Pasar tiempo en la naturaleza para potenciar la inmunidad anticáncer

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Ir al bosque puede aumentar significativamente tanto el número como la actividad de los linfocitos citolíticos naturales, que son una de nuestras maneras de luchar contra el cáncer.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

En otras ocasiones hemos visto cómo el contacto con la naturaleza reporta beneficios psicológicos desde un punto de vista subjetivo pero hasta ahora había pocos datos objetivos sobre estos beneficios; así que me alegró ver un trabajo sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva de individuos que se dan “baños de naturaleza”, lo que significa simplemente visitar un bosque y rodearse de árboles.

Se considera que el nivel de cortisol en la saliva es un indicador del nivel de estrés y tras caminar por el bosque, comparado con caminar por la ciudad, o incluso al pasar tiempo en un bosque comparado con una ciudad, el nivel de cortisol en la saliva desciende considerablemente. Pero eso no es todo: el mismo efecto se podía apreciar antes de ir al bosque. ¡¿Cómo?! Pues sí, los baños de naturaleza se asocian con un nivel considerablemente menor de cortisol en la saliva tanto antes como después de la visita, comparado con visitas a zonas urbanas. 

Así que, parece ser que solo pensar en ir a pasar el día en el bosque alivia el estrés. Por tanto, cuando comparamos los efectos de baños de naturaleza con visitas a ciudades, el efecto placebo anticipatorio puede ser aún más importante para modificar los niveles de estrés que la experiencia misma de estar en el bosque. Así que, ya estaba yo a punto de descartar todo esto como un nebuloso efecto psicológico hasta que leí lo siguiente: estudios sobre los efectos de los baños de naturaleza en la función inmunológica demuestran que las visitas al bosque pueden inducir un aumento significativo en el número y actividad de células asesinas naturales, una de las formas en las que nuestro cuerpo lucha contra el cáncer. Eso sí que me llamó la atención.

Todo comenzó con un estudio en el que doce hombres caminaron por unos bosques un fin de semana y la mayoría de ellos (11 de los 12) mostraron tener un aumento de células asesinas naturales tras esta excursión, y no solo un poco, sino un aumento de aproximadamente un 50 por ciento. Se sabe que el ejercicio por sí solo puede afectar la función inmunitaria, pero estas personas no caminaban más de lo normal, simplemente caminaban lo mismo pero en el bosque. Ah, pero también había el hecho de que habían ido de excursión, lo cual introduce otras variables. ¿No convendría aleatorizarlos para que unos fueran de excursión a una ciudad y otros fueran de excursión a un bosque? Y si el bosque tiene el mencionado efecto en la salud , ¿cuánto dura este efecto? ¿Es preciso caminar por el bosque cada día? Antes de contestar a esas preguntas, veamos primero si las mujeres reciben el mismo beneficio.

Este otro estudio es muy parecido y tiene los mismos resultados: un aumento importante en la actividad de células asesinas naturales tras caminar por el bosque. Y esta vez volvieron a hacer las pruebas una semana después y comprobaron que seguían elevadas, aunque después de un mes habían vuelto a bajar. Pero bueno, una vez a la semana no está mal, aunque esta fue una excursión de varios días. ¿Quién tiene tiempo para pasear por el bosque todos los fines de semana? ¿Y si fuera una excursión más breve, de un solo día? El título lo dice todo: ¡El mismo resultado! El mismo claro aumento medido el día después de la excursión comparando las medidas iniciales y con la misma durabilidad. La actividad de células asesinas naturales seguía elevada una semana después. Esto nos indica que si hacemos una visita a un bosque de las afueras de un solo día cada semana, podremos mantener este aumento de inmunidad contra el cáncer.

Está bien, pero sigo sin estar convencido. ¿Cómo se le puede atribuir el beneficio al bosque cuando solo tenemos los datos de antes y después de estar allí? Para argumentar que la naturaleza es la causante del beneficio, haría falta un grupo de control que hiciera una excursión similar pero que fuera a un lugar diferente. Y… aquí está. Resulta que el visitar un bosque, pero no una ciudad, aumenta la actividad de células asesinas naturales. He aquí los datos del bosque, iguales a los de antes, pero nada en una excursión en la que se camina por la ciudad. Al terminar la excursión por el bosque, un 80% de los sujetos experimentaron el aumento, comparado con solo uno de cada 10 de los que caminaron por la ciudad.

Ambas excursiones comparadas tenían la misma actividad física, alcohol, horas de sueño y otras variables que afectan la función inmunológica. Así que ahí está. Tenemos confirmación de un aumento de inmunidad, pero solo en la excursión por el bosque, “lo que indica que los baños de naturaleza sí que incrementan la actividad [de células asesinas naturales]”. Lo que es más, se halló que este aumento de actividad dura hasta 30 días después de la excursión. ¡Ahí lo tienes! Igual de alto hasta una semana después y todavía un poco alto un mes después. “Esto sugiere que si se visita un bosque una vez al mes, se puede mantener el aumento de actividad [de células asesinas naturales]”.

