medicamento podría venir de relaciones directas o indirectas entre periodistas y farmacéuticas”, es decir, un claro ejemplo de vínculos financieros entre los periodistas y las empresas farmacéuticas.

Los científicos y médicos suelen echarle la culpa a los medios de comunicación por no informar bien al público con su cobertura de la ciencia médica. De hecho, Willian Osler, un médico famoso, dijo: “No te creas nada de lo que leas en los periódicos… Si ves algo que tú consideras cierto, es momento de empezar a dudarlo también”. Sin embargo, la culpa viene de ambos lados. A veces, los periodistas solo tienen una o dos horas para escribir un artículo entero, por lo que podrían depender de las notas de prensa. No es nada difícil entender cómo podría haber sesgo en las notas de prensa de las farmacéuticas. Se supone que las notas de prensa de los propios científicos y sus instituciones deberían “presentar la información de manera imparcial, clara y directa”, ¿no? Unos investigadores decidieron ponerlo a prueba. Quizá los críticos le echen la culpa a los medios, pero ¿de dónde te crees que se sacan la información los medios de comunicación? “Sería de esperar” que las notas de prensa de los centros médicos académicos prestigiosos fueran “comedidas y realistas”, pero los investigadores descubrieron que tenían los mismos problemas: le quitaban importancia a los efectos secundarios, tenían conflictos de intereses y limitaciones, y “promovían investigaciones de una relevancia poco clara para la salud humana…”.

Por ejemplo, muchos “estudios de laboratorio o con animales.. señalaban de manera explícita su relevancia para la salud humana, pero el 90% ni siquiera consideraban cómo se podrían extrapolar los resultados para humanos”. Sin ir más lejos, “la publicación de un estudio sobre el uso de la ultrasonografía [ultrasonido] para reducir tumores en ratones, titulado ‘Unos investigadores estudian el uso del ultrasonido para el tratamiento del cáncer'”, se olvidó de añadir “para tu ratón”. “Para la investigación con animales, se estima que menos del 10% de las investigaciones consiguen reproducirse en el contexto clínico con humanos. Exagerar los resultados de estudios con no humanos [animales de laboratorio] como una promesa de cura puede confundir a los lectores y contribuir a la desilusión con la ciencia”.
Aunque es común echarle la culpa a los medios por estas exageraciones, la mayoría de las veces no se lo están inventando, sino que es lo que dicen las propias instituciones de investigación.

Los investigadores descubrieron que “la mayoría de las exageraciones que detectamos en el estudio… ya estaban en el texto de las notas de prensa de los académicos y sus establecimientos”. También pasa con las revistas científicas. A veces las notas de prensa de las revistas médicas hacen más mal que bien. Un análisis de las notas de prensa de algunas de las revistas médicas más prestigiosas mostró que cometen los mismos errores. Creo que la mayoría de personas no se dan cuenta de que estas revistas venden reimpresiones, copias de los artículos que imprimen pero con aspecto oficial, para las farmacéuticas entre otros. Estas reimpresiones pueden dar mucho dinero, ya que las farmacéuticas podrían comprar incluso un millón de copias de un artículo que consideran favorable. Pues sí, “suelen comprar reimpresiones de los estudios que ellas mismas han financiado. No es ninguna sorpresa el que solo lo hacen cuando los resultados son favorables para sus medicamentos y así poder utilizar las reimpresiones para hacer marketing”. A veces incluso prometen comprar un cierto número de reimpresiones si les aceptan un artículo, algo que “es básicamente un soborno…”. Un editor senior del prestigioso British Medical Journal se acuerda de cuando una mujer de una empresa de relaciones públicas lo llamó, le ofreció llevarlo a comer al restaurante que él quisiera, “y poco le faltó para decir que se acostaría conmigo si le publicábamos el artículo”. “Existe otro conflicto de intereses muy importante para los editores en la publicidad, que resulta una fuente de dinero crucial para muchas revistas. La mayoría de la publicidad es de las farmacéuticas”. Si no les gusta un estudio, pueden amenazar con dejar de publicitarse en la revista si este se publica. Esto podría hacer que los editores “se vean obligados a escoger entre no publicar un artículo o ver cómo su revista se muere”.

