Las enfermedades del corazón podrían comenzar en el útero

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La formación de estrías grasas se produce en las arterias fetales humanas y está relacionada con el nivel de colesterol de la madre embarazada.

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La estrategia para prevenir el riesgo de enfermedad cardíaca desde la infancia ha sido descrita como radical pero, ¿es realmente tan radical? Lo radical sería en verdad adoptar este concepto y realmente hacer algo al respecto. La alternativa es continuar confiando indefinidamente en las actuales estrategias que son costosas y parcialmente eficaces, para tratar los factores de riesgo ya establecidos -como son los niveles altos de colesterol-, que pueden haber estado causando la progresión de la enfermedad durante toda la vida. Una falta de diagnóstico y tratamiento de los factores de riesgo en la juventud pueden ser una oportunidad perdida para prevenir las consecuencias de la enfermedad cardíaca a largo plazo, la principal causa de discapacidad y muerte en los Estados Unidos tanto para hombres como para mujeres.

Podríamos prevenir el 90% de los ataques al corazón. Tal afirmación hubiera parecido imposible hace 50 años, pero ahora sabemos que es posible detener esta epidemia. Hay dos maneras en que podemos hacerlo. La primera es mediante el enfoque de la medicina clínica, según el que los médicos identificarían niños en riesgo y abogarían enérgicamente por cambios de estilo de vida o les prescribirían medicamentos. Este modelo puede aplicarse, a lo sumo, solo a unos pocos individuos. Las visitas al médico duran 15 minutos, la medicina preventiva no se reembolsa y las intervenciones dirigidas hacia los individuos son a menudo ineficaces ya que no son compatibles con la cultura del entorno. Para detener por completo el progreso de la enfermedad, uno debe llevar una dieta casi exclusivamente a base de plantas, algo que no ha sido oficialmente recomendado por temor a “desalentar” al público. Sin embargo, nuestro trabajo como médicos es decir la verdad y dejar que el público decida.

Es por eso que para prevenir la aterosclerosis necesitamos grandes cambios sociales y culturales que se extiendan a toda la población. La evidencia disponible justifica el comienzo de un verdadero movimiento social que con el tiempo será apoyado oficialmente por las autoridades.

El objetivo de eliminar el 90 % de las enfermedades coronarias es factible. Los cambios culturales y sociales necesarios para lograr este objetivo no serán fáciles, y no van a ocurrir pronto, pero es hora de empezar.

Las últimas directrices aprobadas por la Academia de Pediatría para el test universal de colesterol en todos los niños, comenzando alrededor de los nueve años, podrían ser demasiado conservadoras. ¿Por qué no comenzar a los dos años? Es entonces cuando los padres generalmente se encuentran comprometidos y atentos a los exámenes médicos de los niños y cuando existen oportunidades adicionales para la educación de los padres sobre la importancia de la dieta, el ejercicio y un estilo de vida saludable; no solo para sus hijos, sino para ellos también, porque la aterosclerosis puede comenzar incluso antes del nacimiento y depende de lo que comieron nuestras madres.

La formación de estrías grasas se produce en las arterias fetales humanas y se agrava en gran medida por el nivel de colesterol de la madre embarazada. Se obtuvieron arterias de abortos espontáneos y de recién nacidos prematuros que murieron a las 12 horas del nacimiento y alrededor del final del segundo trimestre. Se observaron las arterias de los fetos de madres con niveles normales de colesterol y de madres embarazadas con colesterol alto, y las arterias fetales de madres con colesterol alto tenían lesiones dramáticamente mayores.

Esto sugiere no solo que las enfermedades del corazón pueden comenzar mucho antes de lo que se suponía, sino que también depende de los niveles de colesterol maternos. Por lo tanto, la aterosclerosis no solo podría comenzar como una enfermedad nutricional de la infancia, sino como una enfermedad nutricional del embarazo.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Malamud y María Fernández.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes gracias a Britt-knee a través de Flickr.

La estrategia para prevenir el riesgo de enfermedad cardíaca desde la infancia ha sido descrita como radical pero, ¿es realmente tan radical? Lo radical sería en verdad adoptar este concepto y realmente hacer algo al respecto. La alternativa es continuar confiando indefinidamente en las actuales estrategias que son costosas y parcialmente eficaces, para tratar los factores de riesgo ya establecidos -como son los niveles altos de colesterol-, que pueden haber estado causando la progresión de la enfermedad durante toda la vida. Una falta de diagnóstico y tratamiento de los factores de riesgo en la juventud pueden ser una oportunidad perdida para prevenir las consecuencias de la enfermedad cardíaca a largo plazo, la principal causa de discapacidad y muerte en los Estados Unidos tanto para hombres como para mujeres.

Podríamos prevenir el 90% de los ataques al corazón. Tal afirmación hubiera parecido imposible hace 50 años, pero ahora sabemos que es posible detener esta epidemia. Hay dos maneras en que podemos hacerlo. La primera es mediante el enfoque de la medicina clínica, según el que los médicos identificarían niños en riesgo y abogarían enérgicamente por cambios de estilo de vida o les prescribirían medicamentos. Este modelo puede aplicarse, a lo sumo, solo a unos pocos individuos. Las visitas al médico duran 15 minutos, la medicina preventiva no se reembolsa y las intervenciones dirigidas hacia los individuos son a menudo ineficaces ya que no son compatibles con la cultura del entorno. Para detener por completo el progreso de la enfermedad, uno debe llevar una dieta casi exclusivamente a base de plantas, algo que no ha sido oficialmente recomendado por temor a “desalentar” al público. Sin embargo, nuestro trabajo como médicos es decir la verdad y dejar que el público decida.

Es por eso que para prevenir la aterosclerosis necesitamos grandes cambios sociales y culturales que se extiendan a toda la población. La evidencia disponible justifica el comienzo de un verdadero movimiento social que con el tiempo será apoyado oficialmente por las autoridades.

El objetivo de eliminar el 90 % de las enfermedades coronarias es factible. Los cambios culturales y sociales necesarios para lograr este objetivo no serán fáciles, y no van a ocurrir pronto, pero es hora de empezar.

Las últimas directrices aprobadas por la Academia de Pediatría para el test universal de colesterol en todos los niños, comenzando alrededor de los nueve años, podrían ser demasiado conservadoras. ¿Por qué no comenzar a los dos años? Es entonces cuando los padres generalmente se encuentran comprometidos y atentos a los exámenes médicos de los niños y cuando existen oportunidades adicionales para la educación de los padres sobre la importancia de la dieta, el ejercicio y un estilo de vida saludable; no solo para sus hijos, sino para ellos también, porque la aterosclerosis puede comenzar incluso antes del nacimiento y depende de lo que comieron nuestras madres.

La formación de estrías grasas se produce en las arterias fetales humanas y se agrava en gran medida por el nivel de colesterol de la madre embarazada. Se obtuvieron arterias de abortos espontáneos y de recién nacidos prematuros que murieron a las 12 horas del nacimiento y alrededor del final del segundo trimestre. Se observaron las arterias de los fetos de madres con niveles normales de colesterol y de madres embarazadas con colesterol alto, y las arterias fetales de madres con colesterol alto tenían lesiones dramáticamente mayores.

Esto sugiere no solo que las enfermedades del corazón pueden comenzar mucho antes de lo que se suponía, sino que también depende de los niveles de colesterol maternos. Por lo tanto, la aterosclerosis no solo podría comenzar como una enfermedad nutricional de la infancia, sino como una enfermedad nutricional del embarazo.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Malamud y María Fernández.

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