¿Cuánto saben los médicos sobre nutrición?

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¿Quién ganó en una prueba directa de conocimientos sobre nutrición: los médicos o los pacientes?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

La dieta es la principal causa de muerte de la humanidad, con un daño para la salud aún mayor que fumar. Tiene sentido, pues somos lo que comemos. Literalmente, físicamente. Si reconstruimos nuestro propio cuerpo a diario con materiales de mala calidad, no es de extrañar que nos metamos en problemas. Por ejemplo, no comer suficientes frutas y verduras es culpable de millones de muertes cada año. Deberíamos comer frutas y verduras como si nuestra vida dependiera de ello, porque, en cierto modo, parece que lo hace.

La mayoría de estadounidenses parece sufrir enfermedades relacionadas con la dieta, pero la mayoría no está siendo educada sobre nutrición por sus médicos. ¿Quizás sea algo bueno, dado lo poco que los médicos tienden a saber sobre nutrición? El público en general suele ver a los médicos como fuentes fiables sobre nutrición, pero en una prueba directa de conocimiento nutricional, médicos frente a pacientes, aunque los médicos deberían tener más conocimientos sobre nutrición que sus pacientes, los resultados sugieren que no tiene por qué ser así. Y todos sabemos lo poco que sabe el público general sobre nutrición.

La dieta estadounidense es la principal causa de muerte en EE.UU., pero los médicos reciben de media menos de 20 horas de formación en nutrición, que se reduce a cosas como la bioquímica de las vitaminas. La cantidad de formación clínica en nutrición que reciben puede ser inferior a cinco horas. Veamos la cardiología, por ejemplo. El histórico ensayo cardiaco sobre el estilo de vida del Dr. Ornish hizo la siguiente pregunta: “¿Pueden los cambios en el estilo de vida revertir la enfermedad de las arterias coronarias?”. La respuesta fue un rotundo sí. Si los internistas entendieran e interiorizaran solo este dato, piensa en cuántas vidas podrían salvarse de nuestra principal causa de muerte y discapacidad. Sin embargo, el 90 % de los cardiólogos encuestados informaron haber recibido poca o ninguna educación nutricional durante su formación en cardiología. Parece haber una capacitación nutricional insuficiente en la formación médica en todos los ámbitos, una deficiencia global. Es la fruta más fácil de coger y sigue en la vid.

Para aquellos médicos que dicen no tener tiempo, los médicos no necesitan hacer su propio asesoramiento dietético más de lo que necesitan realizar sus propias radiografías o extracciones de sangre. Solo deben reconocer el papel que desempeña la nutrición en la enfermedad, comunicarlo claramente al paciente y derivarlo adecuadamente.

La dieta que el Dr. Ornish utilizó para ayudar a revertir la progresión de las cardiopatías estaba basada en vegetales y alimentos integrales, una dieta compuesta principalmente, pero no exclusivamente, de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. ¿Por qué no existe un reconocimiento más generalizado del poder de los vegetales dentro de la comunidad médica? Una posible razón es que la ciencia aún no se ha abierto camino en los materiales didácticos. Sí, el Dr. Ornish hizo este descubrimiento hace décadas, pero a veces pueden pasar décadas hasta que la práctica médica se pone al día, incluso cuando millones de vidas están en juego.

Hoy en día, sería impensable no abordar el tabaquismo de los pacientes, porque se acaba de incorporar al estándar de atención. La evidencia sobre nutrición aún no se ha ensalzado de manera similar, pero “esto no debe impedir que los médicos reflexivos y atentos apliquen intervenciones nutricionales seguras y efectivas que no estén ‘por delante de la evidencia’ sino solo por delante de las pautas [publicadas]”. La ignorancia sobre nutrición ya no puede defenderse.

Existe un número creciente de recursos para quienes se lo perdieron en la facultad de medicina. Los médicos pueden certificarse en medicina del estilo de vida. Existen sitios web geniales. Como la “Guía de nutrición para médicos” del PCRM. Más sitios web geniales.

Sí, sería ideal no ser hipócrita y comer más saludable en lugar de limitarse a aprender sobre dietas más saludables, pero eso no debería impedir que nadie lo recomiende, aunque solo sea porque es la única dieta que ha demostrado ayudar a revertir la progresión del asesino número uno de hombres y mujeres. No se debe negar a la gente tal conocimiento. Luego se trata de su cuerpo, su elección. Igual que muchos fumadores continuarán fumando, muchos continuarán comiendo porquerías, pero esto no debería impedir que los médicos aconsejen dejar de fumar y adoptar una dieta más saludable. Los pacientes tienen derecho a que se les diga la verdad. No mencionar esta poderosa herramienta dietética es un acto de retención de información crucial necesaria para el consentimiento plenamente informado.

