Prevenir la enfermedad de Crohn con la dieta

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Las dietas centradas en alimentos vegetales integrales pueden ayudar a prevenir la enfermedad de Crohn, a través de los beneficios de la fibra en el mantenimiento de la función de la barrera intestinal, y al evitar ciertos aditivos alimentarios en los alimentos procesados, como el polisorbato 80.

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La enfermedad de Crohn es un desorden autoimmune que afecta a más de un millón de estadounidenses, una enfermedad inflamatoria del intestino en la cual tu cuerpo ataca a tus propios intestinos. Actualmente no hay ninguna cura para la enfermedad de Crohn, y la investigación actual se enfoca en controlar los síntomas solamente. No hay un tratamiento médico o quirúrgico definitivo. De hecho, lo mejor que tenemos es una dieta basada más en plantas que, hasta el día de hoy, ha dado el mejor resultado a la hora de prevenir recaídas. Tuvieron la idea de probarlo porque las dietas ricas en proteína animal y grasa animal han mostrado causar una disminución en la bacterias beneficiosas en el intestino, así que diseñaron esta dieta semi-vegetariana para contrarrestar eso, y el 100% estuvo en remisión el primer año, y el 92% el segundo año. Estos resultados son mucho mejores que los obtenidos con los fármacos actuales, incluyendo los nuevos llamados agentes biológicos que pueden costar 40000 dólares americanos al año, y causar efectos secundarios como leucoencefalopatía multifocal progresiva, una enfermedad del cerebro incapacitante y mortal, mientras que la dieta no cuesta 40000 dólares, y lo peor que puede pasar es que se te quede algún trozo de verdura entre los dientes o algo así, y la dieta parece funcionar mejor. 

Pero, ¿qué hay de prevenir la enfermedad de Crohn en primer lugar? Pues bien, una revisión sistemática de la literatura científica sobre alimentación y el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria del intestino encontró que consumos elevados de grasas y carne estaban asociados con un aumento en el riesgo de desarrollar la enfermdad de Crohn, así como colitis ulcerativa, mientras que un consumo alto de fibra y fruta estaba asociado con una disminución en el riesgo de Crohn. Esto ha sido respaldado más recientemente por el Harvard Nurses’ Health Study (Estudio de la Salud de las Enfermeras de Harvard). Los datos de tres millones de personas-años revelaron que el consumo a largo plazo de fibra alimenticia, particularmente procedente de fruta, estaba asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn. Las mujeres que consumían la mayor cantidad de fibra a largo plazo tenían un 40% menos de riesgo, llevando al editorial que acompañaba al estudio a concluir que “Abogar por una dieta alta en fibra puede en conclusión reducir la incidencia de la enfermedad de Crohn”. La ironía es que el grupo consumiendo la mayor cantidad de fibra ni siquiera estaba comiendo la mínima cantidad de fibra diaria recomendada por el gobierno, pero incluso tener menos deficiencia de fibra conlleva una amplia gama de beneficios, incluyendo evidentemente una reducción significativa en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn.

Pero, ¿por qué? Los autores sugieren que es porque la fibra parece jugar un papel vital en el mantenimiento de la función de nuestra barrera intestinal.

Nuestra piel mantiene el mundo exterior en el exterior, al igual que hace el revestimiento de nuestro intestino, pero en la enfermedad de Crohn la función de esta barrera está impedida. Puedes verlo con un microscopio de electrones; las apretadas uniones entre las células del intestino tienen todo tipo de pequeños agujeros y aberturas. Se piensa que un aumento en la prevalencia de la enfermedad inflamatoria del intestino puede estar causado porque cambios en la dieta llevan al rompimiento de la barrera intestinal, permitiendo en potencia la penetración de bacterias dentro de la pared del intestino, que nuestro cuerpo entonces ataca, provocando la inflamación.

Sabemos que la fibra actúa como un prebiótico en nuestro colon, el intestino grueso, alimentando nuestras bacterias buenas, ¿pero qué hace la fibra en nuestro intestino delgado, donde la enfermedad de Crohn frecuentemente comienza? No lo sabíamos, hasta que este prominente estudio se publicó. Querían descubrir qué podía parar a las bacterias invasivas asociadas con la enfermedad de Crohn de cavar dentro de la barrera del intestino. Encontraron que la invasión está inhibida por la presencia de ciertas fibras solubles procedentes de vegetales, tales como los plátanos y el brócoli, en los tipos de concentración que uno puede esperar encontrar con tan sólo comerlos. Se preguntaron si eso puede explicar por qué las poblaciones que aman los plátanos tienen niveles menores de enfermedad inflamatoria del intestino. También encontraron que había algo en las comidas procesadas que facilitaba la invasión de las bacterias: polisorbato 80, que se encuentra predominantemente en los helados, pero también en Crisco (grasas y aceites para cocinar, en este ejemplo referente a la marca propiedad de Procter & Gamble), Cool Whip (nata montada, en este ejemplo referente a la marca propiedad de Kraft Heinz), condimentos, queso fresco—solo tienes que leer las etiquetas. 

