Los niveles de NAD+ al envejecer

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Qué es el NAD+ y qué papel desempeña en el proceso de envejecimiento.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Maria Belén Oliva voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El NAD+ es un cofactor fundamental para cientos de enzimas, incluidas las supuestas propiedades antienvejecimiento de las sirtuinas. En esta serie de videos de 10 partes, analizaré los suplementos del mercado que prometen aumentar los niveles de NAD: NR, NMN, NA, NAM, NAD, NADH, NMNH, NRH y Triptófano. Luego, hablaré sobre las ventajas y las desventajas de cada uno y exploraré tres formas de aumentar los niveles de NAD de manera natural, sin necesidad de suplementos.

Nuestra comprensión del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD+) comenzó de manera bastante modesta. En 1906, en un estudio titulado sin mucha pretensión “La fermentación alcohólica del jugo de levadura” se notó que este factor mejoraba la fermentación de la levadura. Lo que no sabían en ese momento era que las investigaciones sobre el NAD+ culminarían en la obtención de cuatro premios Nobel. Hoy sabemos que el NAD+ es una molécula fundamental para todos los seres vivos, necesaria para el funcionamiento de cerca de 500 enzimas, incluída, en particular, la extracción de energía metabólica de los alimentos. En el siglo XXI, el NAD+ ha cobrado aún más relevancia, ya que se descubrió que es fundamental para la actividad de las sirtuinas, conocidas como los “guardianes de la longevidad en los mamíferos”, un tema que abordo en mi libro Comer para no envejecer.

El NAD+ es una de las moléculas más abundantes del cuerpo. Antes se pensaba que era bastante estable, pero hoy pero hoy se sabe que tiene un ciclo constante de síntesis, reciclaje y descomposición. En algunos tejidos, su cantidad se renueva en su totalidad varias veces al día. Para mantener la vitalidad celular en medio de este recambio, es fundamental contar con suficientes precursores de NAD+ y una actividad enzimática bastante alta para sintetizarlo. La importancia del NAD+ queda en evidencia por las devastadoras consecuencias cuando hay deficiencia de sus precursores, como la niacina (vitamina B3). Esta deficiencia provoca pelagra, una enfermedad caracterizada por las “cuatro D”: dermatitis, demencia, diarrea y, en última instancia, la muerte.

Por suerte, como no existiría la vida tal cual la conocemos sin el NAD+, tanto él como sus precursores están presentes en todo lo que comemos: en las plantas, los animales y los hongos. Sin embargo, es importante saber cómo aprovecharlos. En el caso del maíz, la niacina está atrapada en su estructura, pero puede liberarse remojándolo en agua con cal. Cuando el maíz se exportó desde América Latina y se convirtió en un alimento básico, no se difundió el conocimiento sobre esta técnica de procesamiento, lo que llevó a una epidemia de pelagra. Se estima que cerca de 100,000 personas en Estados Unidos murieron de pelagra en las primeras décadas del siglo XX antes de que, en 1938, se empezara a fortificar el pan con niacina.

La propuesta del aumento de niveles de NAD+ como estrategia antiedad es la siguiente: en todas las especies, incluidos los humanos, los niveles de NAD+ disminuyen con el tiempo. De hecho, esta reducción, es una de las principales razones del envejecimiento. Por lo tanto, restaurar los niveles juveniles podría retrasar o incluso revertir los trastornos asociados con la edad. Dos líderes en el campo, uno de Harvard y otro del MIT, han afirmado, respectivamente, que los suplementos de NAD+ podrían “fortalecer la resistencia del cuerpo, no solo ante una enfermedad, sino ante muchas, por ende, extendiendo la vida saludable de los seres humanos”, y que la activación de las sirtuinas mediante el aumento de NAD+ “podría ser la estrategia más prometedora surgida de la investigación antiedad”. Eso sí, ambos están involucrados en compañías de suplementos que generan millones de dólares.

El primer argumento, que los niveles de NAD+ disminuyen con la edad, ha sido cuestionado. Por ejemplo, en una revisión de 2022 titulada “Declive del NAD+ con la edad: ¿Verdad universal o consenso equivocado?” se concluyó que, a pesar de lo que en general se dice, la evidencia que respalda esta idea es bastante limitada. De hecho, en el estudio más completo hasta la fecha se encontraron cambios significativos en los niveles de NAD+ en menos de la mitad de los tejidos analizados en ratones jóvenes y viejos. Los datos en humanos también son contradictorios.

