Manipulación de la microbiota con sodium oligomannate para tratar la demencia

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Se ha usado un prebiótico derivado de un tipo de alga marrón para el alzhéimer leve a moderado en China. ¿Funciona?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Maria del Mar Saumell voluntaria activa en NutritionFacts.org.

En 2020, se publicó un notable informe de un caso titulado “Mejora rápida de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer tras el trasplante de microbiota fecal: Informe de un caso”. La FDA permite el uso de trasplantes fecales para el tratamiento de infecciones recalcitrantes de un mal bicho conocido como C. difficile. Se ha informado de mejoras fortuitas tras estos trasplantes en una serie de enfermedades, como el autismo, la calvicie y la esclerosis múltiple.

En el caso de la demencia, se trató a un hombre de 82 años con un historial de cinco años de deterioro gradual de la memoria y la cognición. Su puntuación en el Mini-Mental State Examination era de 20 (sobre 30), lo que indicaba un deterioro cognitivo leve. Pero dos meses después de recibir un trasplante fecal de su mujer, su puntuación era de 26, lo que se considera una cognición normal. Al sexto mes del trasplante, el paciente alcanzó una puntuación casi perfecta de 29, y también informó de una notable mejora en el estado de ánimo, la interacción social y la expresividad.

El posible papel de la flora intestinal en la enfermedad de Alzheimer no es totalmente descabellado. El butirato, que es lo que producen nuestros bichos intestinales buenos cuando comemos fibra, se absorbe del colon al torrente sanguíneo y puede atravesar la barrera hematoencefálica y mejorar la función de la memoria en ratones y ratas. En las personas, se ha descubierto que los microbiomas de los enfermos de Alzheimer tienen menos bichos buenos (productores de butirato) y más bichos malos (inflamatorios). Una de las razones por las que esto no se descarta como simple consecuencia de dietas más pobres (con menos fibra) es que los ratones trasplantados con heces de un paciente con Alzheimer obtienen resultados cognitivos significativamente peores que los alimentados con muestras fecales de un individuo no demente. ¿Podría ser que los trasplantes fecales realmente ayudaran? Pronto lo sabremos, ya que actualmente se está llevando a cabo un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de trasplantes fecales para la enfermedad de Alzheimer.

Se han realizado unas dos docenas de estudios sobre prebióticos, probióticos y alimentos fermentados para la cognición. La mayoría informaron de mejoras en ciertas tareas específicas, pero los resultados fueron inconsistentes, de modo que, en general, no hubo una mejora significativa en la cognición global, ni en ningún dominio cognitivo individual. Por supuesto, las diferencias en la dosificación y las fórmulas dificultan la extracción de conclusiones a partir de datos tan heterogéneos. Se publicó un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo que pretendía mostrar una mejora significativa en las puntuaciones del Mini-Mental State Exam, pero posteriormente se cuestionó la validez de los datos. Preocupaciones similares acechan al oligomanato, un prebiótico aprobado condicionalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer de leve a moderada en China en 2019.

Los patrones alimenticios tradicionales japoneses se han asociado con una mejor función cognitiva en los ancianos y un menor riesgo de demencia. Esa fue evidentemente la inspiración para probar el oligomanato, un prebiótico derivado de un tipo de alga marrón, en un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer. La cognición mejoró en los ratones, pero un ensayo posterior de 24 semanas en humanos con pacientes de Alzheimer no logró ofrecer un beneficio significativo. Para no desanimarse, la empresa farmacéutica Green Valley de Shanghai, creadora del oligomanato, financió otro ensayo en humanos, un estudio multicéntrico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de 36 semanas de duración en el que participaron más de 800 pacientes con demencia de Alzheimer de leve a moderada. Se observaron mejoras significativas en la cognición a partir de las cuatro semanas en los pacientes asignados al azar al oligomanato en comparación con el placebo. Basándose en ese ensayo, salió a la venta en China en diciembre de 2019 por unos 500 dólares al mes.

Actualmente, el oligomannato no se comercializa fuera de China, pero se está llevando a cabo un ensayo clínico de fase 3 similar en América del Norte, cuya finalización se espera para 2026. Según un análisis de seguridad, la incidencia global de reacciones adversas no difirió significativamente entre los grupos activo y placebo. Para moderar el entusiasmo, está la turbia historia de Shanghai Green Valley Pharmaceutical Company, acusada de un “torbellino de sobornos y fraudes” por comercializar ilegalmente supuestos medicamentos milagrosos contra el cáncer. Un destacado académico chino sugirió que el oligomanato podría “convertirse en el mayor caso de fraude en China en el siglo XXI”. El principal desarrollador del oligomanato se unió a otros cientos de investigadores chinos que han sido acusados de falsificación de datos, aunque una investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología chino concluyó que sólo se había encontrado “una pequeña cantidad de imágenes mal utilizadas”.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Maria del Mar Saumell voluntaria activa en NutritionFacts.org.

