Los efectos secundarios de las hormonas de la leche

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Una hora después de beber leche de vaca, los niveles de estrógeno en la sangre de los hombres suben y los de testosterona bajan.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Maria Belén Oliva quien forma parte del equipo de voluntariado de NutritionFacts.org.

Hace décadas que sabemos que las mujeres que comen carne tienen niveles más altos de estrógeno en la sangre. En comparación con las no vegetarianas, se vio que las mujeres vegetarianas tenían un 45% menos del estrógeno humano más potente. Eso podría explicar la menor incidencia de cáncer de mama en quienes comen más plantas. Incluso las semi vegetarianas, que comen menos carne que las mujeres omnívoras, pueden tener niveles de estrógeno mucho más bajos. ¿Por qué? Quizá porque las mujeres vegetarianas eliminan en sus heces de dos a tres veces más estrógenos que sus pares carnívoras. ¿Y por qué pasa eso? Porque el volumen de heces promedio en vegetarianas puede ser el doble. Miren esas “V” pesadas comparadas con las “O” livianas. La idea es que, como las vegetarianas consumen una cantidad de fibra más cercana a lo natural para nuestra especie, quienes dependen más de plantas tienen una eliminación mayor, lo cual ayuda a sacar el exceso de estrógeno del sistema.

También estaría relacionado con las hormonas presentes en productos animales. Por ejemplo, las concentraciones más altas de estrógeno en sangre que se asocian con un alto consumo de lácteos coincidirían con la leche como una de las principales fuentes de estrógenos en la dieta humana. La preocupación es que el mayor consumo de alimentos de origen animal podría tener efectos negativos en el desarrollo de cánceres dependientes de hormonas. Entre los factores de riesgo dietarios, los investigadores estaban más preocupados por la leche y los lácteos, porque la leche que tomamos hoy proviene de vacas preñadas con niveles mucho más altos de estrógeno y progesterona. La manipulación genética de vacas lecheras les permite producir leche durante casi todo el embarazo. Por eso la leche comercial de vaca contiene grandes cantidades de estrógeno y progesterona hoy en día. Eso podría explicar por qué quienes toman leche tienen cinco veces más probabilidades de tener mellizos en comparación con veganos. Ese es el nivel de impacto que los lácteos podrían tener sobre las hormonas.

Pero desconocemos cuánto influyen las hormonas de los lácteos en las nuestras hasta que lo ponemos a prueba. Investigadores quisieron ver qué pasa cuando hombres y niños antes de la pubertad, que normalmente tienen bajo nivel de estrógeno, beben un litro de leche de vaca en menos de diez minutos. Esto fue lo que pasó en los hombres: en menos de una hora, después de beber la leche, subieron los niveles de estrona (y de progesterona), y la testosterona bajó muchísimo en 60 minutos.

Es curioso: hay hombres que no quieren tomar leche de soya por las fitoestrógenos, aunque las de la soya no suelen tener efectos feminizantes en hombres, pero no tienen problema en beber leche de vaca, ¡que sí contiene estrógenos reales!

En los niños, los investigadores vieron lo mismo. Los niveles de estrógeno en el cuerpo se triplicaron después de una hora de tomar leche: la estrona, el potente estradiol, el estriol del embarazo y un metabolito de progesterona. Y la mitad de los chicos ni siquiera logró terminar el litro completo de leche.

Hay otra hormona esteroide sexual en la leche de vaca llamada 5alfa-P (5alfa-pregnenediona), precursora directa de un tipo de testosterona que además de causar acné, también puede favorecer el cáncer de próstata.

Claro que quisiéramos ver estudios clínicos controlados, pero el problema es que no hay un control posible. No existe lácteo sin los estrógenos implicados. Incluso la leche orgánica, proveniente de vacas no inyectadas con más hormonas, contiene hormonas de crecimiento. Porque biológicamente, ese es el objetivo de la leche: hacer que un ternero aumente cientos de kilos.

El problema de que los humanos bebamos hormonas de vaca es que no tenemos un sistema de control natural. Con nuestras propias hormonas, si tenemos demasiado estrógeno u otra cosa, el cerebro lo regula. Pero ese sistema protector queda anulado cuando el cuerpo recibe precursores de dihidrotestosterona a través de los lácteos. El sistema endocrino, el sistema hormonal humano, no evolucionó bajo la influencia de hormonas ingeridas de la leche ni de otras hormonas externas y factores de crecimiento, y no estamos preparados para enfrentar ese tipo de “ataque sorpresa”.

En resumen, la evidencia sugiere que el consumo de hormonas provenientes de lácteos, que no tienen un freno natural, podría ser la fuente de hormonas sexuales esteroides que impulsan el acné y al menos el cáncer de próstata. Quizá esta sea la hipótesis más prometedora o teoría para explicar el origen de varias condiciones que dejan manchas y cicatrices en la piel, acortan o quitan la vida de millones.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Maria Belén Oliva quien forma parte del equipo de voluntariado de NutritionFacts.org.

