Inhibición de la activación plaquetaria con ajo y cebolla

4.3/5 - (10 votes)

¿Por qué deberíamos esperar 10 minutos después de picar o machacar ajo antes de cocinarlo a menos que se tenga una cirugía programada en los siguientes siete días?

Comenta
Comparte

A la vez que vamos envejeciendo, nuestras arterias se van endureciendo. Estos son mediciones de endurecimiento de la aorta, la principal arteria que sale del corazón, cuando nos vamos haciendo más y más viejos. Este endurecimiento de la aorta da paso a una variedad de cambios patológicos, como la exposición de nuestro cerebro y riñones a mayores fluctuaciones de la presión, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir una apoplejía o una disfunción renal.

Aunque aquellos que consumen ajo, simplemente menos de un cuarto de cucharadita de ajo en polvo al día, parecen tener menos endurecimiento en sus aortas. Pensamos que esto se debe a que el ajo parece mejorar la función del revestimiento arterial, lo cual ayuda a que las arterias se relajen. Pero los mecanismos a través de los cuales el ajo nos protege contra enfermedades cardiovasculares son muchos, e incluyen una combinación de efectos anticoagulantes, destructores de coágulos, antioxidantes, y que bajan la presión arterial y los niveles de colesterol. Los últimos estudios sugieren que el consumo de ajo a largo plazo puede bajar los niveles de colesterol malo alrededor de un 10%, pero tales son los efectos anticoagulantes del ajo, que la American Society of Anesthesiology (Sociedad Estadounidense de Anestesiología) recomienda que no se tome ajo una semana antes de una cirugía programada.

O, presumiblemente, podrías cocinarlo hasta la muerte. Al contrario que los componentes anticoagulantes que se encuentran concentrados en el fluido amarillo alrededor de las semillas de tomate, los cuales son estables al calor, la actividad antiplaquetaria del ajo y las cebollas se pierde con la cocción. Aquí se observa la inhibición de plaquetas en el ajo crudo en comparación con el ajo cocinado, el cual baja a los niveles de la cebolla cruda. Por lo tanto, parece que el ajo es unas 13 veces más potente que la cebolla, y es mejor crudo que cocinado, lo cual sugiere que el ajo y la cebolla son más potentes como inhibidores de coágulos sanguíneos si se consumen crudos en vez de cocinados o hervidos. Es por eso que antes de una operación es buena idea cocinar el ajo, ¿pero qué hacer el resto del tiempo cuando estamos intentando inhibir la sobreactividad plaquetaria para reducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos y apoplejías? Como el ajo y la cebolla normalmente se consumen cocinados, su eficacia como hierbas preventivas de enfermedades cardiovasculares no es del todo fiable. Pero siempre podemos poner cebolla cruda en ensaladas, ajo crudo en condimentos, salsas, aliños, o en pesto.

O podemos machacarlo o picarlo, esperar diez minutos y luego cocinarlo. Aquí reside el poder inhibidor plaquetario del ajo crudo, y si lo cocinas unos pocos minutos, sigue intacto, pero con cinco o más minutos de cocción sus efectos desaparecen. Pero si lo pre-machacas y esperas, parte de la actividad antiplaquetaria se retiene durante un poco más de tiempo. Esto se debe a que la enzima que produce los compuestos anti-plaquetarios se activa con el machaque, pero se destruye con el calor más rápidamente que los compuestos que crea. Por lo tanto, machacando primero y dejando a la enzima hacer su trabajo antes de cocinar el ajo, se puede retrasar la pérdida de esta función.

Incluso mejor, igual que podemos añadir enzimas de brócoli en forma de rábano crudo o mostaza en polvo para mejorar los beneficios que proporciona el brócoli, añadir un poco de jugo de ajo crudo a ajo cocinado puede hacer que se restaure su actividad antiplaquetaria al completo, la cual se habría perdido durante la cocción.

Cuando se cocina la cebolla, la actividad antiplaquetaria también desaparece, en este caso en unos diez minutos. Pero luego pasa algo extraño. Tras 20 o 30 minutos de cocción, el efecto en las plaquetas se revierte y parece que hace que las cosas vayan a peor. En este caso se da un activación pro-plaquetaria significativa, lo que sugiere que cocinar las cebollas durante mucho tiempo estimula en vez de inhibir las plaquetas. Este caso, eso sí, se dio en un tubo de ensayo. Por suerte, cuando se ha testado en humanos, incluso cuando las cebollas se meten en agua hirviendo, se fríen durante diez minutos, y se dejan a fuego lento durante media hora, la activación plaquetaria disminuye entre una y tres horas después de la ingesta de una sopa de cebolla.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es una aproximación al contenido del audio de este vídeo proporcionada por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Pía Spry Marqués y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imagen gracias a HolgersFotografie a través de Pixabay.

A la vez que vamos envejeciendo, nuestras arterias se van endureciendo. Estos son mediciones de endurecimiento de la aorta, la principal arteria que sale del corazón, cuando nos vamos haciendo más y más viejos. Este endurecimiento de la aorta da paso a una variedad de cambios patológicos, como la exposición de nuestro cerebro y riñones a mayores fluctuaciones de la presión, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir una apoplejía o una disfunción renal.

