La revolución del microbioma en la medicina está comenzando a revelar el subestimado rol que nuestras bacterias intestinales sanas desempeñan en la nutrición y la salud.
Microbioma: la historia interna
Recientemente, se ha demostrado que nuestro ADN no cuenta toda la historia sobre nuestra individualidad y, otros factores, los factores ambientales, desempeñan un papel importante en la salud y la enfermedad humanas, gracias a dos revoluciones de la biología. Primero fue la epigenética, con la cual se ha demostrado que la alimentación y los cambios en el estilo de vida pueden activar y desactivar los genes. Y la segunda, nuestro creciente entendimiento de nuestro microbioma, cómo los cambios en nuestra flora intestinal parecen tener un gran impacto en la biología humana.
Hasta hace relativamente poco, el colon era considerado como un depósito de retención de residuos y la absorción de agua era su gran función biológica. El problema fue que era difícil llegar hasta allí y no éramos capaces de cultivar la mayoría de los microbios en un laboratorio. Hasta un 99% de todos los microbios no crecen en condiciones estándar de laboratorio y así, ¿cómo se analiza algo que no se puede estudiar? Pero ahora tenemos técnicas genéticas de lujo.
Nos tomó 13 años identificar la secuencia del ADN de la primera de todas las bacterias. En la actualidad, la misma hazaña solo tardaría dos horas. Y lo que hemos aprendido es que cada uno de nosotros se puede considerar un superorganismo, una especie de híbrido humano-microbio. Tenemos billones de bacterias que viven dentro de nosotros. Un comentarista hasta dijo que todos somos bacterias, una forma provocativa de reconocer que hay más células bacterianas y genes que células humanas y genes en nuestro cuerpo y la mayoría de estas bacterias viven en nuestro intestino.
Todos los animales y plantas parecen establecer relaciones simbióticas con microorganismos y, en nosotros, nuestra flora intestinal puede considerarse como un órgano olvidado. Entre los efectos promotores de la salud de las bacterias beneficiosas se incluyen la estimulación de nuestro sistema inmunológico, la mejora de la digestión y la absorción, la creación de vitaminas, la inhibición del crecimiento de patógenos potenciales y el impedir que nos sintamos hinchados. Pero si las bacterias perjudiciales toman el poder, pueden producir sustancias cancerígenas, causar putrefacción de proteínas en nuestro intestino, producir toxinas, arruinar nuestra función intestinal y causar infecciones.
Los investigadores todavía están en el proceso de averiguar cuáles bacterias son cuales. Hay más de mil tipos diferentes de bacterias que viven en el colon humano. Solo para darte una idea de la complejidad, permíteme mostrarte un diagrama de un estudio habitual de la flora intestinal. Este es el mayor estudio de este tipo realizado en ancianos, que muestra que los adultos mayores más frágiles tienden a albergar microbios similares, lo que sugiere que puede ser la mala alimentación en hogares de ancianos lo que está causando este cambio, el cual puede desempeñar un papel en los problemas de salud a medida que envejecemos, como se puede ver con claridad en el gráfico 4. Es decir, obvio. Afortunadamente, no todos los diagramas del microbioma son tan complejos.
Basándonos en el estudio de lo que se observa en gemelos, en aquellos que habitualmente consumen dietas diferentes, en heces de todo el mundo, se ha evidenciado que la alimentación cumple un papel dominante sobre las bacterias de nuestro colon y que los cambios impulsados por la alimentación ocurren de días a semanas.
Cambiamos nuestra alimentación y cambiamos nuestra flora intestinal. La esperanza de afectar la salud con la alimentación puede ser uno de los conceptos más antiguos de la medicina; sin embargo, solo en años recientes, nuestra comprensión de la fisiología humana ha crecido hasta el punto en que podemos empezar a entender cómo componentes individuales de la alimentación afectan a enfermedades específicas a través de nuestras bacterias intestinales. La grasa láctea en ese trozo de pizza, por ejemplo, puede competir con la bilis y alimentar a una bacteria que produce el gas de huevo podrido, el sulfuro de hidrógeno, el cual se ha asociado experimentalmente a la colitis (enfermedad inflamatoria intestinal). La fibra, por otra parte, alimenta a nuestras bacterias beneficiosas y disminuye la inflamación del colon. La colina, que se encuentra en los huevos, los mariscos y las aves de corral, así como la carnitina en la carne roja, puede convertise en óxido de trimetilamina y contribuir a la enfermedad cardiaca y tal vez a la enfermedad del hígado graso y el exceso de hierro puede interferir con nuestras bacterias buenas y contribuir también a la inflamación.