Hace décadas que sabemos que las mujeres que comen carne tienen niveles más altos de estrógeno en la sangre. En comparación con las no vegetarianas, se vio que las mujeres vegetarianas tenían un 45% menos del estrógeno humano más potente. Eso podría explicar la menor incidencia de cáncer de mama en quienes comen más plantas. Incluso las semi vegetarianas, que comen menos carne que las mujeres omnívoras, pueden tener niveles de estrógeno mucho más bajos. ¿Por qué? Quizá porque las mujeres vegetarianas eliminan en sus heces de dos a tres veces más estrógenos que sus pares carnívoras. ¿Y por qué pasa eso? Porque el volumen de heces promedio en vegetarianas puede ser el doble. Miren esas “V” pesadas comparadas con las “O” livianas. La idea es que, como las vegetarianas consumen una cantidad de fibra más cercana a lo natural para nuestra especie, quienes dependen más de plantas tienen una eliminación mayor, lo cual ayuda a sacar el exceso de estrógeno del sistema.

También estaría relacionado con las hormonas presentes en productos animales. Por ejemplo, las concentraciones más altas de estrógeno en sangre que se asocian con un alto consumo de lácteos coincidirían con la leche como una de las principales fuentes de estrógenos en la dieta humana. La preocupación es que el mayor consumo de alimentos de origen animal podría tener efectos negativos en el desarrollo de cánceres dependientes de hormonas. Entre los factores de riesgo dietarios, los investigadores estaban más preocupados por la leche y los lácteos, porque la leche que tomamos hoy proviene de vacas preñadas con niveles mucho más altos de estrógeno y progesterona. La manipulación genética de vacas lecheras les permite producir leche durante casi todo el embarazo. Por eso la leche comercial de vaca contiene grandes cantidades de estrógeno y progesterona hoy en día. Eso podría explicar por qué quienes toman leche tienen cinco veces más probabilidades de tener mellizos en comparación con veganos. Ese es el nivel de impacto que los lácteos podrían tener sobre las hormonas.

Pero desconocemos cuánto influyen las hormonas de los lácteos en las nuestras hasta que lo ponemos a prueba. Investigadores quisieron ver qué pasa cuando hombres y niños antes de la pubertad, que normalmente tienen bajo nivel de estrógeno, beben un litro de leche de vaca en menos de diez minutos. Esto fue lo que pasó en los hombres: en menos de una hora, después de beber la leche, subieron los niveles de estrona (y de progesterona), y la testosterona bajó muchísimo en 60 minutos.

Es curioso: hay hombres que no quieren tomar leche de soya por las fitoestrógenos, aunque las de la soya no suelen tener efectos feminizantes en hombres, pero no tienen problema en beber leche de vaca, ¡que sí contiene estrógenos reales!

En los niños, los investigadores vieron lo mismo. Los niveles de estrógeno en el cuerpo se triplicaron después de una hora de tomar leche: la estrona, el potente estradiol, el estriol del embarazo y un metabolito de progesterona. Y la mitad de los chicos ni siquiera logró terminar el litro completo de leche.

Hay otra hormona esteroide sexual en la leche de vaca llamada 5alfa-P (5alfa-pregnenediona), precursora directa de un tipo de testosterona que además de causar acné, también puede favorecer el cáncer de próstata.

Claro que quisiéramos ver estudios clínicos controlados, pero el problema es que no hay un control posible. No existe lácteo sin los estrógenos implicados. Incluso la leche orgánica, proveniente de vacas no inyectadas con más hormonas, contiene hormonas de crecimiento. Porque biológicamente, ese es el objetivo de la leche: hacer que un ternero aumente cientos de kilos.

El problema de que los humanos bebamos hormonas de vaca es que no tenemos un sistema de control natural. Con nuestras propias hormonas, si tenemos demasiado estrógeno u otra cosa, el cerebro lo regula. Pero ese sistema protector queda anulado cuando el cuerpo recibe precursores de dihidrotestosterona a través de los lácteos. El sistema endocrino, el sistema hormonal humano, no evolucionó bajo la influencia de hormonas ingeridas de la leche ni de otras hormonas externas y factores de crecimiento, y no estamos preparados para enfrentar ese tipo de “ataque sorpresa”.

En resumen, la evidencia sugiere que el consumo de hormonas provenientes de lácteos, que no tienen un freno natural, podría ser la fuente de hormonas sexuales esteroides que impulsan el acné y al menos el cáncer de próstata. Quizá esta sea la hipótesis más prometedora o teoría para explicar el origen de varias condiciones que dejan manchas y cicatrices en la piel, acortan o quitan la vida de millones.

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