Por desgracia, la ignorancia hace que muchos médicos aconsejen a sus pacientes comer cosas que pueden estar matándolos. Algunos médicos solían fumar con sus pacientes. De hecho, la mayoría de los médicos fumaba, al igual que la mayoría de los médicos de hoy en día continúa comiendo alimentos que contribuyen a nuestras epidemias en enfermedades dietéticas. Hasta que se enseñe más a los médicos sobre nutrición, aconsejar a las personas sobre su dieta podría considerarse una forma de suicidio asistido por un médico.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

La dieta es la principal causa de muerte de la humanidad, con un daño para la salud aún mayor que fumar. Tiene sentido, pues somos lo que comemos. Literalmente, físicamente. Si reconstruimos nuestro propio cuerpo a diario con materiales de mala calidad, no es de extrañar que nos metamos en problemas. Por ejemplo, no comer suficientes frutas y verduras es culpable de millones de muertes cada año. Deberíamos comer frutas y verduras como si nuestra vida dependiera de ello, porque, en cierto modo, parece que lo hace.

La mayoría de estadounidenses parece sufrir enfermedades relacionadas con la dieta, pero la mayoría no está siendo educada sobre nutrición por sus médicos. ¿Quizás sea algo bueno, dado lo poco que los médicos tienden a saber sobre nutrición? El público en general suele ver a los médicos como fuentes fiables sobre nutrición, pero en una prueba directa de conocimiento nutricional, médicos frente a pacientes, aunque los médicos deberían tener más conocimientos sobre nutrición que sus pacientes, los resultados sugieren que no tiene por qué ser así. Y todos sabemos lo poco que sabe el público general sobre nutrición.

La dieta estadounidense es la principal causa de muerte en EE.UU., pero los médicos reciben de media menos de 20 horas de formación en nutrición, que se reduce a cosas como la bioquímica de las vitaminas. La cantidad de formación clínica en nutrición que reciben puede ser inferior a cinco horas. Veamos la cardiología, por ejemplo. El histórico ensayo cardiaco sobre el estilo de vida del Dr. Ornish hizo la siguiente pregunta: “¿Pueden los cambios en el estilo de vida revertir la enfermedad de las arterias coronarias?”. La respuesta fue un rotundo sí. Si los internistas entendieran e interiorizaran solo este dato, piensa en cuántas vidas podrían salvarse de nuestra principal causa de muerte y discapacidad. Sin embargo, el 90 % de los cardiólogos encuestados informaron haber recibido poca o ninguna educación nutricional durante su formación en cardiología. Parece haber una capacitación nutricional insuficiente en la formación médica en todos los ámbitos, una deficiencia global. Es la fruta más fácil de coger y sigue en la vid.

Para aquellos médicos que dicen no tener tiempo, los médicos no necesitan hacer su propio asesoramiento dietético más de lo que necesitan realizar sus propias radiografías o extracciones de sangre. Solo deben reconocer el papel que desempeña la nutrición en la enfermedad, comunicarlo claramente al paciente y derivarlo adecuadamente.

La dieta que el Dr. Ornish utilizó para ayudar a revertir la progresión de las cardiopatías estaba basada en vegetales y alimentos integrales, una dieta compuesta principalmente, pero no exclusivamente, de frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. ¿Por qué no existe un reconocimiento más generalizado del poder de los vegetales dentro de la comunidad médica? Una posible razón es que la ciencia aún no se ha abierto camino en los materiales didácticos. Sí, el Dr. Ornish hizo este descubrimiento hace décadas, pero a veces pueden pasar décadas hasta que la práctica médica se pone al día, incluso cuando millones de vidas están en juego.

Hoy en día, sería impensable no abordar el tabaquismo de los pacientes, porque se acaba de incorporar al estándar de atención. La evidencia sobre nutrición aún no se ha ensalzado de manera similar, pero “esto no debe impedir que los médicos reflexivos y atentos apliquen intervenciones nutricionales seguras y efectivas que no estén ‘por delante de la evidencia’ sino solo por delante de las pautas [publicadas]”. La ignorancia sobre nutrición ya no puede defenderse.

Existe un número creciente de recursos para quienes se lo perdieron en la facultad de medicina. Los médicos pueden certificarse en medicina del estilo de vida. Existen sitios web geniales. Como la “Guía de nutrición para médicos” del PCRM. Más sitios web geniales.

Sí, sería ideal no ser hipócrita y comer más saludable en lugar de limitarse a aprender sobre dietas más saludables, pero eso no debería impedir que nadie lo recomiende, aunque solo sea porque es la única dieta que ha demostrado ayudar a revertir la progresión del asesino número uno de hombres y mujeres. No se debe negar a la gente tal conocimiento. Luego se trata de su cuerpo, su elección. Igual que muchos fumadores continuarán fumando, muchos continuarán comiendo porquerías, pero esto no debería impedir que los médicos aconsejen dejar de fumar y adoptar una dieta más saludable. Los pacientes tienen derecho a que se les diga la verdad. No mencionar esta poderosa herramienta dietética es un acto de retención de información crucial necesaria para el consentimiento plenamente informado.

Por desgracia, la ignorancia hace que muchos médicos aconsejen a sus pacientes comer cosas que pueden estar matándolos. Algunos médicos solían fumar con sus pacientes. De hecho, la mayoría de los médicos fumaba, al igual que la mayoría de los médicos de hoy en día continúa comiendo alimentos que contribuyen a nuestras epidemias en enfermedades dietéticas. Hasta que se enseñe más a los médicos sobre nutrición, aconsejar a las personas sobre su dieta podría considerarse una forma de suicidio asistido por un médico.

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