Salsa de tomate contra el cáncer de próstata

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¿Qué sucedió cuando a los pacientes con cáncer se les dio a diario 3/4 de taza de salsa de tomate en lata durante tres semanas?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

“Ocasionalmente… ocurren cosas positivas en el campo de la ciencia de la prevención del cáncer que tienden hacia alimentos populares y de buen sabor”. Los vegetales de la familia del brócoli son maravillosos, pero pueden ser ”un alimento difícil de aceptar por el público”. Por el contrario, ¿a quién no le gustan los tomates?

Estudios utilizando suplementos con altas dosis de licopeno, el pigmento rojo antioxidante de los tomates, que se pensaba era un ingrediente activo contra el cáncer, fallaron una y otra vez en prevenir o tratar el cáncer y puede ser que hasta acaben provocándolo, ya que con los niveles más altos de ingesta del suplemento, el licopeno puede realmente actuar como un prooxidante. Pero el licopeno no parece ser efectivo tampoco en forma de suplementos de dosis baja. ”Existe una fuerte correlación protectora entre la ingesta de frutas y verduras enteras y la incidencia de ciertos cánceres”, pero cuando suplementamos con una única sustancia aislada en forma de cápsula, puede descomponer el saludable equilibrio natural de los antioxidantes.  

Parece ser arrogancia humana pensar que podemos reproducir ”los efectos beneficiosos de consumir frutas y verduras enteras” al dar suplementos con un único fitoquímico, el cual normalmente interactúa con otros miles de compuestos en ”la matriz natural” planeada por la madre naturaleza. Además del licopeno, otros carotenoides en los tomates incluyen los betacarotenos, gamacarotenos, zetacarotenos, fitoflueno y fitoeno, todos los cuales se sabe que ”se acumulan en los tejidos de próstata humanos” y también hay numerosos componentes no carotenoides en los tomates que podrían ejercer una actividad contra el cáncer, por no mencionar todos los compuestos que aún faltan por describir.

No se trata de encontrar la varita mágica. ”Los efectos anticancerígenos de los carotenoides y otros fitonutrientes pueden residir en su actividad conjunta”. Por ejemplo, en concentraciones bajas de los componentes del tomate fitoeno, fitoflueno y licopeno, encontradas en la mayoría de la gente que come cantidades normales de tomates, hay un efecto muy pequeño en el crecimiento de las células de cáncer in vitro, cuando se usan por separado, pero combinándolos todos, una dosis no efectiva más otra dosis no efectiva, de alguna manera se transforma en efectiva, suprimiendo significativamente el crecimiento de las células de cáncer de próstata.

La misma sinergia se puede ver en otros alimentos. La curcumina, el pigmento amarillo de la cúrcuma y del polvo de curry, los extractos de tomate y la vitamina E de los frutos secos y semillas hacen más bien poco en inhibir la señal de promoción del crecimiento de las células de cáncer de próstata, menos de 10%, pero los tres juntos suprimen la señal de crecimiento en aproximadamente un 70%. El conjunto es mejor que la suma de sus partes.

Así que, ¿qué sucede si en lugar de darles cápsulas de licopeno a pacientes con cáncer, les damos salsa de tomate? ”A treinta y dos pacientes con cáncer de próstata localizado” se les administraron tres cuartos de taza de salsa de tomate enlatada todos los días ”durante tres semanas antes de programarles una prostatectomía radical”. Los niveles de PSA en su sangre cayeron ”un 17.5%”. El PSA, el antígeno prostático específico, es una proteína producida por las células de la glándula prostática y los niveles elevados en la sangre se utilizan rutinariamente para ”monitorear el éxito del tratamiento de cáncer. Fue sorprendente descubrirlo”. En tan solo tres semanas, una ”intervención alimentaria a base de salsa de tomate” pudo disminuir las concentraciones de PSA en hombres con cáncer de próstata. Incluso, el daño causado por los radicales libres al ADN de sus glóbulos blancos cayó un 21%. Imagina qué tan pobre en antioxidantes debió haber sido su dieta anteriormente, si menos de una taza de salsa de tomate diaria pudo reducir el daño causado al ADN en más de una quinta parte.

Bien, pero ¿qué encontraron en sus próstatas? ”Se piensa que el tejido de próstata humano es particularmente vulnerable al daño oxidativo del ADN causado por los radicales libres, los cuales se piensa que desempeñan un papel crítico en todas las etapas de la formación del cáncer”. Esto puede ser por varias razones, incluyendo ”la disminución de enzimas de reparación del ADN”. Pues bien, los investigadores tomaron muestras del tejido de biopsias antes de la salsa de tomate y muestras de tejido de la cirugía después de tres semanas de ingerir salsa de tomate y el tejido extirpado de los pacientes que consumieron los suplementos con salsa de tomate tuvo un 28% menos daño ocasionado por los radicales libres que lo que se esperaba. Aquí se ve el daño causado al ADN en la próstata antes de la salsa de tomate y aquí, solo 20 días después de la salsa. Lo interesante es que ”no hubo asociación entre” los niveles de licopeno en la próstata y los efectos protectores. Los tomates contienen un montón de sustancias, algunas de las cuales pueden incluso ser más potentes que el licopeno.