Aunque aquellos que consumen ajo, simplemente menos de un cuarto de cucharadita de ajo en polvo al día, parecen tener menos endurecimiento en sus aortas. Pensamos que esto se debe a que el ajo parece mejorar la función del revestimiento arterial, lo cual ayuda a que las arterias se relajen. Pero los mecanismos a través de los cuales el ajo nos protege contra enfermedades cardiovasculares son muchos, e incluyen una combinación de efectos anticoagulantes, destructores de coágulos, antioxidantes, y que bajan la presión arterial y los niveles de colesterol. Los últimos estudios sugieren que el consumo de ajo a largo plazo puede bajar los niveles de colesterol malo alrededor de un 10%, pero tales son los efectos anticoagulantes del ajo, que la American Society of Anesthesiology (Sociedad Estadounidense de Anestesiología) recomienda que no se tome ajo una semana antes de una cirugía programada.

O, presumiblemente, podrías cocinarlo hasta la muerte. Al contrario que los componentes anticoagulantes que se encuentran concentrados en el fluido amarillo alrededor de las semillas de tomate, los cuales son estables al calor, la actividad antiplaquetaria del ajo y las cebollas se pierde con la cocción. Aquí se observa la inhibición de plaquetas en el ajo crudo en comparación con el ajo cocinado, el cual baja a los niveles de la cebolla cruda. Por lo tanto, parece que el ajo es unas 13 veces más potente que la cebolla, y es mejor crudo que cocinado, lo cual sugiere que el ajo y la cebolla son más potentes como inhibidores de coágulos sanguíneos si se consumen crudos en vez de cocinados o hervidos. Es por eso que antes de una operación es buena idea cocinar el ajo, ¿pero qué hacer el resto del tiempo cuando estamos intentando inhibir la sobreactividad plaquetaria para reducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos y apoplejías? Como el ajo y la cebolla normalmente se consumen cocinados, su eficacia como hierbas preventivas de enfermedades cardiovasculares no es del todo fiable. Pero siempre podemos poner cebolla cruda en ensaladas, ajo crudo en condimentos, salsas, aliños, o en pesto.

O podemos machacarlo o picarlo, esperar diez minutos y luego cocinarlo. Aquí reside el poder inhibidor plaquetario del ajo crudo, y si lo cocinas unos pocos minutos, sigue intacto, pero con cinco o más minutos de cocción sus efectos desaparecen. Pero si lo pre-machacas y esperas, parte de la actividad antiplaquetaria se retiene durante un poco más de tiempo. Esto se debe a que la enzima que produce los compuestos anti-plaquetarios se activa con el machaque, pero se destruye con el calor más rápidamente que los compuestos que crea. Por lo tanto, machacando primero y dejando a la enzima hacer su trabajo antes de cocinar el ajo, se puede retrasar la pérdida de esta función.

Incluso mejor, igual que podemos añadir enzimas de brócoli en forma de rábano crudo o mostaza en polvo para mejorar los beneficios que proporciona el brócoli, añadir un poco de jugo de ajo crudo a ajo cocinado puede hacer que se restaure su actividad antiplaquetaria al completo, la cual se habría perdido durante la cocción.

Cuando se cocina la cebolla, la actividad antiplaquetaria también desaparece, en este caso en unos diez minutos. Pero luego pasa algo extraño. Tras 20 o 30 minutos de cocción, el efecto en las plaquetas se revierte y parece que hace que las cosas vayan a peor. En este caso se da un activación pro-plaquetaria significativa, lo que sugiere que cocinar las cebollas durante mucho tiempo estimula en vez de inhibir las plaquetas. Este caso, eso sí, se dio en un tubo de ensayo. Por suerte, cuando se ha testado en humanos, incluso cuando las cebollas se meten en agua hirviendo, se fríen durante diez minutos, y se dejan a fuego lento durante media hora, la activación plaquetaria disminuye entre una y tres horas después de la ingesta de una sopa de cebolla.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es una aproximación al contenido del audio de este vídeo proporcionada por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Pía Spry Marqués y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imagen gracias a HolgersFotografie a través de Pixabay.

Nota del Doctor

Para saber más sobre qué son las plaquetas, qué hacen, y por qué debería importarte, te interesa ver Inhibición de la Agregación de Plaquetas con Bayas y Inhibición de la Activación de Plaquetas con Semillas de Tomate

¿Qué más puede hacer el ajo? Mira estos vídeos:

¿Y qué es eso de que la mostaza en polvo incrementa los beneficios del brócoli? Mira mi vídeo sobre La Segunda Estrategia para Cocinar el Brócoli. El brócoli es también un potente activador de las enzimas desintoxicantes de nuestro hígado. Aprende más en mi video La mejor alimentación para contrarrestar los efectos de la polución del aire.

Sobre si es mejor comer la verdura cocinada o cruda, te interesa ver El Mejor Método para Cocinar, y para una actualización sorprendente, La Mejor Manera de Cocinar el Boniato.

Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.

Sucríbete a nuestra newsletter gratuita y, además de mantenerte al tanto de la ciencia, recibirás de regalo la receta de wraps de garbanzos al curry del recetario de Comer para no morir.

Pin It en Pinterest

Share This