¿Qué hay de la maltodextrina? Se encuentra en edulcorantes artificiales como Splenda (Sucralin, marcas de sucralosa), snacks, aderezos para ensaladas y suplementos de fibra. La maltodextrina mejora marcadamente la capacidad de los bacterias de pegarse a nuestras células intestinales, aunque otros aditivos, carboximetilcelulosa y goma xantana, no parecen tener efectos adversos.

Todo esto puede ayudar a resolver el misterio del incremento en la prevalencia de la enfermedad de Crohn en los países desarrolladas, donde estamos comiendo menos alimentos integrales vegetales (que contienen fibra) y más alimentos procesadas. Lo que necesitamos ahora son estudios de intervención para ver si aumentar el consumo de fibra y evitar estos aditivos alimentarios puede ser efectivo a la hora de prevenir y tratar la enfermedad de Crohn. Pero, hasta entonces, ¿qué le decimos a la gente? La evidencia disponible apunta a una dieta baja en grasa animal, con muchos alimentos vegetales con fibra soluble, y evitar comida procesada que contenga grasa y emulsificantes, así como enjuagar bien los platos para asegurarnos de que no estamos ingiriendo restos de detergente lavavajillas, que podría tener el mismo efecto. Encontraron que algunas personas lavan los platos y los dejan para que se sequen sin enjuagarlos, lo que probablemente no es una buena idea. ¿Ahora tenemos estudios que muestran que evitar polisorbato 80 y enjuagar bien los platos ayuda de verdad? No. En cualquier caso, el consejo basado en “la mejor evidencia disponible” es mejor que ningún consejo en absoluto.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Isabel Marcano y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes gracias a Michael (a.k.a. moik) McCullough vía Flickr

La enfermedad de Crohn es un desorden autoimmune que afecta a más de un millón de estadounidenses, una enfermedad inflamatoria del intestino en la cual tu cuerpo ataca a tus propios intestinos. Actualmente no hay ninguna cura para la enfermedad de Crohn, y la investigación actual se enfoca en controlar los síntomas solamente. No hay un tratamiento médico o quirúrgico definitivo. De hecho, lo mejor que tenemos es una dieta basada más en plantas que, hasta el día de hoy, ha dado el mejor resultado a la hora de prevenir recaídas. Tuvieron la idea de probarlo porque las dietas ricas en proteína animal y grasa animal han mostrado causar una disminución en la bacterias beneficiosas en el intestino, así que diseñaron esta dieta semi-vegetariana para contrarrestar eso, y el 100% estuvo en remisión el primer año, y el 92% el segundo año. Estos resultados son mucho mejores que los obtenidos con los fármacos actuales, incluyendo los nuevos llamados agentes biológicos que pueden costar 40000 dólares americanos al año, y causar efectos secundarios como leucoencefalopatía multifocal progresiva, una enfermedad del cerebro incapacitante y mortal, mientras que la dieta no cuesta 40000 dólares, y lo peor que puede pasar es que se te quede algún trozo de verdura entre los dientes o algo así, y la dieta parece funcionar mejor. 

Pero, ¿qué hay de prevenir la enfermedad de Crohn en primer lugar? Pues bien, una revisión sistemática de la literatura científica sobre alimentación y el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria del intestino encontró que consumos elevados de grasas y carne estaban asociados con un aumento en el riesgo de desarrollar la enfermdad de Crohn, así como colitis ulcerativa, mientras que un consumo alto de fibra y fruta estaba asociado con una disminución en el riesgo de Crohn. Esto ha sido respaldado más recientemente por el Harvard Nurses’ Health Study (Estudio de la Salud de las Enfermeras de Harvard). Los datos de tres millones de personas-años revelaron que el consumo a largo plazo de fibra alimenticia, particularmente procedente de fruta, estaba asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn. Las mujeres que consumían la mayor cantidad de fibra a largo plazo tenían un 40% menos de riesgo, llevando al editorial que acompañaba al estudio a concluir que “Abogar por una dieta alta en fibra puede en conclusión reducir la incidencia de la enfermedad de Crohn”. La ironía es que el grupo consumiendo la mayor cantidad de fibra ni siquiera estaba comiendo la mínima cantidad de fibra diaria recomendada por el gobierno, pero incluso tener menos deficiencia de fibra conlleva una amplia gama de beneficios, incluyendo evidentemente una reducción significativa en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn.