De cualquier forma, en contraste con solo los suplementos de licopeno, ”la intervención con alimentos no procesados” pareció ayudar. Para ver si el licopeno desempeña algún papel en absoluto, habría que hacer la prueba con un tomate sin licopeno, en otras palabras, un tomate amarillo. Así que, ¿qué sucede si comparas tomates rojos con tomates amarillos, los cuales contienen todos los componentes sin el licopeno del tomate, a una cápsula de licopeno? Así que, les suministraron a personas pasta de tomate rojo, pasta de tomate amarillo, cápsulas de licopeno o cápsulas placebo y gotearon sangre sobre células cancerosas de próstata en una placa de Petri.

En comparación con aquellos que no comieron nada, el suero del tomate rojo, la sangre de aquellos que comieron la pasta de tomate rojo disminuyó significativamente la expresión celular del cáncer de próstata del gen promotor del crecimiento llamado cyclin D1. Esta disminución del gen, debida al consumo de tomate rojo, ”puede contribuir a reducir el riesgo de cáncer de próstata al limitar la proliferación celular”. El tomate rojo pareció funcionar mejor que el amarillo; por lo que, tal vez el licopeno ayudó, solo que no en forma de cápsulas. ”Este gen no fue regulado por el suero del licopeno en cápsula”, indicando que a lo mejor sea otra cosa. El licopeno solo incrementó significativamente la regulación procarcinogénica de los genes. Por lo que, se puede afirmar que, sería preferible el consumo de tomate.  

Así que, ¿cuál es la mejor manera? Una esposa le escribió al editor de The Harvard Men’s Health Watch diciendo que su marido ”quiere comer pizza… para su próstata”, a lo cual el médico contestó: bien, pero que tal “una pizza sin queso y con brócoli en lugar de pepperoni”, o podría, sencillamente, beber un poco de ”zumo de tomate”.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Aitor Arsuaga y Viviana Garcia.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Íconos creados por Aetem Kovyazin y Alina Oleynik de The Noun Project.

Crédito de la imagen: Daniel Means. Esta imagen ha sido modificada.

Motion graphics de Avocado Video.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

“Ocasionalmente… ocurren cosas positivas en el campo de la ciencia de la prevención del cáncer que tienden hacia alimentos populares y de buen sabor”. Los vegetales de la familia del brócoli son maravillosos, pero pueden ser ”un alimento difícil de aceptar por el público”. Por el contrario, ¿a quién no le gustan los tomates?

Estudios utilizando suplementos con altas dosis de licopeno, el pigmento rojo antioxidante de los tomates, que se pensaba era un ingrediente activo contra el cáncer, fallaron una y otra vez en prevenir o tratar el cáncer y puede ser que hasta acaben provocándolo, ya que con los niveles más altos de ingesta del suplemento, el licopeno puede realmente actuar como un prooxidante. Pero el licopeno no parece ser efectivo tampoco en forma de suplementos de dosis baja. ”Existe una fuerte correlación protectora entre la ingesta de frutas y verduras enteras y la incidencia de ciertos cánceres”, pero cuando suplementamos con una única sustancia aislada en forma de cápsula, puede descomponer el saludable equilibrio natural de los antioxidantes.  

Parece ser arrogancia humana pensar que podemos reproducir ”los efectos beneficiosos de consumir frutas y verduras enteras” al dar suplementos con un único fitoquímico, el cual normalmente interactúa con otros miles de compuestos en ”la matriz natural” planeada por la madre naturaleza. Además del licopeno, otros carotenoides en los tomates incluyen los betacarotenos, gamacarotenos, zetacarotenos, fitoflueno y fitoeno, todos los cuales se sabe que ”se acumulan en los tejidos de próstata humanos” y también hay numerosos componentes no carotenoides en los tomates que podrían ejercer una actividad contra el cáncer, por no mencionar todos los compuestos que aún faltan por describir.

No se trata de encontrar la varita mágica. ”Los efectos anticancerígenos de los carotenoides y otros fitonutrientes pueden residir en su actividad conjunta”. Por ejemplo, en concentraciones bajas de los componentes del tomate fitoeno, fitoflueno y licopeno, encontradas en la mayoría de la gente que come cantidades normales de tomates, hay un efecto muy pequeño en el crecimiento de las células de cáncer in vitro, cuando se usan por separado, pero combinándolos todos, una dosis no efectiva más otra dosis no efectiva, de alguna manera se transforma en efectiva, suprimiendo significativamente el crecimiento de las células de cáncer de próstata.

