Los beneficios y efectos secundarios de los suplementos de probióticos

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Los probióticos, en lugar de ayudar, pueden interferir en la recuperación de la microbiota después de tomar antibióticos.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Camila Vicente voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Se dice que un buen microbioma es la única forma de combatir un mal microbioma. Pero, ¿cómo podemos lograr una flora intestinal saludable? Hay una industria multimillonaria detrás de los suplementos probióticos, pero a pesar de miles de ensayos clínicos, nosotros, al igual que nuestro microbioma, no tenemos claridad sobre el tema. Un análisis de los primeros 150 resultados que Google mostró sobre probióticos reveló que la mayoría era de sitios comerciales, que ofrecían, en promedio, la información menos confiable. Muchos de los beneficios que se mencionan carecen de un respaldo científico sólido.

Una revisión reciente de ensayos controlados sobre suplementos probióticos en adultos mayores saludables concluyó que no hay suficiente evidencia para respaldar mejoras en la salud. Por ejemplo, los probióticos no parecen ser efectivos para reducir el TMAO ni para mejorar la cognición en pacientes con demencia. ¿Qué beneficios ofrecen entonces? Algunas preparaciones probióticas han demostrado mejorar la consistencia de las heces, aumentar las evacuaciones y disminuir la hinchazón abdominal, además de reducir la diarrea asociada a antibióticos. Fuera del intestino, se halló que una cepa de Lactobacillus acelera la recuperación de fracturas en la muñeca en personas mayores y mejora la función de la mano, aunque la evidencia más sólida sobre efectos fuera del intestino está relacionada con el sistema inmunológico.

Incluso unas pocas semanas o meses de suplementación con probióticos pueden mejorar la capacidad inmunitaria para combatir patógenos y células cancerosas en comparación con un placebo. Pero, ¿esto se traduce en menos infecciones? Los adultos mayores suelen experimentar entre dos y cinco episodios infecciosos al año, como infecciones respiratorias, digestivas y urinarias. Un metaanálisis de más de una docena de ensayos controlados aleatorios en más de 5 000 adultos mayores, con una edad promedio de 75 años, no encontró un impacto significativo de los probióticos en la frecuencia o duración de las infecciones. Sin embargo, al agrupar todas las infecciones, es posible que se pierdan efectos más específicos. Al analizar los datos más a fondo, se observa que los probióticos pueden ayudar a reducir la incidencia, duración y síntomas del resfriado común, pero no influyen en la incidencia o gravedad de la gripe.

Igualmente, ¿cómo pueden los metaanálisis hacer afirmaciones categóricas sobre la eficacia de los “probióticos” si cada estudio utilizó diferentes tipos y combinaciones de bacterias? Tal vez algunos funcionen, pero la señal positiva se diluye entre tantos datos. Hay investigaciones que indican que distintas cepas de la misma especie de bacteria pueden tener efectos variados. ¿Cuáles son los riesgos de probarlos? También carecemos de datos claros sobre sus posibles efectos adversos. 

Se han documentado casos aislados de efectos adversos graves por el uso de probióticos que no parecen depender de la dosis o la formulación. Sin embargo, la mayoría de los ensayos clínicos no han reportado riesgos significativos. Desafortunadamente, un análisis de cientos de estudios reveló que a menudo faltaba información sobre efectos adversos, lo que reduce nuestra confianza en la seguridad de estos suplementos. Por ejemplo, existe preocupación sobre la resistencia a los antibióticos.

Los probióticos suelen seleccionarse para ser resistentes a los antibióticos, permitiendo su uso conjunto para reducir la diarrea, pero esto puede transferir resistencia a los patógenos en el intestino. Un estudio de suplementos probióticos a nivel mundial, incluidos los Estados Unidos, encontró que todos eran resistentes a la vancomicina, uno de nuestros antibióticos de último recurso. Curiosamente, los probióticos pueden entorpecer la recuperación del microbioma tras un tratamiento antibiótico. Sin probióticos, la recuperación espontánea al estado normal ocurre en tres semanas, mientras que los microbiomas de quienes tomaron probióticos seguían desajustados hasta seis meses después. La recuperación más rápida se observó en quienes recibieron trasplantes fecales. Así como es recomendable conservar tu propia sangre ante un procedimiento electivo, quienes guardaron su propia materia fecal antes de un tratamiento con antibióticos lograron restaurar su microbioma en cuestión de días.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

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Se dice que un buen microbioma es la única forma de combatir un mal microbioma. Pero, ¿cómo podemos lograr una flora intestinal saludable? Hay una industria multimillonaria detrás de los suplementos probióticos, pero a pesar de miles de ensayos clínicos, nosotros, al igual que nuestro microbioma, no tenemos claridad sobre el tema. Un análisis de los primeros 150 resultados que Google mostró sobre probióticos reveló que la mayoría era de sitios comerciales, que ofrecían, en promedio, la información menos confiable. Muchos de los beneficios que se mencionan carecen de un respaldo científico sólido.

