Los riesgos y beneficios de tomar una dosis baja de aspirina

Image Credit: Chaval Brasil / Wikimedia Commons. Esta imagen ha sido modificada.

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Jesús Melcón. 

El ácido salicílico, el ingrediente activo de la aspirina, se ha utilizado durante miles de años en forma de extracto de corteza de sauce como analgésico antiinflamatorio, que ya utilizó Hipócrates para “tratar la fiebre y aliviar el dolor durante el parto”. En 1899 se convirtió en una marca registrada con el nombre de Aspirin™ y, hasta el día de hoy, “sigue siendo el fármaco más utilizado del mundo”. Una de las razones de su continua popularidad, pese a que ahora existan mejores analgésicos, es que actúa también como anticoagulante. Millones de personas toman aspirina a diario para tratar o prevenir enfermedades cardíacas, como explico en mi video ¿Deberíamos tomar aspirina para prevenir las enfermedades del corazón?.

Todo comenzó en 1953 con la publicación del histórico estudio “Duración de la vida y causa de la muerte en pacientes con artritis reumatoide” en el New England Journal of Medicine. El inicio del estudio rezaba así: “Se suele decir que la mejor forma de tener una vida larga es padecer reumatismo”. Los investigadores observaron menos muertes de las esperadas por accidentes, lo que podría explicarse por el hecho de que las personas con artritis reumatoide probablemente no esquían ni realizan otras actividades de riesgo. Por otro lado, también observaron un número significativamente menor de muertes por ataques cardiacos. ¿A qué se debía este dato? Quizás la aspirina que tomaban los pacientes para las articulaciones diluía la sangre y prevenía la formación de coágulos en las arterias coronarias. Para corroborar esta hipótesis, en la década de los 60 la comunidad científica hizo un llamamiento para estudiar los posibles beneficios de la aspirina para quienes tuvieran riesgo de coágulos sanguíneos, pero hasta los años 70 no se realizaron estudios que probaron que la ingesta habitual de aspirina protege contra los ataques cardíacos.

Hoy en día, se suele recomendar una dosis baja de aspirina a todos los pacientes con enfermedades cardíacas. No obstante, en el caso de la población general (personas sin antecedentes conocidos de enfermedad cardíaca o de accidente cerebrovascular), la aspirina diaria sólo se recomienda “si los beneficios potenciales de prevención de enfermedades cardiovasculares superan el riesgo de hemorragia gastrointestinal”.                                                                                                                

Se podría decir que en la práctica médica clínica se suele subestimar el riesgo de complicaciones hemorrágicas asociadas con el consumo de aspirina. Para quienes ya hayan padecido un ataque cardíaco, el análisis de riesgos y beneficios es claro: si analizáramos 10.000 pacientes, sería de esperar que el consumo diario de aspirina en dosis bajas previniera aproximadamente 250 “eventos vasculares graves”, tales como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o el evento más importante de todos: la muerte. Sin embargo, esa misma dosis de aspirina “causaría aproximadamente 40 hemorragias extracraneales graves”, que siempre requieren hospitalización. Por lo tanto, el beneficio neto de la aspirina para la prevención secundaria –por ejemplo, para prevenir un segundo ataque cardíaco– “superaría con creces el riesgo de hemorragia. Por cada 6 eventos vasculares graves prevenidos, ocurriría aproximadamente 1 caso de hemorragia grave; por lo tanto, no cabe duda del valor de la aspirina para la prevención secundaria”.

En cambio, si analizáramos a 10.000 pacientes sin antecedentes de ataques al corazón o de accidentes cerebrovasculares y usáramos aspirina para prevenir coágulos (es decir, una prevención primaria), la aspirina diaria en dosis bajas solo “prevendría 7 eventos vasculares graves y causaría 1 accidente cerebrovascular hemorrágico [hemorragia dentro del cerebro] y 3 casos de hemorragia extracraneal grave”. En este caso, los beneficios doblan a los riesgos (grosso modo), una estadística no del todo halagüeña. En consecuencia, las nuevas directrices europeas no recomiendan la aspirina para la población general, debido sobre todo al riesgo adicional de hemorragias cerebrales leves.

Si tan solo hubiera una solución simple, segura y sin efectos secundarios… ¡Lo cierto es que estamos de suerte! Los doctores Ornish y Esselstyn demostraron que incluso las enfermedades cardíacas avanzadas e incapacitantes no sólo se pueden prevenir y tratar, sino que también se pueden revertir con una dieta vegetal basada en cereales, legumbres, fruta y verdura, con aportes ocasionales de semillas y frutos secos, y sin aceites, lácteos o carne (incluyendo aves y pescado).

“Al Dr. William Castelli [antiguo director del estudio epidemiológico de mayor duración de la historia, el famoso Framingham Heart Study] le preguntaron qué haría para revertir la epidemia de CC [cardiopatía coronaria] si fuera omnipotente. Su respuesta: “Hacer que la gente adopte la dieta de la China rural, tal y como la describe el Dr. T. Colin Campbell…” En palabras del propio Castelli acerca de la epidemia de enfermedades coronarias: “Si los estadounidenses adoptaran una dieta vegetariana, erradicaríamos el problema”.

El Dr. Esselstyn ha puntualizado que esta afirmación no se aplica al vegetarianismo. “Este nuevo paradigma” de la reversión de los efectos de las enfermedades cardíacas solo se puede conseguir mediante una “alimentación exclusivamente vegetal”.


Una aspirina diaria también podría disminuir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, no solo la enfermedad cardiaca. Pero entonces, ¿Todos deberíamos tomar aspirina para prevenir el cáncer?. Tampoco te pierdas Plantas que quieren ser aspirina.

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Un saludo,

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