El estudio sobre la vitamina C y el cáncer que lo empezó todo

Image Credit: Marcelo Leal / Unsplash. Esta imagen ha sido modificada.

En 1975 hubo un increíble caso de un hombre de 42 años con un linfoma no Hodgkin maligno, que experimentó una regresión dramática después de recibir grades dosis ultravenosas de vitamina C, como cuento en el video Vitamina C intravenosa para pacientes de cáncer terminal. Parecía que el hombre se había curado y dejaron de darle la vitamina C; pero el cáncer volvió. Entonces le volvieron a dar la vitamina C y aparentemente el cáncer volvió a remitir. A veces el cáncer se va de forma espontánea; no ocurre a menudo, pero ocurre. Así que podríamos pensar que la primera vez fue espontánea, y que solo fue una coincidencia que empezase cuando se le dio la vitamina C. Sin embargo, teniendo en cuenta en qué punto estaba el cáncer, que la remisión fue muy rápida, que volvió cuando se paró la vitamina C y luego volvió a remitir al volver a darle la vitamina C, parecía muy probable que la vitamina haya tenido algo que ver. 

Hay que admitir que existen las remisiones espontáneas múltiples. Hubo un caso recientemente de una mujer con cáncer cervical que parecía haberse curado con radiación y quimioterapia. Pero el cáncer volvió y ella se negó a volver a tratarse; y los tumores se fueron solos, luego volvieron, luego se fueron, luego volvieron, luego se fueron, luego volvieron y por cuarta vez volvieron a remitir; todo esto sin ningún tratamiento aparente. Así que es posible que el caso de la vitamina C fuese una simple coincidencia loca, y poco tenga que ver con la vitamina en sí. Nunca lo sabes hasta que no lo pones a prueba.

Los investigadores le pidieron ayuda a Linus Pauling, el considerado como el mejor químico del siglo XX, él mismo interesado en la vitamina C. Si él no es capaz de conseguir financiación, nadie lo es; y no pudo. Fueron al Instituto Nacional del Cáncer con datos prometedores sobre 40 pacientes de cáncer que habían sido tratados con vitamina C y pidieron fondos para poder hacer un ensayo aleatorizado doble ciego. En este tipo de estudio cogerían pacientes de cáncer incurable para los que la medicina ya no tiene nada más que ofrecer, los repartirían en dos grupos, y a uno le darían la vitamina C mientras que al otro le darían una solución salina, prácticamente como agua, y verían quién vive más tiempo. Ni los pacientes ni los médicos podrían saber quién se lleva el placebo y quién la vitamina C. Los investigadores junto con Puling pidieron durante años que se les concediesen becas para poder hacer este estudio y fueron rechazados año tras año tras año. Así que aprovecharon todos los fondos que pudieron encontrar e hicieron lo mejor que pudieron con ellos. Publicaron su estudio en 1976. 

Los investigadores no habían podido llevar a cabo un estudio con grupo de control pero para entonces ya habían tratado a cien pacientes terminales de cáncer con vitamina C. Así que compararon su progreso a mil pacientes terminales que no habían recibido el tratamiento. Por cada paciente que había recibido la vitamina C, había diez de la misma edad y con el mismo tipo de cáncer que habían sido tratados en el mismo hospital pero no habían recibido el tratamiento. Para los pacientes con cáncer de mama, en cien días habían muerto el 80% de las mujeres en el grupo de control (recuerda que eran pacientes terminales). Sin embargo, en el grupo de la vitamina C, la mitad seguían vivos casi un año después. En este grupo había mujeres con cáncer de mama en estado terminal que seguían vivas 2170 días después, y contando.

Los grupos de control para todos los tipos de cáncer estudiados tuvieron resultados muy malos: la mayoría murieron entre los 100 y 200 días, mientras que los pacientes del grupo de la vitamina C tuvieron resultados mucho mejores. En general la media de supervivencia fue 4 veces más alta, más de 200 días en lugar de los 50 del grupo de control. Los investigadores concluyeron que “los resultado indican claramente que esta forma simple y segura de medicación tiene un valor definitivo en el tratamiento de pacientes con cáncer avanzado”. Pero entonces, ¿qué pasó después de que se publicase ese estudio en 1976?

Recibieron muchas críticas por utilizar controles de después de los tratamientos. Es fácil que esto lleve al sesgo y la parcialidad. Si los investigadores escogen, de forma consciente o no, pacientes para el grupo de control que estaban más enfermos que los pacientes del tratamiento, los del grupo de control morirían antes y no tendría nada que ver con el tratamiento. De hecho, existe evidencia de que eso fue lo que ocurrió: un 20% del grupo de control murió en tan solo unos días después de ser considerados en estado terminal, mientras que nadie del grupo del tratamiento murió tan pronto. No pinta muy bien, pero aún así el estudio consiguió convencer al instituto Nacional del Cáncer para financiar un ensayo aleatorizado con grupo de control; y además en la Mayo Clinic. Para saber qué descubrieron, puedes ver Suplementos de vitamina C para pacientes con cáncer terminalEl rol de la vitamina C en el tratamiento del cáncer terminal.


Tengo un montón de videos sobre el cáncer. Aquí tienes algunos: 

Un saludo,

Michael Greger

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