Tratar el cáncer de próstata terminal con la alimentación

Image Credit: Pixabay. Esta imagen ha sido modificada

El Dr. Dean Ornish demostró que un programa basado en el estilo de vida y en una dieta a base de plantas podría revertir el avance del cáncer de próstata localizado, cuando está en una etapa inicial, con seguimiento “Watch & Wait” (esperar y ver). ¿Qué pasa si la enfermedad ya está en una etapa terminal?

Estos cambios pueden revertir el avance del cáncer de próstata al hacer que la sangre sea ocho veces más efectiva para inhibir el crecimiento de las células cancerígenas. Sin embargo, esos fueron los resultados para el cáncer de próstata localizado, en etapas inciales, con seguimiento “Watch & Wait”.

¿Qué pasa si la enfermedad está en una etapa más avanzada, cuando ya es terminal? Hay algunos estudios de casos espóradicos en la literatura médica que indican que el programa de estilo de vida y dieta vegetal es beneficioso. Por ejemplo, digamos que un hombre con una metástasis considerable de la enfermedad, a quien le han dado tres años de vida, empieza a seguir una dieta estricta a base de plantas. Cuatro años después, parece que el cáncer ha desaparecido. Seis años después, como ya se siente confiado, vuelve un poco a la dieta de antes y empieza a comer “pavo, atún y pollo”; luego, el cáncer regresa con toda la fuerza y el hombre muere. Podría haber sido solo una coincidencia. Este es el problema de los estudios de casos, que son algo así como anécdotas con pretensiones de más. No tienes idea de en qué medida es representativo el resultado a menos que se lo estudie formalmente. Sin embargo, en el siglo XX —hasta 2001—, para el cáncer de próstata avanzado, solo se había hecho este tipo de estudio de casos.

Gracias a todos los estudios de casos, teníamos “evidencia preliminar” de que “el cáncer de próstata podría responder a la dieta, aun después de haber hecho metástasis. Las dietas a base de plantas podrían estar asociadas con una supervivencia más prolongada y casos de remisión de metástasis en los huesos en hombres con la enfermedad en etapa avanzada”. Es por eso que los investigadores decidieron ponerla a prueba con una intervención de cuatro meses. Pensaban que los principales agentes carcinógenos eran el exceso de grasa saturada, una cantidad insuficiente de fibra y el exceso de carne, así que les dieron a los sujetos una dieta vegetal integral, a base de cereales integrales, frijoles, semillas y frutas. Como esta dieta era bastante distinta de la que los sujetos tenían antes, los investigadores incluyeron un componente para reducir el estrés, con la intención de que ayudara en el cumplimiento de la dieta.

¿Quiénes eran los sujetos? Los diez hombres que participaron del estudio no solo tenían cáncer de próstata, sino que, además, a todos se les había hecho una prostatectomía radical para extirpar el tumor primario y luego habían presentado niveles mayores de PSA, signo de una posible metástasis. PSA significa “antígeno prostático específico”, y se produce únicamente en las células de la próstata, pero a los diez hombres les acababan de extirpar la próstata, así que sus niveles de PSA deberían haber sido cero. El hecho de que no solo tuvieran PSA sino de que el antígeno estuviera en aumento indica que la cirugía había fallado, que el cáncer se había diseminado y estaba regresando.

En el minuto 2:43 de mi video Tratar el cáncer de próstata avanzado con la alimentación: parte 1, puedes ver un gráfico que muestra los niveles de PSA de cada uno de los hombres antes de que comenzara el estudio y la velocidad a la que aumentaron. Si la trayectoria del PSA fuera la misma cuatro meses después de empezar a comer sano, significaría que la dieta no había tenido ningún efecto. En teoría, en ese caso, el cáncer seguiría creciendo y diseminándose al mismo ritmo que antes. En lugar de eso, lo que sucedió fue que, en dos de los hombres, el cáncer siguió creciendo y a mayor velocidad, pero en los otros ocho, la intervención aparentemente funcionó y redujo el ritmo de crecimiento del cáncer.  Además, en tres de los hombres, no solo se desaceleró o se detuvo, sino que, aparentemente, también empezó a retroceder y achicarse.