Pero, ¿por qué? Los autores sugieren que es porque la fibra parece jugar un papel vital en el mantenimiento de la función de nuestra barrera intestinal.

Nuestra piel mantiene el mundo exterior en el exterior, al igual que hace el revestimiento de nuestro intestino, pero en la enfermedad de Crohn la función de esta barrera está impedida. Puedes verlo con un microscopio de electrones; las apretadas uniones entre las células del intestino tienen todo tipo de pequeños agujeros y aberturas. Se piensa que un aumento en la prevalencia de la enfermedad inflamatoria del intestino puede estar causado porque cambios en la dieta llevan al rompimiento de la barrera intestinal, permitiendo en potencia la penetración de bacterias dentro de la pared del intestino, que nuestro cuerpo entonces ataca, provocando la inflamación.

Sabemos que la fibra actúa como un prebiótico en nuestro colon, el intestino grueso, alimentando nuestras bacterias buenas, ¿pero qué hace la fibra en nuestro intestino delgado, donde la enfermedad de Crohn frecuentemente comienza? No lo sabíamos, hasta que este prominente estudio se publicó. Querían descubrir qué podía parar a las bacterias invasivas asociadas con la enfermedad de Crohn de cavar dentro de la barrera del intestino. Encontraron que la invasión está inhibida por la presencia de ciertas fibras solubles procedentes de vegetales, tales como los plátanos y el brócoli, en los tipos de concentración que uno puede esperar encontrar con tan sólo comerlos. Se preguntaron si eso puede explicar por qué las poblaciones que aman los plátanos tienen niveles menores de enfermedad inflamatoria del intestino. También encontraron que había algo en las comidas procesadas que facilitaba la invasión de las bacterias: polisorbato 80, que se encuentra predominantemente en los helados, pero también en Crisco (grasas y aceites para cocinar, en este ejemplo referente a la marca propiedad de Procter & Gamble), Cool Whip (nata montada, en este ejemplo referente a la marca propiedad de Kraft Heinz), condimentos, queso fresco—solo tienes que leer las etiquetas. 

¿Qué hay de la maltodextrina? Se encuentra en edulcorantes artificiales como Splenda (Sucralin, marcas de sucralosa), snacks, aderezos para ensaladas y suplementos de fibra. La maltodextrina mejora marcadamente la capacidad de los bacterias de pegarse a nuestras células intestinales, aunque otros aditivos, carboximetilcelulosa y goma xantana, no parecen tener efectos adversos.

Todo esto puede ayudar a resolver el misterio del incremento en la prevalencia de la enfermedad de Crohn en los países desarrolladas, donde estamos comiendo menos alimentos integrales vegetales (que contienen fibra) y más alimentos procesadas. Lo que necesitamos ahora son estudios de intervención para ver si aumentar el consumo de fibra y evitar estos aditivos alimentarios puede ser efectivo a la hora de prevenir y tratar la enfermedad de Crohn. Pero, hasta entonces, ¿qué le decimos a la gente? La evidencia disponible apunta a una dieta baja en grasa animal, con muchos alimentos vegetales con fibra soluble, y evitar comida procesada que contenga grasa y emulsificantes, así como enjuagar bien los platos para asegurarnos de que no estamos ingiriendo restos de detergente lavavajillas, que podría tener el mismo efecto. Encontraron que algunas personas lavan los platos y los dejan para que se sequen sin enjuagarlos, lo que probablemente no es una buena idea. ¿Ahora tenemos estudios que muestran que evitar polisorbato 80 y enjuagar bien los platos ayuda de verdad? No. En cualquier caso, el consejo basado en “la mejor evidencia disponible” es mejor que ningún consejo en absoluto.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Isabel Marcano y Adrián Bravo López.

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Nota del Doctor

Aquí está el vídeo que mencioné acerca de usar una dieta basada más en plantas para reducir el riesgo de recaída: Tratamiento dietetico de la enfermedad de Crohn.

Recibo muchas preguntas acerca de aditivos como el polisorbato 80. Me alegra poder finalmente hacer un vídeo al respecto. Aquí tenéis algunos vídeos sobre otros aditivos:

Si, como yo, pensabas que la fibra era buena solo para ayudar con los movimientos intestinales regulares, te vas a sorprender. Echa un vistazo, por ejemplo, a La dieta de la fibra del Dr. Burkitt.

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