El sector de la carne propone una alteración de la medicina científico-estadística.
Los estudios sobre la carne de los Annals of Internal Medicine no pasan el GRADE
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniel González voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Unos artículos publicados en Annals of Internal Medicine concluyeron recomendando a la gente que sigan comiendo carne roja y procesada. Los investigadores de nutrición reprendieron esos artículos. El presidente del Departamento de Nutrición de Harvard lo llamó: “una recomendación de salud pública muy irresponsable” y el anterior presidente del Departamento se contuvo todavía menos: “Es el abuso de datos más atroz que he visto nunca”, dijo Walter Willett. “Hay muchos y muchos problemas”. Empecemos a investigarlos.
El primero de los muchos puntos débiles serios era que el análisis y las recomendaciones se habían basado principalmente en el criterio GRADE, del que hablé en mi último video. Los autores se equivocaron al aplicar la herramienta GRADE, puesto que estaba diseñada para ensayos de medicamentos.
GRADE califica automáticamente estudios de observación con notas de “bajo”, “muy bajo” por “certeza de pruebas”, que es justo lo que se quiere cuando se evalúan pruebas de ensayos de medicamentos. El ensayo debería ser aleatorizado, doble ciego y comparado con placebo para demostrar los riesgos y beneficios del medicamento. Pero la imposibilidad de dirigir ensayos clínicos aleatorizados para muchas exposiciones alimentarias, de estilo de vida y ambientales hace que los criterios sean inapropiados en estas zonas, porque habría que controlar la dieta diaria de la gente y seguirles durante décadas.
“Con un ensayo doble ciego y controlado de carne roja y otros alimentos no se puede investigar infartos o cáncer”. “Para factores dietéticos y de estilo de vida, es imposible usar los mismos estándares que para los ensayos”. Imagina decir a unas personas que fumen una caja de cigarrillos cada día durante los próximos 20 años para demostrar que los cigarrillos provocan cáncer de pulmón. ¿Y cómo puedes hacerlo doble ciego? ¿Que el grupo de referencia fume cigarrillos placebo?
Pero, en los artículos de la carne, los estudios se rebajaban por falta del factor doble ciego. ¡Pues claro! ¿Cómo se puede enmascarar a la gente en ensayos de nutrición sobre lo que están comiendo? La herramienta GRADE no es la adecuada para ensayos dietéticos. En verdad, los autores reconocen que sus recomendaciones difieren de las demás porque otras directrices no han usado el método GRADE. Y la razón es “no puedes aleatorizar a la gente para que fume, evite el ejercicio físico, respire aire contaminado, coma mucho azúcar o carne roja y después seguirles durante 40 años para ver si mueren. Eso no significa que no tengas pruebas. Solo significa que hay que verlas de una forma más sofisticada”. Y existen métodos alternativos al GRADE, como, por ejemplo, NutriGrade, que se han desarrollado específicamente para evaluar pruebas de estudios sobre factores nutritivos y de estilo de vida.
Así que, ¿la apelación del autor a criterios de pruebas está motivada por un interés auténtico para llegar al fondo de la cuestión? ¿O es solo para avanzar el interés financiero de las compañías, como había hecho antes el mismo autor a petición de empresas de refrescos y de golosinas? “La herramienta que empleó en sus estudios de carne y azúcar se podría abusar para desacreditar varias advertencias de salud establecidas, como la relación entre tabaquismo pasivo y cardiopatía, contaminación atmosférica y problemas sanitarios, inactividad física y enfermedad crónica o grasas trans”. Los sectores podrían usarlo para sembrar dudas en campos donde los ensayos aleatorizados no son factibles, como el cambio climático. ¿Qué vas a tener? ¿Un planeta placebo? Una adhesión estricta a las directrices de GRADE serviría para cuestionar la relación entre tabaquismo y cáncer de pulmón.
Sé que no se puede aleatorizar a la gente para que fume, pero ¿sí para que la gente deje de fumar? Aquí tienen un ensayo aleatorizado de los efectos en ancianos sobre consejos para dejar de fumar. De los aleatorizados para que no fumaran, el 13,7 por ciento murieron en el intervalo del estudio, pero, del grupo de referencia, que no tenían instrucciones especiales, solo murieron el 12,9 por ciento. En otras palabras, no funcionó. Resulta decepcionante que los investigadores concluyeran que no encontraron pruebas de reducción de mortalidad total. Espera, entonces ¿resulta que fumar no es malo? Claro que no. ¿Alguien ve el gran problema? No aleatorizaron a la gente para que dejara de fumar. Aleatorizaron a gente para aconsejar que dejaran de fumar. No es como si pudieran encerrar a gente en una habitación durante unos años. En la última revisión, el grupo sin tabaco fumaba 8 cigarrillos al día comparado con los 12 cigarrillos al día del grupo de referencia. Así que no sorprende que no haya diferencia de mortalidad ya que no hay casi diferencia en la forma de fumar. Y pasa igual con las dietas.
