Kiwi para el resfriado

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En comparación a los plátanos, ¿los kiwis disminuyen la incidencia y la gravedad de las infecciones respiratorias de vías altas (resfriados)?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Leonardo Alanís y Alberto Martínez voluntarios activos en NutritionFacts.org. La revisión del contenido ha sido realizada por Leire Rosado. 

Es bien sabido que las deficiencias de ciertas vitaminas y minerales pueden llevar a un deterioro significativo de la función inmunológica y a un aumento de la propensión a contraer infecciones, lo que puede revertirse mediante la suplementación para los individuos con dichas deficiencias. Sin embargo, no se sabe en qué medida esto puede ayudar a mantener un equilibrio óptimo en el sistema inmunitario de las personas con una alimentación adecuada. Por ello, unos investigadores en Nueva Zelanda probaron a suplementar con kiwis. En una placa de Petri, el puré de kiwi amarillo parecía potenciar la actividad natural de los linfocitos en sangre y estimular la respuesta a la vacuna del tétanos. No obstante, ¿sucede lo mismo en las placas Petri que en nuestros cuerpos?

Un estudio demostró que dos conjuntos de genes asociados al sistema inmunitario incrementan al comer 3 kiwis al día. Pero ¿realmente nos ayudan a combatir infecciones? No se sabía… ¡hasta hace poco!

Unos investigadores de Nueva Zelanda descubrieron que el consumo de kiwi amarillo reduce la gravedad y duración de ciertos síntomas relacionados con las infecciones respiratorias de las vías altas. ¿Por qué utilizaron esta variedad de kiwis? Porque el estudio lo financió la empresa propietaria de la patente de esa fruta. Varias docenas de personas de edad avanzada fueron distribuidas aleatoriamente en dos grupos; en uno comían 2 plátanos al día, y en otro, 4 kiwis al día durante un mes. Después se intercambiaron: al mes siguiente, el grupo de los plátanos comió kiwis, y el grupo de los kiwis comió plátanos.

El razón de emplear bananas como “placebo” era proporcionar una alternativa con unas calorías relativamente similares, pero con un valor nutricional más bajo.
 
La finalidad del estudio era determinar si el consumo habitual de kiwis amarillos reduce la incidencia, duración y gravedad de los síntomas de las infecciones respiratorias de las vías altas (como el resfriado común) en comparación con los plátanos. No se pudo confirmar una reducción de la incidencia total, pero los que enfermaron durante la fase con kiwi experimentaron una disminución significativa de la gravedad y la duración de la congestión y el resfriado, así como de la duración del dolor de garganta.
 
Y no fue solo por un poco. Los enfermos que comían plátanos sufrieron dolor de garganta y congestión durante cinco días, al contrario de los que comían kiwi, quienes se sintieron mejor tan solo uno o dos días después. Eso es revelador.
 
La razón por la se estudió a personas de edad avanzada es que suelen ser más susceptibles a las infecciones respiratorias. Los niños representan otro grupo de riesgo, con un promedio de infección dos veces mayor que los adultos (de cuatro a seis por año). Así, 66 niños en edad preescolar fueron distribuidos al azar en los mismos grupos de antes (kiwis contra plátanos). No solo se volvieron a detectar mejoras significativas en los síntomas de los se enfermaron en el grupo de los kiwis: directamente enfermaron menos niños, con un 45% menos de probabilidades de contraer un resfriado o gripe, lo que significa que la probabilidad de contraer un resfriado o gripe de los niños del grupo de kiwis se redujo a casi la mitad.
 
Esto sugiere que el consumo de kiwi puede ser una receta diaria para la salud; sin embargo, en una encuesta realizada a 3.500 niños se demostró que aproximadamente 1 de cada 150 son alérgicos a esta fruta, lo cual los situó en el puesto número 3 de las alergias alimentarias más comunes, después de la leche y los huevos y antes de los cacahuetes (maní). Por lo tanto, no sirve para todo el mundo.