Las empresas que venden suplementos de NAD+ aseguran que “en la edad madura los niveles de NAD+ se encuentran a la mitad de lo que estaban en la juventud”, pero la fuente que citan solo muestra una caída del 13 % en el cerebro entre los 20 y 60 años. En otro estudio se estimó una caída del 18 % entre los 25 y 70 años, lo que coincide con una disminución del 14 % en el líquido cefalorraquídeo en personas mayores de 45 años (con una edad promedio de 71 años), en comparación con quienes son menores a 45 (con una edad promedio de 34). No está claro si diferencias tan pequeñas tienen algún impacto real. En un estudio más reciente, no se encontraron diferencias en los niveles en el cerebro o en los músculos entre un grupo joven (promedio de 21 años) y un grupo mayor (promedio de 69 años).

En un estudio en muestras de piel se encontró una caída de más del 50 % en jóvenes en comparación con la piel de recién nacidos, seguida de una caída adicional del 60 % de los jóvenes a las personas mayores, aunque después de esa etapa parecería que no hubo más disminución. En un pequeño estudio del hígado se mostró que los niveles de NAD+ en seis personas mayores (con una edad promedio de 66 años) eran cerca de un 30 % más bajos que en seis personas más jóvenes (con una edad promedio de 39 años). También podría haber niveles más bajos de NAD+ en ciertos glóbulos blancos en personas mayores, pero en la sangre en general, en la mitad de los estudios se encontró una reducción con la edad y en la otra mitad no. En el estudio más grande hasta la fecha (con diez veces más participantes que los otros combinados) se detectó una ligera disminución de NAD+ en la sangre de los hombres con la edad, pero no en las mujeres.

En conclusión, dado que hay tan pocos estudios sobre el tema y los resultados son contradictorios, es engañoso afirmar que el NAD+ siempre disminuye con la edad. Ahora bien, más allá de esta controversia, lo importante es la siguiente pregunta: si aumentamos los niveles de NAD+ en la vejez, ¿realmente se mejora la salud y la longevidad? Eso lo veremos en la próxima parte.

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El NAD+ es un cofactor fundamental para cientos de enzimas, incluidas las supuestas propiedades antienvejecimiento de las sirtuinas. En esta serie de videos de 10 partes, analizaré los suplementos del mercado que prometen aumentar los niveles de NAD: NR, NMN, NA, NAM, NAD, NADH, NMNH, NRH y Triptófano. Luego, hablaré sobre las ventajas y las desventajas de cada uno y exploraré tres formas de aumentar los niveles de NAD de manera natural, sin necesidad de suplementos.

Nuestra comprensión del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD+) comenzó de manera bastante modesta. En 1906, en un estudio titulado sin mucha pretensión “La fermentación alcohólica del jugo de levadura” se notó que este factor mejoraba la fermentación de la levadura. Lo que no sabían en ese momento era que las investigaciones sobre el NAD+ culminarían en la obtención de cuatro premios Nobel. Hoy sabemos que el NAD+ es una molécula fundamental para todos los seres vivos, necesaria para el funcionamiento de cerca de 500 enzimas, incluída, en particular, la extracción de energía metabólica de los alimentos. En el siglo XXI, el NAD+ ha cobrado aún más relevancia, ya que se descubrió que es fundamental para la actividad de las sirtuinas, conocidas como los “guardianes de la longevidad en los mamíferos”, un tema que abordo en mi libro Comer para no envejecer.

El NAD+ es una de las moléculas más abundantes del cuerpo. Antes se pensaba que era bastante estable, pero hoy pero hoy se sabe que tiene un ciclo constante de síntesis, reciclaje y descomposición. En algunos tejidos, su cantidad se renueva en su totalidad varias veces al día. Para mantener la vitalidad celular en medio de este recambio, es fundamental contar con suficientes precursores de NAD+ y una actividad enzimática bastante alta para sintetizarlo. La importancia del NAD+ queda en evidencia por las devastadoras consecuencias cuando hay deficiencia de sus precursores, como la niacina (vitamina B3). Esta deficiencia provoca pelagra, una enfermedad caracterizada por las “cuatro D”: dermatitis, demencia, diarrea y, en última instancia, la muerte.