La misma sinergia se puede ver en otros alimentos. La curcumina, el pigmento amarillo de la cúrcuma y del polvo de curry, los extractos de tomate y la vitamina E de los frutos secos y semillas hacen más bien poco en inhibir la señal de promoción del crecimiento de las células de cáncer de próstata, menos de 10%, pero los tres juntos suprimen la señal de crecimiento en aproximadamente un 70%. El conjunto es mejor que la suma de sus partes.

Así que, ¿qué sucede si en lugar de darles cápsulas de licopeno a pacientes con cáncer, les damos salsa de tomate? ”A treinta y dos pacientes con cáncer de próstata localizado” se les administraron tres cuartos de taza de salsa de tomate enlatada todos los días ”durante tres semanas antes de programarles una prostatectomía radical”. Los niveles de PSA en su sangre cayeron ”un 17.5%”. El PSA, el antígeno prostático específico, es una proteína producida por las células de la glándula prostática y los niveles elevados en la sangre se utilizan rutinariamente para ”monitorear el éxito del tratamiento de cáncer. Fue sorprendente descubrirlo”. En tan solo tres semanas, una ”intervención alimentaria a base de salsa de tomate” pudo disminuir las concentraciones de PSA en hombres con cáncer de próstata. Incluso, el daño causado por los radicales libres al ADN de sus glóbulos blancos cayó un 21%. Imagina qué tan pobre en antioxidantes debió haber sido su dieta anteriormente, si menos de una taza de salsa de tomate diaria pudo reducir el daño causado al ADN en más de una quinta parte.

Bien, pero ¿qué encontraron en sus próstatas? ”Se piensa que el tejido de próstata humano es particularmente vulnerable al daño oxidativo del ADN causado por los radicales libres, los cuales se piensa que desempeñan un papel crítico en todas las etapas de la formación del cáncer”. Esto puede ser por varias razones, incluyendo ”la disminución de enzimas de reparación del ADN”. Pues bien, los investigadores tomaron muestras del tejido de biopsias antes de la salsa de tomate y muestras de tejido de la cirugía después de tres semanas de ingerir salsa de tomate y el tejido extirpado de los pacientes que consumieron los suplementos con salsa de tomate tuvo un 28% menos daño ocasionado por los radicales libres que lo que se esperaba. Aquí se ve el daño causado al ADN en la próstata antes de la salsa de tomate y aquí, solo 20 días después de la salsa. Lo interesante es que ”no hubo asociación entre” los niveles de licopeno en la próstata y los efectos protectores. Los tomates contienen un montón de sustancias, algunas de las cuales pueden incluso ser más potentes que el licopeno.

De cualquier forma, en contraste con solo los suplementos de licopeno, ”la intervención con alimentos no procesados” pareció ayudar. Para ver si el licopeno desempeña algún papel en absoluto, habría que hacer la prueba con un tomate sin licopeno, en otras palabras, un tomate amarillo. Así que, ¿qué sucede si comparas tomates rojos con tomates amarillos, los cuales contienen todos los componentes sin el licopeno del tomate, a una cápsula de licopeno? Así que, les suministraron a personas pasta de tomate rojo, pasta de tomate amarillo, cápsulas de licopeno o cápsulas placebo y gotearon sangre sobre células cancerosas de próstata en una placa de Petri.

En comparación con aquellos que no comieron nada, el suero del tomate rojo, la sangre de aquellos que comieron la pasta de tomate rojo disminuyó significativamente la expresión celular del cáncer de próstata del gen promotor del crecimiento llamado cyclin D1. Esta disminución del gen, debida al consumo de tomate rojo, ”puede contribuir a reducir el riesgo de cáncer de próstata al limitar la proliferación celular”. El tomate rojo pareció funcionar mejor que el amarillo; por lo que, tal vez el licopeno ayudó, solo que no en forma de cápsulas. ”Este gen no fue regulado por el suero del licopeno en cápsula”, indicando que a lo mejor sea otra cosa. El licopeno solo incrementó significativamente la regulación procarcinogénica de los genes. Por lo que, se puede afirmar que, sería preferible el consumo de tomate.  

Así que, ¿cuál es la mejor manera? Una esposa le escribió al editor de The Harvard Men’s Health Watch diciendo que su marido ”quiere comer pizza… para su próstata”, a lo cual el médico contestó: bien, pero que tal “una pizza sin queso y con brócoli en lugar de pepperoni”, o podría, sencillamente, beber un poco de ”zumo de tomate”.

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Nota del Doctor

¿Por qué comer salsa de tomate cuando se puede simplemente tomar suplementos de licopeno? Ve mi último video: Suplementos de licopeno vs. cáncer de próstata.

¿Deberíamos evitar algún alimento? Ve, por ejemplo: Supervivencia al cáncer de próstata: la relación A/V y Cómo nuestras bacterias intestinales pueden utilizar los huevos para acelerar el cáncer.

Podríamos prevenir el cáncer o incluso revertir la progresión del cáncer con la alimentación, ver:

¡Pero no es fácil que los hombres cambien! Ve: Cambiar la alimentación masculina luego de un diagnóstico de cáncer de próstata.

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