Incluso si, al escribir un artículo, los periodistas tienen tiempo para evitar las notas de prensa e ir a leer los estudios, estos podrían resultarles “incomprensibles; un completo sinsentido”. Incluso si entienden los estudios, los artículos científicos no son una simple retransmisión de los hechos. Los autores tienen numerosas oportunidades para darle la vuelta a sus informes científicos, es decir, distorsionar la interpretación de los resultados y confundir a los lectores, bien sea de manera inconsciente o con la intención clara de engañarles. Los investigadores analizaron ensayos aleatorizados controlados con resultados no significativos estadísticamente, como por ejemplo cuando se estudia un medicamento comparado con una pastilla de azúcar y la diferencia es fundamentalmente inexistente. ¿Crees que los investigadores dirían la verdad y explicarían que, a pesar del tiempo y el dinero invertidos, no obtuvieron los resultados que esperaban, o intentarían tergiversar la realidad? Mintieron en el 68% de los casos. Lo hicieron en el extracto, el resumen del artículo, que suele ser “la única parte del artículo que [la gente] se lee de verdad”. Al ver todo esto, es normal que los medios de comunicación de equivoquen. Esas exageraciones de los extractos se acaban exagerando en las notas de prensa, que luego se exageran en los medios de comunicación. “Por lo tanto, incluso si los periodistas utilizan la conclusión del extracto original con la mejor de las intenciones, todavía corren el riesgo de engañar a los lectores”. Los investigadores deberían tener mucho cuidado al presentar sus nuevos hallazgos y resaltar que son preliminares. “Pero seamos serios; el poder y los intereses personales” continuarán existiendo.

Creo que el mayor problema que tienen los medios al hablar de medicina es su manera de escoger qué historia contar. Por ejemplo, en 2003, SARS y el bioterrorismo mataron a menos de una docena de personas, pero generaron más de cien mil informes en los medios de comunicación. Esto es mucho más que la atención que se le da a los verdaderos problemas para nuestra salud. De hecho, “cuanto más común sea una causa de muerte, menos de habla de ellos en los medios de comunicación masivos”. La principal causa de muerte en los Estados Unidos y muchos otros países es la enfermedad cardiaca, una enfermedad que podemos prevenir, tratar e incluso curar gracias a los cambios en el estilo de vida. Eso sí debería estar en la portada de los periódicos y revistas.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.

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Imágenes gracias PDPics vía Pixabay

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, puedes ver el video más arriba.

En un estudio de los consejos sobre nutrición que suelen dar los periódicos en Reino Unido, se descubrió que “no existía una base científica creíble” para la mayoría de ellos. Porque claro, “está muy extendido el dar consejos nutricionales falsos, y esto podría contribuir a que el público se forme ideas equivocadas sobre la comida y la salud”, aunque puede que no sea solo el público. A los científicos les encanta pensar que no se ven influenciados por los medios de comunicación. Un estudio decidió poner esta creencia a prueba. The New York Times nos informa sobre investigaciones científicas todas las semanas, y los investigadores de este estudio descubrieron que los estudios que salen en el Times se citan mucho más en el New England Journal of Medicine. Así que parece que la prensa popular sí tiene un impacto considerable en la ciencia. Aunque tampoco conviene asumir tanto, ya que solo es una posible explicación. Quizá es más probable que, si un estudio es muy bueno, se hable de él en los medios de comunicación y también se cite más. Es posible que el Times solo estuviera compartiendo los estudios que le parecían importantes sin que eso tuviera ningún efecto sobre la frecuencia con la que se citarían en futuros estudios.