Una revisión reciente de ensayos controlados sobre suplementos probióticos en adultos mayores saludables concluyó que no hay suficiente evidencia para respaldar mejoras en la salud. Por ejemplo, los probióticos no parecen ser efectivos para reducir el TMAO ni para mejorar la cognición en pacientes con demencia. ¿Qué beneficios ofrecen entonces? Algunas preparaciones probióticas han demostrado mejorar la consistencia de las heces, aumentar las evacuaciones y disminuir la hinchazón abdominal, además de reducir la diarrea asociada a antibióticos. Fuera del intestino, se halló que una cepa de Lactobacillus acelera la recuperación de fracturas en la muñeca en personas mayores y mejora la función de la mano, aunque la evidencia más sólida sobre efectos fuera del intestino está relacionada con el sistema inmunológico.

Incluso unas pocas semanas o meses de suplementación con probióticos pueden mejorar la capacidad inmunitaria para combatir patógenos y células cancerosas en comparación con un placebo. Pero, ¿esto se traduce en menos infecciones? Los adultos mayores suelen experimentar entre dos y cinco episodios infecciosos al año, como infecciones respiratorias, digestivas y urinarias. Un metaanálisis de más de una docena de ensayos controlados aleatorios en más de 5 000 adultos mayores, con una edad promedio de 75 años, no encontró un impacto significativo de los probióticos en la frecuencia o duración de las infecciones. Sin embargo, al agrupar todas las infecciones, es posible que se pierdan efectos más específicos. Al analizar los datos más a fondo, se observa que los probióticos pueden ayudar a reducir la incidencia, duración y síntomas del resfriado común, pero no influyen en la incidencia o gravedad de la gripe.

Igualmente, ¿cómo pueden los metaanálisis hacer afirmaciones categóricas sobre la eficacia de los “probióticos” si cada estudio utilizó diferentes tipos y combinaciones de bacterias? Tal vez algunos funcionen, pero la señal positiva se diluye entre tantos datos. Hay investigaciones que indican que distintas cepas de la misma especie de bacteria pueden tener efectos variados. ¿Cuáles son los riesgos de probarlos? También carecemos de datos claros sobre sus posibles efectos adversos. 

Se han documentado casos aislados de efectos adversos graves por el uso de probióticos que no parecen depender de la dosis o la formulación. Sin embargo, la mayoría de los ensayos clínicos no han reportado riesgos significativos. Desafortunadamente, un análisis de cientos de estudios reveló que a menudo faltaba información sobre efectos adversos, lo que reduce nuestra confianza en la seguridad de estos suplementos. Por ejemplo, existe preocupación sobre la resistencia a los antibióticos.

Los probióticos suelen seleccionarse para ser resistentes a los antibióticos, permitiendo su uso conjunto para reducir la diarrea, pero esto puede transferir resistencia a los patógenos en el intestino. Un estudio de suplementos probióticos a nivel mundial, incluidos los Estados Unidos, encontró que todos eran resistentes a la vancomicina, uno de nuestros antibióticos de último recurso. Curiosamente, los probióticos pueden entorpecer la recuperación del microbioma tras un tratamiento antibiótico. Sin probióticos, la recuperación espontánea al estado normal ocurre en tres semanas, mientras que los microbiomas de quienes tomaron probióticos seguían desajustados hasta seis meses después. La recuperación más rápida se observó en quienes recibieron trasplantes fecales. Así como es recomendable conservar tu propia sangre ante un procedimiento electivo, quienes guardaron su propia materia fecal antes de un tratamiento con antibióticos lograron restaurar su microbioma en cuestión de días.

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Nota del Doctor

Para más información sobre probióticos ve:

Es mejor alimentar a nuestras bacterias intestinales con prebióticos. Ve Prebióticos: cuidar nuestro jardín internoCómo mantener un microbioma saludable con alimentos prebióticos.

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