La carne, las grasas y los lácteos contienen los niveles más altos de ftalatos, unos contaminantes químicos del plástico con efectos disruptores hormonales.
¿Qué alimentación nos expone menos a los ftalatos?
Los ftalatos son químicos plásticos disruptores hormonales que han sido relacionados con numerosos efectos negativos para la salud, como alterar el desarrollo de bebés y niños, o afectar a la salud reproductiva de los hombres y endometriosis en mujeres; también se asocia a más grasa abdominal tanto en hombres como en mujeres. “Dado el aumento de evidencia científica sobre la conexión entre la exposición a los ftalatos y ciertos problemas de salud, es importante entender cuales son las mayores fuentes de exposición”.
¿Cuál es la mayor fuente de exposición? La alimentación. Cuando dejas de comer durante días, la cantidad de ftalatos en la orina disminuye significativamente. Aunque solo se puede ayunar durante un tiempo limitado. Afortunadamente, seguir una alimentación a base de plantas durante unos días tiene efectos muy similares, y esto nos da ya una pista sobre de dónde provienen la mayoría de ftalatos.
La carne, las grasas y los lácteos tienen las cantidades más altas de ftalatos. Las aves de corral son las más contaminadas, con algunos de los niveles más altos jamás registrados, aunque hay excepciones geográficas. En el Reino Unido, por ejemplo, el pescado es mucho peor, y en Bélgica nada parece superar a la carne de reno. En los Estados Unidos, en todo caso, es el pollo, y el hecho de que el consumo de huevos también se relacione a los niveles de ftalatos “sugiere que son los pollos en sí los que están contaminados”, y que no solo se trata del plástico que los envuelve en el supermercado.
Quizá no sea igual con los lácteos. Al saber que estos químicos pueden ser dañinos, unos investigadores en Seattle aleatorizaron a 10 familias a una dieta completa de 5 días con alimentos ecológicos sin empaquetado; nada tocó plástico. La leche era ecológica y en botella de cristal, e incluso las cajas que traían la comida eran de madera, no de plástico. Es como un estudio de ayuno para ver qué papel tiene el eliminar los alimentos procesados en la disminución de los niveles de ftalatos, porque no todo el mundo quiere seguir una alimentación a base de plantas, ni dejar de comer. Hay una tabla en la que se ve el nivel en el que comenzaron estas familias antes de cambiar su dieta, y dónde estaban una semana después del experimento, una vez volvieron a comer como siempre. ¿Qué pasó en el medio? Al comer alimentos frescos y ecológicos, sus niveles de ftalatos aumentaron. “Un aumento dramático y poco esperado” en uno de los ftalatos más tóxicos, y no solo por un poco; fue un aumento del 2000%. Así que los investigadores hicieron pruebas con todos los alimentos. Una de las especias se salía de las tablas; igual que los lácteos. Parece que la mayoría de los ftalatos no vienen de la vaca, sino de los tubos. Si ordeñas a las vacas a mano (que ni los Amish lo hacen ya), los niveles de ftalatos son bajos, pero si las ordeñan con máquinas, la leche coge ftalatos de los tubos, así que los niveles dependen más del tipo de tubos que de lo que hayan comido las vacas.
El problema es que no sabemos cuándo se contaminan los pollos. Ese estudio se hizo con adultos, pero hace poco se descubrió cuál es la mayor fuente de los niños. Fundamentalmente lo mismo: básicamente carne, incluidos el pollo y el pescado. De nuevo, el pollo es el peor, y el consumo de soja se asoció con niveles significativamente más bajos. ¿De qué tipo de exposición estamos hablando? Unos investigadores calcularon cuál podría ser la exposición típica para niños, adolescentes y mujeres. ¿Cómo se comparan esos datos con las recomendaciones? La dosis de referencia de la U.S. Environmental Protection Agency, que sería el límite, es de 20 µg/kg-día, en base al riesgo de hígado. Europa tiene el máximo para toxicidad testicular en 50 µg/kg-día. Una dieta infantil típica supera estas cantidades, “y una dieta alta en carne y lácteos supera el límite por 4 veces. Para adolescentes, una dieta alta en carne y lácteos también supera la dosis de referencia”. Efectivamente, resultó en el doble de exposición. Además, “todas las dietas para todos los grupos se pasaron de la ingesta máxima diaria sacada de US Consumer Product Safety Commission” para problemas de producción de esperma, y las dietas altas en carne y lácteos podrían también superar el máximo para el riesgo de defectos de nacimientos.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.
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Imagen gracias a Serdar Basak vía 123rf.