¿Cómo podríamos separar ambos acontecimientos? En 1978 hubo una huelga de tres meses en la que el Times continuó imprimiendo copias pero no podía vendérselas al público. La oportunidad perfecta para hacer un experimento. Los investigadores compararon la cantidad de citas de artículos publicados durante la huelga contra la cantidad de citas fuera del periodo de huelga para “descubrir si la publicidad en los medios populares amplía de verdad la transmisión de los descubrimientos científicos a la comunidad médica”. Si el periódico simplemente compartiese los artículos importantes, la huelga no debería tener ningún efecto en el impacto futuro de los estudios, pero se encontraron con todo lo contrario. En la gráfica del video se puede ver cómo los estudios que salían en el Times durante la huelga, cuando nadie podía leerlos, no parecían tener ningún impacto en la comunidad médica.

La siguiente pregunta sería si los medios están simplemente ampliando el alcance de la información médica a la comunidad científica o si también la distorsionan. “Los estudios sistemáticos sugieren que muchas historias sobre medicinas nuevas suelen exagerar sus beneficios, atenuar los riesgos y el coste, y no suelen revelar importantes vínculos financieros”. Además, “una cobertura mediática demasiado positiva sobre un medicamento podría venir de relaciones directas o indirectas entre periodistas y farmacéuticas”, es decir, un claro ejemplo de vínculos financieros entre los periodistas y las empresas farmacéuticas.

Los científicos y médicos suelen echarle la culpa a los medios de comunicación por no informar bien al público con su cobertura de la ciencia médica. De hecho, Willian Osler, un médico famoso, dijo: “No te creas nada de lo que leas en los periódicos… Si ves algo que tú consideras cierto, es momento de empezar a dudarlo también”. Sin embargo, la culpa viene de ambos lados. A veces, los periodistas solo tienen una o dos horas para escribir un artículo entero, por lo que podrían depender de las notas de prensa. No es nada difícil entender cómo podría haber sesgo en las notas de prensa de las farmacéuticas. Se supone que las notas de prensa de los propios científicos y sus instituciones deberían “presentar la información de manera imparcial, clara y directa”, ¿no? Unos investigadores decidieron ponerlo a prueba. Quizá los críticos le echen la culpa a los medios, pero ¿de dónde te crees que se sacan la información los medios de comunicación? “Sería de esperar” que las notas de prensa de los centros médicos académicos prestigiosos fueran “comedidas y realistas”, pero los investigadores descubrieron que tenían los mismos problemas: le quitaban importancia a los efectos secundarios, tenían conflictos de intereses y limitaciones, y “promovían investigaciones de una relevancia poco clara para la salud humana…”.

Por ejemplo, muchos “estudios de laboratorio o con animales.. señalaban de manera explícita su relevancia para la salud humana, pero el 90% ni siquiera consideraban cómo se podrían extrapolar los resultados para humanos”. Sin ir más lejos, “la publicación de un estudio sobre el uso de la ultrasonografía [ultrasonido] para reducir tumores en ratones, titulado ‘Unos investigadores estudian el uso del ultrasonido para el tratamiento del cáncer'”, se olvidó de añadir “para tu ratón”. “Para la investigación con animales, se estima que menos del 10% de las investigaciones consiguen reproducirse en el contexto clínico con humanos. Exagerar los resultados de estudios con no humanos [animales de laboratorio] como una promesa de cura puede confundir a los lectores y contribuir a la desilusión con la ciencia”.
Aunque es común echarle la culpa a los medios por estas exageraciones, la mayoría de las veces no se lo están inventando, sino que es lo que dicen las propias instituciones de investigación.