 

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen PublicDomainPictures vía Pixabay.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Leonardo Alanís y Alberto Martínez voluntarios activos en NutritionFacts.org. La revisión del contenido ha sido realizada por Leire Rosado. 

Es bien sabido que las deficiencias de ciertas vitaminas y minerales pueden llevar a un deterioro significativo de la función inmunológica y a un aumento de la propensión a contraer infecciones, lo que puede revertirse mediante la suplementación para los individuos con dichas deficiencias. Sin embargo, no se sabe en qué medida esto puede ayudar a mantener un equilibrio óptimo en el sistema inmunitario de las personas con una alimentación adecuada. Por ello, unos investigadores en Nueva Zelanda probaron a suplementar con kiwis. En una placa de Petri, el puré de kiwi amarillo parecía potenciar la actividad natural de los linfocitos en sangre y estimular la respuesta a la vacuna del tétanos. No obstante, ¿sucede lo mismo en las placas Petri que en nuestros cuerpos?

Un estudio demostró que dos conjuntos de genes asociados al sistema inmunitario incrementan al comer 3 kiwis al día. Pero ¿realmente nos ayudan a combatir infecciones? No se sabía… ¡hasta hace poco!

Unos investigadores de Nueva Zelanda descubrieron que el consumo de kiwi amarillo reduce la gravedad y duración de ciertos síntomas relacionados con las infecciones respiratorias de las vías altas. ¿Por qué utilizaron esta variedad de kiwis? Porque el estudio lo financió la empresa propietaria de la patente de esa fruta. Varias docenas de personas de edad avanzada fueron distribuidas aleatoriamente en dos grupos; en uno comían 2 plátanos al día, y en otro, 4 kiwis al día durante un mes. Después se intercambiaron: al mes siguiente, el grupo de los plátanos comió kiwis, y el grupo de los kiwis comió plátanos.

El razón de emplear bananas como “placebo” era proporcionar una alternativa con unas calorías relativamente similares, pero con un valor nutricional más bajo.
 
La finalidad del estudio era determinar si el consumo habitual de kiwis amarillos reduce la incidencia, duración y gravedad de los síntomas de las infecciones respiratorias de las vías altas (como el resfriado común) en comparación con los plátanos. No se pudo confirmar una reducción de la incidencia total, pero los que enfermaron durante la fase con kiwi experimentaron una disminución significativa de la gravedad y la duración de la congestión y el resfriado, así como de la duración del dolor de garganta.
 
Y no fue solo por un poco. Los enfermos que comían plátanos sufrieron dolor de garganta y congestión durante cinco días, al contrario de los que comían kiwi, quienes se sintieron mejor tan solo uno o dos días después. Eso es revelador.
 
La razón por la se estudió a personas de edad avanzada es que suelen ser más susceptibles a las infecciones respiratorias. Los niños representan otro grupo de riesgo, con un promedio de infección dos veces mayor que los adultos (de cuatro a seis por año). Así, 66 niños en edad preescolar fueron distribuidos al azar en los mismos grupos de antes (kiwis contra plátanos). No solo se volvieron a detectar mejoras significativas en los síntomas de los se enfermaron en el grupo de los kiwis: directamente enfermaron menos niños, con un 45% menos de probabilidades de contraer un resfriado o gripe, lo que significa que la probabilidad de contraer un resfriado o gripe de los niños del grupo de kiwis se redujo a casi la mitad.
 
Esto sugiere que el consumo de kiwi puede ser una receta diaria para la salud; sin embargo, en una encuesta realizada a 3.500 niños se demostró que aproximadamente 1 de cada 150 son alérgicos a esta fruta, lo cual los situó en el puesto número 3 de las alergias alimentarias más comunes, después de la leche y los huevos y antes de los cacahuetes (maní). Por lo tanto, no sirve para todo el mundo.

 

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Créditos de la imagen PublicDomainPictures vía Pixabay.

Nota del Doctor

El lado bueno de los conflictos de intereses económicos es que ofrecen una inusual fuente de fondos para la investigación de frutas y verduras. Para saber más sobre los kiwis, visita: 

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