Ha habido enormes ensayos aleatorizados sobre alimentación: la Women’s Health Initiative, el Multiple Risk Factor Intervention Trial, que malgastaron cientos de millones de dólares porque la gente no siguió los consejos alimenticios. Así que los grupos seguían dietas similares al final y los resultados de enfermedades fueron similares como con el ensayo clínico aleatorizado para dejar de fumar. Este fracaso no es por la inexperiencia de los investigadores: algunos de los mejores equipos de investigación dirigen estos ensayos y se esforzaron muchísimo para alcanzar estos objetivos. Pero demuestra que no se pueden hacer ensayos aleatorizados que duren décadas y que requieren cambios en conducta alimentaria. Nadie lo hará. Los ensayos aleatorizados ni siquiera pudieron mostrar un efecto sobre la mortalidad del tabaquismo, lo que impresiona bastante, ya que es uno de los factores de riesgo más conocidos del mundo.
Así que, la conclusión inevitable de poner a prueba de esta forma esta basura es que se haría eco en el nuevo informe sobre carne de que la gente debería “comer lo que quieran y hacer lo que quieran”. Es como un secuestro aéreo de la medicina científico-estadística. Por supuesto que queremos las mejores pruebas posibles, pero todo el proceso está siendo “manipulado y mal usado para apoyar programas trastornados o pervertidos”.
“Fascina y llama mucho la atención decir que no hay necesidad de reducir el consumo de carne. Fascina menos decir que hemos evaluado la validez de los estudios con un sistema que no estaba pensado para evaluar la validez de los estudios y no encontramos nada”. Cuando le preguntaron si los médicos pueden aconsejar a la gente si una ensalada es más sana que un bol lleno de azúcar, unos de los coautores principales de los artículos sobre carne respondió que los médicos deberían decir a la gente que la calidad de las pruebas es baja; así que depende principalmente en sus preferencias”. “Cuando los criterios GRADE no permiten desaconsejar encarecidamente fumar un cigarrillo con tu bol de azúcar, creemos que son preferibles los métodos alternativos de evaluación”.
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Gráficos de Avo Media
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniel González voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Unos artículos publicados en Annals of Internal Medicine concluyeron recomendando a la gente que sigan comiendo carne roja y procesada. Los investigadores de nutrición reprendieron esos artículos. El presidente del Departamento de Nutrición de Harvard lo llamó: “una recomendación de salud pública muy irresponsable” y el anterior presidente del Departamento se contuvo todavía menos: “Es el abuso de datos más atroz que he visto nunca”, dijo Walter Willett. “Hay muchos y muchos problemas”. Empecemos a investigarlos.
El primero de los muchos puntos débiles serios era que el análisis y las recomendaciones se habían basado principalmente en el criterio GRADE, del que hablé en mi último video. Los autores se equivocaron al aplicar la herramienta GRADE, puesto que estaba diseñada para ensayos de medicamentos.
GRADE califica automáticamente estudios de observación con notas de “bajo”, “muy bajo” por “certeza de pruebas”, que es justo lo que se quiere cuando se evalúan pruebas de ensayos de medicamentos. El ensayo debería ser aleatorizado, doble ciego y comparado con placebo para demostrar los riesgos y beneficios del medicamento. Pero la imposibilidad de dirigir ensayos clínicos aleatorizados para muchas exposiciones alimentarias, de estilo de vida y ambientales hace que los criterios sean inapropiados en estas zonas, porque habría que controlar la dieta diaria de la gente y seguirles durante décadas.
“Con un ensayo doble ciego y controlado de carne roja y otros alimentos no se puede investigar infartos o cáncer”. “Para factores dietéticos y de estilo de vida, es imposible usar los mismos estándares que para los ensayos”. Imagina decir a unas personas que fumen una caja de cigarrillos cada día durante los próximos 20 años para demostrar que los cigarrillos provocan cáncer de pulmón. ¿Y cómo puedes hacerlo doble ciego? ¿Que el grupo de referencia fume cigarrillos placebo?
Pero, en los artículos de la carne, los estudios se rebajaban por falta del factor doble ciego. ¡Pues claro! ¿Cómo se puede enmascarar a la gente en ensayos de nutrición sobre lo que están comiendo? La herramienta GRADE no es la adecuada para ensayos dietéticos. En verdad, los autores reconocen que sus recomendaciones difieren de las demás porque otras directrices no han usado el método GRADE. Y la razón es “no puedes aleatorizar a la gente para que fume, evite el ejercicio físico, respire aire contaminado, coma mucho azúcar o carne roja y después seguirles durante 40 años para ver si mueren. Eso no significa que no tengas pruebas. Solo significa que hay que verlas de una forma más sofisticada”. Y existen métodos alternativos al GRADE, como, por ejemplo, NutriGrade, que se han desarrollado específicamente para evaluar pruebas de estudios sobre factores nutritivos y de estilo de vida.