La buena noticia es que intervenciones alimentarias específicas ofrecen un potencial emocionante de formas de alterar la microbiología intestinal y el metabolismo, en formas fisiológicas no tóxicas, para beneficiar el curso natural de muchos trastornos intestinales y sistémicos.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Núñez y Viviana Garcia.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- K Riehle, C Coarfa, A Jackson, J Ma, A Tandon, S Paithankar, S Raghuraman, T A Mistretta, D Saulnier, S Raza, M A Diaz, R Shulman, K Aagaard, J Versalovic, A Milosavljevic. The Genboree Microbiome Toolset and the analysis of 16S rRNA microbial sequences. BMC Bioinformatics. 2012;13 Suppl 13:S11.
- V Hughes. Microbiome: Cultural differences. Nature. 2012 Dec 6;492(7427):S14-5.
- C D Simões, J Maukonen, J Kaprio, A Rissanen, K H Pietiläinen, M Saarela. Habitual dietary intake is associated with stool microbiota composition in monozygotic twins. J Nutr. 2013 Apr;143(4):417-23.
- M J Claesson, I B Jeffery, S Conde, S E Power, E M O'Connor, S Cusack, H M Harris, M Coakley, B Lakshminarayanan, O O'Sullivan, G F Fitzgerald, J Deane, M O'Connor, N Harnedy, K O'Connor, D O'Mahony, D van Sinderen, M Wallace, L Brennan, C Stanton, J R Marchesi, A P Fitzgerald, F Shanahan, C Hill , R P Ross, P W O'Toole. Gut microbiota composition correlates with diet and health in the elderly. Nature. 2012 Aug 9;488(7410):178-84.
- J Maukonen, M Saarela. Human gut microbiota: does diet matter? Proc Nutr Soc. 2015 Feb;74(1):23-36.
- I Zilber-Rosenberg, E Rosenberg. Role of microorganisms in the evolution of animals and plants: the hologenome theory of evolution. FEMS Microbiol Rev. 2008 Aug;32(5):723-35.
- J R Goldsmith, R B Sartor. The role of diet on intestinal microbiota metabolism: downstream impacts on host immune function and health, and therapeutic implications. J Gastroenterol. 2014 May;49(5):785-98.
- D M Saulnier, S Kolida, G R Gibson. Microbiology of the human intestinal tract and approaches for its dietary modulation. Curr Pharm Des. 2009;15(13):1403-14.
- K M Tuohy, C Gougoulias, Q Shen, G Walton, F Fava, P Ramnani. Studying the human gut microbiota in the trans-omics era--focus on metagenomics and metabonomics. Curr Pharm Des. 2009;15(13):1415-27.
- D J Triggle. Nous sommes tous des bacteries: implications for medicine, pharmacology and public health. Biochem Pharmacol. 2012 Dec 15;84(12):1543-50.
- R Goodacre. Metabolomics of a superorganism. J Nutr. 2007 Jan;137(1 Suppl):259S-266S.
- R D Sleator. The human superorganism - of microbes and men. Med Hypotheses. 2010 Feb;74(2):214-5.
- R D Fleischmann, M D Adams, O White, R A Clayton, E F Kirkness, A R Kerlavage, C J Bult, J F Tomb, B A Dougherty, J M Merrick, et al. Whole-genome random sequencing and assembly of Haemophilus influenzae Rd. Science. 1995 Jul 28;269(5223):496-512.
- D Ornish, M J Magbanua, G Weidner, V Weinberg, C Kemp, C Green, M D Mattie, R Marlin, J Simko, K Shinohara, C M Haqq, P R Carroll. Changes in prostate gene expression in men undergoing an intensive nutrition and lifestyle intervention. Proc Natl Acad Sci U S A. 2008 Jun 17;105(24):8369-74.
- L Liu, Y Li, S Li, N Hu, Y He, R Pong, D Lin, L Lu, M Law. Comparison of Next-Generation Sequencing Systems. J Biomed Biotechnol. 2012;2012:251364.
Recientemente, se ha demostrado que nuestro ADN no cuenta toda la historia sobre nuestra individualidad y, otros factores, los factores ambientales, desempeñan un papel importante en la salud y la enfermedad humanas, gracias a dos revoluciones de la biología. Primero fue la epigenética, con la cual se ha demostrado que la alimentación y los cambios en el estilo de vida pueden activar y desactivar los genes. Y la segunda, nuestro creciente entendimiento de nuestro microbioma, cómo los cambios en nuestra flora intestinal parecen tener un gran impacto en la biología humana.