Por suerte, como no existiría la vida tal cual la conocemos sin el NAD+, tanto él como sus precursores están presentes en todo lo que comemos: en las plantas, los animales y los hongos. Sin embargo, es importante saber cómo aprovecharlos. En el caso del maíz, la niacina está atrapada en su estructura, pero puede liberarse remojándolo en agua con cal. Cuando el maíz se exportó desde América Latina y se convirtió en un alimento básico, no se difundió el conocimiento sobre esta técnica de procesamiento, lo que llevó a una epidemia de pelagra. Se estima que cerca de 100,000 personas en Estados Unidos murieron de pelagra en las primeras décadas del siglo XX antes de que, en 1938, se empezara a fortificar el pan con niacina.

La propuesta del aumento de niveles de NAD+ como estrategia antiedad es la siguiente: en todas las especies, incluidos los humanos, los niveles de NAD+ disminuyen con el tiempo. De hecho, esta reducción, es una de las principales razones del envejecimiento. Por lo tanto, restaurar los niveles juveniles podría retrasar o incluso revertir los trastornos asociados con la edad. Dos líderes en el campo, uno de Harvard y otro del MIT, han afirmado, respectivamente, que los suplementos de NAD+ podrían “fortalecer la resistencia del cuerpo, no solo ante una enfermedad, sino ante muchas, por ende, extendiendo la vida saludable de los seres humanos”, y que la activación de las sirtuinas mediante el aumento de NAD+ “podría ser la estrategia más prometedora surgida de la investigación antiedad”. Eso sí, ambos están involucrados en compañías de suplementos que generan millones de dólares.

El primer argumento, que los niveles de NAD+ disminuyen con la edad, ha sido cuestionado. Por ejemplo, en una revisión de 2022 titulada “Declive del NAD+ con la edad: ¿Verdad universal o consenso equivocado?” se concluyó que, a pesar de lo que en general se dice, la evidencia que respalda esta idea es bastante limitada. De hecho, en el estudio más completo hasta la fecha se encontraron cambios significativos en los niveles de NAD+ en menos de la mitad de los tejidos analizados en ratones jóvenes y viejos. Los datos en humanos también son contradictorios.

Las empresas que venden suplementos de NAD+ aseguran que “en la edad madura los niveles de NAD+ se encuentran a la mitad de lo que estaban en la juventud”, pero la fuente que citan solo muestra una caída del 13 % en el cerebro entre los 20 y 60 años. En otro estudio se estimó una caída del 18 % entre los 25 y 70 años, lo que coincide con una disminución del 14 % en el líquido cefalorraquídeo en personas mayores de 45 años (con una edad promedio de 71 años), en comparación con quienes son menores a 45 (con una edad promedio de 34). No está claro si diferencias tan pequeñas tienen algún impacto real. En un estudio más reciente, no se encontraron diferencias en los niveles en el cerebro o en los músculos entre un grupo joven (promedio de 21 años) y un grupo mayor (promedio de 69 años).

En un estudio en muestras de piel se encontró una caída de más del 50 % en jóvenes en comparación con la piel de recién nacidos, seguida de una caída adicional del 60 % de los jóvenes a las personas mayores, aunque después de esa etapa parecería que no hubo más disminución. En un pequeño estudio del hígado se mostró que los niveles de NAD+ en seis personas mayores (con una edad promedio de 66 años) eran cerca de un 30 % más bajos que en seis personas más jóvenes (con una edad promedio de 39 años). También podría haber niveles más bajos de NAD+ en ciertos glóbulos blancos en personas mayores, pero en la sangre en general, en la mitad de los estudios se encontró una reducción con la edad y en la otra mitad no. En el estudio más grande hasta la fecha (con diez veces más participantes que los otros combinados) se detectó una ligera disminución de NAD+ en la sangre de los hombres con la edad, pero no en las mujeres.

En conclusión, dado que hay tan pocos estudios sobre el tema y los resultados son contradictorios, es engañoso afirmar que el NAD+ siempre disminuye con la edad. Ahora bien, más allá de esta controversia, lo importante es la siguiente pregunta: si aumentamos los niveles de NAD+ en la vejez, ¿realmente se mejora la salud y la longevidad? Eso lo veremos en la próxima parte.

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