Así que, ¿la apelación del autor a criterios de pruebas está motivada por un interés auténtico para llegar al fondo de la cuestión? ¿O es solo para avanzar el interés financiero de las compañías, como había hecho antes el mismo autor a petición de empresas de refrescos y de golosinas? “La herramienta que empleó en sus estudios de carne y azúcar se podría abusar para desacreditar varias advertencias de salud establecidas, como la relación entre tabaquismo pasivo y cardiopatía, contaminación atmosférica y problemas sanitarios, inactividad física y enfermedad crónica o grasas trans”. Los sectores podrían usarlo para sembrar dudas en campos donde los ensayos aleatorizados no son factibles, como el cambio climático. ¿Qué vas a tener? ¿Un planeta placebo? Una adhesión estricta a las directrices de GRADE serviría para cuestionar la relación entre tabaquismo y cáncer de pulmón.
Sé que no se puede aleatorizar a la gente para que fume, pero ¿sí para que la gente deje de fumar? Aquí tienen un ensayo aleatorizado de los efectos en ancianos sobre consejos para dejar de fumar. De los aleatorizados para que no fumaran, el 13,7 por ciento murieron en el intervalo del estudio, pero, del grupo de referencia, que no tenían instrucciones especiales, solo murieron el 12,9 por ciento. En otras palabras, no funcionó. Resulta decepcionante que los investigadores concluyeran que no encontraron pruebas de reducción de mortalidad total. Espera, entonces ¿resulta que fumar no es malo? Claro que no. ¿Alguien ve el gran problema? No aleatorizaron a la gente para que dejara de fumar. Aleatorizaron a gente para aconsejar que dejaran de fumar. No es como si pudieran encerrar a gente en una habitación durante unos años. En la última revisión, el grupo sin tabaco fumaba 8 cigarrillos al día comparado con los 12 cigarrillos al día del grupo de referencia. Así que no sorprende que no haya diferencia de mortalidad ya que no hay casi diferencia en la forma de fumar. Y pasa igual con las dietas.
Ha habido enormes ensayos aleatorizados sobre alimentación: la Women’s Health Initiative, el Multiple Risk Factor Intervention Trial, que malgastaron cientos de millones de dólares porque la gente no siguió los consejos alimenticios. Así que los grupos seguían dietas similares al final y los resultados de enfermedades fueron similares como con el ensayo clínico aleatorizado para dejar de fumar. Este fracaso no es por la inexperiencia de los investigadores: algunos de los mejores equipos de investigación dirigen estos ensayos y se esforzaron muchísimo para alcanzar estos objetivos. Pero demuestra que no se pueden hacer ensayos aleatorizados que duren décadas y que requieren cambios en conducta alimentaria. Nadie lo hará. Los ensayos aleatorizados ni siquiera pudieron mostrar un efecto sobre la mortalidad del tabaquismo, lo que impresiona bastante, ya que es uno de los factores de riesgo más conocidos del mundo.
Así que, la conclusión inevitable de poner a prueba de esta forma esta basura es que se haría eco en el nuevo informe sobre carne de que la gente debería “comer lo que quieran y hacer lo que quieran”. Es como un secuestro aéreo de la medicina científico-estadística. Por supuesto que queremos las mejores pruebas posibles, pero todo el proceso está siendo “manipulado y mal usado para apoyar programas trastornados o pervertidos”.
“Fascina y llama mucho la atención decir que no hay necesidad de reducir el consumo de carne. Fascina menos decir que hemos evaluado la validez de los estudios con un sistema que no estaba pensado para evaluar la validez de los estudios y no encontramos nada”. Cuando le preguntaron si los médicos pueden aconsejar a la gente si una ensalada es más sana que un bol lleno de azúcar, unos de los coautores principales de los artículos sobre carne respondió que los médicos deberían decir a la gente que la calidad de las pruebas es baja; así que depende principalmente en sus preferencias”. “Cuando los criterios GRADE no permiten desaconsejar encarecidamente fumar un cigarrillo con tu bol de azúcar, creemos que son preferibles los métodos alternativos de evaluación”.
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Gráficos de Avo Media
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Los estudios sobre la carne de los Annals of Internal Medicine no pasan el GRADE
LicenciaCreative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
URLNota del Doctor
Este es el cuarto video de una serie de ocho sobre cómo los sectores afectan las directrices dietéticas y de salud. Los primeros tres videos tratan sobre qué pasó cuando el comité de las directrices dietéticas de 2015 recomendaron reducir el consumo de azúcar e introdujeron el método GRADE para evaluar las directrices clínicas:
- Cómo la industria del azúcar socaba a las recomendaciones dietéticas
- Cómo la industria del azúcar manipuló la ciencia para las recomendaciones dietéticas
- Los estudios obervacionales muestran resultados similares a los ensayos aleatorizados controlados
Los próximos cuatro videos de la serie son:
- Existe un conflicto de intereses en los estudios sobre la carne de los Annals of Internal Medicine
- Los riesgos en la salud en comparación con los beneficios del consumo de carne
- Cómo la industria de la carne manipula la ciencia
- ¿Cuánto afecta a la longevidad el consumo de carne?
Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.