- adolescencia
- alimentación a base de vegetales
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- Europa
- grasa corporal
- grasa de origen animal
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- lácteos
- leche
- pescado
- phthalates
- plástico
- pollo
- productos avícolas
- salud de la mujer
- salud del hígado
- salud masculina
- salud reproductiva
- soja
Los ftalatos son químicos plásticos disruptores hormonales que han sido relacionados con numerosos efectos negativos para la salud, como alterar el desarrollo de bebés y niños, o afectar a la salud reproductiva de los hombres y endometriosis en mujeres; también se asocia a más grasa abdominal tanto en hombres como en mujeres. “Dado el aumento de evidencia científica sobre la conexión entre la exposición a los ftalatos y ciertos problemas de salud, es importante entender cuales son las mayores fuentes de exposición”.
¿Cuál es la mayor fuente de exposición? La alimentación. Cuando dejas de comer durante días, la cantidad de ftalatos en la orina disminuye significativamente. Aunque solo se puede ayunar durante un tiempo limitado. Afortunadamente, seguir una alimentación a base de plantas durante unos días tiene efectos muy similares, y esto nos da ya una pista sobre de dónde provienen la mayoría de ftalatos.
La carne, las grasas y los lácteos tienen las cantidades más altas de ftalatos. Las aves de corral son las más contaminadas, con algunos de los niveles más altos jamás registrados, aunque hay excepciones geográficas. En el Reino Unido, por ejemplo, el pescado es mucho peor, y en Bélgica nada parece superar a la carne de reno. En los Estados Unidos, en todo caso, es el pollo, y el hecho de que el consumo de huevos también se relacione a los niveles de ftalatos “sugiere que son los pollos en sí los que están contaminados”, y que no solo se trata del plástico que los envuelve en el supermercado.
Quizá no sea igual con los lácteos. Al saber que estos químicos pueden ser dañinos, unos investigadores en Seattle aleatorizaron a 10 familias a una dieta completa de 5 días con alimentos ecológicos sin empaquetado; nada tocó plástico. La leche era ecológica y en botella de cristal, e incluso las cajas que traían la comida eran de madera, no de plástico. Es como un estudio de ayuno para ver qué papel tiene el eliminar los alimentos procesados en la disminución de los niveles de ftalatos, porque no todo el mundo quiere seguir una alimentación a base de plantas, ni dejar de comer. Hay una tabla en la que se ve el nivel en el que comenzaron estas familias antes de cambiar su dieta, y dónde estaban una semana después del experimento, una vez volvieron a comer como siempre. ¿Qué pasó en el medio? Al comer alimentos frescos y ecológicos, sus niveles de ftalatos aumentaron. “Un aumento dramático y poco esperado” en uno de los ftalatos más tóxicos, y no solo por un poco; fue un aumento del 2000%. Así que los investigadores hicieron pruebas con todos los alimentos. Una de las especias se salía de las tablas; igual que los lácteos. Parece que la mayoría de los ftalatos no vienen de la vaca, sino de los tubos. Si ordeñas a las vacas a mano (que ni los Amish lo hacen ya), los niveles de ftalatos son bajos, pero si las ordeñan con máquinas, la leche coge ftalatos de los tubos, así que los niveles dependen más del tipo de tubos que de lo que hayan comido las vacas.
El problema es que no sabemos cuándo se contaminan los pollos. Ese estudio se hizo con adultos, pero hace poco se descubrió cuál es la mayor fuente de los niños. Fundamentalmente lo mismo: básicamente carne, incluidos el pollo y el pescado. De nuevo, el pollo es el peor, y el consumo de soja se asoció con niveles significativamente más bajos. ¿De qué tipo de exposición estamos hablando? Unos investigadores calcularon cuál podría ser la exposición típica para niños, adolescentes y mujeres. ¿Cómo se comparan esos datos con las recomendaciones? La dosis de referencia de la U.S. Environmental Protection Agency, que sería el límite, es de 20 µg/kg-día, en base al riesgo de hígado. Europa tiene el máximo para toxicidad testicular en 50 µg/kg-día. Una dieta infantil típica supera estas cantidades, “y una dieta alta en carne y lácteos supera el límite por 4 veces. Para adolescentes, una dieta alta en carne y lácteos también supera la dosis de referencia”. Efectivamente, resultó en el doble de exposición. Además, “todas las dietas para todos los grupos se pasaron de la ingesta máxima diaria sacada de US Consumer Product Safety Commission” para problemas de producción de esperma, y las dietas altas en carne y lácteos podrían también superar el máximo para el riesgo de defectos de nacimientos.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.
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¿Qué alimentación nos expone menos a los ftalatos?
LicenciaCreative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)
URLNota del Doctor
La dieta no es la única manera de exponerse internamente. No te pierdas mi video Evitar la exposición a los ftalatos en adultos, en el que hablo del riesgo de juguetes tanto de niños como de adultos.
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