Hasta hace relativamente poco, el colon era considerado como un depósito de retención de residuos y la absorción de agua era su gran función biológica. El problema fue que era difícil llegar hasta allí y no éramos capaces de cultivar la mayoría de los microbios en un laboratorio. Hasta un 99% de todos los microbios no crecen en condiciones estándar de laboratorio y así, ¿cómo se analiza algo que no se puede estudiar? Pero ahora tenemos técnicas genéticas de lujo.
Nos tomó 13 años identificar la secuencia del ADN de la primera de todas las bacterias. En la actualidad, la misma hazaña solo tardaría dos horas. Y lo que hemos aprendido es que cada uno de nosotros se puede considerar un superorganismo, una especie de híbrido humano-microbio. Tenemos billones de bacterias que viven dentro de nosotros. Un comentarista hasta dijo que todos somos bacterias, una forma provocativa de reconocer que hay más células bacterianas y genes que células humanas y genes en nuestro cuerpo y la mayoría de estas bacterias viven en nuestro intestino.
Todos los animales y plantas parecen establecer relaciones simbióticas con microorganismos y, en nosotros, nuestra flora intestinal puede considerarse como un órgano olvidado. Entre los efectos promotores de la salud de las bacterias beneficiosas se incluyen la estimulación de nuestro sistema inmunológico, la mejora de la digestión y la absorción, la creación de vitaminas, la inhibición del crecimiento de patógenos potenciales y el impedir que nos sintamos hinchados. Pero si las bacterias perjudiciales toman el poder, pueden producir sustancias cancerígenas, causar putrefacción de proteínas en nuestro intestino, producir toxinas, arruinar nuestra función intestinal y causar infecciones.
Los investigadores todavía están en el proceso de averiguar cuáles bacterias son cuales. Hay más de mil tipos diferentes de bacterias que viven en el colon humano. Solo para darte una idea de la complejidad, permíteme mostrarte un diagrama de un estudio habitual de la flora intestinal. Este es el mayor estudio de este tipo realizado en ancianos, que muestra que los adultos mayores más frágiles tienden a albergar microbios similares, lo que sugiere que puede ser la mala alimentación en hogares de ancianos lo que está causando este cambio, el cual puede desempeñar un papel en los problemas de salud a medida que envejecemos, como se puede ver con claridad en el gráfico 4. Es decir, obvio. Afortunadamente, no todos los diagramas del microbioma son tan complejos.
Basándonos en el estudio de lo que se observa en gemelos, en aquellos que habitualmente consumen dietas diferentes, en heces de todo el mundo, se ha evidenciado que la alimentación cumple un papel dominante sobre las bacterias de nuestro colon y que los cambios impulsados por la alimentación ocurren de días a semanas.
Cambiamos nuestra alimentación y cambiamos nuestra flora intestinal. La esperanza de afectar la salud con la alimentación puede ser uno de los conceptos más antiguos de la medicina; sin embargo, solo en años recientes, nuestra comprensión de la fisiología humana ha crecido hasta el punto en que podemos empezar a entender cómo componentes individuales de la alimentación afectan a enfermedades específicas a través de nuestras bacterias intestinales. La grasa láctea en ese trozo de pizza, por ejemplo, puede competir con la bilis y alimentar a una bacteria que produce el gas de huevo podrido, el sulfuro de hidrógeno, el cual se ha asociado experimentalmente a la colitis (enfermedad inflamatoria intestinal). La fibra, por otra parte, alimenta a nuestras bacterias beneficiosas y disminuye la inflamación del colon. La colina, que se encuentra en los huevos, los mariscos y las aves de corral, así como la carnitina en la carne roja, puede convertise en óxido de trimetilamina y contribuir a la enfermedad cardiaca y tal vez a la enfermedad del hígado graso y el exceso de hierro puede interferir con nuestras bacterias buenas y contribuir también a la inflamación.
La buena noticia es que intervenciones alimentarias específicas ofrecen un potencial emocionante de formas de alterar la microbiología intestinal y el metabolismo, en formas fisiológicas no tóxicas, para beneficiar el curso natural de muchos trastornos intestinales y sistémicos.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Núñez y Viviana Garcia.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- K Riehle, C Coarfa, A Jackson, J Ma, A Tandon, S Paithankar, S Raghuraman, T A Mistretta, D Saulnier, S Raza, M A Diaz, R Shulman, K Aagaard, J Versalovic, A Milosavljevic. The Genboree Microbiome Toolset and the analysis of 16S rRNA microbial sequences. BMC Bioinformatics. 2012;13 Suppl 13:S11.
- V Hughes. Microbiome: Cultural differences. Nature. 2012 Dec 6;492(7427):S14-5.
