La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
Las casomorfinas son productos de descomposición de la caseína (una proteína de la leche) con una actividad similar a la de los opiáceos. Las que se encuentran en la leche bovina parecen tener efectos opuestos a los de la leche materna humana en el desarrollo del bebé, pero ¿y la leche de vaca A2?
“Una de las principales fuentes de péptidos opioides”, es decir, fragmentos de proteína con una actividad similar a la de los opiáceos, “en la dieta de pacientes con autismo son los lácteos”. Como comento en mi video ¿La leche A2 conlleva un menor riesgo de autismo?, la principal proteína láctea, la caseína, se descompone en casomorfinas, que “se consideran factores involucrados en la etiología [la causa] y exacerbación de síntomas de alergias alimentarias y dermatitis atópica [eccema], diabetes, esquizofrenia, psicosis posparto, síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y autismo”. Según esta idea de un exceso de opiáceos, el desarrollo del autismo incluye una predisposición genética y una exposición temprana a algún tipo de estrés ambiental que afecta al intestino, lo que podría causar que más de estas casomorfinas se filtrasen al flujo sanguíneo y de ahí al cerebro, donde pueden tener algo que ver con el desarrollo del autismo. Pero no se sabe hasta que se pone a prueba.
En primer lugar, ¿estas casomorfinas se forman en el tracto digestivo humano cuando bebemos leche? Los investigadores decidieron insertar tubos en los intestinos de los sujetos del estudio para averiguarlo y, efectivamente, se encontraron “cantidades considerables” de casomorfinas. Pero ¿se absorben y pasan al torrente sanguíneo? Parece que sí, pero ese estudio se hizo en bebés, cuyos intestinos son más permeables por naturaleza. ¿Llegan al flujo sanguíneo fragmentos intactos de caseína después de la infancia? Sí, como se puede ver en el punto temporal 1:24 de mi video. De hecho, pueden llegar incluso en la edad adulta yelevar los niveles en sangre durante al menos ocho horas después de haber consumido leche.
Y quienes padecen autismo podrían tener intestinos especialmente permeables, con un aumento significativo del riesgo de una permeabilidad intestinal excesiva. Esto podría explicar por qué la gran mayoría de los niños con autismo parecen tener anticuerpos en sangre para el trigo y las proteínas lácteas, comparados con una pequeña minoría de niños sin autismo, como se puede ver en el punto 1:44 de mi video. Basándonos en estudios sobre alergias, incluso si solo se alimenta al bebé con leche materna, podemos estar exponiéndolo a proteínas de leche bovina si la madre bebe leche de vaca, ya que los fragmentos de proteína bovina pueden entrar en la sangre de la madre, luego en su pecho y después en el cuerpo del bebé. Pero ¿esas proteínas entran también en su cerebro?
Las personas que padecen autismo tienen más probabilidades de sufrir de intestino permeable, pero la “teoría del exceso de opioides” depende de que las casomorfinas no solo entren en el flujo sanguíneo, sino que también entren en el sistema nervioso central, incluido el cerebro. Existe algo llamado la “barrera hematoencefálica”, que ayuda a acordonar el cerebro, pero, cuando se examinan los tejidos cerebrales de personas con autismo, esa barrera también parece más permeable. De hecho, desde la publicación de este estudio se ha confirmado la presencia de casomorfinas en el cerebro de los bebés. Y, si lo piensas, es que tiene sentido. Se supone que la razón de ser de los opioides casomorfinas es tener un efecto en los cerebros de los bebés, para que quieran leche y lloren hasta obtenerla, y así fortalecer el vínculo entre la madre y el bebé, de forma parecida al vínculo entre la vaca y su ternero. Eso es lo que se supone que debe pasar. Es normal y natural. Entonces, ¿por qué se asocian las casomorfinas con enfermedades? Bueno, el vínculo entre una madre humana y su bebé humano es natural, mientras que un vínculo entre una vaca y un bebé humano o entre una mamá humana y un ternero, pues no.
