Los suplementos de vitamina D puestos a prueba para la enfermedad de Crohn.
Vitamina D para la enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), “una afección inflamatoria crónica del intestino que provoca dolor abdominal, diarrea, y pérdida de peso”, abarca la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Cuando se comparan gemelos idénticos, la mayoría de las veces se observa que, aunque tienen los mismos genes, si uno de los gemelos tiene EII, el otro no. Por lo tanto, tiene que haber otros factores desencadentantes importantes que no son genéticos. ¿Cuáles podrían ser?
Hay estudios que nos dan una pista. ¿Por qué las personas que viven en el sur de Estados Unidos presentan índices de EII más bajos que aquellas que viven en el norte? Tal vez sea porque los sureños reciben más luz solar, lo que implica más vitamina D y quizás, también, menos inflamación.
Ahora bien, las personas con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa que presentan niveles bajos de vitamina D, ¿tienen cuadros peores de la enfermedad? Parece que sí. No solo hay un mayor riesgo de hospitalización y de tener que someterse a una cirugía, sino que, además, para aquellos que normalizan sus niveles de vitamina D, también se reducen las probabilidades de sufrir una recaída. Sin embargo, no es que niveles mayores de vitamina D conducen a un mejor cuadro de la enfermedad de Crohn, sino que un mejor control de la enfermedad lleva a tener niveles más altos de vitamina D. De hecho, puede ser que la persona se sienta tan bien, que pasa más tiempo fuera, lo que “aumenta la actividad física y la exposición al sol al aire libre”. No sabemos si es causa y efecto, a menos que lo pongamos a prueba.
En el primer estudio piloto se probaron 1000 unidades de vitamina D por día, y no se observaron cambios en el índice de actividad de la enfermedad de Crohn. Sin embargo, a las seis semanas, pudo haber ocurrido un pequeño aumento en el índice de calidad de vida de EII, pero incluso eso desapareció para el final del año, por lo que los resultados fueron, en general, bastante decepcionantes. Quizás los investigadores no usaron suficiente vitamina D. ¿Qué pasaría si se usaran 1200 IU por día? Con esos niveles, el índice de recaída disminuía a la mitad, como se puede ver en el minuto 1:45 de mi video, aunque, en el estudio, hubo muy pocos participantes como para llegar a un resultado significativo para las estadísticas. ¿Qué sucede cuando se toman 2000 UI de vitamina D por día? La permeabilidad intestinal siguió empeorando en el grupo placebo, pero pareció estabilizarse en el grupo que tomaba vitamina D. Sin embargo, aparentemente, la inflamación disminuyó de manera significativa solo en las personas que alcanzaron niveles en sangre de más de 75 nanomoles por litro. Y, de hecho, si a los pacientes con la enfermedad de Crohn se les comienza a administrar 1000 UI de vitamina D por día, y luego se aumenta la dosis hasta alcanzar el nivel esperado en sangre, es posible experimentar una mejora significativa en la calidad de vida, acompañada de un descenso importante en la actividad de la enfermedad, tal como puedes ver en el minuto 2:19 de mi video. Un índice menor de 150 se considera remisión, por lo que “la mayoría de los pacientes logró una remisión”, con mejoras en la actividad de la enfermedad. Esto les sucedió a todas las personas que participaron en el estudio, menos una. Esto sugiere que los pacientes con enfermedad de Crohn se beneficiarían de tomar 5000 UI de vitamina D por día, aunque esa cifra es diez veces mayor que el aporte nutricional recomendado. ¿Por qué tanto? Porque es lo que se necesitaría tomar para alcanzar los niveles de vitamina D normales para nuestra especie, es decir, los niveles que uno obtendría corriendo semidesnudo por África, como hicimos por millones de años.
Esto es una aproximación al contenido de audio del vídeo. Para ver los gráficos, imágenes y citas a las que el Dr. Greger puede estar refiriéndose, ver el vídeo arriba. Traducción y edición de Rosana Battagliotti y Tamara Amor.
Por favor, considera ofrecerte voluntario para ayudar a la web.