¿A qué se deben las distintas reacciones? Como puedes ver en el minuto 3:31 de mi video, en el estudio del Dr. Ornish, cuanto más se atenían los sujetos a la dieta y las recomendaciones sobre el estilo de vida, mejores resultados tenían. Los cambios en la dieta solo funcionan si los cumples. Solo porque les digas a los pacientes que lleven una dieta vegetal integral, no significa que de verdad vayan a hacerlo. Se puede usar el consumo de fibra como indicador de cumplimiento de la dieta, porque todos los alimentos integrales a base de plantas tienen fibra y los pacientes de Ornish pasaron a consumir casi el doble de fibra: de 31 gramos a 59 gramos.

¿Y cómo les fue a los diez hombres del estudio de 2001? Empezaron peor, con un promedio de solo 14 gramos de fibra por día, y llegaron a consumir solo 19 gramos por día. Eso no es una dieta vegetal integral; ni siquiera llega a la dosis diaria mínima recomendada. Como puedes ver en el minuto 4:18 de mi video, solo cuatro de los diez hombres aumentaron su consumo de fibra: eso puede explicar los distintos resultados. De hecho, el hombre que más aumentó sus niveles de fibra tuvo el mejor resultado de PSA, y el que más bajó la cantidad de fibra tuvo el peor resultado. En efecto, al parecer, cuantos más cambios hacían en la dieta, mejores eran los resultados.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que “una dieta a base de plantas en el contexto de REBAP [reducción del estrés basada en la atención plena]… podría reducir la velocidad de evolución de tumores” y, a diferencia de otros tratamientos, podría darles a los pacientes cierto control sobre su enfermedad. Además, como señaló Ornish: “los únicos efectos secundarios son beneficiosos”.

El Dr. Ornish y sus colegas pudieron demostrar que se revirtió el avance del cáncer de próstata localizado, en una etapa inicial, por medio de un programa basado en el estilo de vida y en una dieta vegetal integral. Además, los investigadores de la Universidad de Massachusetts, entre otras instituciones, demostraron que una dieta similar podría ayudar a disminuir la evolución incluso del cáncer de próstata avanzado en un período de cuatro meses.

¿Qué pasa si se hace esto por más de seis meses? Como discuto en mi video Tratar el cáncer de próstata avanzado con la alimentación: parte 2, los investigadores de la Universidad de California en San Diego sometieron a sus pacientes al mismo protocolo que el estudio de cuatro meses. Una vez más, estos pacientes ya habían recibido tratamiento para el cáncer de próstata invasivo, ya sea por medio de una prostatectomía radical o por radioterapia, y, aun así, sus niveles de PSA iban en aumento, lo que sugería que el tratamiento no había funcionado y que el cáncer seguía evolucionando. “En los pacientes en los que hubo recurrencia [del cáncer], por lo general, el PSA tiende a aumentar de forma exponencial después de la prostatectomía o la radioterapia, lo que refleja el crecimiento gradual e inexorable del cáncer en el cuerpo. Después del tratamiento localizado, el índice de aumento del PSA es el mejor indicador del riesgo de…metástasis y de probabilidad de supervivencia en general”. El paso siguiente sería la terapia hormonal, que es una castración química o quirúrgica, pero ese procedimiento tiene efectos secundarios, entre los que se incluye la pérdida de libido, deseo sexual, fuerza y vitalidad. “Por lo tanto, muchos médicos utilizan una estrategia de observación activa” y esperan la mayor cantidad de tiempo posible. Si lo único que hacen es esperar, ¿por qué no darle una oportunidad a la dieta?

Se les “enseñó a los pacientes a aumentar el consumo de cereales integrales, verduras, frutas y legumbres, y a disminuir el consumo de carne, lácteos y carbohidratos refinados”. De todas las intervenciones de estilo de vida posibles, ¿por qué se eligió una dieta vegetal integral? Como puedes ver en el minuto 1:42 de mi video, las diferencias en los índices de cáncer de próstata varían enormemente a nivel mundial, y ¡Estados Unidos está en primer lugar! ¡Estados Unidos! Por ejemplo, las tasas de cáncer de próstata en Estados Unidos son hasta cien veces más altas que en algunos lugares de Asia. Y la razón no es solo la genética. Cuando una persona migra a Estados Unidos, las tasas de cáncer se disparan en solo una generación, y los nietos de los inmigrantes terminan con los mismos “índices aproximados que la población estadounidense”, al tope de la lista. Se han estudiado muchos factores relacionados con el estilo de vida, pero la dieta parece ser el que más influencia ejerce.

