CHIP, el programa completo para la mejora de la salud

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniela Wiegrebe y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Dentro de la medicina el secreto mejor guardado es que dadas las condiciones adecuadas a veces el cuerpo puede curarse a sí mismo. Y en lo que respecta a la salud cardiovascular, no existe un sustituto para una nutrición excepcional. Ornish, Pritikin, Barnard, Esselstyn, son todos grandes nombres dentro de la nutrición basada en evidencia, pero cuántos de ellos oyeron del programa CHIP, el proyecto de mejora de la salud coronaria, un programa de educación comunitario dirigido por voluntarios que educa a médicos y pacientes por igual sobre el poder de la nutrición como medicina y como quizás es la mejor inversión que podemos hacer en la lucha contra enfermedades cardiovasculares, siendo más efectivo, barato y seguro y ¿cuáles serían sus efectos secundarios? Una mejora de la salud en general y no solo la salud física.

Los programas de estilo de vida, como el CHIP, están dirigidos a mejorar los comportamientos de salud física pero también pueden tener un profundo efecto en la salud mental. Basado en estudios de miles de individuos que se llevaron a cabo en el programa CHIP, hubo mejoras significativas en varios tipos de desórdenes del sueño y del estrés como el sueño agitado, el no dormir para nada, el estrés, los disgustos, el pánico y la depresión. Aquí se pueden ver los números, los cuales disminuyeron a la mitad en casi todos los casos y todos con hallazgos altamente significativos. La pregunta es ¿por qué?

Bueno, el bienestar psicológico de los participantes del programa CHIP puede haber sido afectada positivamente por el aumento de sentimientos de empoderamiento, progresando hacia una reducción del peso corporal y la mejora de otros indicadores de salud. En cuanto comenzaron a alimentarse mejor y obteniendo progresos, los sentimientos de desesperación y fracaso podrían haberse sustituido por una creciente sensación de logro, un mayor apoyo social y un nuevo sentido de esperanza. O quizás simplemente se sintieron mejor físicamente. Si tienes diabetes y dejas de tenerla es razón suficiente para levantarte el ánimo.

Si bien estos resultados se veían geniales ¿qué faltaba? Claro, un grupo de control. Ahora debes decir, “espera, ellos mismos funcionaron como grupo de control, con el antes y el después”. Oh, pero estás olvidando el efecto Hawthorne. ¿Recuerdas? Donde tan solo al estar bajo observación se puede afectar el comportamiento de una persona. Entonces, si te suben a una balanza, te pesan y te dicen que volverán a pesarte dentro de seis meses, consciente o inconscientemente una persona podría alimentarse mejor por sí misma, incluso si no te indican que hagas algo en especial. Así que ¿cuántas de estas mejoras hubieran ocurrido fuera del programa CHIP?

Sí, es genial que se puedan llevar a miles de personas a reducir notablemente sus factores de riesgo para nuestro principal asesino en solo cuatro semanas; sin embargo, para saber exactamente qué papel pueden desempeñar las recomendaciones sobre alimentación y vida saludables, se deben poner a prueba realizando pruebas aleatorias controladas.

Y como se esperaba, fueron pocas las mejoras en el grupo de control, pero en casi todas las variables el grupo intervenido con el programa CHIP mostró significativamente mayores mejoras, hasta tener el potencial de reducir drásticamente los riesgos asociados con enfermedades crónicas comunes a largo plazo. Irónicamente, el programa tuvo tanto éxito en la ciudad de Rockford, Illinois, que docenas de restaurantes comenzaron a ofrecer una opción especial en su menú basada en plantas. Así que también el grupo de control podría haber tenido algunas opciones saludables.

Está bien, pero ¿qué pasa con las mejoras en la salud mental? Un estudio de control aleatorio y… aquellos en el grupo CHIP mostraron mejoras significativas en las funciones físicas, el dolor, las percepciones generales de salud, la vitalidad, el funcionamiento social, la salud emocional y la salud mental. Por ejemplo, particularmente hubo mejoras en depresión leve a moderada en comparación con el grupo de control. Y no solo hasta que terminó el programa, sino hasta seis meses después.

Así que el acrónimo CHIP que comenzó como un programa de mejora de salud coronaria, donde estudio tras estudio demostró la eficacia de la intervención sobre otras enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 e incluso la depresión, se renombró como el programa completo para la mejora de la salud.

Y como el fundador del programa Hans Diehl, explica “nosotros como sociedad estamos en gran medida a merced de fuerzas manipuladoras y poderosas de marketing que básicamente nos dicen qué comer. En todos lados, donde miremos, estamos siendo seducidos a “la buena vida”, tal y como los profesionales del marketing la definen, pero esta llamada “buena vida” en este país ha producido una avalancha de obesidad mórbida y mortalidad; enfermedad y muerte. Lo que a él le gustaría ver en América no es esta llamada “buena vida”, sino “una mejor vida”, un estilo de vida más simple caracterizado por mayor consumo de alimentos basados en plantas o, en otras palabras, alimentos cultivados sin alteración.

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Créditos de la imagen: chiphealth.com. La imagen ha sido modificada.

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