Bien, pues, ahora que sabemos que el efecto es real, la siguiente pregunta es ¿por qué? ¿Qué tienen los bosques que producen este aumento? Y (las farmacéuticas estarán pensando: ¿se podría hacer una pastilla con eso? Enseguida lo averiguaremos.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

En otras ocasiones hemos visto cómo el contacto con la naturaleza reporta beneficios psicológicos desde un punto de vista subjetivo pero hasta ahora había pocos datos objetivos sobre estos beneficios; así que me alegró ver un trabajo sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en la saliva de individuos que se dan “baños de naturaleza”, lo que significa simplemente visitar un bosque y rodearse de árboles.

Se considera que el nivel de cortisol en la saliva es un indicador del nivel de estrés y tras caminar por el bosque, comparado con caminar por la ciudad, o incluso al pasar tiempo en un bosque comparado con una ciudad, el nivel de cortisol en la saliva desciende considerablemente. Pero eso no es todo: el mismo efecto se podía apreciar antes de ir al bosque. ¡¿Cómo?! Pues sí, los baños de naturaleza se asocian con un nivel considerablemente menor de cortisol en la saliva tanto antes como después de la visita, comparado con visitas a zonas urbanas. 

Así que, parece ser que solo pensar en ir a pasar el día en el bosque alivia el estrés. Por tanto, cuando comparamos los efectos de baños de naturaleza con visitas a ciudades, el efecto placebo anticipatorio puede ser aún más importante para modificar los niveles de estrés que la experiencia misma de estar en el bosque. Así que, ya estaba yo a punto de descartar todo esto como un nebuloso efecto psicológico hasta que leí lo siguiente: estudios sobre los efectos de los baños de naturaleza en la función inmunológica demuestran que las visitas al bosque pueden inducir un aumento significativo en el número y actividad de células asesinas naturales, una de las formas en las que nuestro cuerpo lucha contra el cáncer. Eso sí que me llamó la atención.

Todo comenzó con un estudio en el que doce hombres caminaron por unos bosques un fin de semana y la mayoría de ellos (11 de los 12) mostraron tener un aumento de células asesinas naturales tras esta excursión, y no solo un poco, sino un aumento de aproximadamente un 50 por ciento. Se sabe que el ejercicio por sí solo puede afectar la función inmunitaria, pero estas personas no caminaban más de lo normal, simplemente caminaban lo mismo pero en el bosque. Ah, pero también había el hecho de que habían ido de excursión, lo cual introduce otras variables. ¿No convendría aleatorizarlos para que unos fueran de excursión a una ciudad y otros fueran de excursión a un bosque? Y si el bosque tiene el mencionado efecto en la salud , ¿cuánto dura este efecto? ¿Es preciso caminar por el bosque cada día? Antes de contestar a esas preguntas, veamos primero si las mujeres reciben el mismo beneficio.

Este otro estudio es muy parecido y tiene los mismos resultados: un aumento importante en la actividad de células asesinas naturales tras caminar por el bosque. Y esta vez volvieron a hacer las pruebas una semana después y comprobaron que seguían elevadas, aunque después de un mes habían vuelto a bajar. Pero bueno, una vez a la semana no está mal, aunque esta fue una excursión de varios días. ¿Quién tiene tiempo para pasear por el bosque todos los fines de semana? ¿Y si fuera una excursión más breve, de un solo día? El título lo dice todo: ¡El mismo resultado! El mismo claro aumento medido el día después de la excursión comparando las medidas iniciales y con la misma durabilidad. La actividad de células asesinas naturales seguía elevada una semana después. Esto nos indica que si hacemos una visita a un bosque de las afueras de un solo día cada semana, podremos mantener este aumento de inmunidad contra el cáncer.

Está bien, pero sigo sin estar convencido. ¿Cómo se le puede atribuir el beneficio al bosque cuando solo tenemos los datos de antes y después de estar allí? Para argumentar que la naturaleza es la causante del beneficio, haría falta un grupo de control que hiciera una excursión similar pero que fuera a un lugar diferente. Y… aquí está. Resulta que el visitar un bosque, pero no una ciudad, aumenta la actividad de células asesinas naturales. He aquí los datos del bosque, iguales a los de antes, pero nada en una excursión en la que se camina por la ciudad. Al terminar la excursión por el bosque, un 80% de los sujetos experimentaron el aumento, comparado con solo uno de cada 10 de los que caminaron por la ciudad.

Ambas excursiones comparadas tenían la misma actividad física, alcohol, horas de sueño y otras variables que afectan la función inmunológica. Así que ahí está. Tenemos confirmación de un aumento de inmunidad, pero solo en la excursión por el bosque, “lo que indica que los baños de naturaleza sí que incrementan la actividad [de células asesinas naturales]”. Lo que es más, se halló que este aumento de actividad dura hasta 30 días después de la excursión. ¡Ahí lo tienes! Igual de alto hasta una semana después y todavía un poco alto un mes después. “Esto sugiere que si se visita un bosque una vez al mes, se puede mantener el aumento de actividad [de células asesinas naturales]”.

Bien, pues, ahora que sabemos que el efecto es real, la siguiente pregunta es ¿por qué? ¿Qué tienen los bosques que producen este aumento? Y (las farmacéuticas estarán pensando: ¿se podría hacer una pastilla con eso? Enseguida lo averiguaremos.

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