Los investigadores descubrieron que “la mayoría de las exageraciones que detectamos en el estudio… ya estaban en el texto de las notas de prensa de los académicos y sus establecimientos”. También pasa con las revistas científicas. A veces las notas de prensa de las revistas médicas hacen más mal que bien. Un análisis de las notas de prensa de algunas de las revistas médicas más prestigiosas mostró que cometen los mismos errores. Creo que la mayoría de personas no se dan cuenta de que estas revistas venden reimpresiones, copias de los artículos que imprimen pero con aspecto oficial, para las farmacéuticas entre otros. Estas reimpresiones pueden dar mucho dinero, ya que las farmacéuticas podrían comprar incluso un millón de copias de un artículo que consideran favorable. Pues sí, “suelen comprar reimpresiones de los estudios que ellas mismas han financiado. No es ninguna sorpresa el que solo lo hacen cuando los resultados son favorables para sus medicamentos y así poder utilizar las reimpresiones para hacer marketing”. A veces incluso prometen comprar un cierto número de reimpresiones si les aceptan un artículo, algo que “es básicamente un soborno…”. Un editor senior del prestigioso British Medical Journal se acuerda de cuando una mujer de una empresa de relaciones públicas lo llamó, le ofreció llevarlo a comer al restaurante que él quisiera, “y poco le faltó para decir que se acostaría conmigo si le publicábamos el artículo”. “Existe otro conflicto de intereses muy importante para los editores en la publicidad, que resulta una fuente de dinero crucial para muchas revistas. La mayoría de la publicidad es de las farmacéuticas”. Si no les gusta un estudio, pueden amenazar con dejar de publicitarse en la revista si este se publica. Esto podría hacer que los editores “se vean obligados a escoger entre no publicar un artículo o ver cómo su revista se muere”.

Incluso si, al escribir un artículo, los periodistas tienen tiempo para evitar las notas de prensa e ir a leer los estudios, estos podrían resultarles “incomprensibles; un completo sinsentido”. Incluso si entienden los estudios, los artículos científicos no son una simple retransmisión de los hechos. Los autores tienen numerosas oportunidades para darle la vuelta a sus informes científicos, es decir, distorsionar la interpretación de los resultados y confundir a los lectores, bien sea de manera inconsciente o con la intención clara de engañarles. Los investigadores analizaron ensayos aleatorizados controlados con resultados no significativos estadísticamente, como por ejemplo cuando se estudia un medicamento comparado con una pastilla de azúcar y la diferencia es fundamentalmente inexistente. ¿Crees que los investigadores dirían la verdad y explicarían que, a pesar del tiempo y el dinero invertidos, no obtuvieron los resultados que esperaban, o intentarían tergiversar la realidad? Mintieron en el 68% de los casos. Lo hicieron en el extracto, el resumen del artículo, que suele ser “la única parte del artículo que [la gente] se lee de verdad”. Al ver todo esto, es normal que los medios de comunicación de equivoquen. Esas exageraciones de los extractos se acaban exagerando en las notas de prensa, que luego se exageran en los medios de comunicación. “Por lo tanto, incluso si los periodistas utilizan la conclusión del extracto original con la mejor de las intenciones, todavía corren el riesgo de engañar a los lectores”. Los investigadores deberían tener mucho cuidado al presentar sus nuevos hallazgos y resaltar que son preliminares. “Pero seamos serios; el poder y los intereses personales” continuarán existiendo.

Creo que el mayor problema que tienen los medios al hablar de medicina es su manera de escoger qué historia contar. Por ejemplo, en 2003, SARS y el bioterrorismo mataron a menos de una docena de personas, pero generaron más de cien mil informes en los medios de comunicación. Esto es mucho más que la atención que se le da a los verdaderos problemas para nuestra salud. De hecho, “cuanto más común sea una causa de muerte, menos de habla de ellos en los medios de comunicación masivos”. La principal causa de muerte en los Estados Unidos y muchos otros países es la enfermedad cardiaca, una enfermedad que podemos prevenir, tratar e incluso curar gracias a los cambios en el estilo de vida. Eso sí debería estar en la portada de los periódicos y revistas.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.

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