En particular, “el consumo de carne y lácteos, al parecer, aumenta el riesgo, mientras que el consumo de alimentos vegetales lo disminuye”. Así que mejor tener una dieta a base de plantas. Un posible mecanismo encontrado tanto en la carne como en los lácteos es el ácido araquidónico, un compuesto inflamatorio que fabricamos a partir de aceites ricos en omega-6, como el de maíz, girasol, cártamo, y semillas de algodón. También viene “preformado” en los alimentos de origen animal y, en la dieta estadounidense, se encuentra, sobre todo, en el pollo y los huevos. Como puedes ver en el minuto 2:43 de mi video, aparentemente, el ácido araquidónico estimula el crecimiento de las células del cáncer de páncreas hasta un 200 por ciento.

¿Sabes que sucedió cuando los investigadores de la Universidad de California en San Diego les pidieron a los sujetos que dejaran de consumir productos procesados de origen animal por seis meses? En el minuto 2:57 de mi video, puedes ver un gráfico que muestra la velocidad con la que aumentaba el nivel de PSA en los pacientes con cáncer antes de comenzar el estudio. “Cuando no se está haciendo un tratamiento, los niveles de PSA tienden a aumentar de forma exponencial”, pero después de comer más sano, en nueve de los diez sujetos, se redujo el crecimiento de los tumores, y en cuatro de esos nueve, hubo una regresión en el crecimiento del tumor. El tiempo promedio de duplicación —un cálculo aproximado de la cantidad de tiempo que lleva para que un tumor se duplique en tamaño— se redujo de un año a casi diez años.

Otros estudios usaron distintas dietas e intervenciones nutricionales —como suplementos con vitaminas—, pero ninguna funcionó tan bien como esta, y eso que los sujetos no cumplieron tanto con la dieta. Como puedes ver en el minuto 3:41 de mi video, hicieron bien en aumentarles el consumo de cereales integrales en los primeros tres meses, pero luego lo redujeron un poquito, y los hicieron comer más verduras, incluida una porción de verduras de hoja y una porción extra de fruta, al menos al comienzo del estudio. Además, al principio, comían, como mínimo, una porción entera de legumbres por día. Los investigadores “observaron cierto nivel de reincidencia [en la dieta] a los 6 meses”, ya que los sujetos volvían a sus viejos hábitos. Por esa razón, se fijaron si los participantes del estudio tenían más capacidad para darle pelea a la enfermedad en esa etapa temprana. Y, en efecto, al final de los primeros tres meses, en promedio, se revirtió la tendencia del PSA. “Los cambios en la tasa de aumento del PSA —un indicador de la evolución de la enfermedad— iban en la dirección exactamente opuesta a la de los cambios en el consumo de grupos de alimentos vegetales, lo que trae a colación la posibilidad provocadora de que el PSA haya detectado el consumo de estos alimentos, y sugiere que adoptar una dieta a base de plantas podría tener potencial terapéutico en el manejo de esta enfermedad”.

Esos descubrimientos insinúan que se puede desacelerar o incluso revertir la evolución de la enfermedad sin cirugía, radiación ni quimioterapia, a pesar del “consenso científico actual…de que el avance del cáncer es, en gran medida, irreversible”. Los investigadores dicen que sus “hallazgos no niegan los beneficios de las terapias tradicionales ni garantizan que una dieta a base de plantas y reducción del estrés siempre vaya a provocar una remisión”, pero los resultados “sí brindan un aporte a la creciente literatura [médica] que sugiere que, al menos en algunos casos, el cáncer puede ser parcialmente reversible, y que modificar la dieta y el estilo de vida podría ayudar a detener la propagación de la enfermedad”… sin tener que cortar los testículos.

Aguarda un momento. ¿Podemos hacer que la sangre de los hombres sea ocho veces más efectiva para inhibir el crecimiento de las células cancerígenas? No te pierdas Cómo no morir de cáncer.

Nada es absoluto,  pero todo movimiento que hagamos hacia una alimentación más sana ayuda. No te pierdas Supervivencia al cáncer de próstata: la relación A/V.


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Un saludo,

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