Imagen gracias a Meditations a través de pixabay. La imagen ha sido modificada.
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), “una afección inflamatoria crónica del intestino que provoca dolor abdominal, diarrea, y pérdida de peso”, abarca la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Cuando se comparan gemelos idénticos, la mayoría de las veces se observa que, aunque tienen los mismos genes, si uno de los gemelos tiene EII, el otro no. Por lo tanto, tiene que haber otros factores desencadentantes importantes que no son genéticos. ¿Cuáles podrían ser?
Hay estudios que nos dan una pista. ¿Por qué las personas que viven en el sur de Estados Unidos presentan índices de EII más bajos que aquellas que viven en el norte? Tal vez sea porque los sureños reciben más luz solar, lo que implica más vitamina D y quizás, también, menos inflamación.
Ahora bien, las personas con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa que presentan niveles bajos de vitamina D, ¿tienen cuadros peores de la enfermedad? Parece que sí. No solo hay un mayor riesgo de hospitalización y de tener que someterse a una cirugía, sino que, además, para aquellos que normalizan sus niveles de vitamina D, también se reducen las probabilidades de sufrir una recaída. Sin embargo, no es que niveles mayores de vitamina D conducen a un mejor cuadro de la enfermedad de Crohn, sino que un mejor control de la enfermedad lleva a tener niveles más altos de vitamina D. De hecho, puede ser que la persona se sienta tan bien, que pasa más tiempo fuera, lo que “aumenta la actividad física y la exposición al sol al aire libre”. No sabemos si es causa y efecto, a menos que lo pongamos a prueba.
En el primer estudio piloto se probaron 1000 unidades de vitamina D por día, y no se observaron cambios en el índice de actividad de la enfermedad de Crohn. Sin embargo, a las seis semanas, pudo haber ocurrido un pequeño aumento en el índice de calidad de vida de EII, pero incluso eso desapareció para el final del año, por lo que los resultados fueron, en general, bastante decepcionantes. Quizás los investigadores no usaron suficiente vitamina D. ¿Qué pasaría si se usaran 1200 IU por día? Con esos niveles, el índice de recaída disminuía a la mitad, como se puede ver en el minuto 1:45 de mi video, aunque, en el estudio, hubo muy pocos participantes como para llegar a un resultado significativo para las estadísticas. ¿Qué sucede cuando se toman 2000 UI de vitamina D por día? La permeabilidad intestinal siguió empeorando en el grupo placebo, pero pareció estabilizarse en el grupo que tomaba vitamina D. Sin embargo, aparentemente, la inflamación disminuyó de manera significativa solo en las personas que alcanzaron niveles en sangre de más de 75 nanomoles por litro. Y, de hecho, si a los pacientes con la enfermedad de Crohn se les comienza a administrar 1000 UI de vitamina D por día, y luego se aumenta la dosis hasta alcanzar el nivel esperado en sangre, es posible experimentar una mejora significativa en la calidad de vida, acompañada de un descenso importante en la actividad de la enfermedad, tal como puedes ver en el minuto 2:19 de mi video. Un índice menor de 150 se considera remisión, por lo que “la mayoría de los pacientes logró una remisión”, con mejoras en la actividad de la enfermedad. Esto les sucedió a todas las personas que participaron en el estudio, menos una. Esto sugiere que los pacientes con enfermedad de Crohn se beneficiarían de tomar 5000 UI de vitamina D por día, aunque esa cifra es diez veces mayor que el aporte nutricional recomendado. ¿Por qué tanto? Porque es lo que se necesitaría tomar para alcanzar los niveles de vitamina D normales para nuestra especie, es decir, los niveles que uno obtendría corriendo semidesnudo por África, como hicimos por millones de años.
Esto es una aproximación al contenido de audio del vídeo. Para ver los gráficos, imágenes y citas a las que el Dr. Greger puede estar refiriéndose, ver el vídeo arriba. Traducción y edición de Rosana Battagliotti y Tamara Amor.
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Vitamina D para la enfermedad inflamatoria intestinal
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