Como se puede ver en el punto 3:24 de mi video, los bebés humanos en los que se registran mayores niveles de casomorfinas bovinas en sangre parecen tener más probabilidades de sufrir un retraso psicomotor, que es una medida del desarrollo de los músculos, el lenguaje y la función mental. Sin embargo, se encontró lo opuesto en bebés humanos expuestos a casomorfinas humanas, lo que significa que estas parecen ser beneficiosas para los humanos. Así como los niveles de casomorfinas bovinas en la sangre de los bebés parecen subir después de haberles dado leche de vaca, los niveles de casomorfinas humanas aumentan en los bebés después de haberlos amamantado, que es lo que se supone que debería pasar. “Los niveles más elevados de irCMH [de casomorfinas humanas] se descubrieron en niños amamantados con desarrollo psicomotor y tono muscular normales. Por otro lado, se encontraron niveles elevados de irCMB [de casomorfinas bovinas] en bebés alimentados con fórmula [de leche de vaca] que mostraron signos de retraso en el desarrollo psicomotor “, así como de un tono muscular rígido.
“La explicación a los efectos opuestos de las CM [casomorfinas] bovinas y humanas en el desarrollo psicomotor y el tono muscular de los bebés probablemente estriba en la especificidad de cada especie”. La leche de vaca es buena para los terneros, y la de la mamá humana es buena para los bebés humanos. De hecho, las estructuras de caseína bovina y humana difieren de forma dramática. Las propias casomorfinas bovina y humana son moléculas distintas, que se distinguen por dos aminoácidos; esto resulta en potencias muy diferentes. Si la comparamos con la humana, la casomorfina bovina “es muy potente y tiene unos efectos similares a la morfina”.
Dos aminoácidos diferentes puede no parecer gran cosa, pero las casomorfinas solo tienen siete aminoácidos. Esta diferencia de un 30 % aproximadamente “es probable que defina una diferencia en sus propiedades biológicas. Tanto las CM humanas como las bovinas interactúan con receptores de opioides y serotonina, que se sabe que tienen una gran importancia en la maduración del SNC [el sistema nervioso central, que incluye el cerebro]”, pero las casomorfinas de vaca se unen con más fuerza a estos receptores y, por lo tanto, tienen un efecto mayor. Así, esto puede explicar no solo por qué la leche materna es la mejor, sino también por qué el retraso psicomotor relacionado con niveles elevados de casomorfinas bovinas en sangre refuerza el concepto de que las casomorfinas de vaca intervienen en un trastorno como el autismo.
Por esto las casomorfinas bovinas se han denominado “el diablo en la leche”, pero ¿se forman en toda la leche de vaca? ¿Qué hay de la leche “A2”? La A2 Corporation indica que hay diferentes tipos de caseínas: algunas vacas producen leche con un tipo de caseína llamada A1 y otras con caseína A2. La diferencia entre ambas está en un único aminoácido, pero este está localizado de forma estratégica. Por esta razón, la caseína A1 se descompone en casomorfina, que actúa como la morfina e interviene en “cambios en el desarrollo de los sistemas digestivo, inmunológico y cerebral”. Por otro lado, se supone que la A2 no se descompone de la misma forma. Como se puede ver en el punto 6:18 de mi video, si pones leche A1 en un tubo de ensayo con algunas enzimas digestivas, la caseína A1 se descompone en casomorfina. Sin embargo, debido a ese aminoácido de diferencia, la caseína A2 se descompone en otro punto y no se forma la casomorfina.
El caso es que en este estudio usaron enzimas de cerdos o vacas, que son más baratas y fáciles de comprar para experimentos de laboratorio. Los jugos digestivos humanos son diferentes, así que lo que pasa en el estómago de un cerdo o una vaca puede no ser lo mismo que lo que pasa en el tracto digestivo de un ser humano.
Entonces, cuando por fin se hizo el experimento de comparar la descomposición de la caseína A1 frente a la A2, ¿qué descubrieron? Se recogieron jugos estomacales e intestinales humanos y este “diablo” apareció en ambos. Se producía casomorfina opioide tanto en la leche A1 como en la A2. Así que la lecha A2 puede ser mejor para los cerdos o las vacas, pero no necesariamente para los humanos.
Este artículo trata del segundo video de una serie de seis sobre el papel de las dietas sin gluten ni lácteos en el tratamiento del autismo. Si te perdiste el primer video, puedes ver El autismo y la caseína de la leche de vaca.
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Puedes encontrar todos mis videos sobre el autismo en su página temática.
Ya hablé de la leche A2 en ¿Es la caseína de la leche un factor desencadenante de la diabetes tipo 1? y ¿Es la exposición a la insulina bovina de la leche un factor desencadenante de la diabetes tipo 1?.
Un saludo,
Michael Greger
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