En 2020, se publicó un notable informe de un caso titulado “Mejora rápida de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer tras el trasplante de microbiota fecal: Informe de un caso”. La FDA permite el uso de trasplantes fecales para el tratamiento de infecciones recalcitrantes de un mal bicho conocido como C. difficile. Se ha informado de mejoras fortuitas tras estos trasplantes en una serie de enfermedades, como el autismo, la calvicie y la esclerosis múltiple.

En el caso de la demencia, se trató a un hombre de 82 años con un historial de cinco años de deterioro gradual de la memoria y la cognición. Su puntuación en el Mini-Mental State Examination era de 20 (sobre 30), lo que indicaba un deterioro cognitivo leve. Pero dos meses después de recibir un trasplante fecal de su mujer, su puntuación era de 26, lo que se considera una cognición normal. Al sexto mes del trasplante, el paciente alcanzó una puntuación casi perfecta de 29, y también informó de una notable mejora en el estado de ánimo, la interacción social y la expresividad.

El posible papel de la flora intestinal en la enfermedad de Alzheimer no es totalmente descabellado. El butirato, que es lo que producen nuestros bichos intestinales buenos cuando comemos fibra, se absorbe del colon al torrente sanguíneo y puede atravesar la barrera hematoencefálica y mejorar la función de la memoria en ratones y ratas. En las personas, se ha descubierto que los microbiomas de los enfermos de Alzheimer tienen menos bichos buenos (productores de butirato) y más bichos malos (inflamatorios). Una de las razones por las que esto no se descarta como simple consecuencia de dietas más pobres (con menos fibra) es que los ratones trasplantados con heces de un paciente con Alzheimer obtienen resultados cognitivos significativamente peores que los alimentados con muestras fecales de un individuo no demente. ¿Podría ser que los trasplantes fecales realmente ayudaran? Pronto lo sabremos, ya que actualmente se está llevando a cabo un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de trasplantes fecales para la enfermedad de Alzheimer.

Se han realizado unas dos docenas de estudios sobre prebióticos, probióticos y alimentos fermentados para la cognición. La mayoría informaron de mejoras en ciertas tareas específicas, pero los resultados fueron inconsistentes, de modo que, en general, no hubo una mejora significativa en la cognición global, ni en ningún dominio cognitivo individual. Por supuesto, las diferencias en la dosificación y las fórmulas dificultan la extracción de conclusiones a partir de datos tan heterogéneos. Se publicó un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo que pretendía mostrar una mejora significativa en las puntuaciones del Mini-Mental State Exam, pero posteriormente se cuestionó la validez de los datos. Preocupaciones similares acechan al oligomanato, un prebiótico aprobado condicionalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer de leve a moderada en China en 2019.

Los patrones alimenticios tradicionales japoneses se han asociado con una mejor función cognitiva en los ancianos y un menor riesgo de demencia. Esa fue evidentemente la inspiración para probar el oligomanato, un prebiótico derivado de un tipo de alga marrón, en un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer. La cognición mejoró en los ratones, pero un ensayo posterior de 24 semanas en humanos con pacientes de Alzheimer no logró ofrecer un beneficio significativo. Para no desanimarse, la empresa farmacéutica Green Valley de Shanghai, creadora del oligomanato, financió otro ensayo en humanos, un estudio multicéntrico, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de 36 semanas de duración en el que participaron más de 800 pacientes con demencia de Alzheimer de leve a moderada. Se observaron mejoras significativas en la cognición a partir de las cuatro semanas en los pacientes asignados al azar al oligomanato en comparación con el placebo. Basándose en ese ensayo, salió a la venta en China en diciembre de 2019 por unos 500 dólares al mes.

Actualmente, el oligomannato no se comercializa fuera de China, pero se está llevando a cabo un ensayo clínico de fase 3 similar en América del Norte, cuya finalización se espera para 2026. Según un análisis de seguridad, la incidencia global de reacciones adversas no difirió significativamente entre los grupos activo y placebo. Para moderar el entusiasmo, está la turbia historia de Shanghai Green Valley Pharmaceutical Company, acusada de un “torbellino de sobornos y fraudes” por comercializar ilegalmente supuestos medicamentos milagrosos contra el cáncer. Un destacado académico chino sugirió que el oligomanato podría “convertirse en el mayor caso de fraude en China en el siglo XXI”. El principal desarrollador del oligomanato se unió a otros cientos de investigadores chinos que han sido acusados de falsificación de datos, aunque una investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología chino concluyó que sólo se había encontrado “una pequeña cantidad de imágenes mal utilizadas”.

Gráficos de Avo Media

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