- C D Simões, J Maukonen, J Kaprio, A Rissanen, K H Pietiläinen, M Saarela. Habitual dietary intake is associated with stool microbiota composition in monozygotic twins. J Nutr. 2013 Apr;143(4):417-23.
- M J Claesson, I B Jeffery, S Conde, S E Power, E M O'Connor, S Cusack, H M Harris, M Coakley, B Lakshminarayanan, O O'Sullivan, G F Fitzgerald, J Deane, M O'Connor, N Harnedy, K O'Connor, D O'Mahony, D van Sinderen, M Wallace, L Brennan, C Stanton, J R Marchesi, A P Fitzgerald, F Shanahan, C Hill , R P Ross, P W O'Toole. Gut microbiota composition correlates with diet and health in the elderly. Nature. 2012 Aug 9;488(7410):178-84.
- J Maukonen, M Saarela. Human gut microbiota: does diet matter? Proc Nutr Soc. 2015 Feb;74(1):23-36.
- I Zilber-Rosenberg, E Rosenberg. Role of microorganisms in the evolution of animals and plants: the hologenome theory of evolution. FEMS Microbiol Rev. 2008 Aug;32(5):723-35.
- J R Goldsmith, R B Sartor. The role of diet on intestinal microbiota metabolism: downstream impacts on host immune function and health, and therapeutic implications. J Gastroenterol. 2014 May;49(5):785-98.
- D M Saulnier, S Kolida, G R Gibson. Microbiology of the human intestinal tract and approaches for its dietary modulation. Curr Pharm Des. 2009;15(13):1403-14.
- K M Tuohy, C Gougoulias, Q Shen, G Walton, F Fava, P Ramnani. Studying the human gut microbiota in the trans-omics era--focus on metagenomics and metabonomics. Curr Pharm Des. 2009;15(13):1415-27.
- D J Triggle. Nous sommes tous des bacteries: implications for medicine, pharmacology and public health. Biochem Pharmacol. 2012 Dec 15;84(12):1543-50.
- R Goodacre. Metabolomics of a superorganism. J Nutr. 2007 Jan;137(1 Suppl):259S-266S.
- R D Sleator. The human superorganism - of microbes and men. Med Hypotheses. 2010 Feb;74(2):214-5.
- R D Fleischmann, M D Adams, O White, R A Clayton, E F Kirkness, A R Kerlavage, C J Bult, J F Tomb, B A Dougherty, J M Merrick, et al. Whole-genome random sequencing and assembly of Haemophilus influenzae Rd. Science. 1995 Jul 28;269(5223):496-512.
- D Ornish, M J Magbanua, G Weidner, V Weinberg, C Kemp, C Green, M D Mattie, R Marlin, J Simko, K Shinohara, C M Haqq, P R Carroll. Changes in prostate gene expression in men undergoing an intensive nutrition and lifestyle intervention. Proc Natl Acad Sci U S A. 2008 Jun 17;105(24):8369-74.
- L Liu, Y Li, S Li, N Hu, Y He, R Pong, D Lin, L Lu, M Law. Comparison of Next-Generation Sequencing Systems. J Biomed Biotechnol. 2012;2012:251364.
Comparte "Microbioma: la historia interna"
Puedes compartir este material en la red o impreso bajo nuestra licencia Creative Commons. Deberás atribuir el artículo a NutritionFacts.org y agregar la liga a nuestro sitio en tu publicación
Si se realizan cambios en el texto o video original, se debe indicar, razonablemente, lo que ha cambiado en relación con el artículo o el video.
No se puede usar nuestro contenido para propósitos comerciales.
No puede aplicar términos legales o medidas tecnológicas que restrinjan a otros a hacer cualquier cosa permitida aquí.
Si tienes alguna duda, por favor Contáctanos
Microbioma: la historia interna
LicenciaCreative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
URLNota del Doctor
Este es el primero de una extensa serie de detallados vídeos sobre el microbioma, aunque había hablado anteriormente sobre la flora amistosa en:
- Cómo reducir la producción de ácido biliar cancerígeno
- Proteína putrefacta y enzimas ”intoxicantes”
- ¿Por qué las dietas a base de plantas mejoran la artritis reumatoide?
- Guerras intestinales: sulfuro de hidrógeno vs. butirato
- Prevenir la colitis ulcerativa con la alimentación
- Tratar la colitis ulcerativa con la alimentación
¿Cómo mantiene el cuerpo el correcto equilibrio de bacterias? Ve el siguiente vídeo: Prebióticos: cuidar nuestro jardín interno; te sorprenderá. (¡Lo sé, a mi también!)
Normalmente agrego más videos sobre este tema, puedes verlos todos en la página temática de Microbioma.
Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis vídeos de forma gratuita haciendo click aquí.
Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.